2. ¿Kim es... gay?

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Anoche te fuiste temprano —comentó Namjoon llevándose un gran puñado de papas a la boca.

—Temprano... —repitió y chasqueó la lengua— Mi padre no pensó igual.

Ya sabía que se había tardado en salir ese tema de conversación que tanto le incomodaba. No le gustaba mucho ser el centro de atención de sus amigos en la cafetería aquel mediodía. En el fondo sabía que algo de diversión les causaba su situación por muy buenos amigos que fueran, ¿y a quién no? Estaba siendo controlado como un niño.

—¿Y qué te dijo? —curioseó Hoseok antes de darle un sorbo a su soda— ¿El cuatro ojos le envió tus calificaciones?

—Lamentablemente sí —respiró hondo llevándose su manzana a la boca, pero inmediatamente hizo una fea mueca de asco oliendo algo al aire—. ¡Agh! —gruñó apretándose la nariz con dos dedos bajo las curiosas miradas de los otros dos— Huelo a autobús. ¿No lo huelen?

Ambos amigos se miraron extrañados.

—¿Autobús? —dijeron al unísono como si lo hubiesen planeado.

—Sí, mi padre me quitó el auto y las tarjetas de crédito —admitió apretando la mandíbula para finalmente darle una mordida a si manzana.

—Bromeas ¿no? —rió por lo bajo Namjoon.

—No.

Y el silencio se sentó junto a los tres amigos en la cafetería.

Nadie sabía qué decir. Graciosamente la escena parecía a un minuto de silencio guardado a una persona recién fallecida. Realmente era una pérdida, pero todos le daban un significado exagerado, y más Jungkook, quien había pasado la mayoría de la mañana catatónico.

—¿No puedes hacerlo cambiar de opinión? —sugirió Nam— Tal vez regalándole algo que le guste...

—Hablamos de mi padre, no uno de estos profesores. Es una roca.

—¿Qué puedes hacer para recuperar tu auto y las tarjetas? —pensó en voz alta Hoseok con la vista perdida, buscando una solución en su mente.

—Eso quisiera saber yo.

—¡Ya sé! —hablo Namjoon alzando el índice— Si tu padre lo que quiere son buenas calificaciones, pues debes dárselas.

—Gran idea, amigo —el tono sarcástico del castaño fue adornado por unos aplausos.

—Dejame terminar —entrecerró los ojos—. Busca un nerd —le sugirió a Jungkook.

—¿Nerd?

—Sí, utiliza a uno para que haga tus tareas y te sople los exámenes —se encogió de hombros como si estuviese diciendo algo obvio. Y en realidad era obvio siendo una de las tantas vías fáciles por las que optaba cada uno a la hora de los exámenes.

—Ya tengo uno, Nam: Jimin.

—Pero Jimin está de viaje —alegó Hoseok.

—Sí, pero eso no quiere decir que voy a buscar otro. Los demás son capaces de delatarme y eso es lo que menos necesito ahora —suspiró frustrado—. Si tan solo hubiera uno que no se creyera superior solamente por ser una polilla de biblioteca.

—Nosotros somos superiores también —continuó el chico moreno—. Somos fuertes. Unos cuantos golpes y problema resuelto.

—Ya lo he intentado y no funciona. Lo mejor es que le pida "ayuda" a un profesor —hizo comilla con sus dedos.

—¡No me digas que vas a ir con el cuatro ojos!

—Solo para callar a mi padre con la idea de que tengo un tutor, luego ya se me ocurrirá algo.

(...)

Taehyung se hallaba enterrado en un millón de papeles en su escritorio.

Afortunadamente ya estaba por terminar el día escolar, pero continuaba recibiendo un dolor de cabeza tremendo.

Nadie le dijo que ser profesor sería fácil, pero existían ocasiones en las que verdaderamente consideraba su empleo, su pasión por la enseñanza, una gran basura frustrante.

La culpa de esos pensamientos no era de la gran cantidad de papeles que debía revisar cada día, ni de lo cansado que se sentía por tener que impartir clases a dos años completos, sino de sus alumnos, quienes le hacían idealizar a Marte como un futuro hogar si es que eso fuera posible.

¿De personas como él dependía el futuro?

Pues ya idealizaba al país yéndose a la mierda dentro de unos pocos años.

Necesitaba aire.

Rápidamente salió de su oficina dando un portazo y se acercó al balcón desatándose un poco la corbata.

La brisa fresca le tranquilizó por un instante acariciando su mejilla, antes de que una conocida voz con tono burlesco le hiciera volver a la realidad.

—Profesor Kim ¿se va a suicidar? —cuestionó un sonriente Jungkook plasmando miedo en su rostro de una forma exagerada; un poco más y su mandíbula caía al piso.

El mayor le observó desde lo alto sin expresión alguna por unos instantes en los que parecía hablar con la mirada, luego devolvió la vista a lo que sea que estaba observando en las canchas de baloncesto.

—¿No me oye? ¡Debo llamar a una ambulancia!

El rubio sonrió con arrogancia al escuchar eso. No estaba seguro si el menor estaba bromeando, pero que creyera que debía llamar una ambulancia porque se "iba a suicidar" era bastante tonto... como todo en él al fin.

—¿Qué quiere Jeon? —preguntó echándole un rápido vistazo.

—Hablar con usted.

—Ya lo está haciendo —casi pudo escuchar al otro chasquear la lengua.

—¿Puedo subir?

—No —cortó oyéndole bufar.

—No le voy a estar gritando a los cuatro vientos. Voy a subir.

Y sin más el pelinegro desapareció bajo el suelo del balcón. Sabía que no le haría caso.

—¿Qué pasa? —habló cuando sintió su presencia a su lado.

—Quisiera llegar a un acuerdo con usted.

Ya sabía a qué venía eso.

—¿Acuerdo? ¿Sobre...?

—Sobre mis calificaciones —suspiró regañándose a si mismo por lo que estaba a punto de hacer.

—Si de nuevo planea darme dinero–

—Ya sé que eso no funcionará —interrumpió—. Quiero estudiar.

—¿Qué?

—Lo que escuchó, y quiero que usted sea mi tutor.

El asombro fue bastante notable en los ojos ensanchados del profesor que por fin decidieron posarse sobre los suyos, pero luego una sonrisa cuadrada esfumó cualquier rastro de aparente incredulidad.

—Sería buen comediante —negó con la cabeza librando una pequeña risita.

Por un minuto casi se lo cree debido a la buena actuación del otro por parecer serio. Estaba claro que era una broma que Jungkook le estaba jugando. ¿Él, estudiar? Era imposible.
El menor frunció el ceño extrañado y algo ofendido. ¿Era tan increíble que quisiera estudiar?

—No estoy bromeando —expresó alzando una ceja lo que hizo al mayor reír más fuerte—. ¡Profesor Kim, hablo en serio! —exclamó enojado causando que este detuviera sus carcajadas rápidamente.

—¿Habla en serio?

—Eso fue lo que dije.

Y su gracia se fue lejos cuando vio al alumno cruzarse de brazos con el ceño fruncido.

—No lo entiendo. Quiere que mejore y se asombra cuando le digo esto.

—Bien, pero, ¿por qué yo debería ayudarle?

—Usted fue quien le dijo a mi padre de mis malas calificaciones, por eso creo que debe ayudarme —admitió finalmente.

El rubio le miró con una deja alzada, clara señal de superioridad que al menor le molestó. Estaba claro que iba a negarse. ¿Acaso él pensaba que se sentiría culpable por eso? Le daban ganas de reírse.

Ahora se daba cuenta de que también era un malcriado caprichoso, con una muy mala imaginación si pensó por algún momento que unas simples malas miradas le harían sentir un asco por haberle notificado a su padre su situación, lo que era su deber.

—Yo solo hice lo que debía —habló rompiendo el silencio —, y las medidas que tome su padre me dan igual.

—Es usted... un... mal profesor —dudó para no decir una barbaridad—. ¿Sabe lo que pasa si no tengo dinero, ni mi auto?

—¿Se terminan las fiestas, debe tomar el autobús como la mayoría de las personas? —se encogió de hombros restándole importancia— ¿Dónde está la gravedad? ¿Morirá por eso acaso? —la burla fue notable en su pregunta. Jungkook ya no podía aguantarse más.

Qué iba a saber él. Tolerar la espera, que invadieran su espacio personal en un vehículo poco espacioso como ese, ir de pie la mayoría de las veces y sobre todo el mal olor de algunas personas no era algo a lo que estuviera acostumbrado; ni pensaba llegar a hacerlo.

—¿Por qué es así? —cuestionó alzando la voz— Vengo a pedirle ayuda, quiero estudiar, quiero mejorar, pero me mira de esa forma despectiva.

—Mhm, "despectiva": palabra nueva, ese es un avance, si mi materia fuese literatura, claro —esta vez se mofó claramente enseñando una amplia sonrisa cuadrada.

—Basta ya —suspiró resignado—. Es su obligación ayudar a un alumno con problemas.

—No lo es. Enseño porque quiero, no porque alguien me obliga —expresó devolviendo la vista a las canchas.

—¿Eso es un no?

—Cuando le dije que buscara a un tutor no me refería a mí —respondió y para el menor todo quedó claro.

El sonar de un celular interrumpió la batalla visual que mantuvo durante unos segundos el menor con la ignorante mirada de su profesor, quien al ver algo en la pantalla de su celular tensó la mandíbula con notable ira.

—Si eso es todo, Jeon. Tengo que irme.

El menor en silencio se quedó pensativo, buscando en su mente alguna respuesta que consiguiera su objetivo antes de que el mayor desapareciera de su lado, pero no lo consiguió. Cuando volvió a la realidad se dio cuenta de que este ya se había marchado y junto a él la oportunidad de restregarle en la cara a su padre un "tutor".

Bufando con molestia se dio la vuelta dispuesto a irse antes de pisar algo metálico que emitió un leve sonido que le llamó su atención.

Unas llaves de un auto... las llaves del profesor.

Rápidamente se acercó al balcón y vio al dueño de la causa de su detención alejarse rumbo al estacionamiento de la escuela.

—¡Profesor, sus llaves! —gritó vano ya que este no le escuchó y continúo su camino.

Por un momento pasó por su mente la posibilidad de quedarse con ellas solo por molestarlo... o tal vez podía aprovecharlas y robar su auto.

Sacudiendo la cabeza espantó esos pensamientos llenos de mofa y se dispuso a devolvérselas bajando rápidamente las escaleras. Después de todo quizás haciendo tal acto de amabilidad conseguía que este lo llevara a su casa. Sí, eso estaba mejor.

Cualquier cosa por no tomar el autobús.

Tan rápido como pudo, llegó al estacionamiento, donde perdió de vista totalmente a la persona que perseguía.

No sabía donde el profesor dejaba su auto. ¿Y si se había ido al no encontrar sus llaves? Imposible, lo hubiese visto. En ese instante maldijo estudiar en una escuela en la que todos tuvieran tanto dinero para gastar en tantos autos.

Sin darse por vencido comenzó a caminar entre dos hileras de autos, esperando hallar así a un frustrado Taehyung rebuscando en sus bolsillos en busca de sus llaves, pero algo detuvo su recorrido y le llamó la atención.

—No puedes aparecer aquí —murmuró esa conocida voz y fue entonces cuando se percató de una cabellera rubia sobresaliendo tras una gran caminera negra bastante lujosa, que no se le hacía para nada conocida. Nadie en esa escuela tenía una, al menos no que él supiera.

—Lo siento, pero no pude esperar —respondió otra voz masculina, pero no tan gruesa, y esta vez observó otra cabellera, pero castaña.

La curiosidad comenzó a picar dentro de su mente. De repente se sentía demasiado intrigado. ¿Con quién hablaba el cuatro ojos?

Sigilosamente se inclinó un poco hacia adelante, lo suficiente como para ser cubierto por los autos mientras caminaba tras ellos para estar lo más cerca posible de su profesor hablando con otro hombre que yacía recostado de espaldas a la camioneta negra y lograr escuchar algo.

—Este es mi trabajo —negó el rubio cruzándose de brazos—. No puedes venir cuando quieras.

—No contestadas mis llamadas —alegó el otro—. ¿Qué se supone que debía hacer? ¿Ir a tu casa cuando también me prohibiste visitarte ahí?

—Simplemente no deberías buscarme.

—¿Por qué eres así? —inquirió el otro haciendo menor la distancia entre ambos—. Te extrañaba.

Esto ya era algo extraño.

Jungkook nunca antes presenció tanta cercanía entre dos hombres, pero estaba seguro de que dos familiares no podían hablarse de esa forma tan intensa como sus miradas. Aquí había gato encerrado.

—Aún así no debiste haber venido —repitió este cruzándose de brazos—. ¿Tanto es para ti dos semanas?

—Demasiado —contestó sonriendo de una forma que al espía le pareció conocida—, pero ya veo que a ti no te importaron tanto dos semanas.

—¿Quieres... —dejó la palabra en el aire volteando a ver a su alrededor por un momento, en el que el pelinegro tuvo que agacharse detrás del maletero del auto para no ser visto— que te demuestre cuánto me importó?

Lo siguiente fue un total choque de realidad con locura. El menor creyó por un segundo estar alucinando que el profesor Kim y ese hombre...

¡Se están besando!

El estómago le dio un giro tremendo en cuanto vio los labios de los otros dos juntarse en un profundo y apasionado beso.

No podía creer la imagen que sus ojos le mostraban.

Estaba en shock total, o se estaba volviendo loco.

El profesor Kim siempre tuvo novia. Nunca pasó por su mente la posibilidad de que tenía una preferencia diferente cuando este evitaba a las alumnas que le coqueteaban con descaro cada cinco minutos.

¿Qué estaba pasando? ¿por qué se besaban? ¿y por qué él estaba observando como objeto inanimado?

Se regañó a si mismo cuando se descubrió presenciando demasiado aquella escena que seguramente le causaría pesadillas.

Justo estaba a punto de irse cuando una loca idea pasó por su mente oscura, una sonrisa maléfica se dibujó en su rostro y cuando se vino a dar cuenta ya había sacado su celular y le había hecho una foto a esa escena que tan repulsiva se le hacía.

Seguramente muchas personas se divertirían si esa imagen, por algún misterio de la vida, se filtrase en internet... o... quizás el profesor Kim daría de todo con tal de que su preferencia sexual que disfrazaba de heterosexual ante medio mundo no fuese expuesta, hasta unas excelentes calificaciones.

Kim Taehyung, ahora estás en mis manos.

__________·°×***×°·__________

😋Ahora la cosa cambió más uajaja😈 Como que avanza más
rápido.

El kooki homofóbico... Veamos k pasa (͡° ͜ʖ ͡°)

Lamento no haber actualizado ayer, es que estaba adelantando un cap de otra historia :)

Espero k les guste

Gracias x leer :3

Tengan una buena noche :*

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro