Descansa (parte 2)

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El estrés la acaba poco a poco.

Tareas que realizar, grupos que no se ponían de acuerdo, exigencias de los padres, posible despido del trabajo... la mente de Blue estaba disgregada en tantos aspectos por arreglar que paraba con un dolor de cabeza que no se iba si es que no dormía más de cinco horas... hecho que muy pocas veces logró durante el mes anterior y el actual. El tiempo de descanso se había reducido a nada, teniendo las madrugadas exclusivas para el estudio y realización de tareas, las mañanas para la universidad y el resto del día para el trabajo. Ahora mismo se encontraba realizando una monografía, del cual sus queridos "compañeros" no mostraban indicios de haber concluido con sus respectivas partes. Quería gritar al recordar que estaba ligada a ese grupo por el resto del semestre, sin opción a cambio. Sus ojos le pesaban, mientras intentaba forzarlos a permanecer abiertos.

Solo un poco más, un poco más y podría dormir...

Pero sus ojos

no

le hicieron

caso.

.

.

.

Despertó, fastidiada por la luz del Sol que provenía de la luna de un... ¿carro?

¿Qué hace ella en un...? Vio que una manta la cubría, y que a su costado su encontraba su bolso y una bolsa que contenía una ensalada de frutas. Aun así, no se asustó. Conocía el automóvil.

— Red — dijo, mirando hacia el asiento del conductor — ¿Se puede saber a dónde me estás llevando?

— Buenos días, querida — respondió él, sin quitar la vista de la autopista.

— No estás respondiendo mi pregunta, tenía que acabar un trabajo y no sé si lo llegué a...

— Hoy no hablaremos de trabajos, Blue. — prosigue él — Necesitas un día libre.

— Este es un secuestro indirecto, ¿sabes?

— Tienes tu celular ahí y tus pokémon en la bolsa, descuida, no quiero ir a la cárcel tampoco.

¡El celular! Ahí tenía el archivo del trabajo, estaba segura de que podía culminar la parte que sus compañeros no hacían y...

Cuando revisó su dispositivo se sorprendió por los mensajes que estaban ahí.

"Mi parte está lista".

"¡Terminado!"

"Ya acabé mi parte también, estar bocabajo y solo tener como soporte el látigo cepa me hizo replantearme muchas cosas".

"Yo me encargo de enviarlo a la profesora, es más, ¡ya lo hice!"

"Lamentamos el mal rato que te hicimos pasar, Blue, no ocurrirá de nuevo".

Ella revisó el archivo y, en efecto, todos los puntos faltantes estaban ahí. Bien escritos, bien citados, no podía creer cómo esos chicos trabajaron tan rápido.

Oh, sí que lo sabe.

— ¿Qué hicieron tú y Saur anoche?

— Eh... pasear.

— Te creo. — soltó su celular, aliviada de tener un problema menos — Entonces... ¿a dónde me llevas?

El carro se detuvo.

— ¿Qué te parece un día en la playa?

Salieron del carro y Blue pudo apreciar cómo es que se encontraba ahora en un malecón en quien sabe qué parte de Kanto. Parecía una especie de Resort, rodeado en parte de palmeras y el agua tan azulina que juraría poder ser capaz de verse reflejada al 100% en ello.  Del mismo modo,vio que había lo que parecía ser hoteeles y restaurantes de lujo, y tanto personas como Pokémon disfrutando del día. Un vago recuerdo vino a su mente, de un día donde ambos hablaban de ir a un lugar como este... ¿habrá sido por ello? Volvió a ver a su pareja y asintió: ella merecía unas mini vacaciones.

— Vale, hoy no se hablará de trabajos.

Después de aparcar el carro y desayunar la ensalada de frutas que Red había traído consigo, ambos decidieron ponerse sus respectivos trajes de baño y hacer una carrera hasta el mar. La arena quemaba, a pesar de ya acercarse el medio día, pero a los dos no les importaba pues estaban tan concentrados en vencer al otro que su único pensamiento fue llegar a zambullirse en el agua. Y lo hicieron.

— ¡Primer puesto! — grita Blue de la emoción, mientras se acercaba nadando hacia su pareja y metía su cabeza en el agua — ¡Estás perdiendo el toque!

— ¡No es así! — continúa Red, tomando grandes bocanadas de aire e intentando atraparla — ¿Qué gano si te atrapo?

— Mi amor.

— Pensé que ya lo tenía — la mira fingiendo sorpresa.

— Bueno, sí, ¿pero que más podría darte?

Ambos sonrieron con picardía.

Red aprovechó ese momento de complicidad para agarrar a Blue por la cintura y abrazarla con dulzura.

— Te quiero mucho.

Ella, sonrojada por tal repentino acto, no hizo más que besarlo en la frente, sintiendo lo salado del agua en su cuerpo.

— ¡Yo también te quiero, mi Red! — movió sus piernas con rapidez y logró separarse de él, volviéndo a escaparse y nadando en dirección contraria a él— ¡Vamos, tienes que atraparme dos veces más!

Él sonrió y siguió con el juego.

Después de estar un par de horas nadando y hundiendo al otro en el mar decidieron regresar a la arena. Comenzaron a armar la sombrilla y asientos que Red había traído consigo cuando escucharon como unas personas anunciaban que el torneo de batallas en el mar iba a dar inicio pronto. Eso alertó a Red, quien ya estaba por sacar a Gyara de su Pokéball. Sin embargo, dio primero un vistazo a Blue quien ya estaba por sentarse en la silla al costado de la suya para solo pasar el rato viendo el oceáno.

— Ve — le dijo ella mientras se ponía sus lentes de sol — Y consigue el primer puesto, sino me vuelvo sola a casa — sentenció entre risas.

— Tus deseos son órdenes. 

Red se va y Blue sonríe al ver su cara de felicidad. Pensó en participar, pero estaba segura de que el registro debió haber sido con anticipación y que Red ya sabía de esto, ¿quizá esa fue la razón oculta por la que hoy vinieron a este lugar?

— ¿Cómo no lo pensé antes? — ríe con ironía, aunque no se sentía ofendida: Red le había regalado una mañana muy divertida.

Ella entonces acomoda su silla en busca un punto donde echarse a ver las batallas de su pareja. Libera a sus Pokémon para que también se relajen y les ordena divertirse lo más que puedan hoy. Mientras se echa el bloqueador, ve como Red derrota oponente tras oponente, sonriendo de emoción mientras él y Gyara siguen esperando a más retadores. Una hora y media después de batallar sin parar, el azabache retorna donde la ojiazul, triunfante y echándose a su lado.

— ¿Entonces...? — dijo ella con los ojos cerrados. — ¿Cuál es el premio?

— Nos conseguí un almuerzo en el restaurante más prestigioso de este lugar.

— ¡Ese es mi chico!

Los dos entonces ordenan todo para ir a almorzar, hambrientos después de una mañana que parecía interminable, aunque para bien.

Durante el almuerzo, Red le comentaba a Blue todas las estrategias en las que pensó para ganar sus batallas, y esta escuchaba atenta cada una de sus palabras, mirando sus expresiones y los cambios en su tono de voz. Le gustaba mucho ver a Red feliz. Después de ello, era ella quien ahora le comentaba sobre su semana en general, y lo agradecida que estaba por el día de hoy.

No está de más decir que así de rápido como la comida apareció en sus platos, se terminó.

Blue y Red caminaban ahora por los puestos de souvenirs que se halaban ahí, comprando la ojiazul diversos accesorios y recuerdos que quería tanto para ella como para el resto de sus amigos. Aquí Red no ponía objeciones y se encargaban de ayudarle con las bolsas de compra que esta no hacia más que aumentar en número.

— A buena hora vinimos con el carro, es hora de usar mis ahorros del trabajo.

La tarde poco a poco consumía sus horas.

Finalmente, caminaban por la playa a la par que el atardecer aparecía, escuchando las olas del mar chocar con las rocas, sintiendo la brisa que los rodeaba y hacía que se abrazaran como excusa para evitar el frío y miraban como las estrellas comenzaban a hacer acto de presencia en el cielo anaranjado. Los Pokémon de ambos jugueteaban en la arena a unos metros de ellos, dejándoles un tiempo de privacidad a la parejita que ahora mismo compartía besos y caricias de lo felices que estaban. Blue tomó de la mano a Red y dio un saltito, ante la risa de este. 

— Muchas gracias por hoy. — suspiró — Estoy tan tranquila, siento que floto mientras caminamos... ¡No me había sentido tan relajada en mucho tiempo!

Red la observa con una sonrisa mientras toma la mochila que llevaba consigo y saca una caja mediana que le da a Blue.

— Quisiera darte esto para finalizar el día, aquí se encuenta la razón por la que realizamos el viaje.

— Oh — Blue comienza a abrir el paquete con curiosidad — pensé que era solo porque me adoras demasiado y el concurso.

— En efecto, esos son otros factores, peeero hay algo más.

Apenas lo abre, la castaña se percató de que la caja contenía una torta de vainilla que, además, tenía escrito con chocolate un "¡Feliz tercer aniversario, Blue!" y, a su lado, una galleta con forma de Blastoise con un gorrito festivo lo acompañaba. La ojiazul miró el aperitivo y luego a su pareja, intentando hacer cálculos respecto al día en el que estaban.

Y, en efecto, ya habían pasado tres años desde que ambos comenzaron a salir oficialmente... hoy era su aniversario. 

¿Había estado tan ocupada que su mente olvidó un día tan importante?

— Joder. — murmuró avergonzada — Red, lo lamento.

— Nah — responde él. — Lo que más me importa es que hoy te hayas podido relajar. — Sonrió. — Te amo muchísimo, Blue.

Deja de sonreír así, sino me importarán nada la gente de aquí y te daré amor frente a todos, y no me refiero solo a besos.

— ¿Tú sabes lo mucho que te quiero? Es más, te amo, aunque eso bien lo sabes. Me gustas, te quiero, te amo, Red.

— Y yo a ti, Blue — le da un suave beso en la comisura de los labios. — ¡Feliz tres años!

— Feliz tres años.

Volvieron a besarse con ternura.

— ¡Bien! Ya va siendo hora de volver a casa, amor, vamos al carro a comer el postre y luego irnos.

— Oh~ ¿No hay sorpresas extra?

— Quizá el otro año me atreva a hacer algo mejor. — rió nervioso.

Blue asintió mientras no dejaba de mirar con admiración a su pareja. Sí, realmente es feliz con él, lo ama y se siente afortunada de haberlo conocido.

Red se adelantó al carro y ella caminó a paso lento. Mientras veía su espalda, una idea definitiva nubló su mente. Se sonrojó y sonrió, imaginándose a ella misma comprando un anillo y pidiéndole matrimonio a Red en el próximo aniversario.

Lo vio de nuevo y asintió: estaba decidida a hacerlo.

— El siguiente año yo te sorprenderé. — menciona ella mientras llega al auto.

Red, quien rápidamente guardó una sospechosa cajita que para nada contenía un anillo en su bolsillo, ladeó la cabeza pensativo.

— Eso veremos. — le guiñó un ojo, rogando dentro suyo que la castaña no hubiera notado lo que llevaba consigo. — el otro año sí que será un aniversario inolvidable.

Y volvimos!!!!
Estoy de vacaciones por un mes amiguitos, así que por fin pude terminar con este OS xD espero les guste, sé que no tiene tanta cosa pero quería un momento de relajo para estos dos pequeños adorables que adoro un montón (? XD
En fin, que espero les guste, ya nos veremos pronto para otra historia ;)

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