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Gracias a que el televisor estaba encendido a todo volumen, los gemidos de Jungkook ya no eran tan estruendosos y lo opacaban un poco.

Luego de follar a Jungkook con varias estocadas fuertes, los dedos de los pies de este se doblaron. Yoongi sintió como el castaño clavaba sus uñas en sus hombros y su interior ardiente abrazaba con fuerza su miembro en señal de que se iba a correr.

Yoongi se detuvo abruptamente y besó los labios de Jungkook mientras este se quejaba entre susurros.

—Y-Yoongi.

—Juguemos un poco.— contestó el pelinegro entre gruñidos, sujetando su cintura con fuerza para levantarlo del sofá, Jungkook sonrió contra sus labios cuando se sintió en el aire y aferró sus brazos a su cuello para no caerse.

Yoongi mordió sus labios, balanceando a Jungkook para penetrarlo, haciendo del castaño un lío de gemidos.

Caminó hasta la cocina y dejó a Jungkook sobre el mostrador para continuar follandolo, el castaño no paraba de sonreír mientras gemía con Yoongi, totalmente satisfecho por el festín de sensaciones que el pelinegro le ofrecía.

El placer ante sus estocadas y gemidos gruesos contra sus labios, la adrenalina por ser follado sin prudencia por toda su casa, la euforia que sentía al ser correspondido en sus caricias y besos con la misma intensidad, su timidez cuando Yoongi besaba y mordía el lóbulo de su oreja para susurrarle que lo amaba mientras lo llamaba por tiernos apodos y aquella tristeza que sentía al final de todo, pensando que aquello podían ser los últimos minutos con Yoongi.

—Oh mierda.— Jungkook volvió a sentirse al borde del clímax y mordió sus labios mientras dirigía una mano a su miembro para atenderlo. Yoongi lo evitó y tomo su muñeca para colocarlo en su hombro y levantarlo de la isla de la mesa para follarlo con algunas embestidas en el aire, sujetando su trasero con fuerza.

Se tomó unos segundos, cuando Jungkook cerró sus ojos con fuerza, pidiendo parar un poco para no correrse tan pronto. Yoongi besó su rostro con suavidad, provocándole una sonrisa tonta a Jungkook.

Mientras Yoongi subía las escaleras con Jungkook en brazos y lo embestía con cada escalón, Jungkook unía su frente con la del pelinegro para ver sus brillantes ojos y sonrisa más de cerca, acariciando sus mejillas entre jadeos.

Yoongi pateó la puerta de su habitación y al entrar a esta, Jungkook colocó sus pies en el suelo mientras sujetaba la nuca del pelinegro y lo besaba profundamente, ladeando su cabeza.

Jungkook procedió a guiar a Yoongi hasta su cama, empujando su pecho para hacerlo sentar sobre esta para luego quitar sus pantalones al igual que su ropa interior, queriendo hacer algo que tenia en mente desde hace un tiempo.

—J-jungkook a-ah.— gimió el pelinegro con una media sonrisa, cerrando sus ojos mientras echaba su cabeza hacia atrás al sentir los labios del mencionado sobre su pequeño gran amigo.

El castaño jugó un par de minutos con el miembro de Yoongi, y cuando el pelinegro estuvo por correrse, alejó los labios de Jungkook de su miembro

Se colocó sobre él en su cama, entrometiéndose entre sus piernas mientras dejaba marcas en su cuello y pasaba sus manos por sus muslos y cintura.

Ambos bajaron un poco la adrenalina para meterse debajo de las sabanas. Yoongi colocó las piernas de Jungkook sobre sus hombros y gracias a su flexibilidad, dio varias estocadas lentas y profundas en el castaño mientras mantenía sus manos entrelazadas con las del contrario.

Jungkook gimió suave, al ritmo de sus penetraciones, mientras Yoongi jadeaba en su rostro, dejando pequeños besos en cada rincón de sus clavículas y cuello.

Rozaron sus narices, las estocadas fueron mas lentas y los pulgares de Yoongi acariciaron las manos de Jungkook con ternura.

—Te amo mi amor.— susurró Yoongi contra sus labios.

—Yo te amo más bebé.— contestó Jungkook, correspondiendo sus caricias con besos en su nariz y mejillas.

Ambos volvieron a la acción unos pocos minutos más tarde cuando Jungkook decidió colocarse sobre Yoongi para saltar sobre él en un ritmo constante. Gimiendo sin importar que los vecinos lo escuchasen, volviendo a entrelazar sus dedos con los de Yoongi.

Cuando los muslos del castaño se cansaron, Yoongi tomó su cintura para embestirlo el mismo, teniendo como resultado un doble orgasmo por parte de ambos, casi al mismo tiempo.

—Mierda.— gimió Jungkook, pasando sus manos por el pecho manchado del pelinegro.

—Demonios.— gruñó Yoongi, cerrando sus ojos con fuerza mientras los espasmos del orgasmo continuaban. —Mi amor.— llamó a Jungkook.

—¿Mmh?— el castaño hizo contacto visual con Yoongi.

—Se me olvidó el condón, perdón...

Jungkook sonrió, dejándose caer a un lado para luego ser rodeado por los brazos de Yoongi, sintiéndose algo incomodo al tener la semilla del pelinegro en sus mejillas traseras.

—No importa bebé.— susurró Jungkook, robándole un beso a Yoongi.

El pelinegro sonrió, levantándose de la cama en busca de papel higiénico para limpiar un poco del desastre y luego regresar, rodeando la cintura de Jungkook con su brazo para cerrar el espacio entre sus cuerpos. Yoongi pasó sus dedos suavemente por la mejilla del castaño al verlo sonrojarse y unió su frente con la suya.

Jungkook cerró sus ojos, disfrutando de aquel momento a lo máximo. Sus manos se dirigieron al cabello de Yoongi y luego a su mandíbula para besar sus labios con parsimonia. Luego escondió su rostro en su cuello.

—Mi precioso Jungkook.— susurró Yoongi contra su oído antes de besarlo ahí.

Jungkook mordió sus labios mientras fruncía su ceño, tenia que decírselo.

—Yoonie...— susurró.

Tal vez era un mal momento, pero Jungkook no hallaba la forma en como decirle que se iba mañana.

—Dime mi amor.— contestó Yoongi, su mano comenzó a acariciar su mejilla trasera con suavidad.

Jungkook suspiró.

—Yo... me voy mañana...

Yoongi frunció su ceño.

—¿Te vas? ¿A donde?

El castaño se despegó de Yoongi , sentándose en la cama mientras agarraba su cabello, nervioso.

—Después de lo que pasó, le rogué a mi madre regresar a Busan hasta que lo conseguí. No iba a soportar que todos hablasen de mi...

Yoongi se acercó a él.

—Jungkook, no me puedes hacer esto...

—¡P-pero puedo regresar!— el castaño miró con ojos cristalinos a Yoongi, una sonrisa apareció por su rostro. —Mi madre se quedará aquí por su trabajo y me iré con mis tíos. Puedo volver cuando quiera...

Yoongi unió su frente con la del castaño suavemente, rozando sus narices.

—Prométeme que volverás.

Jungkook tomó sus mejillas.

—Te lo prometo cuchurrumin.

Yoongi sonrió contra sus labios.

—¿Cuchurrumin?

—¿No te gusta?— Jungkook también sonrió.

—Es raro, pero me encanta.

Yoongi le robó un beso y luego varios, pero Jungkook se detuvo hasta recordar algo que le inquietó.

—Consigue trabajo, por favor. Cuando regrese quiero saber que sigues aquí.— acarició su mentón.

Yoongi asintió.

—Conseguiré uno, no te preocupes.

El pelinegro volvió a besarle y se inclinó sobre él para hacer que Jungkook se recostara en la cama. Yoongi se acostó a su lado y entrelazó sus manos con las del castaño, sin interrumpir el beso.

Hasta que otra cosa que los inquietaba, los interrumpió.

—Si no tienes teléfono, ¿cómo podré hablar contigo?— preguntó Yoongi.

Jungkook hizo un puchero, pensando qué hacer antes de hablar.

—Tendré que trabajar para comprarme uno.

—Pero va a pasar mucho tiempo y quiero saber de ti.— Yoongi hizo un tierno mohín, Jungkook hizo contacto visual con él. —¡Ya sé! podemos hacer a la antigua. Puedo enviarte cartas, mensajes con paloma, señales de humo...

Jungkook rió suavemente, dejando ver su cuadrada sonrisa. Yoongi sintió su corazón agitarse ante aquella maravilla.

—No te preocupes por eso cuchurrumin. No pasará mucho tiempo hasta que nos volvamos a ver de nuevo.— la mano de Jungkook soltó la de Yoongi y se dirigió hacía su suave y sedoso cabello.

—Me vas a hacer mucha falta mi amor.— Yoongi ocultó su rostro en su cuello, abrazándolo con fuerza.

—Y tu a mi...— contestó Jungkook en un susurro, evitando llorar. —Te prometo volver, pero debes prometerme que cuando lo haga, solo vas a estar para mi.

Yoongi hizo contacto visual con él.

—Jamás encontraré a alguien como tú Jungkook. Siempre estarás para mi... así como yo lo estaré para ti...

Jungkook asintió.

Luego Yoongi agregó.

—¿Quieres ir a alguna parte para pasar más tiempo juntos antes de que te vayas? ¡Ya sé! podemos ir a patinar, al cine o... ¡al acuario!

Jungkook amaba la manera en como el pelinegro se emocionaba como un niño pequeño. Pasó sus dedos por su mandíbula.

—Siempre y cuando estemos  juntos, no me importa donde estemos.— el castaño rozó sus labios con el contrario.

—Entonces vayamos al acuario.— el pelinegro sonrió, dejando ver sus dientes.


7/¿?

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