*Capítulo 9*

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"Me haces sentir vivo aunque mis días sean los mismos, aunque tenga nociones de ti, me encanta que me enamores cada día"

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Caminaron por las calles, no sabían muy bien adonde ir, solo sabían que se sentian bien con la compañía del otro, no hablaban, sólo de vez en cuando se dedicaban miradas. Taehyung se sentía a gusto al lado de él a pesar de recordar muy poco o casi nada, sabía y sentía en su alma que él era especial, que lo quería y sentía ese amor apesar de todo. Jungkook sólo quería hacerlo sentir bien, no le importaba como fuera, tenía la necesidad de hacerlo sentir especial y ayudarlo. Pensó unos momentos en cómo lograr que Tae se distrajera un rato hasta que finalmente propuso.

—¿Quieres ir a una pista de patinaje?

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El rubio no sabía cómo es que su novio lo había convencido de aquello, se veían parejas a lo lejos tambien patinando y luego estaban ellos, intentando sostenerse en pie, se agarraban las manos uno frente al otro, era una muy buena distracción para Taehyung, lo cuál le agradó mucho.

—Jungkook, no puedo.

—Si puedes, inténtalo.

Jungkook ya había dominado el equilibrio en patines pero Taehyung ya se había rendido agarrado de la baranda de la pista, veía como el azabache patinaba, aveces flaqueaba pero se recomponía con una rapidez asombrosa. Veía su cabello a través del viento y una sonrisa, le encantó verlo sonreir de esa manera, quería detallar y enmarcar en lo más profundo de su memoria el rostro de su ángel, por que si bien no lo recordaba con exactitud al estar con él sentía algo muy cálido en lo mas profundo de su ser.

—Quiero llevarte a otro lugar —dijo Jungkook cuando ambos ya se encontraban desatando los patines para entregarlos al dependiente del lugar.

—¿Más sorpresas? —sonrió.

—No se si te guste, pero quiero llevarte a ese lugar. Es especial para mi desde que llegué aquí.

—De acuerdo.

Salieron de la pista rumbo al lugar, hiban caminando hablando entretenidamente de sus gustos, aveces Tae se quedaba callado y pensativo y esto lo comprendía jungkook, a mitad de camino Tae sintió un malestar que lo hizo detenerse abruptamente.

—Tae ¿Te sientes mal?—éste solo asintió ya que no podía si quiera hablar—Vamos, regresaremos a la biblioteca.

Tae tomo fuertemente su mano deteniendolo, Jungkook en un segundo lo abrazó para sostenerlo por si éste caía al suelo. Había pasado un momento agradable con él y no quería volver y encerrarse solo por un pequeño dolor. Trató de calmarse y como mucho trabajo y dificultad lo logró.

—No quiero regresar allá.

—Pero tienes que descansar.

Se asomó por su cabeza un pensamiento que no le desagradó, lo llevaría a su departamento para pasar mas tiempo con él, con algo de suerte y se quedaba a dormir y así podía sentir su adictiva piel nuevamente, esa de la cuál no quedó satisfecho la ultima vez que tuvieron su primer encuentro.

"El primero de muchos"—Pensó el azabache.

—Vamos.

Detuvo un taxi y le dió la dirección, el rubio se sentía aturdido por lo que no sabía adonde se dirigían. Vio pasar de largo la biblioteca notando que el taxi siguió en linea recta hasta estacionarse en un edificio de estilo barroco. Subieron al ascensor y llegaron a la puerta de su departamento.

Ingresaron al salón principal, Tae se sintio cómodo al instante, a su derecha había un sofa frente a una pantalla y una mesa de centro, al lado se encontraba un librero que pegaba al techo, a su izquierda se encontraba una separación donde estaba el comedor y más al fondo la cocina.

—No es mucho, pero puedes escaparte aquí las veces que quieras.

—Es perfecto —sonrió.

—Ven.

Lo tomó de la mano y siguieron por el pasillo en donde habían tres habitaciones, la de él se encontraba al fondo, la de Dalia le seguía y de primero la habitación de huespedes.
Entraron a una habitación, Tae se quedó asombrado por todo aquello, al fondo una gran cama con sabanas de tonos cafés oscuros, una televisión que estaba colgando del techo, pero eso no fue lo que llamó su atención, fue el mural de fotografías que tenía en una de las paredes donde casi ni había espacio para más.

—Puedes ducharte, creo que yo también lo haré, dentro del baño hay toallas y jabones, siéntete en casa.

—Pero...—en ese momento hiba a decir que no traía ropa cuando sonó su móvil.

—¿Hola?

—Jungkook, se que trajiste a Tae a tu departamento y también se que no querrá regresar hoy así que le traje algo de ropa. Estoy abajo.

—Ok, ya voy —colgó.

—Irte duchando, tengo que ir abajo.

Se acercó para darle un beso que pensó que hiba a ser uno corto, las manos de Taehyung lo presionaron contra él haciendo rozar todo su cuerpo, aquello se sintió tan bien pero recordó que abajo estaba la  Nana de Tae.

—Tae, seguiremos con esto, lo prometo, ahora tengo que ir abajo unos minutos y regreso.

—Bueno.

Salió del cuarto y se dirigió a la recepción del edificio, Nana ya lo estaba esperando ahí desde hace diez minutos.

—Hola nana.

—¿Cómo esta él? ¿Cómo se lo ha tomado?

—Pues hasta el momento no hemos hablado del tema, lo llevé a una pista de patinaje para que se distrajera, hiba a llevarlo a otro lugar pero se sintió mal.

—¿Convulsionó?—Preguntó preocupada.

—No, solo se sintió cansado, justo ahora se está dando una ducha. —la mujer de tez palida y labios rojos naturales comprendió.

—Jungkook —le tendió una maleta no tan grande con pertenencias de su niño—, aquí hay ropa y ahí estan sus medicamentos, algunas cosas que le gustan y zapatos también —sollozó un poco—. Mi niño se merece ser feliz, ya no quiero que viva encerrado en una mentira... Por favor... Cuidalo. No importa cuánto tiempo esté contigo, se que tú lo ayudarás a sanarse.

—Téngalo por seguro.
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Entró, no sabía cuanto tiempo se había tardado hablando con SuHan, sintió un olor delicioso provenir de la cocina.
Ahí estaba él, llevaba una camiseta negra del menor y unos shores color verde oscuro y descalzo, se quedo embobado hasta que el volteó pegando un brinco del susto.

—Me asustaste.

—Yo...—Se veía tan sexy con su ropa puesta, ya se estaba arrepintiendo que su nana le haya traído ropa.

—Espero que no te moleste que me haya puesto tu ropa—dijo con un ligero sonrojo.
Se acerco a él, su cabello estaba mojado y sintió su olor mas de cerca, besó sus labios lentamente hasta que tuvo que separarse para tomar aire.

—Nana vino a dejarte unas cosas.

—Mmmm, al parecer ya no me quiere —hizo un leve puchero que jungkook tuvo que apartar la mirada para no deborarlo en ese instante.

—Pero yo si. Te amo.

Aquellas palabras lo pusieron más que nervioso, más por que lo tenía acorralado contra el mesón de la cocina. Ambos sintieron un ligero olor a quemado y se apartaron rápidamente.

—No se hecho a perder aún.

—De acuerdo, iré a bañarme y luego bajo ¿de acuerdo?

—Ok

Se fue dejándolo seguir cocinando, se metió al baño y se relajó unos minutos antes de salir, tomó una camiseta negra igual a la que Taehyung andaba puesta y unos pantalones deportivos. Estaba apunto de secar su cabello pero un grito lo paralizó por completo.

Dalia volvía de la universidad cansada, hoy si fue un día lleno de tareas, esperó que jungkook haya tenido una buena excusa para no asistir. Fue directo a la cocina, sintió el olor a comida asique supuso que jungkook estaba preparando el almuerzo.

Pegó un grito al ver un completo desconocido en su cocina, tomó un cuchillo que se encontraba cerca. Aunque claro que le asustó ver al un completo extraño en su cocina no le importó ver a aquel chico guapo, por que tenía que admitir que estaba para comérselo, si no tuviera más preferencias por las chicas, claro.

—¡¿Tú quién diablos eres?!

—Yo... Mi... Nombre es Taehyung. —balbuceó un poco asustado

—¿Taehyung?

Jungkook apareció corriendo encontrándose a Dalia sosteniendo un cuchillo y a su chico asustado.

—¿Él es Taehyung? —preguntó Dalia picara.

—Si loca, y baja ese cuchillo que lo estas asustando.

—Lo Siento —se disculpó con Tae—. Mi nombre es Dalia, y soy la compañera de apartamento de este estúpido de aquí, mucho gusto —tendió su mano y este la estrechó un poco despectivo.
No le gustaba para nada esa chica, no le gustaba que se expresara así de Jungkook, es más, odiaba que compartiera su departamento con su chico.






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