Capítulo VII

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Mi protegida es la princesa de Slytherin.

En la habitación de arriba, ajenos a su nuevo legado, los niños hacían reír a Ginny. Blaise bailaba, Draco reía de Blaise como foca, Artemis y Pansy maquillaban a Theo mientras este se quejaba…

En la enfermería entró Damián con una sonrisa torcida.


-Señor Pierce ¿Qué hace aquí? – Preguntó la señora Pomfrey

-Escuché que uno de los prefectos había sido herido, me preocupé, ya sabe que tomó muy enserio mi trabajo como premio anual- Mintió de manera tan natural que parecía realmente preocupado- Se ve maravillosamente hermosa este año ¿Cómo hace para verse más hermosa cada año?


La señora Pomfrey sonrió y se sonrojó un poco.


-Que amable Pierce, eres realmente un caballero ¿Quieres hablar con él señor Weasley para ver qué pasó? Los profesores aún no llegan a ver, tal vez tú les puedas decir-

-Que maravillosa idea, de inmediato, muchas gracias-


La señora Pomfrey fue a su oficina y Damián se acercó a Percy.


-Hola Weasley – Saludó antes de cerrar las cortinas.

-¿Q-qué quieres Pierce? – Preguntó Percy.

-¿Qué viste? –

-Solo a tres capas, eran bajos, deben de ser de los primeros años o segundo- Informó Percy.

-No-

-¿No son de esos años? –

-No viste nada- Le dijo Pierce con tono duro y Percy palideció- Nada ¿Entendido? Si mencionas esto, mis amigos y yo te haremos pagar… si mencionas que viste algo o que tu hermano vio algo, te haremos pagar y si mencionas que yo te dije esto te haremos pagar a ti y a tu hermanito- Amenazó y su voz cada vez era más grave - ¿Entendido? –


Percy tenía los ojos muy abiertos, los labios apretados y la piel pálida y sudorosa.


-Entendido-

-Cuando vengan los profesores dirás que tú y tú hermano tropezaron con sus túnicas ¿Entendido? – Percy asintió – Y dile lo mismo a tu hermanito- Percy volvió a asentir- Y no te le vuelvas a acercar a tu hermana, ni a ninguno de sus amigos porque yo lo sabré y no voy a parar hasta vengarme ¿Sabes que yo no tengo miedo a nada? Dices que soy malo ¿cierto? – Percy asintió por tercera vez- Tengo el presentimiento de que mi nueva protegida es mucho peor-

-Nada va a salir de nuestra boca- Aseguró Percy.

-Bien, dile a tu hermano-


Damián salió de la enfermería y se dirigió a la biblioteca donde lo esperaba su novia, Clarissa.


-¿Lo callaste? – Preguntó la chica.

-Me subestimas mi amor… por supuesto-

-Comenzaré a hablar con la chica Parkinson- Informó mientras abrazaba a su novio- ¿Sabes que debes entrenar a la chica Black?-

-Lo sé, pero no creo que necesite mucho que aprender… ella es buena, va a ser una gran reina-

-Allan Brunner estaría muy orgulloso-


Damián sonrió ante la mención de su antiguo mentor, el antiguo rey. Él lo había entrenado para que el asumiera su papel en segundo año y desde que él se graduó hace casi 7 años lo había hecho, aún le hablaba, aún lo veía, aún lo visita, aún es su hermano mayor.


-Quiero salvar a la chica Black como Alan me salvó-

-Lo harás- Respondió Cris Wood apareciendo tras el- Eres mi hermano, me salvaste a mi… me diste un hogar y el cariño de una hermano, me compartiste el amor de tus padres y me salvaste… harás lo mismo por ella-

.  .  .

Noviembre 1991.

Artemis caminaba por un pasillo, tranquilamente cuando vio a Harry Potter, parecía estar esperando algo…
Entonces lo vio, sobre la puerta estaba flotando una cubeta, algo planeaba, reconoció a Ron Weasley llenado junto a él.


-Casi termina- Anunció.


Fue entonces que recordó de quien es ese salón. Sabía quién estudiaba ahí, sabía lo que haría si esos niños hacía lo que quieren.

La puerta se abrió, sacó su varita.


-¡PROTEGO! – Gritó.


La cubeta no tocó a Damián, la sustancia pegajosa bajó alrededor de una burbuja invisible mientras Harry Potter y Ron Weasley se quedaron paralizados.


-¡Damián! ¿Estas bien? – Preguntó acercándose.


El chico veía a los dos niños con cara de querer matarlos, sostenía sus libros, vio el líquido y luego a los dos niños.


-Poción de forunculos- Se dijo a sí misma Artemis y Damián asintió lentamente.


Rodeó tal poción y se acercó a los dos niños, alzó su varita y ambos quedaron colgando de un pie.


-¡¿CÓMO SE ATREVEN?! – Gritó y Artemis abrió los ojos- ¡¿QUÉ NO SABEN QUIÉN SOY?! –


Los dos niños estaban pálidos, Ron temblaba y Harry tenía una mueca muy particular en su cara.


-P-Pensábamos que e-estaba S-snape – Mintió torpemente Potter.

-¡MENTIRA! – Los dos se elevaron un poco más – Solo yo usos ese salón… es para uso del premio anual y los saben… querían herirme ¡A MI! –


Los dos comenzaron a temblar de pies a cabeza.


-¡Damián! – Llamó Temis y tomó su mano.


El chico la vio y comenzó a respirar más profundo y más lento para calmarse… “Piensa en la paz… no puedes dejar que la oscuridad te corrompa” recordó las palabras de su antiguo mentor.


-¿Porqué lo hicieron? ¿Popularidad? –

-Venganza- Dijo Artemis y Ron la vio mal.

-Sé que amenazaste a mi hermano- Le dijo Ron enojado.

-Y ahora tu hermano se va a arrepentir y tu también, Artemis es hora de tu primera lección-


La niña lo vio confusa.


-Bien princesa te voy a mostrar como mantener tu trono… primera lección: Tu siempre tienes el poder y tienes que demostrarlo-


Los dos niños cayeron un metro hacia el piso y se quejaron de dolor.


-¡Profesor Snape! – llamó el chico.


Cómo estaban cerca de la oficina del nombrado el salió unos segundos después y vio la escena para luego subir la ceja.


-¿Qué pasó? – Preguntó.

-Estos dos mocosos quisieron hacerme una broma… ¡A MI! Y lo peor es que quisieron hacer que le salieran forunculos-

-No puede ser-

-Señor… - Snape vio a Artemis- Si me permite los dos hemos estado en clase con estos dos idiotas, sabemos que no son capaces de hacer esta poción es obvio que alguien le ayudó y si me permite decir… - Snape asintió serio- Es obvio que fue Granger, es la única aparte de mi y de Pansy que puede hacerla-


Snape la vio serio y asintió con aceptación, mientras Damián la vio con una media sonrisa.


-¿Cómo quiere proceder Señor Pierce? – Preguntó


Ron y Harry tragaron duro.


-¿Él? ¿Porqué no McGonagall? – Preguntó Harry.

-Porque Damián es premio anual- Recordó Artemis- El puede llevar a cabo un castigo si un profesor lo deja- Explicó.

-Así es… señor Pierce-

-Me encargaré de hacerlos pagar señor… y quisiera que la señorita Black me ayudara-


Snape comprendió y medio sonrió, aceptó con la cabeza.


-Hoy a las 7, en mi salón de estudios- Les dijo Damián a los dos Gryffindor.

-Que disfruten su última cena- Se burló Artemis.


Los dos se iban a ir.


-Llamen a Granger, ella también será castigada- Informó Snape.


A las 7 en punto los tres Gryffindor se presentaron en el salón de estudios de Damián. Él ya los esperaba sentado en su silla mientras Artemis se sentaba en el escritorio.


-¿Los vamos a torturar? – Preguntó la niña con brillo en los ojos.

-Algo así-


Los tres involucrados tragaron duro.


-Temis ¿Sabes cómo me llaman? – Preguntó

-El rey del Slytherin –

-¿Y qué más? –

-El cuervo-

-¿Porqué? –

-Porque siempre castigas a tus víctimas de maneras que les dolerá, pero sin que ellos se den cuenta… como un cuervo, esperar y atacas, además de que cuando hay un cuervo cerca, apareces- Le dijo Artemis sabiendo que el poder de la familia de Damián es la transfiguración en animales.

-Perfecto ¿Sabes cuál es tu apodo princesa? –


La niña negó mientras los otros tres se veían sin entender.


-Tú apodo es… Grimm ¿Sabes por qué?–

-Es el escudo de mi casa y… quien ve a un Grimm muere, como todo aquel que llegue a desafiarme - Supuso y Damián asintió.

-Así es mi querida A, ahora vamos a ver como el cuervo y el Grimm castigan-

-Como digas D-


Damián hizo que los tres se sentarán.


-Hermione Granger ¿Qué crees que ama más? –

-¿Sus libros? – Bromeó y Damián rió – Creo que…. Sus calificaciones –

-Exacto… ama ser una de las mejores, pero ¿Qué sí ya no lo es? –

-Usted no puede hacer eso- Le dijo Hermione.

-¿A no? Soy el favorito de más de 90% del profesorado ¿Qué te hace creer que no me van a creer? –


Hermione se soltó a llorar pensando en lo arruinada que iba a quedar.


-Sí… creo que los profesores se van a enterar de esto… todos- Siguió Artemis y Hermione sollozó más fuerte- ¿Y sí les decimos que merodea en las noches en la biblioteca? –

-¿Cómo sabes eso? – Se alarmó Hermione.

-Uy… créeme qué no sólo la llaman la sombra o el Grimm, por su cabello- Le dijo Damián. – Ron Weasley ¿Qué es lo que más ama?-

-Su reputación, ama ser amado-

-Correcto ¿Y qué haremos? –

-¿Nosotros? Nada, es muy obvio D, mañana a esta hora será repudiado-Damián asintió.

-Harry Potter ¿Qué crees que ama él?-

-A sus amigos-

-Es correcto de nuevo A-

-Y si arruinamos a sus amigos, lo arruinamos ¿Verdad mi cuervo?-


Los tres niños de corbata roja se miraban entre ellos ¿Damián Pierce estaba siendo amable y amoroso? ¿Ella le dijo MI cuervo?.


-Realmente eres yo, Artemis- Damián se levantó de su silla y una insignia con un cuervo se lucia en su ahora ropa de diario. Se acercó a ellos con una mueca.


-No se vuelvan a meter conmigo- Comenzó- Su castigo, a parte de esto que dijimos, será limpiar mi salón diario por lo que resta del curso, no podrán tener los sábados libres ya que van a ser mi asistentes personales y… sí… Ronald- Llamó y el pelirrojo lo vio- Dile a Percy que será el encargado de hacer las rondas nocturnas durante el siguiente mes, también va a ser el encargado de pasar las tardes cuidando de ustedes mientras limpian mi salón y los gemelos ellos… sí… ellos no podrán participar en los siguientes dos partidos de quidditch- Terminó.


Ron abrió los ojos y la boca antes de levantarse


-Mis hermanos no estaban metidos en la broma- Explicó – Ellos no tienen que ser castigados-

-Sí bueno… - Comenzó Artemis levantándose- Percival es un delator, los gemelos deben muchos favores a Damián por no acusarlos en sus bromas y tú… tu vas a ser castigado con lo que menos quieres, el odio de tu familia… así como hiciste que odien a Gin-

-¡TU NO TE METAS! – Le gritó Ron.

-¡A ella no le gritas! – Levantó la voz Damián con mala cara, eso bastó para que Ron se sentará de nuevo- Ella es tu futura Reina, debes aprender a respetar a tus superiores Weasley-


Artemis vio a Damián con confusión y este solamente la ignoró.


-Van a quedarse aquí hasta que terminen de limpiar todo y… - El pareció pensarlo unos segundos- Harán mi recolección de ingredientes de pociones mañana después de clases, adiós-


Artemis se acercó a un lugar donde Damián guardaba el polvo de tiza que utilizaba en la pizarra, tomó el recipiente grande y lleno y lo tiró al piso.


-Ups- Dijo fingiendo inocencia, Damián sonrió esperándola en la puerta- Limpia eso… sangre sucia- Dijo antes de irse.


Al salir Damián la vio con mala cara.


-No la llames así en mi presencia, recuerda que la magia solo nace en criaturas especiales- Le recordó.

-O en criaturas con una mutación, así como Granger, nosotros lo traemos en la sangre… es nuestro linaje D-

-Artemis… - Hizo una pausa antes de suspirar, no podía cambiar la manera de ver el mundo de Artemis, aún no- Mi querida Grimm, todos tenemos una manera de ver el mundo… tu manera no es igual a la mía-

-¿Me odias por eso? –

-¿Odiarte? Yo no te odio… tu… tú me agradas Artemis, eres una persona demasiado parecida a mi en muchos aspectos y yo… nunca había querido a alguien-

-¿Me quieres? – Preguntó la niña con un brillo en los ojos.

-Más de lo que imaginas… pero si le dices a alguien lo negaré-

-Así que el gran Damián Pierce tiene corazón… buenas noches mi cuervo-

Nota:

¿Quiénes aman a Damián?

¿Quiénes tienen una teoría sobre algo? En este capítulo dejé una clara pista.

Por si acaso no la notaron les repito que un don se pasa de generación a generación.

Artemis es buena en pociones porque Regulus lo es, pero ¿Y Pansy?

¿Quién creen que es el padre de las Parkinson?

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