19. Tannie.

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El encuentro comenzó y esta vez pareció ser más fuerte, más vívido, más extrañamente real. Jeongguk miró el cielo, no sabía bien qué era, si estaba amaneciendo o simplemente el atardecer se estaba abriendo paso en todo el cielo de la playa de Busan. Atesoró ese momento y lo guardó en su memoria, se fue por su segunda opción porque era más parecido a un atardecer. Era... simplemente hermoso, las nubes grises quedaban opacadas con el hermoso reflejo rojo que el sol creaba en estas. Jeon se dijo a sí mismo que parecía que el cielo estaba prendido fuego.

Fueron segundos cuando Tae apareció y más allá de ellos, el muchacho de nariz de botón que había aparecido encuentros atrás, también estaba ahí y les sonreía mientras los saludaba con sus pequeñas manos. Jeongguk y con un asentimiento le devolvió el saludo, Taehyung sonrió en grande y con ambas manos lo saludó.

—Pareces muy feliz.

—Primero que nada, hola amor—Murmuró el de piel canela pasando sus brazos por el cuello del mayor para entrelazar sus manos en su nuca y besarlo suavemente.

—Hola bebé. Hace como dos días que no te veo, te extraño mucho—Se quejó Gguk pasando suavemente su nariz por la mejilla de Taehyung, sintiendo el aroma a cítricos que él desprendía.

—Ya, pronto vamos a poder vernos. Estás haciendo tu trabajo y es tu responsabilidad como artista que te mantengas conectado en las redes sociales. Además Jin hyung me dijo que estabas trabajando en tu nuevo álbum—El mayor por alguna razón se sonrojó con fuerza y Tae lo notó. Seokjin y su gran bocota que nunca podía mantenerse cerrada, era un secreto todo eso y era él mismo quien quería decírselo a Taehyung porque había como tres canciones que había escrito inspiradas en él. Pero le daba vergüenza decirle todo eso, así que simplemente cerró su boca y miró para otro lado—. Hay algo que no estás diciéndome—Dijo Tae con voz suave.

— ¿Cómo...—El de piel canela sonrió con los labios pegados antes de tocar su pecho y que Jeon asintiera con su boca abierta un poco en sorpresa.

—Tus sentimientos y que además haces estas cosas cuando ocultas algo, mirar para otro lado y fruncir tus labios.

— ¿Tan fácil soy de leer?—Pero el menor negó con su cabeza y un lindo rojo se apoderó de sus mejillas.

—En realidad no, pero te presté atención. Los gestos que muchos pasan por desapercibidos, me los aprendí y sé cuando algo te disgusta y quieres disimularlo, o como ahora, que intentas ocultar algo. Si es muy difícil para ti decirlo, no lo hagas, pero cuando quieras hablarlo aquí estoy para ti—Jeon lo abrazó con fuerza y soltó una pequeña risita.

— ¿Recuerdas que te dije que te vi en el aeropuerto cuando llegaste a Corea?

—Sí, claro. También lo recuerdo, habían muchas personas ese día esperando por ti.

—Esa tarde me sentí inspirado y escribí tres canciones, todo gracias a ti—Tae levantó sus cejas sorprendido y luego sonrió, arregló suavemente con sus largos dedos los mechones del largo cabello que se interponían en los ojos de Jeon antes de besarlo; suave, dulce, aterciopelado, así de perfectos se sentían los labios de Taehyung contra los suyos—. Son... son canciones que aún no están listas, pero apenas lo estén, serás el primero en escucharlas porque son para ti.

El tal Jimin se acercó a ellos con una sonrisa antes de señalar con su cabeza a alguien detrás de ellos, ambos se dieron vuelta encontrándose con la linda figura de Yoongi que miraba todo en confusión, entendiendo por fin el porqué Taehyung se le hacía conocido de algún lugar, entonces la creencia que tuvo desde el principio en lo que Jeon le había comentado el día que Kim empezó a trabajar en Golden Closet se hizo más fuerte, como si todo se hiciera más claro ante sus ojos y a pesar de todo, sonrió. Era parte de esa extraña situación que estaba sucediendo y le gustaba sentirse parte de todo, como si al fin hubiera encontrado esa otra parte en el mundo. Pero había algo distinto porque el otro muchacho que estaba en el lugar lo ponía nervioso y Yoongi no se ponía nervioso con casi nada, y ese casi nada era Hoseok quien a veces con los comentarios que soltaba lograba hacer que todo su sistema se saliera de control. Si mal no recordaba (porque él tenía una muy buena memoria) y por lo que el muchacho le había comentado en el encuentro meses atrás, su nombre era Jimin, había cumplido los 25 hacía muy poco y hacía un año que se encontraba ejerciendo en una carrera que no muchos creían que podría ejercer ahí en Corea. 

La pareja observó todo atentamente, Taehyung con un sentimiento en su pecho que Jeongguk llegó a sentir como si fuera suyo. Entonces, el mayor supo qué estaba sucediendo, mirando a su lindo novio unos segundos antes de tratar de que sus ojos pudieran enfocar el hilo rojo invisible que creía que ataba el alma de su asesor de imagen con la del pequeño chico que parecía un tierno patito, pero simplemente no podía. Él no había nacido con ese don, no muchos eran quienes lo poseían y que Tae fuera una persona cercana a él, y también uno de esos pocos que podían ver el hilo rojo lo hacía todo aún más especial. 

— ¿Estás viendo su hilo?—Susurró suavemente contra el oído del contrario haciéndolo pegar un pequeño saltito en su lugar por el hecho de que estaba muy concentrado en mirar a Yoongi y Jimin que habían empezado a hablar—. No me has contestado al instante eso quiere decir que sí, lo estás viendo y Gigi, y el otro muchacho están conectados. Sí, así como tú y yo.

—Sí, Ggukie. Ambos están conectados, pero todo es casi como magia—Jeongguk no había entendido muy bien a qué se refería así que simplemente se lo quedó mirando esperando que él le explicara—. Su hilo, es casi mágico, fantasioso diría. Porque en un momento el hilo del tal Jimin se encontraba apagado, pero cuando Yoongi hyung apareció este simplemente comenzó a brillar de un precioso rojo. Todo esto que sucede es como un cuento fantasioso, pero si te soy sincero me encanta como sucede.

—A mí también, por más poco creíble que suene todo, por más fantasioso que sea, estos momentos que comenzamos a tener, los encuentros, mis sentimientos por ti, todo no lo cambiaría por absolutamente nada. Te conocí y me hiciste feliz, llenaste muchas partes que se encontraban vacía e iluminaste cada parte de lo oscura que mi alma se estaba volviendo, ya fuera por la presión que estaba sintiendo, por siempre exigirme de más o por el hecho de que estaba cansado de siempre lo mismo, de sentirme inferior y creer que nunca iba a poder tener momentos como los que estamos teniendo, por llegar a pensar que nadie me amaría tanto como tú lo estás haciendo. Quiero devolverte todo y mucho más que eso. 

—Desde que llegué no he tenido tantos ataques de ansiedad y eso es todo gracias a ti. Has sabido ayudarme desde el momento cero que comenzamos con esto y estoy muy agradecido porque no solo me has ayudado a calmarlos sino que también has ayudado en que busque ayuda aquí. Yo no sé cuánto esto durara, pero mientras tanto quiero pasar contigo cada momento, ayudarte en cuanto pueda y amarte de la forma en la que tú has comenzado a hacerlo. No hace falta que me devuelvas algo porque estoy para ti siempre que me necesites, estoy para apoyarte y ambos estamos juntos para complementarlos ¿Lo entiendes?—Jeongguk asintió y antes de que el menor notara las lágrimas que habían atacado sus ojos, lo besó.

ଘ(੭ˊᵕˋ)੭* ੈ✩‧₊˚

Jeongguk se encontraba aburrido mientras sus ojos estaban en la computadora del estudio, ese día había hecho algunos arreglos a algunas bases que había realizado con anterioridad. Hoseok estaba a su lado, tocando algunas cosas en la consola mientras el manager de Jeon junto a algunas personas quienes eran los que le daban el visto bueno a los álbumes del artista, le indicaban algunas cosas. 

—Creo que estas cuatro no deberíamos incluirlas—La cabeza del pálido se levantó en el momento que escuchó y observó a la muchacha que había abierto su boca. Hoseok se tensó en su lugar cuando notó el comportamiento de Jeongguk porque lo conocía a la perfección y sabía que a pesar de que tenía el rostro relajado por dentro estaba siendo, seguramente, un manojo de nervios. Las cuatro canciones que la muchacha del equipo de revisión había señalado, incluían las tres que había hecho para Taehyung.

Jeon se dijo que ellos estaban haciendo todo adrede porque le había dado una explicación a su manager de lo importantes que esas canciones eran y que necesitaba sí o sí que aparecieran en el nuevo álbum, pero el artista también sabía cuán maldito ese hombre podía ser, y si realmente el hombre abría su boca ahora para decir que sí, que no iban a estar incluidas, él lo despediría y no le importaría absolutamente nada que quisiera decir toda su verdad. Porque ya estaba cansado de las amenazas y que ese hombre idiota quisiera controlar su vida. Tenía casi veintiséis años, no era un niñito que aún no sabía cuál era su lugar en el mundo, Gguk ya lo había descubierto y no iba a permitir que nadie llegara a impedirle de cumplir el objetivo que se había propuesto. 

— ¿Por qué justamente esas canciones?—Preguntó en un tono tan bajo que causó escalofríos a casi todos los presentes—. Esas canciones tendrán más éxito que algo de lo que ustedes puedan escribir, así que no permito que las saquen—Hoseok soltó un muy bajito "Uuh" antes de seguir haciendo su trabajo, cosa que no podía porque el ambiente se había vuelo tenso y pesado. 

El manager de Jeon sonrió con algo de burla antes de alegar que no estaban quitando ninguna canción, ya que, ese álbum era importante para el artista. Ese era una de las libertades que él tenía, sus álbumes podían ser como él quisiera, él componía, escribía y producía teniendo obviamente la ayuda de Hoseok y algún que otro productor que tenía la confianza de ambos. Sus trabajos eran de ellos y nadie más tenía permitido tocarlos a menos que fueran ellos quienes dijeran que necesitaban algún que otro arreglo.

— ¿Terminamos?—Murmuró Gguk antes de tomar sus cosas rápidamente y levantarse de su lugar, sin mirar a nadie. Seguía molesto porque su mánager se estaba burlando de él.

Al salir del lugar pareció un milagro cruzarse con Namjoon que lo interceptó al notar su rostro molesto, le preguntó si las cosas iban bien o si alguien lo había molestado por el tema de la foto, pero el muchacho negó con su cabeza y simplemente dijo que el idiota que tenía por mánager ya lo tenía harto, y que, lo mejor era que todo eso se terminara de una vez por todas porque a la próxima burla que el hombre le hiciera, lo golpearía. Jeongguk se retiró de KJ Entertainment con un sabor amargo en su boca y un nudo molesto en su estómago, se subió en su camioneta y la arrancó saliendo del estacionamiento subterráneo del lugar. 

Su celular sonó, indicándole que unos cinco mensajes habían llegado en menos de ocho minutos que lograron ponerlo en alerta y que el nudo en su estómago se volviera más tenso. Pero respiró normal cuando se dio cuenta que solamente había sido su prima Jeongyeon, preguntándole si estaba en camino a su lugar de trabajo. 

Gyeon:

Gguk , ¿estás viniendo?

Tengo hambre y tengo que cerrar el lugar un momento.

Gguk

Gguk

Gguk

Tú:

Eres molestaaaaaa

Yendo.

—Al fin llegas—Murmuró molesta la pequeña muchacha. Hizo de su largo cabello color borgoña hacia atrás y arrugó su pequeña nariz, causándole ternura a Jeongguk porque parecía una pequeña niñita y más con todas sus pecas esparcidas por su rostro. 

—Me retrasé cinco minutos, Gyeon. No dos horas—Puso sus ojos en blanco antes de apoyarse contra el mostrador en el cual su prima estaba detrás, revisando algo en la caja registradora.

—Bien, ¿quieres verlo?—Jeon asintió efusivamente antes de que su prima le hiciera una seña con su mano para que la siguiera—. Hace una semana vino esta pareja diciendo que en el edificio que viven no permiten más de dos mascotas, estaban muy tristes cuando dejaron a estos pequeñitos aquí. Realmente querían quedarse con ellos, pero no podían porque no tenían otro lugar al que ir y tampoco sabían si aceptarían a tantas mascotas. Me pidieron que los cuidara muy bien y que por favor los diera en adopción a personas responsables, son ambos machos y ya tengo a las personas responsables que se quedaran con ellos. Uno eres tú—Llegaron hasta la parte trasera de la veterinaria en donde dos pequeños cachorros de Pomerania descansaban en una pequeña cama. Uno era más pequeño que el otro y este levantó su cabecita mirando con brillosos ojos a jeongguk quien se enterneció en demasía antes de sonreír en grande.

—Creo que ya tengo al elegido—Murmuró tomando en brazos al más pequeño que había soltado un bajito ladrido en dirección al muchacho.

—Uf, que bien porque el otro pequeñito es el elegido de mi cuñada—Sonrió tiernamente y Gguk golpeó su frente con dos de sus dedos haciéndola soltar un pequeño quejido—, idiota. ¿Cómo va tu salud, Ggukie?

—Bien, por lo que dijo el médico de la empresa puede que en la próxima consulta tenga el alta definitivo, pero hasta ese momento tengo que seguir tomando los suplementos y las vitaminas. Es molesto porque no puedo entrenar—Gyeon puso sus ojos en blanco y negó con su cabeza antes de salir del lugar.

—Eres un obsesionado con el ejercicio, Jeongguk. Pondremos la primera vacuna que es una primera dosis contra el parvovirus y el moquillo. Cuando cumpla los dos meses reforzaremos esta y tendrá otra contra demás enfermedades, ¿está bien?—El muchacho asintió y colocó sobre la mesa de acero quirúrgico al cachorrito. Gyeon se preparó, colocando sus guantes y tomando la dosis que colocó dentro de la jeringa y con un algodón empapado en alcohol limpió la zona en donde pincharía—, sostenlo un momento. No te preocupes, pequeño. Será un pinchazo y no sentirás nada ¿sí?—Murmuró besando la naricita del cachorro antes de sonreír. 

Cuando terminó se encargó de dejar en manos de Jeongguk algunas cosas que necesitaría para que el cachorro se sintiera cómodo en su nuevo hogar. Gguk sabía que su prima era una persona muy alegre y amable, su alegría llegaba a contagiar a muchas personas y siempre había tenido el don de calmar a los animales con solo una caricia en su cabeza.

—Gracias, Gyeonie. Te debo una—Tomó la bolsa que su prima le estiraba con una pequeña sonrisita.

—No hay problema, Ggukie. Salúdame a tu novio de mi parte. 

Jeon no había hablado absolutamente nada con ella, pero suponía que había averiguado en algunos lugares y le habían contado de la situación de su vida amorosa. No la culpaba, en realidad. Ella solamente quería saber si su enredo de sentimientos se había arreglado de una vez por todas o si seguía como en el principio. Por suerte eso ya había pasado hace un tiempo. 

Aseguró al cachorro para que no se moviera en el camino y arrancó la camioneta con destino al edificio en donde Tae vivía, murmurando una canción por lo bajo porque se sentía sumamente feliz.

Taehyung respiró hondo y se subió la mascarilla antes de acomodar el bolso sobre su hombro, y emprender el camino hasta la parada de autobuses. Escuchó el grito detrás de él, pero no le prestó atención por creer que su cabeza lo había imaginado.

—Aish, mocoso—Murmuró Yoongi mientras comenzaba a correr detrás del muchacho porque el llamarlo a los gritos al parecer no había funcionado—. Oye, Tae no me hagas eso. Estoy muy grande ya para correr—En realidad no era cierto, pero Yoongi exageraba con cada pequeña cosa que sucedía.

—Oh, hyung. ¿Eras tú? Lo siento, no te vi, creí que había imaginado todo.

—Vamos, te llevo.

Cuando llegó al edificio en donde vivía agradeció a Yoongi el haberlo alcanzado. Vivía en ese lugar gracias a Seokjin que lo había ayudado a través de su amigo Hoseok que no era el mejor amigo de Jeongguk, del cual Taehyung sospechaba. Al salir del ascensor no esperó encontrarse con su novio en la puerta de su departamento. El lugar era lindo y bastante espacioso para él que estaba viviendo solo, era accesible y no quedaba tan lejos del trabajo como creía. 

— ¿Bebé?—Preguntó a espaldas del muchacho. Jeon se encontraba de costado apoyado contra la pared, una bolsa colgaba de su antebrazo y parecía estar sosteniendo algo en sus brazos—. ¿Jeonggukie? ¿Te sientes bien?

—Hyungie—Murmuró, dándose la vuelta lentamente dejando que su novio viera lo que estaba ocultando en sus brazos haciendo que Taehyung abriera sus ojos y pegara un pequeño gritito.

—Oh mi dios, oh mi dios—Susurró tomando a la bolita de pelos en sus manos—. Es precioso, ¿es tuyo?—Jeon negó mientras veía como el cachorro se robaba toda la atención de su novio—, ¿Estás de niñero?—Otra negación—. ¿Entonces?

—Es mi regalo para ti—Murmuró rascando la parte trasera de su oreja y mirando hacia otro lado.

No jodas—Susurró en un idioma que Jeon no llegó a entender, pero que le llamó la atención—. ¿Estás hablando en serio?—Preguntó demasiado sorprendido antes de tomar cuidadosamente al cachorro con un brazo y el otro que tenía libre abrazar por el cuello a Jeongguk, besando sus labios dulcemente y luego repartir besos por todo su rostro—, eres el mejor, eres el mejor—Murmuró como niño pequeño mientras se separaba del mayor y se movía hasta la puerta de su hogar, colocó la contraseña e ingresó—. La próxima vez solo coloca la contraseña y no te quedes esperando afuera, alguien puede verte por aquí y eso no sería bueno, no para ti—Gguk puso sus ojos en blanco antes de ingresar detrás del menor y cerrar la puerta.

— ¿Cómo lo llamaras?—Se sentó en uno de los sofás de la sala de estar y miró fijamente a Tae—. Puede ser algo como Ppalli, Useuun o Gippeum—Tae hizo una mueca dejando al cachorro en el regazo de Gguk y negó con su cabeza.

— ¿Qué tal... Yeontan? Le diremos Tannie de cariño—Gguk sonrió y asintió con su cabeza—. ¿Cómo lo llevas, amor?—El rostro del mayor se veía cansado y algo estresado.

Taehyung se sentó a su lado y apoyó la cabeza sobre su hombro mientras acariciaba a Tannie detrás de las orejas, el cachorro bostezó y apoyó su cabecita en la mano de Jeon antes de acomodarse y cerrar sus ojitos. 

Justo ahí, ese momento se sentía tan bien y Jeon se dijo que nadie podía arruinar absolutamente nada, nunca. 


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