03: Breves pensamientos.

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Un golpe.

Dos golpes.

Tres golpes...

El constante golpeteo contra la puerta lo llevó a que se sentara al borde la cama, apretando entre sus manos la áspera textura de la sabana. Respiraba profundo, casi calmado buscando mantener su cabeza y pensamientos en el momento, mas el constante crujir de la puerta calaba por sus oídos.

Estaba aturdido.

Molesto por no poder dormir, Felix se levantó de la cama. Pateo el zapato que molestaba de forma pobre su camino, y dio un paso hacia adelante.

Y otro.

Y luego otro.

Hasta que llegó.

Rápida era su respiración, la sangre que corría por su venas a alta velocidad se debía al enojo que el rubio concentraba en sí. Sus dedos picaban así como en su cabeza paseo de manera efímera la idea de golpear a quien sea que estuviese por el otro lado de la puerta, privándolo de su derecho a querer dormir una siesta en paz. Su cabeza recreo la escena cientos de veces, sintiendo el frío de la manilla recorrer por su piel cada centímetro de esta sin dejar nada al aire.

Pensó.

Sus manos serían una buena opción.

Imaginó.

Estarían manchadas de sangre, pero no importaría mucho.

Su corazón y rabia propia parecían tentarlo de manera malévola con aquella idea rondando, hasta que abrió la puerta: el aire gélido de la noche le golpeo la cara; duramente.

Y volvió a la realidad.

Sus pensamientos...

Parpadeo, incrédulo.

Miró a los lados, buscando a algún idiota con intenciones de niño inmaduro, pero solo encontró la soledad rondando por cada pasillo e incluso el estacionamiento frente a él; casi podía escuchar a las sombras burlarse de él, usándolo de bufón.

Entró a la habitación sacudiendo su cabello con cansancio en un suspiro. Creía que el sueño estaba haciendo y estragos en él, por lo que caminó hasta la cama.

Cerró los ojos.

El sonido de la gotera del baño rompía el silencio, era breve y húmedo. Un sonido leve que retumbaba por toda la habitación. Al aire que soplaba el ventilador, se perdía en el aire como si nunca hubiese existido: solo quedaba al baile de las aspas que giraban y giraban, creando un sonido ahogado que se mezclaba con el del año.

Sintiéndose incómodo, Felix se removió en la cama hasta ponerse boca abajo. El olor a detergente barato y cigarrillos llegó a sus fosas nasales ni bien pegó la mejilla a la almohada, donde la fría y áspera textura acarició con parsimonia su piel.

Ahogó una mueca de disgusto.

Luego, cuando los brazos del calor y el sueño lo tomaron, Lee Felix cayó dormido. Entonces, la puerta de la habitación se abrió en un suave pero agudo chirrido; el viento gélido de la muerte entró y, con él, una sombra se posó junto a él.

—¿Dónde pusiste mis zapatos, Hyunjin?—preguntó el pelirojo, masticando ruidosamente una galleta.

Una mueca de asco apareció en el rostro del mencionado, quien solo alzó las piernas y posó sus pies sobre el escritorio de brazos cruzados.

—¿Para qué los quieres?

—Para correr, duh—dijo. Luego se sentó en la mesilla junto al mostrador de recepción—. ¿O es que crees que él no saldrá corriendo como la última vez?

El chico pelinegro rodó los ojos.

—Están por allá, junto a los casilleros.—Señaló con su dedo índice —y de forma floja— la esquina de la sala.

Observó cómo el contrario iba en busca de sus zapatos en un asentimiento. Tan pronto le vio ponerse los zapatos, empezó a buscar con la mirada el resto de los preparativos; una vez los ubicó, desvió su mirada a la pantalla del computador, misma donde se veía lo que mostraban las cámaras de seguridad.

Se fijó en la número 3.

—Hyunjin...

Escuchó su nombre ser pronunciado por el otro, aunque no volteo a verle.

—¿Qué quieres?—preguntó sin dejar de mirar pantalla.

Ya estaba empezando.

—¿Crees que algún día esto acabe? ¿Que todo se rompa?

La pregunta de Jeongin caló en su cabeza, haciendo que quedara grabada como si de un fuego incesante se tratara. Retumbó con eco en sus pensamientos, su cabeza empezó a buscar una respuesta que sabía que no tenía.

Ante ello solo respondió:

—No soy el diablo para responderte eso, Yang.

N/A:

Si tengo suerte, entre estos días subiré los capítulos que faltan (que no son muchos). Mientras, tenía que publicar este capítulo para hacer el puente que quería para los demás.

Sin más, ¡Gracias por leer! ♡

S.

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