¿Cuál es el tañido más fuerte de una garganta que se quedó inerte?

Es aquel grito que nadie escucha pero enmudece.

Aquel que desgarra tu alma con creces.

Es aquel llamado que nadie atiende pero continúa latente.

Es el eco que sale de todo aquel lamento que no trasciende.

Y aún así, cuando quema el dolor por casi ahogarnos, algunas veces salimos ilesos y otras, bastantes recuperados.

Porque somos el fénix que se levanta desde las entrañas del lamento.

Desde aquella congoja que ahoga sus penas en un vaiven de sufrimiento.

Desde aquel llamado al que nadie atiende o se hizo eco.

Y hasta que en ésta o en otras vidas me encuentre palpitando mis letras entre tus líneas, sufriré la dicha de no ver nacer nuestra desdicha.

Porque de todo mal viene malicia, de cada ruin, nace la ruina y con cada acto de hipocresía, una desdicha.

Así que mejor...

Mantente lejos para no florecer marchita, porque en lo podrido, solo el gusano habita.

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