Capítulo Cuatro🐞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Miss Peacock formuló una sonrisa. Ladybug y Chat Noir se separarón al instante.

- No lo puedo creer...- murmuró.
- ¡Lo sabía! ¡Son novios!- exclamó dando brincos en el barandal sin temer a caer. La moteada fulminó con la mirada al gatuno.

- No no no no, esto, todo es un malentendido- Chat Noir alzó las comisuras de sus labios.

- No tienen que negarlo, pueden confiar en mi-

- Por supuesto. Yo estoy enamorado de mi lady y ella de mi-

- ¡No hables!- le gritó la peliazul enfadada.

- ¿Qué tiene de malo?-

- Escucha Mis-

- Para acortarlo puedes llamarme... Pea.- interrumpió la morena. La azabache suspiró.

- Bueno, Pea yo te explico, entre él y yo no hay nada, ese beso, yo- yo- su compañera colocó sus manos sobre sus hombros.

- Tranquila, ya habrá tiempo- se giró al rubio - Chat, ¿Te importaría dejarnos solas?-

- Para nada. Las dejo señoritas- se despidió e inició su patrullaje. Se volteó a la peliazul.

- Sentémonos, y ahí puedes explicarme- hicieron lo dicho y Ladybug tomó un respiro.

- Confío en ti Pea, por favor, no le digas a nadie-

- No te preocupes, pero no entiendo que tiene de malo, son totalmente el uno para el otro-

- No Peacock, mira, Chat Noir y yo no somos nada. Ni novios ni estamos en una relación, nada- la castaña empezó a reírse.

- Ladybug, no diré nada- pasó un dedo por sus labios simulando que los cerraba - Te lo prometo- añadió juntando su meñique.

- Gracias- suspiró la azabache -

- Puedes confiar en mi, pero ¿Por qué te preocupa que los demás crean que tienes algo con Chat Noir? ¿Y por qué no quieres algo con él?- interrogó.

Miss Peacock sabía que ellos dos se gustaban, ese beso lo demostró. Quería la verdad, si es que su compañera se la quería dar. La moteada tomó aire. Talvez la haya conocido recién ayer, talvez la conozca como civil, pero sabía que la chica a su lado era de confiar.

- Bueno, es que es un poco... embarazoso- se ruborizó. Miss Peacock miró a los lados y luego sonrió.

- No hay nadie. Estaré atenta a cualquier sonido, puedes contarme- dijo animada.

- Ok, ok. Umm, Chat y yo nos conocemos desde hace tres años. Yo estaba enamorada de otro chico aunque si sentía algo por Chat- inició narrando - pero dejé de lado ese sentimiento. Hace un año descubrí que el chico que me gustaba estaba enamorado de otra, así que se fue la ilusión- Miss Peacock miraba las expresiones de la peliazul, pero esta no mostraba nostalgia, ya que ese romance de adolescente fracasado no le afectaba en esos momentos.

- Entonces, lo que sentía por Chat creció y...- se detuvo. ¿Le debía contar? Era algo íntimo. MUY personal.

- ¿Y...?- habló la castaña. Pero de pronto se arrepintió - Perdón, perdón, lo siento- agitó sus manos - Está bien si no me lo quieres contar, es que me enganche en lo que me contabas pero... perdón- dijo algo angustiada.

- Tranquila- sonrió cálidamente Ladybug - pero debes prometer, de veras, por tu identidad, que no lo dirás a nadie- dijo.

- Mis labios están sellados, te mostraría mi identidad para que confíes en mi- la morena se levantó y estaba a punto de desvanecer su transformación hasta que la azabache la detuvo.

- ¡No! Confío en ti, si confío, de otra manera no te lo estaría contando- dijo nerviosa. La castaña sintió conocida esa reacción, pero estaba tan intrigada por lo que le contaba su ídolo que lo ignoró.

- Ok, prosigue- Ladybyg tomó aire. Rayos, ¿Cómo le cuentas a alguien que tuviste íntimidad con Chat Noir?

- P- p- pues... tuve algo con él- Peacock rodó los ojos.

- Lo sé, te enamoraste, y ¿Él de ti?- sonrió.

- Él ya estaba enamorado de mi. Pero no me refería a eso, Chat y yo tuvimos...- se calló. La vergüenza hizo que se ruborizara al máximo. La morena abrió grande los ojos.

- ¡No lo puedo creer!- exclamó saltando. El bochorno se reflejaba en la cara de la peliazul.

- Sí, no es para tanto-

- ¿No es para tanto? Oh chica, como si tener relaciones con el supehéroe de París no fuera importante- dijo. La azabache se quedó seria.

- Es que trato de borrar eso. Lo mío con Chat no... no debe pasar. Está prohibido- Miss Peacock se sentó de nuevo confundida.

- ¿Por qué?-

- Mi prodigio tiene el poder de la creación- hizo una pausa.

- Sip, y el de Chat el de la destrucción, eso me había dicho mi kwami. Y que juntos forman un poder de un Dios-

- Ajá, pero eso si están juntos, si una persona los está usando. En cambio, yo tengo uno y Chat otro, separados, estos miraculous pueden ser peligrosos- Ladybug le narró un poco de lo que le dijo Master Fu.

- Pero Ladybug, tú y Chat se aman, no pueden prohibir el amor-

- Algunas normas no aplican al corazón- dijo Ladybug - pero no importa, porque ya no quiero tener nada con él, no me malentiendas, seguiremos siendo amigos, pero nada más-

- Eso no puedo creértelo Ladybug, ese beso no lo ha confirmado- la nombrada volvió a suspirar. - Lo que decidas, te apoyo- le dijo Miss Peacock.

- Gracias- le sonrió. Al menos, la tenía a ella de su lado.

**
- ¡Maldita sea!- gritó furioso Gabriel.

- ¿¡Dónde está!?- volvió a exclamar mientras buscaba el broche de pavo real.

Había revuelto la caja fuerte como diez veces y no aparecía. La cerró al darse por vencido. Él era el único que sabía de la caja. ¿Nathalie? No. A pesar de encargarse de todo, no pudo descubrirlo, y si lo hiciera, no sabría la contraseña. Gorilla peor. ¿Y Adrien? El diseñador caminó a su oficina. Si hubiera descubierto la caja lo habría comentado. Es imposible. Pero entonces, ¿Cómo desapareció? Frenó sus pasos.

****

- Hola chicas- saludó Fire Fox. Las dos le devolvieron el saludo.

- ¿Cómo está la ciudad?- cuestionó Ladybug.

- Segura. O eso digo yo, no encontre ningún peligro- Miss Peacock se acercó a Ladybug.

- Puedes empezar algo con él si quieres olvidarte de Chat Noir- le susurró. La moteada negó. Escucharon un ruido. Luego se hizo más fuerte.

- Un akumatizado- mencionó la peliazul y salió corriendo hacia el sonido, seguida de el pelirrojo y la castaña. Al llegar, Chat Noir y Queen Bee ya estaban peleando.

- ¡Vamos!- habló Ladybug.
Para sorpresa del gatuno y la moteada, la pelea duró muy poco, liberaron al akuma casi al instante. Al parecer, la cantidad de héroes influyó mucho.

- Bien hecho- dijeron los dos y se voltearon a los demás.

- No creí que vencerlos fuera tan fácil- dijo Jade Turtle. Queen Bee se acercó al rubio.

- Todos ayudamos, eso hizo una gran diferencia, ¿Fue más rápido que cuando tú y Ladybug pelean?- le preguntó al gatuno.

- Eh, sí- respondió. Se giró a Ladybug y le dedicó una sonrisa, a lo que ella no pudo evitar corresponder.

- ¡Chat! ¡Tu anillo está sonando!- le dijo la rubia tomando su mano.

- ¡Oh cierto! ¡Me voy! Adiós- se despidió y se fue saltando. Igual Jade Turtle y Miss Peacock.

- Te noto soprendida, ¿Estás bien?- le cuestionó Fire Fox.

- Si, solo que es raro que no haya tenido que usar mi Lucky Charm- le respondió.

- Ahora tienes más compañeros que pueden ayudarlos, no es necesario que luches tu sola, o que no nos tomes en cuenta- mencionó Queen Bee. Ladybug frunció el ceño.

- Claro- dijo sonriendo de lado.

- Eres una increíble superhéroe, talvez por eso no lo necesitaste- le habló el pelirrojo a la peliazul.

- Todos somos increíbles- le sonrió.

- Ya me voy, buenas noches- dijo antes de alejarse. Fire Fox se esforzó en no soltar un suspiro.

- Se nota que te gusta, aunque parece que soy la única que se da cuenta- habló la rubia.

- ¿De qué hablas?-

- Por favor, es más que obvio. Como la miras, como le sonríes. Que malo que ella esté enamorada de Chat Noir, como él de ella- dijo caminando en círculos a au alrededor.

- Mira, ella no me gusta, y ¿Cómo sabes que se corresponden?-

- Simple intuición. Es un sentido que nunca me falla, y no lo niegues, sabes que es verdad- Fire Fox soltó una sonrisa tranquila.

- Bueno, ¿Tiene algo de malo? Tampoco es que sea tu problema-

- No, no lo es- le guiñó el ojo.

- Aunque, hablando de eso, parece que tú si tienes un problema con ella. ¿Celos?-

- No, pero talvez sea algo en lo que pronto podamos ayudarnos, me despido- dijo y se fue.

***

- ¡Marinette! ¡Levántate!- gritó Sabine desde la cocina. La peliazul bajó a desayunar con pesadez.

- Hola mamá- le dió un beso en la mejilla y se sentó.

- ¿Dormiste tarde? Te ves muy cansada-

- Si-

- Es tu último año de secundaria hija, en la universidad no podré estar levantándote- mencionó la asiática riendo.

- No te preocupes, trataré de despertarme temprano sin ayuda- dijo con una mano en el pecho.

Cuando bajó para ir al instituto, se despidió de su padre.

- Aquí tienes, de nuevo, los decoré con tus hermosos diseños- le entregó una bolsita llena de macarons.

- Gracias papá, eres el mejor- le agradeció la azabache y salió para el colegio. Fue a su salón y sacó sus materiales.

- Hola Marinette- escuchó a Adrien saludarla, con Nino a su lado.

- Hola chicos- contestó sonriente. Cuando entró Alya, Nino se acercó de inmediato.

- Alya, ¿Puedo preguntarte algo? Estoy seguro que los otros quieren saber- señaló al rubio y peliazul sentados.

- Ahh, claro- contestó sentándose junto a su mejor amiga.

- ¿Qué pasó con tu Ladyblog? No has publicado nada desde hace unos días- la morocha se quedó callada al momento que sentía las miradas de sus amigos sobre ella, a pesar de tener sus ojos clavados en los de Nino.

- He estado ocupada estos días, pero no importa, publicaré cuando pueda- dijo con seguridad. No iba a decirles que ahora era Miss Peacock, o al menos, hasta saber quien era Ladybug.

- Claro- dijo poco convencido el moreno.

Al terminar las clases, las dos mejores amigas salieron hacia el parque. La morena iba quejándose.

- Nuestra nueva profesora es de lo peor, extraño a Miss Bustier- hizo un puchero.

- Yo también pero qué se puede hacer- dijo con una sonrisa.

- Señorita, tú has estado rara estos últimos días-

- ¿Perdón?-

- Por favor Marinette, ¿Quién es el afortunado? No le diré a nadie- rogó Alya poniendo ambas manos en su pecho.

- No hay ningún afortunado, ¿Por qué dices eso?-

- Mari, habla- la nombrada se puso nerviosa.

- Pe- P- Pero no ha-

- Marinette ¿Confías en mi?-

- ¡Sí! Confío en ti, sí confío, pero...- Alya no habló.

La misma reacción, ya la había escuchado ayer. Miró a su mejor amiga. Pelo oscuro, ojos claros. Se palmeó la frente lo que confudió a Marinette. ¿Tan ciega había sido? Tres años. A su lado. Le salieron lágrimas. ¿Cómo pudo no haberse dado cuenta? Se sentía frustrada. Dios, que ciega.

- ¿Ladybug?-

El corazón de la peliazul paró.

****
Arriba Queen Bee. Lectores!!! Que tal?? Comenten si les gusta! No hay mucha accion ahorita, pero la verdad me he imaginado ya las escenas futuras.
Miraculousteen

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro