(Dedicado a esa valiente mujer que me dió la vida)

¿Por qué no puedo
sopesar mis problemas?
Mejor la cuestión sería:
afrontarlos aunque duela.

Algún filósofo decía:
"No le busques el pelo al huevo"
¡Cierto! Era mi madre
con su escuela de la calle.

Tan fuerte, tan aguerrida
tan valiente y decidida.
De ella rescato valores
y me impregno de valía.

Querida madrecita mía...
Diosito te cuide
en esta
y en otras vidas.

Y perdona,
si lleno mis pensamientos
de rememores feos.
¡Te juro que no quiero!

Necesito ser valiente
Por ti, por ellos,
pero sobre todo,
por las riendas de mi vida.

No dejar pasar más el tiempo.
No puedo seguir mirando
cómo pasan días,
meses o años.

Necesito, o mejor dicho,
me propongo
dar un salto de fe
hacia el abismo.

Y aunque lluevan
mil problemas,
mi paraguas,
será mi escudo.

Valiente me declaro
¡Y escuchen oídos ajenos!
A ninguno tengo miedo
y del suelo, me levanto.

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