Capítulo I

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Que gran forma de venir al mundo.

1 de julio de 1980.

Hospital San Mungo de enfermedades mágicas.

En una suite privada en el ala oeste del hospital una mujer de cabello negro y ojos verdes daba a luz a su hija, a su lado se encontraba su mejor amigo y esposo, pero no el padre de su hija.

-¡Vamos Diana! – Pedía la obstetra, amiga de ambos.

-Tú puedes linda- Animó Regulus.

-¡AHHHH! –

Un segundo después se escuchó el llanto de un bebé y la obstetra, una mujer de cabellos castaños y ojos miel, se alzó con la criatura en sus manos.

-Ve a verla- Pidió Diana.

Regulus no dudó antes de correr a ver a la recién nacida.

-¿Puedo cargarla Vicky? – Pidió el muchacho y la mujer de cabellos castaños asintió.

-Felicidades Diana y Reg, es una princesa-

-Una guerrera- Corrigió su madre.

Regulus recibió a la pequeña en sus brazos, sus ojos se iluminaron como dos estrellas, sus labios, siempre fruncidos en una mueca, mostraron la sonrisa más grande que el joven Lord Black había dado en su vida.

El joven acercó a su hija hasta Diana que la abrazó y besó su cabeza mientras sonreía.

Regulus se acercó de nuevo a Victoria para que la viera.

-¿Cuál es su nombre? – Preguntó Victoria Zabini.

-Es Artemis Alexia- Contestó Regulus–Artemis Alexia Black, mi hija-Dijo y una sonrisa más grande se volvió a mostrar-El Alexia lo escogió Diana ¿Verdad D? – Preguntó.

Diana no contestó, ambos se volvieron hacia la camilla. Diana estaba pálida, sus ojos cristalinos y sus labios entre abiertos, se agarraba el pecho.

-¡Diana! –

-¡ES UN PARO! ¡SACA A LA NIÑA DE AQUÍ REGULUS! – Gritó Victoria antes de acercarse a la mujer.

Regulus salió y buscó a una enfermera, ella le advirtió que lo mejor no era regresar a la suite aún. El joven siguió a la enfermera hasta el cunero privado y esperó a que vistiera a la bebé.

Una vez la bebé estuvo lista la cargó de inmediato.

-¿No desea dejarla en el cunero y volver con su esposa? – Preguntó la enfermera.

-No la voy a dejar… mi esposa me mataría-

Segundos después entró Victoria y vio a Regulus a los ojos, sus ojos estaban rojos y su nariz también.

-Reg… lo lamento tanto… hice cuanto estuvo en mis manos… -

-No… ¡NO! –

Regulus, se dirigió a un pequeño sillón y se recargo abrazando a la bebé.

-Lo lamento Reggi-

-Sé que no es tu culpa- Murmuró Reg mientras veía a la pequeña dormida en sus brazos- Ella sabía que no tenía fuerza suficiente para el parto… he igual lo hizo porque amaba tanto a Artemis como yo –

-¿Qué va a pasar con la niña? –

-¿Qué esperas que pase? En el registro dice que soy su padre ¿Cierto? – Victoria asintió- Ante el mundo Artemis Black es mi hija, jamás se va a mencionar su parentesco con el traidor-

-Por mi parte no se sabrá nada Regulus-Aseguró Victoria y se acercó a la niña – Toma… este era el collar de Diana… era de su familia- Explicó

Regulus lo tomó, el collar lo utilizaba Diana todo el tiempo… así que él se encargaría de que su hija lo tuviese.

-¡Reg! –

Narcissa Malfoy venía entrando seguida por Lucius, su esposo, quien llevaba a Draco, su hijo de un mes.

-¿Es ella? – Preguntó con ojos brillantes.

-Así es Cissy, ella es Artemis… mi hija-

-Felicidades Regulus- Habló Lucius con una media sonrisa.

-Gracias amigo-

-¿Dónde está Diana? Traje regalos- Preguntó Cissy sonriendo.

Victoria se levantó y Cissy la vio confusa, ella se lanzó a llorar en los hombros de la rubia mientras está comprendía lo que pasó.

Narcissa se derrumbó aún abrazada a su amiga, ambas lloraban. Lucius bajó la mirada… su amiga estaba muerta.

-¡¿Qué pasó?! – Exigió saber Lucius mientras una lagrima bajaba.

-Un paro… ella… no tenía la suficiente fuerza- Le explicó Regulus y Lucius asintió.

Un rato después Lucius arreglaba el transporte hacia la mansión Black, en Villa Slytherin, mientras Narcissa arreglaba la salida de la bebé y Draco dormía junto a su prima.

Regulus se acercó a ella y la cargó, la bebé abrió sus ojos… preciosos ojos grises… cómo los de Regulus.

Fue entonces que el la vio, la misma chispa que una vez vio en Diana y la misma que ve en el espejo cada mañana… la misma que le dice que la oscuridad está dentro de esta niña.

Ella nunca fue hija de Sirius ¿Cómo no lo vio? Diana no le quiso decir, pero ella era su hija... Si tenía su poder era su hija, biológica.

-Jamás voy a permitir que algo o alguien te haga daño Temis- Aseguró – Juro por todos nuestros ancestros, juro por tu madre, juro con vida que te voy a cuidar hasta el día de mi muerte y después de esta-

El juramento estaba hecho, Regulus hizo una promesa y jamás la rompería.

.   .  .

Al llegar a la mansión Black Walburga ya esperaba a su hijo, su nieta y a los Malfoy.

-¿Dónde está mi querida nuera? – Preguntó

Regulus se había encargado de hacerle creer a toda la comunidad mágica que el niño o niña que Diana llevaba en su vientre era de él, incluso le mintió a su propia madre, pero ahora se daba cuenta que nunca fue mentira.

Artemis Black siempre fue y será la hija y heredera de Regulus.

-No sobrevivió tía- Informó Cissy.


Walburga llevó sus manos a la boca y, para sorpresa de todos, una lagrima bajó por su mejilla.

-Regulus, hijo, lo lamento tanto. Diana era una buena mujer-

-Lo sé madre-

-¿Dónde está su… -

-Lo están preparando. Lucius arregló todo para el funeral, será mañana – Explicó Regulus – Ahora debo ir a instalar a mi hija-

-Yo la llevo, si lo deseas-

-No será necesario-

Regulus subió los escalones y se dirigió a su habitación.

-¡Kreacher! – Llamó

-Amo Regulus… escuché la triste noticia… mi ama… mi pobre ama- Decía el elfo y Regulus lo vio con tristeza, sabía de la buena relación que llevaban Diana y Kreacher.

-Lo sé, pero ahora tienes una nueva ama, Artemis Black es tu ama ahora-

-Como usted desee mi amo… yo vivo para servir a usted y a su heredera-

-Gracias Kreacher, te llamé para que me hagas varios favores- Comenzó Regulus mientras acostaba a su hija en la cama- Primero deseo que traslades la cuna de Temis aquí, ella no se va a separar de mi a menos que este contigo ¿Entendido?–

-Sí amo Regulus-

-Número dos, nadie, y escúchame bien, nadie, se acerca a mi hija sin mi permiso- Kreacher asintió- Pondrás salvaguardas en toda la casa y protegerás esta habitación y la de la Artemis-

-Como desee mi señor, nadie se va a acercar a Lady Black-

-Bien. También pon toda su ropa en mi armario personal, busca listas de institutrices, niñeras y maestro privados. Quiero que traigas a una niñera que se haga cargo de vestirla y bañarla cada día-

-Disculpe amo Regulus, pero ¿No podría su madre tomar ese papel? –

-Esa es otra cosa, mi madre no se va a quedar sola, jamás, con Artemis, nunca dejes que se quede sola con ella. Ella no la puede tocar sin mi permiso, no la puede ver siquiera-

-Entendido amo, pero ¿Por qué? –

-Ella busca hacerle lo mismo que me hizo a mí y a… ese maldito traidor, no lo permitiré. Nadie va a tocar a mí hija-

-Sí amo-

-Eso es todo, muchas gracias amigo-

Kreacher hizo una reverencia hacia Regulus y otra hacia la bebé, aunque ella no sabía nada de protocolo.

. . .

Al día siguiente se llevó a cabo el funeral de Diana, esta fue enterrada en la cripta de los Black, porque según Walburga ella era Lady Black y lo será siempre.

El funeral estuvo lleno de familias sangre puras y antiguas. Regulus decidió dejar a su hija al cuidado de Victoria, su única amiga, pero que decidió no ir al funeral porque… en sus palabras, se iba a desmoronar.

Al final del funeral Regulus recibía condolencias de personas que fingían llorar por la fallecida, a pesar de no haberla conocido.

-¡Reg! – Recibió el abrazo de Athenea Nott, la hermana pequeña de su amigo Alexander Nott, quien fue su amiga en la escuela.

-Hola Athenea- Saludó

-Lo lamento tanto, sé que Diana fue y siempre será tu mejor amiga y la mujer de tu vida… yo de verdad lo siento, ella me enseñó tanto-

Regulus sabía que el sufrimiento de Athenea era genuino, ella había sido como la hermana menor de Diana, ella la cuido al entrar a Hogwarts, la enseñó y la ayudó en todo… Regulus había perdido a su mejor amiga y alma gemela, pero Athenea Nott también.

-Lo sé Athenea-

-¿Cómo está su hija? – Preguntó limpiando una lágrima.

-Fuerte, es muy fuerte y hermosa… es igual a su madre-

-Estoy segura que sí, si en algún momento llegas a necesitar ayuda no dudes en buscarme… sabes que haré todo por cuidar a la pequeña-

-Gracias –

La chica de cabellos castaños lo abrazó, antes de seguir su camino para alcanzar a su hermano… Entonces Regulus tuvo la idea de huir para irse con su hija y dejar a estos en el funeral, pero la descartó al instante cuándo en el fondo del cementerio lo vio… junto a sus estúpidos amigos.

-Disculpa un momento madre, no quiero tales asquerosidades cerca de la tumba de mi… Diana-

Se alejó de la gente y se dirigió al pequeño grupo que estaba escondido entre unas grandes tumbas. Su rostro se veía realmente furioso.

-¿Qué haces aquí? – Preguntó con enojo.

-Yo… - Sirius no sabía que responder, tenía los ojos rojos por haber llorado toda la noche desde que se enteró.

-¿Cómo te atreves a venir? Como si mi… esposa te hubiera importado-


Sirius vio a Regulus furioso, James puso una mano en su hombro para frenarlo, Remus vio mal a Regulus y Lily, quien lloraba como loca, y Peter lo vieron enojados.

-¿Tu esposa? – Repitió Sirius.

-Pes Claro ¿Qué creías? Qué cargaba a mi hija en su vientre solo por una noche de copas… nos casamos hace unos meses- Dijo Regulus con petulancia, pues ahora sabía que ya no mentía sobre esto.

-¿Cómo pudiste Regulus? – Reclamó Lily.

Regulus vio su avanzado embarazo y decidió no insultarla, no le habría gustado que insultaran a Diana.

-Yo… la… amaba y tú… tú ¿te casaste con ella? – Preguntó Sirius molesto.

-¡¿LA AMABAS?! Si la hubieras amado no la habrías tratado como lo hiciste –

-¡FUE PARA PROTEGERLA! ¡Su familia la habría matado de estar conmigo! Pero al final se sintieron orgullosos ¿No? Se casó con Lord Black – Dijo lo último con asco.

-Así es y que eso te quede muy claro, era mi esposa, la madre de mi hija, mi Lady, así que no tienes nada que hacer aquí. – Habló con veneno en cada palabra.


Lucius se acercó a Regulus con en ceño fruncido de enojo, su nariz estaba roja, el gran Lucius Malfoy no había dejado de derramar lágrimas en toda la ceremonia, estaba destrozado.

-¿Qué pasa aquí Reg? – Preguntó.

-Nada, los traidores, los mestizos y la sangre sucia ya se iban- Respondió antes de voltearse.

-¡A mi esposa no le dices así! – Le dijo James enojado, pero Remus lo frenó junto a Peter.

-Ya oíste a Lord Black, Potter, ¡Lárgate! – Le exigió Lucius y James frunció el ceño.

-Reg- Llamó Narcissa que se iba acercando, ella también había dejado a Draco con Victoria – Debemos irnos… recuerda que debes volver con Artemis-

Esto pareció calmar a Reg de inmediato y sonrió triste.

-Por supuesto, vamos Regulus, ella te necesita- Le habló Lucius más calmado también.

-Bien… vamos, no quiero dejarla sola mucho tiempo-

-El cuerpo de Diana ni siquiera está fría y ya te conseguiste a una nueva- Le dijo Sirius con enojo.

Regulus se volteó con los ojos llenos de cólera, apuntó a su hermano con la varita.

-¡Crucio! –


Sirius cayó retorciéndose de dolor mientras Regulus era apuntando por la varita de los otros tres merodeadores y ellos a la vez por 10 varitas de amigos de Regulus que se había acercado.


-Jamás vuelvas a decir eso… - Le dijo Regulus al terminar el hechizo- Artemis es mi hija… mi hija y de Diana- Explicó antes de lanzar un puño de tierra con una patada a la cara de Sirius.

Todos se fueron dejando a los merodeadores y Lily ayudando a Sirius.


-Hiciste lo correcto hijo, ese traidor bueno para nada no merece estar aquí- Le dijo Walburga y Reg asintió.


Regulus vio frente a la tumba, ahora sellada, de Diana estaba un chico de 13 años, castaño de ojos azules, llorando. Estaba de rodillas sobre el pavimento y frente a la tumba, golpeaba el pavimento frente a la tumba mientras lágrimas caían como una cascada.


-¡Despierta Diana! – Pedía - ¡Aún te necesito! – Golpeó el pavimento-¡DESPIERTA D! – Golpe-¡PROMETISTE QUE IBAS A VOLVER! – Golpe- ¡PROMETISTE VIAJAR CONMIGO MAÑANA! –


Regulus abrazó al chico y lo alejó del pavimento que ya había dejado manchado de sangre.

-Necesito que te calmes Allan- Pidió.

-¡MI MEJOR AMIGA ESTA MUERTA! – Gritó con lágrimas alejándose de Regulus-¡MI HERMANA MAYOR! ¡LA ÚNICA QUE TENÍA! ¡LA ÚNICA QUE ME COMPRENDIÓ! – Gritó.

-¡Cálmate! – Pidió Lucius.

-¡Tu no entiendes! – El chico se alejó aún más- Ella… merecía más… ella no sólo era mi reina… era mi familia- Terminó.

-Allan… - Comenzó Regulus.

-¡CÁLLATE! – Le gritó- Tú no entiendes… esto se acabó… A y D fueron separados… para siempre-

-Dejó a nuestra hija… puedes verla- Ofreció Regulus.

-Quédate con tu hija asesina… -


El chico se fue golpeando a todos. Lily Potter lo vio y se acercó a él cuando se ocultó en unas tumbas.


-Allan…-Llamó y el chico la vio.

-¿Qué quieres roja? –

-Solo te diré una cosa… Ella jamás querría que volvieras a ser el Allan de antes, ella te cuidó, te amo y apoyó como le habría gustado que la apoyarán a ella… ¿Vas a hacer que su trabajo y esfuerzo se borren? –

El niño vio a Lily, sus ojos antes de un azul hermoso ahora estaban ocultos bajo el rojo, su piel antes clara y perfecta ahora estaba roja de cólera, sus manos antes perfectas ahora estaban llenas de sangre.


-No voy a ser el Allan de antes- Prometió con voz queda.

-Prométeme otra cosa… ¿Vas a hacer por alguien lo que ella hizo por ti? Es lo que habría querido- Pidió.

-Lo juro con mi vida… así como juro jamás olvidarla, jamás manchar su memoria- Prometió.

-Ve a ver a su hija… ella lo habría querido y si necesitas algo… búscame- Lily Potter se fue.

-Hasta el fin- Dijo el chico viendo una foto en su relicario, Diana le sonreía mientras lo abrazaba, el tendría unos 11 años – Por siempre y para siempre… D y A-

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