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Yoongi desapareció con un chico en algún lugar de la fiesta. Poco después, Taehyung y Jimin conocieron a un grupo de gente y se unieron al baile con ellos.

Era pasada la medianoche. Taehyung estaba más calmado que su mejor amigo. Todo el aglomerado estaba en un jardín gigantesco, algunos vasos tirados en el suelo y otros universitarios en la entrada conversando y bebiendo. El ambiente tenía una combinación de aromas entre alfas y omegas, junto al olor de cigarrillos.

La gran mayoría bailaba, la música era atronadora y Jimin no dudó en dejarse llevar por cada canción que tocaba.

Estaba tan ensimismado que no se dio cuenta que alguien se había acercado.

—No te había visto por aquí —le habló un tipo un poco más alto que él. Un amigo que lo acompañaba le sacó plática a Taehyung.

—Es mi primer semestre —respondió sonriéndole y moviéndose ligeramente al ritmo de la música.

—¿Quieres tomar algo?

Jimin lo observó con detenimiento. Tenía ojos claros y el cabello castaño, un poco largo.

—¿Por qué no? —contestó con una sonrisa, encogiéndose de hombros. Lo siguió hasta una mesa repleta de botellas de cerveza y otras bebidas.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó el desconocido, ofreciéndole un vaso con líquido rojo. El omega olfateó y frunció la nariz, no le gustaba los licores dulces, pero hizo una excepción.

—Jimin. ¿Y tú?

—Seungkwan —respondió mientras brindaba.

Estuvieron charlando por un buen rato y luego el alfa le presentó a más gente. El pelirosa estuvo riendo por los chistes que los amigos de Seungkwan contaban. Al cabo de poco tiempo, empezó a notar un calor agradable en todo el cuerpo. No tenía idea de lo que había tomado, pero empezaba a hacer efecto.

A Jimin le pareció sentirse de maravilla, tenía una sensación mágica en todo su ser. Él y otro chico estaban cada vez más cerca y le costaba quitar sus manos de sus hombros.

Ambos bailaron varias canciones perdiendo la noción del tiempo. Jimin estaba empapado de sudor y sentía que le faltaba el aliento. La energía que tenía en ese momento era indescifrable, no le importaba bailar con alguien que apenas había conocido y que este pasara sus manos por su cuerpo en lo más mínimo.

Pronto, se unió a una de las amigas de Seungkwan y se subieron a una mesa. Bailando y gritando de alegría.

Jimin pudo divisar a lo lejos a Taehyung, quién lo miró unos segundos y luego sacó su teléfono para empezar a teclear. Al omega no le importó que no le hiciera caso a sus señas, él se sentía bien.

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