Uno, dos, tres remates seguidos y errados del atacante de punta de su equipo lograron desestabilizar a cierto armador (colocador) que estuvo dando todo durante los últimos minutos del segundo set. Capitán que brama por sus venas, furia y frustración porque demasiadas horas les han dedicado a entrenar como para venir a jugar de visitantes a otra universidad y parecer patéticos jugadores inexpertos.

—Cambia la cara Park, luego saldrá —se atreve a mencionar el susodicho atacante que ha errado demasiadas y casi perfectas colocaciones luego de que el rubio tuviera que correr como un demente en busca de la pelota a consecuencia de la mala recepción del equipo en general, incluyendo al libero, cuando supuestamente esa es su especialidad.

El rubio respira pausado tratando de contener los insultos que brotan como vertiente sobre su reseca garganta, observando como el jugador por cuatro da por liviano lo sucedido mientras observa a su equipo alicaído por demás. Solo les queda el último set para definir ya que han quedado empatados y perdiendo el segundo set por una diferencia que nunca hubiera tenido que suceder. Y encima de todo esto, el creciente malestar general no ayuda para nada a concentrarse en lo que resta defender y atacar.

—Escuchen bien —anuncia el capitán —, sé que están cansados y malhumorados, yo también lo estoy, pero recuerden las horas dedicadas y todo aquello que nos perdimos por entrenar hasta el maldito cansancio. Recuerden eso, solo eso les pido. Nosotros, somos mejores que esto... Vayamos ahí y demostremos de lo que estamos hechos.

Las elevadas voces del equipo dan por sentado que darán lo mejor de si a pesar de las diversas equivocaciones atravesadas. Así que luego de la expresiva arenga ubican sus manos, unas sobre otras, gritando a todo pulmón el característico grito de guerra de ellos, siendo observado de lejos por cierto castaño que solo frunce el ceño ante la impronta que le deja el equipo que ha observado minuciosamente.

Los siguientes minutos transcurren a contra reloj, con un marcador que no quiere dar el brazo a torcer en cuestiones de marcar para el supuesto ganador (según ellos) y con un equipo que padece minuto a minuto. Y cuando el inevitable tiempo muerto aparece (tiempo necesario para distraer al equipo contrario) se escuchan de lejos los reclamos del atacante por cuatro hacia el armador-capitán... Capitán que le dice que mejore su actitud porque así no suma nada y que si no va a rematar, que no entregue la pelota a las manos del equipo contrario. Situación que pone en alerta a gran parte del público presente ya que ni el entrenador Nam Joon puede frenar la situación cuando el punta -encolerizado- se va a encima del armador, reclamando que lo tiene cansado.

Por suerte, la cuestión no pasa a mayores ya que el conflictivo punta es retenido por el central y el libero, teniendo que frenar toda agresiva actitud y viéndose comprometida su continuidad como parte del equipo, viéndose reflejado sobre que el entrenador pide cambio antes de que arranque la situación de juego.

El enfurecido punta, sale recordando a boca suelta a todos los ancestros del rubio que intenta dar control a la situación mientras observa al equipo contrario y arma la ofensiva jugada para realizar con cualquier jugador de su frente de ataque.

Frente compuesto por el cambio en cuatro (entrando su mejor amigo Tae que suele estar en el banco), su central: Jin (con una altura y lectura extraordinaria de la trayectoria de la carrera del adversario (siendo sumamente importante al momento de bloquear los remates contrarios) y su opuesto: Hobi (jugador muy ofensivo y con mucha saltavilidad). De esta manera, espera que la recepción de su equipo esté a la altura de las circunstancias para poder pasar adelante en el tablero... Tablero que se encuentra inclinado hacia el equipo contrario en este decisivo momento.

Desde la tribuna, cierto castaño no pierde segundo sin observar los movimientos del pequeño y curvilíneo rubio que ante toda tormenta se cargó el quipo al hombro y reorganizó las jugadas de manera que los próximos movimientos ofensivos, marcaron una constante de ataque que los llevó a ganar el último set con una diferencia de dos. Logrando que queden festejando su triunfo entre medio de un público que en su mayoría alentaba al equipo contrario.

A la salida del vestuario, y luego de escuchar un extenso sermón por parte del entrenador Nam Joon que dio por entender que pedirá la cesantía de la beca deportiva del conflictivo jugador, Jimin se dirige hacia la barra armada y ubicada sobre un costado de la cancha en una especie de cafetería o provisorio almacén. Decidido a refrescar las ideas, y sobre todo, su garganta, con un frío energizante para darse un subidón de ánimo luego de recibir tremendo regaño.

Al llegar, se ubica por detrás de un alto y fornido tipo que se toma todo el tiempo del mundo mientras sonríe a diestra y siniestra a la jovencita que atiende su pedido. Y pasado de rosca, y sumado a la ansiedad que tiene por el merecido descanso, el rubio lo acusa diciéndole que se apure con el trámite ya que hay gente esperando.

Sin percatarse que, al darse la vuelta dicho castaño, quedaría a la altura de ver una simple nuez de Adam que se movería luego de unas desubicadas palabras que nunca quisiera haber escuchado salir desde la boca de un hombre y en referencia hacia él...

—¿Sucede algo? Por lo visto, la paciencia no es su fuerte afuera de la cancha, bonito...

Ahhh ya me lo imagino a paz y amor (Jung Kook) y a intensamente (Jimin) bramando por semejante atrevimiento😑Calma Jimin, si ese cuerpecito pide guerra😏🥴🤣

Para que entiendan un poco sobre el deporte que trata esta historia:

Ahora sí, gracias por agregar la historia, por leer, comentar y votar ♥️