Amnesia

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Un día él despierta en una habitación mayormente blanca y se siente desorientado. Observa a sus alrededores e intuye que se trata de un hospital pero, cuando intenta recordar porqué está allí, nada viene a sus memorias. Entre sus divagaciones, la puerta se abre y nota cómo la persona que entró se queda quieta por unos instantes al verlo para después correr a su lado y abrazarlo con mucha fuerza. En ese instante, él percibe una sensación reconfortante en su ser, pero no es capaz de saber exactamente porqué apareció apenas esta persona matuvo contacto con él. La chica le pregunta si está bien, si algo le duele, si sabe lo mucho que la tuvo preocupada, pero él la mira confuso, sin entender por qué debería tener respuestas a esas preguntas. Cuando ella nota que algo está mal deja de abrazarlo y lo mira fijamente.

— ¿Red?

— Disculpa pero, ¿quién es Red?

Se sintió mal al ver como la chica comenzó a llorar.

Pasadas las horas le comentaron que tenía amnesia debido a un accidente que había sufrido una semana antes. Le dijeron quién era, a qué se dedicaba, el nombre de los amigos quienes lo veían desde afuera de la habitación... pero él no podía recordarlos, por mucho esfuerzo que hiciera.

— Y ella es... — pero antes de que el doctor pudiese decir algo, la chica lo detuvo.

— Blue, ¿me recuerdas?

Ese nombre le hacía sentir extraño, pero feliz. Finalmente negó con la cabeza, decepcionando a la joven.

— Me encargaré de que lo recuerdes entonces.

Todos los días la chica va a visitarlo, contándole historias fantásticas sobre Pokémon, medallas de gimnasio y corporaciones malvadas. Él no puede creer haber sido participe de los eventos que ella relata pero la deja seguir hablando, maravillado con la chispa que la muchacha tenía cada vez que relataba las aventuras del tal Red. Otros días, simplemente ella traía juegos de mesa o a quienes mencionaba eran sus Pokémon, y él les pedía perdón por no ser capaz de recordarlos. 

Durante todas esas visitas, él no podía dejar de apreciar la belleza de la muchacha ni su corazón que aceleraba cada vez más desde la "primera" vez que la vio. Sus demás amigos también venían, pero no sentía esa conexión que tenía con la ojiazul, haciéndole dudar de la relación que ambos mantenían.

— ¡Hoy te traje yo el almuerzo! Siéntete como un rey por tenerme como tu servidora. — la joven cargaba con la mesita bandeja y los alimentos que el azabache debía consumir.

— Gracias.

El chico entonces se dispone a comer el sandwich primero, ante la mirada atenta de la joven. Se siente un poco avergonzado por ello, así que decide que debe hablar de cualquier cosa antes de que se sonroje tanto como su nombre.

— ¿Por qué haces tanto por mí?

Eso la toma desprevenida, pero solo sonríe.

— Tú hiciste bastante por mí en el pasado, solo te lo estoy pagando.

— ¿Segura?

— ¿Por qué lo preguntas?

— Siento que entre tú y yo hay más que eso.

Ella evade la mirada mientras él agarra el jugo.

— De hecho... ¡cuidado!

Él, por estar atento al rostro de la chica, no coge bien el vaso y este cae en la mesita, manchando uno de los guantes de la joven al querer esta sujetarlo. Se disculpa con ella más de una vez,  mientras este solo se queda mirando su mano.

— Déjame ayudarte, debes sacarte el guante.

— Pero... está bien.

El chico agarra la mano de su acompañante y saca el guante mojado. Al hacerlo, nota algo que no se había fijado incluso si es que ella siempre había estado ahí con él: un anillo... y recuerdos que vienen atropellados uno tras otro en su mente.

"¿A qué viene todo esto?"

"Hay algo que quiero decirte..."

"¡Cuidado!"

— Sorpresa... — susurra ella.

—¿Estás... casada?

— Comprometida. — corrige. — con un chico maravilloso. 

— Oh... 

Pero las risas de Blue lo desconciertan. Ella no deja de tocar su estómago mientras intenta contener la risa, y el muchacho continúa mirándola con una expresión de confusión.

— No me digas... que te lo creíste, sería muy cómico... — susurra la joven mientras intenta recuperar el aliento.

— ¡Blue!

— No habías dicho mi nombre desde que despertaste... — la aludida sonríe y se sienta en un costado libre de la cama — No estoy comprometida con nadie, este fue un regalo de un amigo muy importante, aunque nunca me dijo el porqué de este obsequio.

— ¿Y por qué no se lo has preguntado?

— Sencillo: aún no recuerdas, Red.

¿Era él el amigo importante?

Pide explicaciones y ella se las da: el día del accidente, ambos habían ido a un centro comercial a pasar el día, nada fuera de lo normal. Según palabras de Blue, el chico se encontraba muy nervioso durante toda la travesía, y no fue hasta que ella lo confrontó que sacó el anillo y mencionó que quería decirle algo muy importante. Fue entonces cuando, de la barandilla de donde él se sujetaba, se rompió y cayó del tercer piso del lugar, provocando el desmayo y la posterior amnesia.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes?

— No iba a hostigar a alguien quien ni sabía su nombre a que me de respuestas a esto, ¿no te parece? De por sí ya estabas muy confuso con todo lo demás.

— Pero, ¿tienes idea acaso de lo que te pensaba decir? ¿No sientes curiosidad?

— Creo saber lo que pensabas decirme, Red. — su mirada ladina sonroja al joven, quien también se había dado una idea al sacar una conclusión respecto a lo que creía sentir por la chica. — Pero esperaré a que lo recuerdes, no quiero vivir de especulaciones.

— ¿Y si no lo recuerdo? — una desesperación repentina invade su tono. Se fuerza a recordar, aunque sean fragmentos, de las palabras exactas que quería decir ese día. — Tengo que recordarlo.

— No te esfuerces. — le calma ella — Estoy bien con esperar.

— Pero no deberías.

— ¡Red! — se acerca más a él — Sigamos formando nuevos recuerdos mientras tanto, ¿sí? Tu amiga Blue estará contigo todo el tiempo que necesites.

Las palabras amiga y Blue en una misma oración nunca le gustaron.

¿Nunca le gustaron?

"Hoy me le declararé, ¡nada podrá evitarlo!"

El dolor de cabeza alerta a la castaña. Él le dice que no se preocupe, que está bien, aunque aún así ella llama al médico. Las palabras que vinieron como proyectiles a su mente solo aclararon su panorame en cuanto a su relación con la joven. Después de unos segundos, puedo confirmar sus sospechas.

— El doctor ya vendrá, solo esp... — agarrá el brazo de la chica — ¿Red?

— Quizá más tarde, ¿podramos salir al jardín del hospital? Creo que he recordado... lo que planeaba decirte.

Y es ahora ella quien se sonroja.

— Es una cita.

— Es una cita.

NO HE OLVIDADO ESTO SOLO HE TENIDO CERO INSPIRACIÓN PARA CON TODO :,V Siento que la historia queda inconclusa, but la dejo así porque me gustan los finales abiertos xD

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