☁️ : ♡ ͏ ͏ O8 ͏ 민.

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—¿Y qué planeas hacer para tu cumpleaños?—preguntó el castaño con aburrimiento en la voz, pasando su brazo por los hombros del más pequeño y ambos caminando a paso lento por los pasillos de la universidad.

—Realmente no lo sé, sabes que nunca planeo nada en sí —Jimin se encoge de hombros y se lleva la paleta helada a la boca para romper un pedazo al morderlo, Taehyung pasa la lengua por su cono de helado mientras piensa en qué sería bueno hacer para el cumpleaños de su mejor amigo.

—Podemos volver a Busan y encontrarnos de nuevo con Hyunjin y Jeongin, eran agradables—propone, pero Jimin niega con la cabeza.

—Son muy menores para nosotros, sería raro.

—Hey, menores y todo pero nos ayudaron un montón.

—A parte... No creo que quiera festejar nada este año...

—¿Por qué?—Taehyung parece desilusionado— Hay que festejar... Yoonie no quiso festejar el suyo tampoco y Namjoon hyung se fue de viaje con Jin hyung sin avisar... Tengo ganas de cantarle el feliz cumpleaños a alguien, ¿sabes?

Jimin arrugó la nariz y volvió a negar.

—A Kook no le queda mucho tiempo, incluso estoy seguro que para mi cumpleaños él ya no estará conmigo, entonces no quiero nada. No me sentiría bien festejando cuando él...

Jimin dejó de hablar y Taehyung se alertó, acercándose sólo un poco para mirarlo. La expresión de Jimin era seria pero al menos no estaba llorando. Taehyung entendía totalmente lo que decía su amigo, si él estuviera en esa situación tampoco querría festejar nada, sin embargo, él quería animar a su amigo por si algo pasaba en realidad.

Todo se mantenía igual desde que septiembre inició, Jungkook no tenía mejoras ni recaídas. Se veía normal. Sin embargo, Jimin se ponía más histérico y depresivo entre más días pasaban.

—Ya llegué— anuncia el castaño a mediana voz, cerrando la puerta tras él.

Yoongie aparece desde el cuarto con esa sonrisa hermosa suya que tanto hacia enloquecer a Taehyung. El castaño le devuelve la sonrisa y ambos se acercan para besarse castamente como saludo. Coloca la mochila en el sillón y estira ambos brazos hacia arriba mientras suelta un gruñido. Yoongi lo mira con tanta adoración que Taehyung por un segundo se siente intimidado y a través de sus pensamientos pasa Jimin. Recordándole nuevamente que todo aquello es momentáneo y efímero, que no es como creemos.

Yoongi estaba ahí con él. Sin daños. Lo amaba.

Pero...

Yoongi estaba ahí porque él lo había comprado. Sólo por eso.

—¿Todo bien, amor?—Yoongi lo mira atento, acercándose sólo un poco al rostro del contrario para examinarlo.

Taehyung sacudió la cabeza.— Jiminie está muy decaído, me siento mal por él... Ni siquiera quiere que le festeje su cumpleaños.

—¿Es por Jungkook? —el castaño asintió con pequeños movimientos, aún no era capaz de decirle la gravedad de la situación a Yoongi-.— ¿Tú crees que sea peligroso?

—¿Hm?

—El daño que tiene Jungkook en su sistema, ¿crees que sea algo grave? ¿O crees que sea por...?

—Realmente no quiero pensar sobre eso....— Taehyung le cortó.

—¿Qué pasaría si... si Jungkook se apaga, Tae?

—Yoongi, en serio no...

—Jimin se pondrá muy triste—los ojos del pelinegro se cristalizaron y su voz comenzó a sonar más baja y dolida— si Jungkook  se apaga yo volveré a estar solo...

Inmediatamente los brazos del castaño rodearon por sobre los contrarios a su pequeño novio que comenzaba a sollozar. Era por esto que Taehyung aún no le decía nada a Yoongi, quería evitar a toda costa una situación así de devastadora. No quería ver triste a Yoongi, sin embargo, sabía que era inevitable pues lastimosamente, como iban las cosas, lo que Yoongi temía se haría realidad y no había nada que lograra detenerlo. Sabía que Yoongi al enterarse lloraría montones y quizá se sienta dolido por haber sido evadido de la realidad todo este tiempo pero, era lo mejor.

Su lecho de muerte inició un 25 de septiembre.

Una noche, aproximadamente a las once y cuarenta, cuando Jimin estaba en la cocina buscando algo que picar pues no tenía sueño. Hurgando en su refrigerador fue cuando escuchó aquel golpe seco provenir desde su habitación, se sorprendió tanto que al levantarse se golpeó la nuca con la puerta superior del refrigerador, sin embargo, no le dió importancia. Empujó todo a su paso hasta llegar a su habitación, con el corazón acelerado y los segundos pasándole como horas, los pequeños metros que separaban la cocina del cuarto se le hicieron extensos e interminables.

Se tiró de rodillas frente al robot que yacía sobre suelo, en el pequeño tramo que había de la cama y la puerta. Jungkook lo miraba desde abajo con los párpados pesados a medio camino, sus labios entre abiertos y su corazón rugiendo con más fuerza de la usual. Trabajando arduamente para mantenerlo con vida.

Tenía miedo de tocarlo, sentía que si lo movía todo iba a acabar. Podría incluso hacer cortocircuito y fin del juego.

Las lágrimas comenzaron a brotar sin que él se diera cuenta. La vista se le nubló y se distorsiono por la cantidad de agua acumulada en sus orbes. Entonces, sintió una caricia en el brazo, una suave.

—Estoy bien—pronunció Jungkook, con la voz aereada — No llores -pidió.

Jimin mordió su labio con fuerza, tratando de tranquilizarse. Jungkook le brindó una sonrisa cansada e intentó levantarse.

—No te esfuerces—pide Jimin en una súplica triste.

—Entonces ayúdame a levantarme—bromea Jungkook con una sonrisa, aligerando el ambiente.

Tomó un par de minutos el lograr acostar a Jungkook en el colchón. Jimin se recostó a su lado, tomando espacio con miedo a lastimarlo. Velando su tranquilidad y sueño durante toda la noche.

Cuando iba amaneciendo, Jimin le dejó un corto mensaje de texto a su mejor amigo.

"Cúbreme"

El mundo de Taehyung se detuvo unos segundos, sabiendo perfectamente a qué se debía ese mensaje. Jimin no faltaba nunca a la universidad, mantenía un promedio de ocho y nueve estable que no podías dejar caer por nada del mundo. Sin embargo, ahí estaba él, faltando un día sin avisar sólo para cuidar a un hombre de hojalata que se había robado su corazón sin siquiera él darse cuenta.

"¿Todo bien?"

"No"

"Estaré contigo en cuento salga"

"Gracias"

Taehyung decidió brincarse las últimas dos horas de clases, igual ya estaba por reprobar aquel parcial, no había nada que perder.

Llegó al departamento de su mejor amigo prácticamente sin avisar y encontró a Jimin en la cocina, sirviéndose un vaso de agua fría. Lucía cansado y deprimido, el daño de Jungkook era como una enfermedad terminal que estaba acabando con los dos al mismo tiempo.

—Tu hora de salida es a las cinco —Jimin es el primero en hablar.

—Igual no paso la clase de Termodinámica —sonríe con diversión y algo de vergüenza.

Jimin niega con la cabeza y esboza una mínima sonrisa que dura apenas los dos segundos.

—¿Qué te parece si hacemos turnos?

—¿Qué?

—Ve a descansar, yo me quedaré con Jungkook hasta las cinco, de ahí iré a mi departamento, me baño, me cambio y regreso.

—No es necesario Tae...

—Quiero ayudarlos. Por favor, ve a descansar. No quiero que tú también te pongas mal.

Jimin apartó la mirada, tratando de evitar que Taehyung viera las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Aceptó su ayuda y se fue a echar una siesta en el sofá de la sala, dejando a Tae en la habitación con Jungkook quien también dormía. Esto era como cuidar de un enfermo en cama.

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