Capítulo 8

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Anastasia POV

Las palabras de Cristian me siguen atormentando, me ha vuelto a despreciar, antes lo entendí por qué era una tonta adolescente y no tenía nada para ofrecerle. Ahora soy una mujer, estoy a punto de graduarme y sobre todo estoy segura de mis sentimientos hacia él, no es un capricho de adolescente, sin embargo, no soy su tipo y tampoco soy suficiente para él.

- ¡Ana, Ana! ¿Qué pasa? ¿Estas bien? – Kate me mira a los ojos ella me conoce bien, más que Mia, ella sabe que algo no anda bien.

-Si, Kate. No te preocupes estoy bien- Le sonrío para que no insista.

Apenas pruebo el desayuno, me acuesto en la tumbona más alejada de todos. Me pongo a leer un libro que me encontré para distraerme de no ver las muestras de amor entre mis amigos.

- ¿Qué pasa Ana? - La voz de Elliot me distrae de mi lectura.

- ¿Por qué crees que pasa algo Elliot? - Lo miro a los ojos enojada.

-Porque mi hermano se puso a trabajar y tu estas tratando de ignorarnos a todos. ¿Algo paso anoche con Cristian? –

Mi corazón se estruja ante sus palabras, mierda con mi indiferencia di a conocer mi malestar. No quiero hablar de lo que estoy sintiendo en este momento y menos con uno de los Grey, al menos Mia ha mantenido la distancia y su curiosidad a raya.

- ¿Por qué crees que algo sucedió? Cristian yo no somos nada –

-Lo sé. Sé que entre ustedes dos no hay nada. Pero conozco a mi hermano. Sé que esta ciego y no ve nada de lo que tiene en frente- Cuanta razón tiene, pero no lo reconozco en voz alta.

-Mira Elliot, te aprecio mucho. Yo sé que tu hermano jamás me mirara porque no soy suficiente para él. Hace mucho tiempo me pondría a llorar, pero ya no soy la adolescente que sufría por él. Tengo un futuro. Ve a disfrutar el día con Kate, no te preocupes por mi – El me mira a los ojos y yo le sostengo la mirada. Me mira unos segundos y se marcha para estar con su chica.

Es hora del almuerzo, me dispongo a ir a la cocina para preparar emparedados para todos, encontrándome a mi pesadilla, lo ignoro olímpicamente. Él no me quita los ojos de encima, yo me imagino que él no está aquí. Saco los ingredientes de la alacena y el refrigerador lavo las lechugas y los tomates, saco los aderezos y el pan, todo bajo la atenta mirada de Grey.

-Ana, yo lo siento si te lastime – Sus palabras hunden más el cuchillo, pero, yo saco entereza de no sé ¿dónde?

-Tranquilo Cristian, el tiempo en que tu podrías lastimarme ya paso. Sigue tu vida, que yo seguiré la mía – Miro a todos lados para que nadie nos escuche.

-Si lo hice, Ana... yo – Levanto la mano para silenciarlo.

-Tranquilo sólo me quedan dos semanas y luego volveré a Londres y ambos seguiremos con nuestras vidas- Son mis últimas palabras para él. Le dejo dos emparedados en un plato llevándome el resto para los demás.

El resto del viaje se vuelve tenso le doy gracias a la providencia que Grey decide partir antes de lo que había planeado, al llegar al muelle, si acaso están amarrando el yate de Cristian cuando salgo disparada hacia el parqueo donde me espera José, también agradezco que él ya este esperándome y que Cristian tampoco me ha seguido.

Llego a la casa, para mi mala suerte encontrarme con mis padres. Creí que estarían en el club, pero debo imaginar que mi padre supuso que lago no había salido bien porque le pedí a José recogerme. Paso de largo sin saludar.

-Anastasia. Necesitamos hablar, hija –

-Otro día padre. Estoy muy cansada –

-Ana. Por favor- Ahora es mamá quien habla.

Hago oídos sordos de sus quejas y voy casi corriendo a mi habitación, trabo la puerta con una silla, para que ninguno entre, conociéndolos le pedirán a Elena las copias de la llave de mi habitación. Dejo el bolso a un lado y decido hacer la llamada grupal a las chicas para disculparme.

<<Chicas quiero disculparme por haberme ido de esa manera.

Kate: Lo entiendo Ana, pero, Mia y yo no tenemos la culpa de lo que ha hecho Cristian.

Mia: Ana, sé que mi hermano es un idiota, Ethan está molesto por su comportamiento y yo aún más.

-Kate: No sé qué pasó Ana, pero Elliot me dijo que hablo con él e incluso lo detuvo cuando hizo el intento de ir por ti cuando te fuiste.

Mia: Ana deja de correr, somos muy adultas. Debes de aprender a afrontar las cosas como lo que somos. Es hora te demostrarle a mi hermano de lo que se está perdiendo.

Yo: Lo sé chicas, pero quiero mantener la distancia entre nosotros dos. Debo de sacarme a Cristian de la cabeza y empezar a ver hacia otra parte. Tal vez mi verdadero amor está en Londres y por estar ciega por Cristian no lo veo.

Kate: Concuerdo contigo Ana. Sal y conoce a otros chicos. Que Grey vea que puedes vivir sin él.

Yo: Lo haré. Ahora les digo que pasaré más en casa. Mis padres están en modo nuclear. Miren quiero que pasemos una noche de chicas el viernes antes de irme.

Mia: Y que sea hasta el amanecer. Conozco una disco, dicen que es la mejor de la ciudad. Podríamos ir ahí.

Ahí iremos. Decimos Kate y yo.>>

El viernes de chicas llega más rápido de lo que imaginé. Necesito liberarme de toda esta carga emocional con la bacanal que hemos planeado, es lo que merezco después de haber discutido con papá, por lo que él cree que me hizo Cristian, Raymond Steele cree que le entregué mi virtud a Cristian y que Grey me voto luego de obtener lo que quería. Nada más lejos de la verdad. No quiso creer que Cristian ni siquiera me toco al menos en el yate. Estuvo a punto de ir a armar un escándalo sin razón.

Los Grey nos invitaron a cenar, al principio no quería ir, no obstante, mi madre me convenció después de una conversación de madre e hija, donde le conté lo que realmente sucedió. Ella me dijo que tenía que demostrarle a Cristian, que soy lo suficiente madura para afrontar las situaciones de la vida. Qué si él no me quiere, bueno yo puedo seguir adelante y disfrutar de la vida.

Es otra de las razones por la que seguí adelante con disfrutar de esta noche, seremos las chicas y yo. En la disco todo está muy animado, el lugar está a reventar, Mia nos lleva a un reservado sólo para nosotras, algunos chicos tratan de entrar, pero la seguridad que hay en los privados no se los permite.

- ¿Siempre es así? Digo no le permiten entrar a nadie – Le pregunto a Mia ya que es evidente que conoce el lugar.

-Si, es la tercera vez que vengo. He venido con Ethan las otras veces. He pagado por el reservado, así que nadie que no venga con nosotros no puede entrar, salvo si nosotras lo permitimos. Pero hoy es un día de sólo nosotras – Nos dice Mia.

La noche pasa animada, como la pista está llena decidimos bailar en el reservado, en algún momento de la noche entra un hombre con una botella de Champagne bien frio y tres copas.

-No hemos pedido champagne. Estamos bebiendo cocteles – Profiere Kate.

-Señoritas es cuenta de la casa – El hombre descorcha la botella sirviéndonos la de la botella.

- ¡Pues a beber, que nos la han enviado! -Exclama Mia.

No sé en qué momento estoy siendo cargada por alguien, entre la consciencia y la inconsciencia por el alcohol, creo, magino o soy víctima de una ilusión ya que mis ojos miran que es Cristian quien me carga. Trato de bajarme de sus brazos, pero ellos se aferran más a mi cuerpo. Al día siguiente me levanto con una resaca de los mil demonios, paso un rato en la piscina, mi madre me da un par de analgésicos, sigo la fiesta en la piscina, un rato después unas ganas de alejarme afloran en mí.

En mi habitación preparo mi maleta con lo poco que traía de Londres, mientras le aviso a mis padres que he decidido adelantar mi viaje, bajo la protesta de mi padre, me acompañan al aeropuerto para despedirse.

-Prométeme que regresaras Ana – Me pide papá.

-Eso no lo he decidido papá. No he defendido mi tesis y tampoco me he graduado aún, así que dame un respiro papá –

-Si, Ray. Es muy pronto para decidirlo. Ana tomará su decisión y sea cual sea la apoyaremos – Le asevera mi madre a papá.

Me despido de mis padres cuando escucho que llaman a abordar el avión. El vuelo dura ocho horas y cuando llego a mi apartamento, me dirijo a mi habitación dejo la maleta a un lado me ducho y al sentarme en la cama el jetlag me cae de sopetón. En la nube de cansancio escucho mi móvil sonar el cansancio me vence ya que entre la fiesta en la disco las bebidas del sábado y el no poder dormir bien en el avión me han cobrado factura.

Después de dormir más de quince horas, me levanto renovada, recuerdo que mi teléfono estuvo sonando; al mirar lo encuentro infinidades de llamadas de mis padres y de las chicas. Mensajes de reproche por no avisar que me iba. Activo el chat.

Yo: Chicas disculpen que, hasta ahora, les responda, pero el peso de la noche del viernes, las bebidas del sábado por la mañana y las ocho horas de viaje me afectaron.

Kate: Estamos molestas, no te despediste.

Mia: Huyes de nuevo, Ana.

Yo: Lo siento, por no avisarles y fue repentino. Hasta mi padre se enojó. Y no Mia. No estoy huyendo simplemente quise viajar antes.

Kate: Viéndolo de esa manera te perdono.

Mia: Te perdono si nos invitas a tu graduación. ¡Ah, por cierto! ¿Sabías que fue Cristian quien te cargo al auto de Elliot?

Yo: No, no lo sabía, Mia.

Kate: Si al parecer él quería llevarte a tu casa y Elliot se lo impidió.

Yo: Dejemos eso a un lado. De todos modos, los invitaría a mi graduación, ustedes no pueden faltar.

Termino la charla con mis amigas y le restó importancia al tema de Cristian. Es hora de centrarme en mi defensa. Paso las siguientes dos semanas preparando todo para la defensa, la cual es abierta.

Los días pasan volando, como lo esperaba paso la defensa con nota meritoria. Al final de ella recibo un ramo de flores muy hermoso, son flores muy exóticas, en la tarjeta sólo dice "FELICIDADES" nadie lo firma. Sin embargo, no se me pasa desapercibido quien las envía, las recibo ya que el hombre que las trae no tiene la culpa. Me dirijo a registro a encargarme de los trámites de mi graduación que se realizará en un mes. Podría volver a casa y regresar unos cuantos días antes para que no me afecte el cambio, pero desisto. Me la pasaré aquí, salgo de registro para ir a mi departamento. No tengo ánimos de nada.

Al salir del edificio mi la suerte no puede ir peor, me encuentro con Paul Clayton.

- ¡Hola! Felicidades, Ana. Me he enterado que has pasado tu defensa – Me dice el idiota que le importa a él si la gané o no.

-Ya se han ido de chismosos- Le respondo pasando por su lado.

-Te invito a cenar para que lo celebremos-

-Te lo agradezco Paul, pero no me interesa celebrar nada. Tal vez el día de la graduación lo haga con mi familia – Sigo caminando mientras oigo sus pasos tras de mí.

-Es por Grey por quien no me das una oportunidad, Ana- Me paro en seco.

-Mire señor Clayton. Le aclaro una cosa. Sólo mis amigos me llaman Ana. Usted no lo es. Así que refiérase a mí por señorita Steele o señorita Anastasia. Y no, no es por el señor Grey por lo que no le doy una oportunidad. Es que usted simplemente me repugna-

Voy a girarme, pero él me detiene, me agarra de los brazos con sus manos sin poder girarme para irme. Forcejeó con él para soltarme, se me hace imposible. Pasa mis brazos a tras de la espalda, aprisionándome con los de él. Trata de besarme, sin embargo, yo no dejo de mover la cabeza.

-Sólo déjame besarte, Ana. Me gustas mucho- Él acerca su boca a la mía. Mi estomago se revuelve del asco. Nadie nunca me había forzado a hacer algo que no quiero. Pero antes de que él pose sus labios sobre los míos un hombre joven lo aparta de mi para luego propinarle una lluvia de golpes.

- ¿Está bien señorita? – Me pregunta un apuesto joven, lo vi en mi defensa de tesis nunca lo había visto.

-Si, gracias. ¿Lo conozco? Lo vi en vi exposición –

-No, no creo. Noté que él la quería besar a la fuerza, por eso decidí intervenir – Lo veo mirar hacia otro lado, eso es símbolo de que está mintiendo.

-Bueno tengo que marcharme- Le digo porque me preocupa al menos a Paul lo conozco, pero a él no.

-Cuídese, por favor – Camino apresuradamente hacia mi auto, miro hacia atrás y veo como el hombre le propina un par de golpes a Paul, para luego marcharse en un hermoso Audi R8 negro. Es extraño porque es el tipo de autos que Cristian usa.

Las flores se me aplastaron por culpa del idiota de Clayton. Las pongo en la parte trasera de mi auto junto a mi bolso. Al llegar a mi apartamento pongo las flores en un florero con agua. Me dispongo a ir por un baño, sin embargo, mi móvil me detiene al escuchar una notificación de mensaje de un número desconocido.

"Le deseo éxitos en su vida. Me hubiese gustado estar con usted señorita Steele, más la distancia no me lo permite y creo que tampoco usted hubiese desfrutado de mi presencia. Cuídese que los buitres la siguen rondando.

CTG"

Por cortesía le contesto, no tengo que ser adivina para darme cuenta de las siglas que firman el mensaje.

-Muchas gracias-

Contesto todos los mensajes que he recibido, incluyendo los de mis padres. Por ahora lo único que deseo es descansar, ya que pronto empezaré mi vida profesional.

https://youtu.be/1A0MPWseJIE

Por favor escuchen las cansiones, van mucho con el capítulo.  Espero les guste.

Este capítulo se lo dedico a mi querida amiga Fadia que hoy está cumpliendo un año más de vida. Gracias por tu amistad amiga. Y por ser una fiel fan.

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