Kakarotto

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—Bardock— susurró sacudiendo su cuerpo ligeramente para despertarlo.
Hizo una pequeña mueca de dolor ante el movimiento, abrió los ojos con lentitud encontrando la silueta de Sue. Inmediatamente cerró los ojos de nuevo, estaba demasiado cansado, la batalla había sido difícil y su cuerpo aguanto hasta superar su propio límite pero logró sentirse en paz al ver a su humana a salvo, por eso una ligera sonrisa se esbozó en su rostro.

— Tal vez deberíamos dejarlo así un rato, todavía puede estar agotado. Fue muy útil su ayuda— dijo Kakarotto con amabilidad. Sue volteo a verlo, le sonrió y de nuevo dirigió su vista a Bardock.

—¿Dónde está Vegeta?— preguntó para romper el hielo y cambiar de tema. Fue traumante la situación que experimentó así que hablar de eso no era buena idea por el momento. Kakarotto desvío la mirada con un poco de tristeza.

— Él tuvo que irse.

Sue se arrepintió de haber hablado al ver la reacción del Saiyan. Sonrojada, pidió una disculpa y continúo acariciando el rostro de Bardock, esperando a que él mejorara.

Pasaron unos cuantos minutos para que Bardock volviera a moverse.

—Sue...— susurró tranquilo. Levantó un poco la cabeza y su torso apoyándose con el codo. Sintió su cuerpo entumecido por el dolor y el esfuerzo que llevó esa simple acción aunque estaba mucho mejor que antes.
Un brillo apareció en los profundos ojos negros de Sue, estaban llenos de ilusión y felicidad. Lo abrazó con mucho cariño, a lo que Bardock correspondió con su mano libre.

—Me alegra mucho que estés bien Bardock— dijo Kakarotto con una amable sonrisa.

Bardock abrió los ojos de par en par, había olvidado por completo que Kakarotto estaba ahí. Fijó toda su atención en él, quien se distraía viendo el cielo rosado hasta percatarse que era observado. Sue se apartó y le ayudó a levantarse.

—¿Eres tú... Kakarotto?— susurró impactado de que tuviera a su hijo frente a él, era como en las visiones antes de que Frezzer lo matara. Realmente era Kakarotto.

— Vegeta también me dice Kakarotto pero soy Gokú— respondió alegre, era confiado y feliz.

— Perdió la memoria cuando era niño. No te recuerda— interrumpió Sue mirando con tristeza a Gokú.

— ¿Cómo sabes eso?— dijo Kakarotto sorprendido.

— Tu abuelito me lo contó antes de fallecer— mintió, Sue estuvo cuidándolo de lejos todo ese tiempo por su bien pero no debía saber quién era ella o de donde venía a tan corta edad, temía que los recuerdos regresaran y destruyera la tierra; pese a que no interfirió en las dos ocasiones en que se transformó en ozaru supo que de alguna forma se las arreglaría, además de que así podía evitar dar aclaraciones de quién era ella y de cómo lo conocía, sin duda Gohan había hecho un excelente trabajo en su crianza.

Bardock analizaba en silencio a Gokú, no podía creer que estuviera frente a él.

— Derrotaste a Freezer— afirmó dudoso. Le intrigaba saber que su hijo, vengó a los suyos.

Gokú al ver cierta ilusión en los ojos de Bardock sonrió amablemente.

— Sí, eso fue hace mucho tiempo en el planeta Namek con la transformación del super saiyajin.

— Eres el super saiyajin legendario— sonrió orgulloso de que su hijo, fuera aquella leyenda. Intercambiaron miradas llenas de felicidad hasta que se dio cuenta que no se había presentado todavía —Kakarotto, yo soy Bardock, un guerrero de clase baja y tu padre.

Goku no respondió, simplemente observaba asombrado al saiyan que tenía frente a él, su mirada se iluminó y soltó una carcajada.

—¡Por fin te conozco Bardock! Freezer te mencionó en varias ocasiones mientras luchamos. ¡De ti saqué mi cabello tan extraño!— volvió a reír como niño pequeño. A Bardock le extrañó su actitud, pensó que sería como la de Raditz o la de él pero resultó ser un juguetón cabeza hueca.

Hablaron sobre sus asombrosas peleas y de porqué estaba muerto. Bardock estaba realmente orgulloso de su hijo, ya tenía una familia a la cual amaba y aún hacía lo posible por ayudar a sus amigos desde el otro mundo.

— Que mal que tenga que irme papá, quería pelear contigo.

— ¿Pelear conmigo? Kakarotto, soy más débil que tú, es claro que ganarías— respondió algo enojado, creía que se estaba burlando del él.

—Tus movimientos y ataques me dejaron impresionado, tal vez en otra ocasión te encuentre para divertirnos un rato— sonrió confiado. —Muy pronto revivirán a todos los humanos— miró a Sue por un momento y luego dirigió su vista a Bardock— Será mejor que aprovechen bien el poco tiempo que les queda— no dejó hablar a ninguno, abrazó por sorpresa a Bardock.

—Fue genial haberte conocido padre— dijo una vez se separó de él. —Nos volveremos a ver— sonrió alegre. Dedico una última mirada a ambos y se alejó volando directo al templo de Enma-sama.

Bardock abrazó a Sue, sin dejar de ver  a su hijo alejarse. Se sentía orgulloso. Sonreía. Volvería a ver a su hijo sin duda.

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