Aún recuerdo el día en que lo vi por primera vez, fue mi segundo día aquí; su amigo lo sacó a rastras del bar. Desde entonces no puedo dejar de pensar en él, no sé por qué; nunca me ha interesado nadie... nunca había sentido esto, ni con hombre ni con mujer. Hasta Isa me molestaba con eso, no me creía cuando le decía que yo no sentía nada. No puedo dejar de pensar en sus ojos... la forma como me sonrió, sentí una punzada en el pecho cuando lo hizo, pero no fue desagradable, es más fue... muy agradable.

Pero lo que pasó después, ha pasado de extraño a bizarro, justo cuando él se fue Hadad llegó con un hombre extraño; había algo en él que no me gustó para nada.

- Nena, Hadad te manda llamar, ve a su mesa. - Me dijo Víctor.

Al salir de la jaula tuve que armarme de valor porque desde donde estaba a la mesa de Hadad había mucha gente y sabía que no iba a ser tan fácil llegar.

- Yo te llevo, es orden del jefe que nadie te toque. –Dice Víctor.

- Gracias. (Dije bajito).

Víctor me acompañó a la mesa, quitando a todo aquel que quisiera tocarme; no le fue difícil ya que carga un látigo con el que azota a todo el que se mete entre él y lo que desea.

- Señor aquí está la chica.

- Puedes irte. - Dijo Hadad en un tono no muy agradable -. Mira princesa, el Señor Gejena ha venido especialmente a conocerte.

- ¿Y ahora qué, quién es este tipo al que Hadad llama Señor?. (Pensé)

- Así que tú eres Gaia. (me dice Gejena sin poder disimular el odio en su voz... esa voz... yo conozco esa voz.)

- Si, ese es mi nombre. (Le contesté con desdén)

- Hermosa y altiva por lo que veo. - En ese momento mira de reojo a Hadad con disgusto, es la primera vez que lo veo palidecer.

- Mira... Gaia, a partir de ahora yo seré tu dueño y tendrás que hacer lo que te diga. (Dice Gejena)

Un momento... ¿MI DUEÑO?, ¿pero qué? ; miro a Hadad con cara de asombro y el evita mi mirada.

- ¿Y qué desea que haga?. - digo evitando que se note el temblor en mi voz.

- Por ahora bailar, pero mañana comenzaras a atender a clientes, si quieren estar contigo tendrán que pagar caro, tendrás que cumplir una cuota por noche y si no la cumples Víctor te enseñará las consecuencias. Por ahora vete a tu cuarto. (Me dice Gejena con odio en su voz)

¡No lo puedo creer! , sabía que Hadad iba a prostituirme pero al ver a Gejena creo que hubiera sido mejor que lo hiciera Hadad, por la forma en que me miró... no siento que guste de las mujeres, pero la depravación y el odio que sentí al acercarme... no tiene límites...¡ este tipo no tiene límites! . Solo quiero morir.
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Bien temprano en la mañana.

Al día siguiente Isa, Gabriel y yo nos dirigimos al otro lado de la ciudad para encontrarnos con Larisa, una mujer que trabaja en el subterráneo y que va a ayudarnos a sacar a Gaia de allí.

- Larissa! (dice Gabriel), ha pasado mucho tiempo...

Ella lo mira y le sonríe.

-Siglos Gabriel... pero tú no cambias nada.

- Mira te presento a Jota y a Sebastián.

- ¡ISA!, un placer. (Corrige)

- Jota, mucho gusto.

- Mucho gusto... Jota, te me haces conocido... ¿nos hemos visto antes?

- No lo creo, al menos no en persona.

Larissa nos mira y nos hace seguir a un vagón destartalado al lado de las vías.

- Bienvenidos a mi casa, acomódense, al parecer tenemos mucho de qué hablar.

- Larissa, aquí mi amigo Jota necesita ayuda para sacar a una persona del INFERUS BAR.

- ¿QUÉ?, pero eso es imposible... no, no, no... esa persona ya está muerta. – Dice Larissa.

- ¡NO! – gritan al mismo tiempo Isa y Jota.

- Tu no entiendes, tengo que sacarla lo más pronto de allí; el futuro de todo depende de eso. (Dice Jota)

En ese momento mis muñecas comienzan a dolerme así que me las sobo.

- ¿Y por qué debería arriesgar la vida y todo el trabajo por alguien que no conozco?

- Porque te lo pido, por favor, Larissa.

- ¿Y quién eres para que yo haga algo por ti?

No me queda de otra, me bajo la bufanda que llevo puesta y le enseño mi marca. Larissa se pone pálida.

- Sabía que te había visto de antes, ¿acaso ya es tiempo?

- No Larissa, vengo a buscar otra salida y por eso Gaia es tan importante; realmente tenemos que sacarla de ahí.

Isa nos mira extrañada y Larissa se queda en silencio un rato.

- Está bien, pero tenemos mucho que hacer. Por ahora necesitaremos a los otros para poder entrar al bar, eso es un verdadero laberinto. ¡Ay Gabriel, en buena me has metido!.

- Y ahora ¿qué hacemos?. - Pregunta Gabriel.

- Bueno, tengo un plan - digo- pero para eso necesitamos a Sebastián...

- ¡¿QUE?!. - Me dice Isa con una voz más chillona de lo normal.

- Claro Isa, tú conoces el bar y sabes cómo actuar y nosotros tenemos que hacer tiempo para planearlo todo; lo más seguro es que Hadad prostituya a Gaia y ahí es donde Sebastián entra, vas a ser su más fiel cliente.

- Pero yo... ni me sale la voz.. cómo carajos...

- Pues te va a tocar ensayar y rápido, porque esta noche vas al bar junto con Gabriel.

- ¡QUE!. - gritan los dos al mismo tiempo.

- Claro Gabriel, quien más varón que tú para enseñarle a Isa a ser Sebastián... necesitamos su lado varonil para que pueda entrar y negociar una noche entera con Gaia, tú serás su escolta y llevarás el dinero para pagar.

- Yo escolta de Sebastián, pero ¡JOTA!.

- Sin peros, yo voy con Larissa a hablar con los demás y prepararlo todo para sacar lo más pronto posible a Gaia de allí. Ustedes dos se quedan y practican, Larissa ¿tienes disfraces de hombre para darle a Sebastián?, algo con barba y gafas para que no se le vean los moretones de la cara.

- Voy a buscar algo, por ahora vamos al sótano de los viejos edificios al sur de la ciudad, allí podrán quedarse y será nuestro centro de reunión para cuadrar todo.

Una vez dejamos todo en el sótano y después de entregar el candado de la pensión, Larissa y yo dejamos a Gabriel y a Isa para que practicaran y nos fuimos a buscar a Leo y a Lola, que ya estaban al tanto de la situación.

- Jota, ¿estás seguro que esos dos no se van a matar mientras volvemos?. –Dice Larissa con escepticismo.

- Muy seguro, cada uno debe aprender del otro.

Larissa me mira y sonríe, en 6 horas iremos alINFERUS BAR. "