six - and greet

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chapter vi.
( avengers )

este fuego está ardiendo
estamos haciendo problemas
te tenemos temblando.
preparados, listos, ya
ready set let's go ─── sam tinnesz

helicarrier de shield
3 de mayo, 2012

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Veo a Loki desde la distancia con un gran círculo de agentes de S.H.I.E.L.D. llevándolo por el pasillo, pasando el laboratorio. Se comporta con tanta confianza y facilidad que es desconcertante. Antes de doblar en la esquina, me mira y sigue con esa sonrisa escalofriante. Frunzo en respuesta, pero sé que no sirve. No me tiene miedo. Nadie lo tiene.

Miro a mi derecha y veo a las otras personas de los archivos en lo que creo que es la sala de reuniones. Paso silenciosamente por la puerta, sintiéndome un poco fuera de lugar. Después de todo, las personas en esta sala son seres increíbles y yo soy, bueno, yo. Steve Rogers, también conocido como Capitán América, está sentado a la mesa con Natasha Romanoff, una de las mejores espías y asesinas del mundo, sentada frente a él. El hombre con el que luchamos en el bosque, Thor, como recordé que se llama, está de pie en el lado opuesto, apoyando los brazos sobre el pecho. Es del espacio exterior, lo que es genial e increíble. También es muy atractivo, pero eso no es importante.

El más cercano a mí es Bruce Banner. Es unos años mayor que mi padre y definitivamente más inteligente que yo. Es todo lo que recuerdo haber escuchado hace unos meses antes de que papá y yo fuéramos a hablar con Ross sobre la Iniciativa. Un físico nuclear expuesto a la radiación gamma que terminó convertido en una enorme criatura verde. He escuchado muchas perspectivas diferentes. Algunos lo llaman delincuente, otros monstruo, otros lo consideran un científico con mala suerte, pero yo solo puedo llamarlo víctima.

Miro las pantallas en la gran mesa y veo cómo el Director Fury se para delante del cristal en la celda de Loki.

—Por si no ha quedado claro. Si intentas escapar o simplemente rozas este cristal —el Director Fury presiona un botón y el suelo desaparece debajo de la celda redonda.

Loki mira en la dirección, pero no parece asustado en absoluto. Yo lo estaría.

—Treinta mil pies de caída libre dentro de esta trampa de acero —grita Fury—. ¿Captas cómo funciona? —el suelo se cierra antes de que Fury apunte a Loki—. Hormiga —luego señala el botón—. Bota.

Cruzo los brazos sobre mi pecho al recordar lo que Loki nos llamó en las instalaciones.

Loki solo sonríe, caminando en círculo, inspeccionando su nueva prisión.

—Es una jaula impresionante. Diría que no se hizo —inclina la cabeza como si lo supiera— para mí.

Mis cejas se fruncen y mis brazos caen a mis costados en confusión.

Si no fue para Loki, ¿para quién fue?

Fury responde con el mismo tono amenazante.

—Para algo mucho más fuerte que tú.

—Algo he oído —Loki se gira lentamente para mirar a la cámara, como si pudiera vernos desde su posición.

Bruce Banner. ¿Construyeron una celda, una jaula, para Bruce Banner? Aprieto los puños con ira. Nunca he conocido al doctor personalmente, pero es evidente que esto es inhumano. Bruce Banner no es un animal o un criminal.

—Una bestia descerebrada que intenta aparentar ser un hombre —se burla Loki con una sonrisa.

Aprieto los dientes y una vez más cruzo los brazos antes de ver cómo Natasha y Bruce intercambian lentamente una mirada.

—¿Tan desesperado estás —exhala Loki antes de aumentar su volumen— que llamas a estas extrañas criaturas para que os defiendan?

—¡¿Tan desesperado estoy?! Amenazas a mi mundo con una guerra —Fury se acerca al cristal echando humo—, robas una fuerza que no podrás controlar. Hablas de paz y matas porque te divierte. Efectivamente, me has desesperado mucho —entonces aparece el amenazante Fury que conozco y me encanta (no es que lo admita en voz alta porque es un poco raro y extraño, pero me empezó a caer bien, incluso si ordenó secuestrarme hace unos días)—. Y te vas a arrepentir.

—Uuuuh —Loki entrecierra los ojos un poco antes de inclinar la cabeza hacia adelante para burlarse de Fury—. Te carcome haber estado tan cerca.

Aún sigo detrás del resto hasta que veo a papá aproximándose con Phil. ¡Sí! Me acerco y abrazo a Phil con fuerza. Parece un poco sorprendido por esto, pero rápidamente me devuelve el abrazo. Me alejo y le sonrío antes de escuchar a papá aclarándose la garganta de forma desagradable. Cuando lo miro, él levanta la barbilla y extiende los brazos expectante. Ruedo los ojos y le doy un medio abrazo débil del que se mofa. Me río en voz baja antes de darle un ligero empujón a su hombro y caminar de regreso a mi lugar para poder seguir viendo la pantalla.

—Tener el Teseracto, tener poder —Loki inclina su cabeza hacia atrás, retrocediendo—. Un ilimitado poder. ¿Y para qué? Una cálida luz para compartir con la humanidad, y que de pronto te recuerden cuál es el verdadero poder.

Verdadero poder.

Jesús, este tipo es espeluznante.

Fury sonríe.

—Pues avísame si el verdadero poder quiere una revista o algo.

Sonrío un poco a su broma antes de ver a Loki sonreír a la cámara otra vez.

—Quiero a la chica.

Mis pies retroceden de la pantalla como si el movimiento pudiera protegerme de las palabras de Loki. ¿A mí? ¿Qué querría alguien de mí? No sabía que era posible, pero este hombre se ha vuelto más espeluznante. Todos los demás se congelan y veo como Fury se detiene irritado. Siento que todos los ojos se vuelven hacia mí y mi cara sorprendida. Algunos se están dando cuenta de que estoy aquí. Procuro mirar a cada uno a los ojos, tratando de demostrar que soy dura. Oh, Señor. Mi cara empieza a palidecer por la atención tanto de las personas en la sala como del hombre aterrador en la celda. Mis palmas están sudorosas y mi estómago se siente pesado.

¿Cómo dices? —Fury regresa intimidante hacia el cristal.

—La chica —Loki dirige con aire de suficiencia a Fury—. La joven.

—Psh —me burlo irritada, cambiando mi peso de un pie al otro.

—La de antes. ¿Cómo se llamaba? —lo dice en diversión al tiempo que Fury lo mira furioso—. Ah, sí, Lisa Stark.

Puedo ver las manos de papá temblar un poco cuando su expresión se vuelve muy sólida.

—Ella no es de tu incumbencia —grita Fury, manteniendo su rostro tan medido y controlado como siempre.

Loki mira hacia la cámara para mostrar sus dientes prístinos.

—Es más importante de lo que piensas. Más de lo que piensa cualquiera, incluso su padre, o ella misma.

Mis ojos miran hacia mis zapatos, tragando el dolor de lo sinceras que suenan esas palabras. Aprieto los labios, pero no miro a papá a pesar de que puedo sentir su mirada. Es casi como si estuviera tratando de disculparse conmigo, convencerme de que soy importante. Por ahora, no quiero escucharlo. Natasha levanta la vista de la pantalla y de alguna manera le permito ver mis ojos. Solo me da una severa inclinación de cabeza, pero siento que es una alentadora porque me siento un poco así. No lo sé. Steve también me mira, pero no cometo el mismo error dos veces al permitir que alguien más vea mis ojos, incluso si es amable.

—Es muy interesante. Un poco débil, pero posee mucho potencial, ¿no crees?

Mis manos se juntan en puños y Fury solo le estrecha el ojo.

—Por lo que he oído, no sabías que Lisa Stark acompañaría a su padre. Me pregunto si empiezas a pensar que deberías haberle construido una de estas —Loki extiende sus manos en exhibición.

Mi cara se vuelve aún más profunda ante sus palabras.

—¿Cuál es tu fascinación con la señorita Stark? —Fury pregunta secamente, ignorando la insinuación del asgardiano.

Loki se ríe un poco, sacudiendo la cabeza como si fuera divertido.

—Ella vendrá a mí. Si quieres una respuesta, es que ella vendrá a mí.

Papá se posiciona a mi lado y sus hombros se enderezan como si se estuviera preparando para pelear. Tranquilamente tomo su mano y le doy un apretón, tratando de mostrar mi falta de preocupación. Fury da una burla divertida y arrogante que Loki no toma como respuesta. Deja la celda y la visión se torna negra. Ninguno habla, estamos demasiado atrapados en las palabras de sus conversaciones. La primero sobre la dominación del mundo y la segunda de, bueno, la mejor palabra para ello sería acoso. Igualmente, no creo que las órdenes de restricción funcionen contra los extraterrestres.

Por desgracia.

Bruce de repente habla con irritabilidad.

—Se le acaba cogiendo cariño.

—Loki prolongará esto al máximo —habla Steve, mirando al hombre musculoso de pie al borde de la mesa—. Thor, ¿qué planes tiene?

El hombre rubio se gira.

—Tiene un ejército llamado los Chitauri. No son de Asgard ni de otro mundo conocido —mis cejas se fruncen en confusión—. Va a comandarlos contra vuestro pueblo. Ellos le conseguirán la tierra. Supongo que a cambio del Teseracto.

El Teseracto. Papá y yo nos miramos mientras siento que todo el aliento abandona mis pulmones. Este es el fin del mundo. Los extraterrestres vienen a conquistar el planeta. Aprieto las manos en puños para evitar que tiemblen.

—¿Un ejército? —Steve pregunta incrédulo—. ¿Del espacio exterior?

Aunque estoy igual de exasperada, me río un poco por la nariz.

—Así que está construyendo otro portal. Para eso necesita a Erik Selvig —dice Bruce.

Pienso en ese pobre científico que fue convertido antes que yo. La miseria que deben soportar los cerebros de él y del agente Barton es casi impensable, algo que solo yo puedo comprender. Supongo que hay una razón principal por la que me siento tan desgarrada por el control del Doctor Selvig y el Agente Barton; estuve en la misma situación por apenas diez minutos.

—¿Selvig? —Thor luce confundido.

Bruce explica rápidamente:

—Es un astrofísico.

—Es un amigo —responde Thor, con la cara aún torcida en preocupación.

—Loki lo tiene sometido bajo un hechizo —dice Natasha antes de agregar en voz baja—: Con uno de los nuestros.

Clint Barton. Solo lo conocí en las instalaciones, pero fue suficiente para que me cayera bien. Intentó protegerme, a pesar de no saber absolutamente nada de mí. Siento que le debo algo. Por lo que leí en los archivos, es hábil con un arco y flechas. Es otro espía como Natasha. Son socios prácticamente imparables. Después de lo que he visto y leído, no es difícil decidir que odiaría enfrentarme a él en una pelea.

—¿Por qué Loki se ha dejado capturar? No podrá dirigir su ejército —dice Steve. Es un buen punto.

Steve cree que no está liderando un ejército desde el interior de esa celda, pero ¿y si lo es? Loki está demasiado contento de estar dentro de una jaula. El tiene un plan. Un plan para destruir a todos y todo. Y ninguno de nosotros puede hacer nada para detenerlo porque no tenemos idea de cuál podría ser su plan retorcido.

—No debemos centrarnos en Loki. El cerebro de ese tío es una jaula de grillos, huele a chiflado a kilómetros —Bruce insulta al hombre, negando con la cabeza.

—Ten cuidado con lo que dices —responde fríamente Thor—. Loki ha perdido la razón, pero es de Asgard y es mi hermano.

Con inexpresividad, Natasha responde rotundamente:

—Ha matado a ochenta personas en dos días.

Thor parece considerar esto antes de decir:

—Es adoptado.

Pongo los ojos en blanco y digo:

—Vale, ¿y lo que pasa conmigo?

Uh oh, la pregunta prohibida.

Todos se miran esperando torpemente que alguno tenga una idea. Papá no se ha apartado de mi lado y sigue pasándose la mano por el pelo, sumido en sus pensamientos. Tiende a hacer este hábito nervioso cada vez que se espanta. Nunca me gusta verlo, generalmente significa que yo tengo una muy buena razón para espantarme también.

—Sea lo que sea, definitivamente es personal —Steve rompe el silencio con el ceño fruncido, mirándome.

Siento que mi interior se estremece al pensarlo.

—Actúa como si te conociera, cuando claramente tú nunca lo has conocido o no recuerdas haberlo hecho.

—Bueno, ¿no es eso incómodo? —suelto una pequeña y débil risa.

Los ojos de papá me miran. Por cómo tiene un brazo cruzado sobre su pecho, su mandíbula descansando en su puño y sus ojos ligeramente entrecerrados, puedo decir que no está de humor para mis tontos chistes.

Asiento rápidamente, callando mientras miro hacia mis pies.

—Ella no hablará con él —papá se encoge de hombros casualmente, pero su rostro es muy serio—, punto y final.

Todos asienten y no puedo evitar soltar un suspiro de alivio. Estaba preocupada de que me tocara ir al interrogar al hermano rarito de Thor, también conocido como Señor Musculitos. Me alegra que todos pensemos lo mismo. Papá cambia rápidamente de tema, claramente no gustándole el anterior. Me desconecto por un tiempo, no estoy realmente interesada en la ciencia hasta que escucho la palabra 'portal'.

—... osea, que el portal no se desmoronará como ocurrió en S.H.I.E.L.D. —papá le da un ligero golpecito al brazo de Thor cuando lo pasa—. Sin resentimientos, guaperas. Menudo brazo tienes.

Sonrío antes de que papá continúe.

—También significa que el portal puede mantenerse abierto tanto tiempo como Loki quiera.

Maravilloso. Este tipo no solo puede abrir un portal a la galaxia, sino que también puede controlar cuándo y cómo lo usa.

Papá se acerca al frente de la mesa y se para junto a un par de pantallas levantadas. Es un buen lugar para observar la sala llena de hombres y mujeres que trabajan en las computadoras. Tendría sentido que este sea el puesto Fury.

Papá continúa, bromeando:

—Uh, el palo de mesana, desplieguen las velas superiores.

Bueno, por malo que sea el momento, tiene sentido si este es un "barco." Osea, Fury tiene un parche en el ojo. 'Arrrrg' es lo que dice el pirata. Oh Dios, realmente necesito poner mis bromas en orden.

Papá repentinamente señala a un agente aleatorio en medio del gran mar frente a nosotros, y anuncia:

—¡Ese hombre está jugando Galaga! Creía que no nos daríamos cuenta. Pero sí.

Al notar que lo han atrapado, el agente cambia rápidamente las pestañas del computador. Ruedo los ojos. Genial, el destino del mundo está en manos de un idiota que juega a los marcianitos cuando debería estar haciendo su trabajo de agente secreto tecnológico.

Papá se tapa el ojo y mira las pantallas de Fury frente a la mesa.

—¿Cómo consigue Fury ver esto?

Una agente femenina de aspecto poco presionado responde rotundamente:

—Se vuelve.

Mis cejas se fruncen un poco mientras papá continúa moviéndose alrededor de los monitores; soy la única en notar que discretamente desliza un botoncito debajo del lugar de trabajo del Director. Hacemos un breve contacto visual y parpadeo en comprensión. Nadie puede saberlo. Mi cara vuelve a estar en blanco y papá continúa con el espectáculo.

—Es agotador —suspira antes de volver a hablar—. El resto de materias primas, el Agente Barton puede conseguirlas fácilmente. El componente principal es una fuente de alimentación de alta densidad de energía, algo que arranque el cubo.

—¿Desde cuándo es usted un experto en astrofísica termonuclear? —pregunta la agente no impresionada, un poco sorprendida mientras mantiene los brazos cruzados.

—Desde anoche —le resoplo un poco antes de que continúe—. El paquete, las notas de Selvig, la teoría de la extracción —papá mira a su alrededor—. ¿Soy el único que se lo ha leído?

Levanto la mano con timidez. Me quedé dormida, pero al despertar las terminé. Eran aburridas. Todos me miran y me sonrojo, bajando rápidamente la mano y apartando la vista. Por el rabillo del ojo, veo a Natasha sonriendo con cariño y girando ligeramente en su silla. Steve parece asombrado y tal vez confundido. Bruce luce impresionado y Thor solo parpadea de mí a papá. No me siento tan triste si puedo impresionar al "Dios del Trueno"; él viaja entre planetas y puede controlar los rayos con un martillo que nadie más puede levantar. Creo que puedo vivir con él parpadeando.

Papá junta el pulgar y el dedo medio antes de señalar en mi dirección.

—Y por eso eres mi hija.

Steve rápidamente nos ignora.

—¿Loki necesita alguna fuente en particular?

Ofrezco una respuesta, asintiendo con maestría.

—Um, le tocaría calentar el cubo a ciento veinte millones de Kelvin solo para romper la barrera de Coulomb.

Pero eso no parece ayudar a Stev; sus cejas rubias se fruncen y aparecen arrugas en su frente.

Papá se ve pensativo, caminando de regreso a mi lado de la mesa.

—A menos que Selvig sepa cómo estabilizar el efecto túnel cuántico.

Bruce frunce un poco las cejas mientras agrega:

—Si es así, podría conseguir la fusión de iones pesados en cualquier reactor del planeta.

—¡Por fin! ¡Alguien que habla mi idioma! —aclama papá, felizmente señalando a Bruce.

Steve mira a su alrededor con las cejas arqueadas y la barbilla levantada.

—¿Eso acaba de ocurrir?

Me río un poco.

—Una se acostumbra.

Miro como papá y Bruce se dan la mano respetuosamente.

—Un placer conocerle, Doctor Banner. Su trabajo sobre las colisiones de anti-electrón no tiene parangón —papá asiente con la misma expresión de felicidad.

Me alegra que no piense en Bruce como muchos de los demás.

—Y me apasiona su descontrol para transformarse en un monstruo enorme y verde.

Ugh.

Bruce frunce los labios y mira brevemente hacia abajo.

—Gracias.

Fury entra abordando lo que papá acaba de decir.

—El Doctor Banner solo está aquí para rastrear el cubo. Espero su colaboración.

Lo miro en cuestión, con la esperanza de que ofrezca alguna idea de por qué el tipo en lo alto de mi lista espeluznante me quiere. No soy nadie. Solo soy una chica de dieciséis años que resulta ser la hija ilegítima y un poco loca de un multimillonario excéntrico. No soy importante para que alguien preste atención, especialmente cuando hay tantas cosas mucho más peligrosas en las que el hombre podría estar enfocándose. Mi cabeza se mueve un poco hacia adelante y hacia atrás mientras intento desesperadamente llamar la atención de Fury. Parece estar evitando mirarme o reconocerme. Pase lo que pase, no quiere abordarlo. Qué maravillosamente exasperante. Finalmente, me doy por vencida con un resoplido.

—Yo empezaría por ese bastón —Steve se inclina hacia adelante sobre sus codos—. Quizá sea mágico, pero funciona como un arma de HYDRA.

Es verdad. He investigado mucho y el cetro de Loki parece funcionar como lo que he leído de los archivos. HYDRA era una rama muy grande del nazismo en la época de Steve. Él y sus Comandos Aulladores, como se llamaba a su equipo, lucharon contra HYDRA durante muchos años hasta que Steve los derribó antes de congelarse. Aunque esté feliz de que se hayan ido, no puedo evitar recordar lo aterradoras que eran sus armas superiores. No se parecían a nada que haya visto o escuchado antes o después.

Fury no parece tan convencido.

—Yo eso no lo sé, pero recibe la energía del cubo. Quiero saber cómo lo ha usado Loki para convertir a dos de los hombres más listos que conozco en sus monos de feria.

Obtenemos un poco más de la década de Steve y las barreras galácticas de Thor antes de que papá mire a Bruce y diga:

—¿Jugamos, doctor?

Bruce está de acuerdo.

—Por aquí, señor.

—Supongo que ahora me toca seguirlos —mi voz es ligera y me encojo de hombros, sintiéndome un poco inútil.

Soy como una pieza de repuesto; es bastante molesto. Loki mencionó el hecho honesto de que ni siquiera debo estar aquí. Tendría que estar con Pepper en D.C., pero me hallo aquí y no hay absolutamente nada que pueda hacer.

Antes de ver a ese tonto agente cambiar a Galaga, giro los ojos y camino hacia la puerta donde papá me espera con Bruce. Una mano repentina se aferra a mi brazo y retrocedo sorprendida, dejando escapar un jadeo. Miro al ojo de Fury y frunzo el ceño. Papá se acerca un poco, siendo tan protector como siempre, pero aún así me sorprende. ¿Por qué papá pensaría que necesito ser protegida de Fury?

—Vaya, hola a usted también —mis ojos se entrecierran y no me molesto en quitar la confusión de mi tono.

—Señorita Stark —finalmente me reconoce, pero no me suelta el brazo.

Furry, ¿le gustaría decirme por qué está tan malhumorado? —pregunto, tratando de sonar como Tony Stark.

Me pregunto si ese es mi mecanismo de defensa. Siempre que tengo miedo o no estoy segura, trato de sonar lo más sarcástica posible. Intento sonar todo lo que pueda a Tony Stark. Supongo que, a pesar de lo que diga cuando estoy enojada, quiero ser como él, igual que ese niño en la Expo. Estaba dispuesto a pelear porque era lo que le había visto hacer. Mi padre es mi defensa. Siempre lo ha sido y rezo para que siempre lo sea.

Fury suelta su mano de mi brazo antes de decir con indiferencia:

—Me gustaría verte en la sala de reuniones en tres horas. ¿Entendido?

—¿Puedo preguntar? —pido permiso.

—No —responde sin pestañear.

—Bien —me encojo otra vez y lo paso para seguir a papá fuera de la sala.

Cuando no se mueve de su lugar, le doy una mirada graciosa.

Él mira a Fury largo y tendido antes de decir humildemente:

—Ella está aquí por mí. No por ti.

La forma en que lo dijo casi parece una disputa sobre una chica que le gusta. Miro entre ellos, confundida. Ninguno dice nada por un largo momento; solo se miran con el ceño fruncido. Le levanto una ceja a Natasha, esperando que ella aclare mi mente.

Tú y Loki —dice.

—Oh —digo con un movimiento lento y cuidadoso.

—Quería recalcarlo —papá no aparta los ojos de él por otro largo momento.

Luego pone su mano sobre mi espalda y me guía lejos de los demás. Suspiro, un poco molesta porque papá está siendo, bueno, papá. A medida que avanzamos por los largos y confusos pasillos, lo miro para poder regañarlo. Aunque la mirada que me dirige rápidamente me hace cerrar la boca.

Papá protector: 1.

Lisa: 0.

Continuamos siguiendo a Bruce hasta llegar a un gran laboratorio lleno de equipos que me recuerdan a nuestro taller. Sin embargo, esto parece más de ciencia que mecánico. Me paso mechones suelto detrás de las orejas y me acerco al cetro enfundado en la parte superior de la mesa. Es de metal y se curva al final de forma puntiaguda. Es tan extraño y espeluznante como su dueño.

—¿Para qué lo pretende usar?

—Para algo horrible, estoy seguro —Bruce camina a mi lado, estudiando el cetro a través de sus lentes.

Me vuelvo hacia él y le tiendo la mano.

—¡Hola! Soy Lisa Stark, lo que debería ser bastante obvio ahora, pero ya sabe, sutilezas y todo eso.

Bruce parece sorprendido por mi alegre y largo saludo, como si esperara que me alejara de él. Sigo sonriendo.

—Bruce Banner —duda en estrecharme la mano y al principio no entiendo por qué.

Lentamente, miro mi mano y me doy cuenta de que esta es la primera vez que ve mi propulsor. La piel se ha curado bastante bien alrededor de los bordes del metal, pero sigue un poco cicatrizada y desteñida. No sabe si soy segura. Me sonrojo de vergüenza mientras papá se mueve a mi lado como si me sintiera.

De repente, Bruce toma mi mano.

—No sabía si iba a hacerte daño.

Lo miro con los ojos muy abiertos.

—¿Qué?

Bruce luce confundido ante mi propia confusión.

—He investigado sobre su padre, señorita Stark, y tú fuiste una gran parte de ello. Me doy cuenta de lo dolorosos que deben ser los propulsores. No sabía si ejercer presión contra ellos dolería.

Tengo ganas de abrazarlo. Pensé que tenía miedo de que yo le lastimara y, sin embargo, era al contrario. Nadie ha visto mis propulsores como un peligro para mí, siempre como uno para ellos. La gente se da cuenta de que puedo controlarlos, pero eso no significa que no me vean como una amenaza. Aún hay personas que piden mi encarcelamiento y me llaman un peligro para la sociedad. Pero supongo que alguien que ha recibido lo mismo lo entendería.

Aliviado, papá me pasa el brazo por los hombros.

—¿Lista para trabajar, pequeñaja?

—Sip —me volteo con una sonrisa.

Lo siguiente que sé es que papá y yo estamos trabajando en las pantallas mientras tratamos de descubrir cómo se alimenta el cetro. Papá sigue deslizando diferentes ecuaciones y algoritmos en mi dirección para que pueda ayudarlo a hacerlos más rápido. Me duele el cerebro por todo el estrés matemático. Odio las mates. Son de lo peor. Sí, el énfasis era necesario. Bruce está estudiando el cetro, comprobando si hay radiación gamma. Prefiero ayudarlo a él que hacer esto.

—¿Qué crees que quiere Fury? —cuestiona papá sin mirarme.

—Ni idea —digo pensativamente—. La última vez que quiso que me encontrara con él —esa es una buena manera de decirlo; en realidad, él irrumpió en el apartamento de Pepper y esquivó una lámpara— fue porque te estabas muriendo —le enarco una ceja—. No te estás muriendo, ¿verdad?

Rueda sus ojos hacia mí antes de usar su dedo para crear un círculo alrededor de su cara.

—Esta carita es demasiado sexy para morir, Lees.

—Eres demasiado espeluznante para las palabras, papá —ruedo los ojos hacia atrás—, esa no era la respuesta que estaba buscando, pero vale —sacudo la cabeza y suspiro, volviéndome solemne otra vez—. No estoy segura de lo que quiere.

Él aprieta la mandíbula como si ya supiera lo que Fury ha planeado.

—Papá —le toco el hombro, bromeando—, estoy bien. No es la primera vez que tengo un bicho raro haciendo preguntas sobre mí.

—Eso me hace sentir mejor —presiona sus labios en una delgada línea antes de inclinarse un poco más y pregunta en voz baja—. ¿Quieres que vaya contigo?

Sonrío por la forma en que sus hombros están encorvados, dándole la espalda a Bruce para que podamos tener una conversación "privada" en la que pueda responder con honestidad. Es como si no quisiera avergonzarme frente a los otros niños en una nueva escuela. No sabe si quiero que me acompañe el primer día. Entonces, le sigo en juego.

También me acerco un poco más y digo con la misma tranquilidad:

—Estaré bien. No quiero que los otros empiecen a burlarse de mí al pensar que necesito a mi padre para llegar a clase.

Él se ríe, mirando hacia su trabajo. Echo un vistazo a Bruce desde mi hombro, frunciendo los labios. No sé si debería preguntar o no. Incluso si solo estaba bromeando, me siento parecido y no quiero ser esa niña débil, asustada e incompetente de dieciséis años que no puede hacer nada. Quiero que estas personas piensen que puedo apañármelas.

—Um, ¿papá? —susurro, golpeando con el dedo contra una pantalla cercana y luego en algunos papeles.

—¿Sí, Lees? —responde distraídamente.

Salto un poco en mi asiento, insegura de mis siguientes palabras.

—El plan de Loki —veo sus hombros tensarse—, sea lo que sea, como diablos funcione —papá me mira lentamente y yo lucha por decir mis siguientes palabras—. Si da luz verde, ¿qué vamos a hacer?

Papá parpadea hacia sus manos, pensando cuidadosamente.

—Pelearé.

—¿Y si no puedes ganar?

Me toma de las manos y me gira para mirarlo de frente.

—Confías en mí, Lisa, ¿verdad?

Papá —pongo los ojos en blanco.

—¿Confías en mí? —su agarre se aprieta en mis manos.

—Por supuesto.

—Entonces sabes que cuidaré de ti —sus ojos se fijan en los míos antes de tocar juguetonamente mi mejilla con su nudillo—. ¿Está bien, pequeñaja?

—Sí.

Bruce se aclara la garganta torpemente, no queriendo interrumpir. Ambos nos volvemos hacia él para que pueda sentir que es libre de hablar.

—Las lecturas gamma concuerdan con los informes de Selvig sobre el Teseracto. Pero tardaremos semanas en procesarlas.

Me desconecto de ellos. Desafortunadamente, tengo que volver a las ecuaciones que aparentemente son importantes. Lo que daría por mi cama en Malibú, un poco de leche con chocolate y una caja de donuts glaseados. Wow, suena fantástico. Quien dijo que el camino hacia el corazón de una chica es a través de diamantes y joyas es un idiota. Juro que si un chico me pide matrimonio escribiendo "cásate conmigo" con donuts, diría "sí". Inmediatamente. Bah, ahora tengo hambre.

De improviso oigo una descarga y me giro para ver a papá pinchando a Bruce con una cosa eléctrica.

—¡Ow! —Bruce salta y sostiene su costado, mirando a su atacante.

—¡Papá! —lo regaño, enfocándome en mi padre estudiando a Bruce por cualquier reacción aterradora—. ¡Eso fue cruel!

Por el rabillo del ojo, veo que la puerta se abre y Steve entra con una expresión de enojo.

Papá mira de reojo a Bruce, sobresaliendo la barbilla.

—¿Nada?

Seguramente me desquiciaría si me golpeara con eso.

—¡Eh! —Steve le dice a papá—. ¿Está loco?

—Quizás —papá se vuelve hacia Bruce, impresionado—. Ha aprendido a contenerse. ¿Cuál es tu secreto? ¿Jazz? ¿Percusión? ¿Una bolsa de hierba?

Ruedo los ojos, pero estoy sonriendo un poco por las burlas de mi padre.

—Oh, Dios.

—¿Usted se ríe de todo? —Steve lo fulmina con la mirada.

Papá lo señala.

—De lo gracioso.

Ja.

—Amenazar la seguridad de la gente —por alguna razón, Steve elige señalarme como una representación de 'gente'— de esta nave no es gracioso —mira a Bruce y dice cortésmente—: No se ofenda, doctor.

Bruce le resta importancia.

—No, no, no importa. No estaría aquí si no pudiera soportar las cosas puntiagudas.

—Va de puntillas, hombretón —papá golpea su brazo—. Sea más lanzado.

Steve lo regaña.

—Y usted céntrese en el problema, señor Stark.

¿Por qué Steve está enfadado todo el rato?

—¿Cree que no lo hago? ¿Por qué nos ha llamado Fury, por qué ahora? ¿Por qué no antes? ¿Qué nos oculta? No puedo formar la ecuación sin las variables.

Parpadeo, pensando en eso.

Quizás Loki no es el único que tenga un plan que no conocemos.

—¿Cree que Fury nos oculta algo? —Steve luce sorprendido.

—No te ofendas, Steve —llamo su atención—, pero no llevas aquí mucho tiempo. Por mucho que me guste el Director Fury, está claro que se guarda un montón de cosas.

—Mmhm. Es un espía. Capitán, es el espía —papá está de acuerdo conmigo—. Todo es un secreto —señala a Bruce—. A él también le escama, ¿no?

Bruce no quiere involucrarse.

—Uh, yo solo quiero terminar mi trabajo aquí y...

—Doctor —inquiere Steve.

Todos lo miramos, esperando.

Bruce tarda un momento en responder.

—Una cálida luz para la humanidad, la puya de Loki a Fury acerca del cubo.

—Sí, lo oí.

Bruce me señala de papá a mí.

—Creo que iba dirigida a vosotros —miro a papá, quien apenas me mira, mientras Bruce continúa—. Incluso aunque Barton no le haya hablado a Loki de la torre, ha salido en todas las noticias.

Steve hace una mueca.

—¿La Torre Stark? ¿Ese horrible...? —papá y yo le echamos una mirada y él trata de aclarar sus palabras—, ¿y gran edificio de Nueva York?

Suspiro y me giro en mi silla. Bruce continúa soltando algunos puntos realmente buenos. Cuanto más él y papá comienzan a hablar, más empiezo a temer la verdad sobre lo que S.H.I.E.L.D. está haciendo. Pensé que podíamos confiar en ellos. Salvaron la vida de papá. Y Natasha trabaja allí. Entiendo que hay una cantidad muy limitada de honestidad, pero es una agencia secreta del gobierno, por lo que se puede esperar.

Algo que Steve pregunta me llama la atención.

—Perdone, ¿ha dicho...?

—Jarvis está en ello desde que llegué al puente —oh, están hablando de lo que puso sin que los demás se dieran cuenta—. En breve conoceremos los trapos sucios que S.H.I.E.L.D. intenta ocultar —sostiene un paquete de arándanos—. ¿Un arándano?

—Uy —salgo de mi asiento y me acerco a papá.

Mis dedos entran en la bolsa cuando Steve dice con dureza:

—Y aún no entiende por qué no querían contar con usted.

Papá responde:

—¿Una organización de inteligencia que teme la inteligencia? Históricamente, no es raro.

—Creo que Loki quiere que nos confiemos —los escalofríos recorren mi piel al mencionar su nombre—. Quiere iniciar una guerra y, si no estamos muy centrados, lo va a conseguir. Tenemos órdenes, cumplámoslas.

La vida no se trata de seguir órdenes. No digo que llegues a vivir sin seguir ningún código moral, pero cuando otras personas te dicen lo que hacer, debes decidir qué está bien y qué está mal. No creo que cumplir a ciegas sea la respuesta correcta.

Y estoy a punto de desahogarme, pero papá responde con una respuesta menos moral y mucho más sarcástica.

—Cumplir órdenes no es mi estilo.

No puedes discutir con eso, ¿verdad?

Steve sonríe con amargura.

—Y su estilo lo es todo, ¿no?

Ouch.

Algo brilla en los ojos de mi padre, algo que no puedo entender. Steve lo impactó de alguna formado. Ha tocado un nervio. Su comentario lo ha lastimado. Pero ya sé lo que hará y dirá. Hará lo que siempre hace. Responderá con sarcasmo e insultos porque oculta lo que esté sintiendo; esconde su dolor debajo de su exterior arrogante por miedo a mostrar debilidad. Nadie más puede verlo, excepto yo.

Papá se da la vuelta un poco.

—De los que estamos aquí, ¿cuál, A, lleva un traje chillón y B, no aporta nada?

Dejo escapar un suspiro.

—Steve —Bruce, afortunadamente, habla antes de que las estúpidas disputas entre los dos puedan continuar—, dígame que nada de esto huele a chamusquina.

Steve parece casi convencido por un momento.

—Encuentren el cubo.

Se voltea y sale bruscamente del laboratorio; puedo decir que su mente se tambalea al pensar que S.H.I.E.L.D. esconde algo. Miro hacia abajo y veo que mi mano se encuentra aún dentro del paquete de arándanos. A ver, tengo hambre. Finalmente voy a tomar un par cuando papá se aleja, dejándome con las manos vacías. Suspiro en derrota y remordimiento.

—¿Y mi padre siempre hablaba de ese tío? Creo que estaba mejor en el hielo.

—Papá —le digo en mi mejor tono maternal, sacudiendo la cabeza y haciendo una mueca hacia él.

Ignora mi mirada y comentario para simplemente encogerse de hombros.

Bruce, una vez más, no toma partido.

—Él no se equivoca respecto a Loki. Nos lleva ventaja.

—La única pregunta es: ¿qué tan grande es su ventaja? —cautelosamente me acerco a ellos junto a la mesa de trabajo—. Tiene que ser descomunal para sentirse tan seguro.

Papá vuelve a ser sarcástico.

—Lo que tiene es una caja de dinamita ACME —ni siquiera sé qué es, pero puedo leer el contexto—, que le va a estallar en la cara, y no pienso perdérmelo.

—Yo me enteraré por la prensa —Bruce asiente con una pequeña y triste sonrisa.

Le doy una mirada divertida.

—¿No cree que peleará si se trata de eso, doctor?

Bruce frunce los labios.

—No, es mejor si no lo hago. Haré daño o mataré a alguien. Cuando —se detiene y parpadea con fuerza, lo que no sabía que era posible, pero lo hace—, cuando no soy yo, nunca es fácil saber de qué lado estoy. Es mejor si me mantengo al margen.

—Uh-huh —papá sacude la cabeza, todavía masticando los arándanos tan deseados—. Se pondrá un traje y se unirá a nosotros —me señala de repente—. Tú no cuentas en nosotros.

Ruedo los ojos antes de que Bruce diga:

—No, verá. Yo no llevo traje ni armadura. Voy a pelo, en carne viva. Es una pesadilla.

—Yo tengo un racimo de metralla que a cada segundo intenta abrirse paso hasta mi corazón. Esto la frena —señala su reactor ARK antes de mirarme tristemente—. Lisa tiene dos propulsores metálicos en el palmas y cables especiales enroscados en sus venas para alimentarlos. Estas cosas, el reactor, los propulsores, los cables, forman parte de nosotros. No es solo armadura. Es un... —hace una pausa, pensando—, terrible privilegio.

Supongo que nunca lo he pensado así.

—Pero vosotros lo podéis controlar —Bruce asiente con la cabeza, todavía discutiendo su punto.

En su mayor parte, pienso, pero no lo digo en voz alta.

—Porque aprendimos a hacerlo —me levanto sobre la mesa y cruzo las piernas—, y mírese ahora, doctor Banner. Está aprendiendo. ¿Cómo lo hace?

Él hace caso omiso de mi pregunta. Intento un enfoque diferente.

—No importa cómo lo vean esas personas; no tiene que creer ser la persona que ellos dicen. La forma en que se ve a sí mismo es más importante que lo que vean los demás.

Esas son hermosas palabras para dar un consejo, pero yo ni les hago caso.

Papá me sonríe un poco con esta mirada distante en sus ojos.

—Es diferente —Bruce rápidamente se vuelve hacia el ordenador antes de que papá deslice la información que está estudiando para que escuche.

—Eh, leí lo de su accidente. Cualquier otro en su lugar habría muerto.

—¿Está diciendo que Hulk —Bruce hace una mueca ante sus propias palabras—, el otro tío, me salvó la vida? —asiente sarcásticamente—. Es un bonito sentimentalismo. ¿Y lo hizo para qué?

Papá hace una pausa antes de sonreír un poco.

—Lo averiguaremos.

Me saca de la mesa y lo sigo de regreso a nuestra sección de trabajo.

—Puede que a él no le guste —susurra Bruce a nuestras espaldas.

—Puede que a usted sí.

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