💌 15. Si pudiera saber como lo haces 💌

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—Y... aquí tienes. —dice Rodo animadamente

Fede sonríe viendo la bandeja que el demonio coloca en sus piernas antes de recostarse junto a él. Ambos se acomodan, con Rodo pasando un brazo por el hombro del ángel y Fede recostándose en el pecho del demonio; al otro lado, Gianni duda antes de sentarse al borde de la cama, evitando mirarlos.

—Es mucha azúcar. —susurra Gianni

Fede sonríe y le ofrece una galleta, Gianni lo mira con tristeza. Sabe que incluso el más leve movimiento debe resultar doloroso, pero ahí esta, intentando levantar el animo del robot que lo puso en esa cama, ¿Cómo puede preocuparse por él?

—Gracias. —dice Gianni aceptando la galleta

—Toma las que quieras, —dice Fede —al parecer el gran liberador Rodmentor rescato una cantidad insana de galletas. —se ríe viendo el puchero del demonio —Ni veinte Cupidos podrían con tanta azúcar.

—Búrlate lo que quieras, —dice Rodo poniendo una mano en su pecho dramáticamente —cuando busques un bocadillo nocturno me lo agradecerás.

—Seguramente, —acepta Fede comiendo algo de sopa —¿me das de tu galleta?

—Abejita, —dice Rodo en voz baja —serás el amor de mi vida pero esta galleta es solo mía.

Gianni se ríe viendo al demonio meterse la galleta completa a la boca, sorprendiendo al ángel que agarra otra galleta de la bandeja. Decidido a mostrar su agradecimiento, Gian prueba lo que Cupido le ofreció; mira emocionado la galleta después del primer mordisco, ¡olvida las hamburguesas, las galletas son su platillo favorito ahora!

Los tres pasan un rato agradable antes de que Asmodeus entre al cuarto y les pida retirarse para poder evaluar a Fede, el ángel los despide entusiasmado, con algo de suerte volverán a casa pronto. Y eso preocupa aún más al Cupidroide.

La rutina de los últimos días resultó reconfortante, en particular porque le dio un propósito, uno que aleja sus pensamientos del dolor que vio en los ojos de Belial la última vez. A pasado las últimas noches despierto, suprimiendo y archivando cualquier pensamiento relacionado a su creador, pues mientras más tiempo pasa más quiere ir a ver como esta.

El miedo de Fede salga perjudicado otra vez lo ha mantenido atado a la casa, Rodo a intentado convencerle de dar una vuelta juntos, pero no puede, no cuando lo único en lo que tiene que pensar es el bienestar de su maestro, su salvador, el idiota que salió herido en vez de dejar que la pared aplastará al robot inútil.

Sacude con fuerza su cabeza, sigue de cerca a Rodo en silencio mientras salen del hospital improvisado de Asmodeus, para ser un demonio que lleva años acumulando riquezas no le ha dado mucha importancia a su negocio como doctor...o tal vez no ha tenido más pacientes que Fede en los últimos años.

—Podríamos ir al cine, hay una película de terror buenísima que...—dice Rodo

—¡NO! —grita Gianni aterrado ante la idea —No, películas de terror no.

Sin saber que decir ante el repentino arrebato del robot, Rodo asiente y deja que el robot corra enfrente hacia la casa. Gianni se cubre el rostro sin detenerse, apenado y regañándose por actuar así ¿qué le ocurre? ¿debería volver a hablar con Asmodeus? Quizá el demonio a encontrado lo que esta mal en su código.

Llegan a la casa de Cupido, el espacio se siente tan diferente a la primera vez que entró, sigue siendo la misma pero, en poco tiempo, se esta convirtiendo en una prisión para la improvisada familia, llena de desgracias y constantes intromisiones inoportunas.

—Iré a bañarme, —dice Rodo en voz baja —si necesitas algo avísame.

El robot asiente y sonríe, sabiendo que eso hace feliz a su creador. En cuanto lo ve entrar a su habitación, Gianni sale corriendo a su cuarto, mira con nostalgia el ukelele en el cesto de basura; aunque es un regalo de su creador también trae a flote el recuerdo de Bel tocando el mismo instrumento y no puede pensar en el monstruo.

Decide que es un buen momento para desfragmentar y organizar sus pensamientos, tal vez incluso haga un auto diagnostico. Se acomoda en el suelo, no merece estar en una cama tan cómoda, y cierra los ojos, permitiendo que el piloto automático haga su labor. 

—¡Eso es grandioso! —el grito de Rodo en el exterior despierta a Gianni —¿Cuándo...? ¿Esta noche? Perfecto, se lo diré a Gianni, le alegrará saberlo...nos vemos.

Cerrando los ojos, pretendiendo estar dormido, Gianni escucha como Rodo toca la puerta de su habitación, llamándole, esperando cualquier respuesta; el robot escucha como el demonio se deja caer contra la puerta y suspira, derrotado.

—Se que estás despierto, —dice tranquilo Rodo —solo quería que supieras que Fede vuelve a casa esta noche, Asmodeus dice que parece estar estable. —hace una pausa esperando que Gianni diga algo —Nos necesitará...yo te necesito, no puedes seguir evitando a todos.

Oh claro que si, puede y debe hacerlo, en especial porque nota como cada vez más seguido tiene el impulso de gritarle a Rodo que se largue. No debería ser así, finalmente tiene un buen hogar y un par de personas que se preocupan por él, ¿porqué esta tan aferrado a estar con el monstruo que intento dañarlo?

—Lo sé. —dice Gianni esperando que sea suficiente para que el demonio se vaya

—Esta bien, —dice Rodo cansado —vendré por ti en un rato.

Gianni escucha al demonio ponerse de pie y alejarse, suelta el aire que no sabía que estaba conteniendo y hace un esfuerzo para no llorar, ¿cómo pueden seguir con sus vidas tan fácilmente después de lo qué paso? No encuentra una respuesta y decide hacer lo que ha hecho toda la semana: archivar y olvidar.

Al cruzar la puerta de entrada, Gianni nota el entusiasmo del ángel en silla de ruedas, asume que estar en un hospital no es la experiencia vacacional de ensueño.

—¡Al fin! —dice feliz Fede —No imaginan cuanto extrañaba el olor a humedad y desesperación de este lugar.

Rodo alza una ceja, pero no parece querer saber a lo que se refiere y, honestamente, Gianni también quiere evitar la pregunta.

—¿Y qué haremos esta noche? —pregunta Fede entusiasmado —No creo poder dormir después de no hacer otra cosa por días.

—Te envidio. —dice Rodo sacándole la lengua —Lamento romper tus ilusiones pero tengo que ir a trabajar, Venus esta histérica porque "no hay suficientes divorcios".

—¿No se supone que es la diosa del amor?—pregunta Fede confundido

—También se supone que Asmodeus es el lujurioso y estoy seguro de que soy peor que él en ese campo. —dice Rodo aburrido —Vuelvo en un par de horas, ¿pueden quedarse solos?

Gianni mira a ambos, esperando que Fede rechace la idea, no esta seguro de querer estar a solas con Cupido en estos momentos.

—Esta bien, —dice Fede decepcionado —será noche de series entonces.

—¡No aburras a nuestro niño con tus telenovelas! —grita Rodo mientras cruza su portal

Tanto Fede como Gianni ruedan los ojos, ese demonio necesita aprender el significado de "sigilo", ambos están sorprendidos de que ningún humano lo haya descubierto aún con lo descuidado que es con los portales.

—Y...entonces, ¿quieres hacer algo? —pregunta Fede

—Lo que quieras esta bien. —Gianni decide usar la respuesta estándar

Fede fuerza una sonrisa mientras mueve la silla hacia la cocina, Gianni lo detiene con algo de brusquedad, haciendo que el ángel apenas alcance a aferrarse a los costados de la silla para no caerse.

—Lo siento, —dice Gianni —¿necesitas algo? Puedo traerlo mientras te acomodas.

—No en realidad, quería ver si hay algo para beber. —dice Fede nervioso —Pero puedo hacerlo yo, no te...

—Voy. —interrumpe Gianni alejándose dando zancadas

Al abrir el refrigerador toma un respiro, no lo necesita para existir pero es un habito que a adquirido esta semana para calmarse. No quiere pelear con Fede, pero verlo tan feliz a pesar de estar en esa silla, ¡por su culpa! No hace las cosas sencillas para el robot.

Saca un cartón de jugo de naranja, no pregunta si le gusta o no a su dueño, no tiene ganas de hacerlo. Toma un vaso de plástico con la forma más rara que Gianni a visto y vuelve con el ángel, quien logró acomodarse en el sillón y busca algo para ver.

—El día antes de que llegarás estaba viendo un programa, ¿te gustaría ver el final conmigo?

—¿Tengo otra opción? —pregunta sin pensar Gianni, cubriendo su boca tan rápido como lo dice

El ángel lo mira sorprendido y visiblemente incómodo.

—Si gustas puedes ir a tu habitación, —dice Fede en voz baja —no tienes que hacer algo que no quieras.

¡Fantástico! Ahora se siente culpable por hablarle así a su maestro. Toma asiento en el suelo frente al sillón en el que Fede esta, agarrando una almohada para abrazar mientras miran la extraña fuente de entretenimiento de Cupido.

Después de unos minutos descubre algunas cosas: Fede y él comparten el mismo sentido del humor absurdo, los humanos son extremadamente dramáticos y Cupido tiene un serio problema si en serio decidió nombrarlo como sus personajes favoritos de una novela.

—¿Gianni? —dice Fede después de un rato —Creo que tenemos que hablar.

El robot niega con la cabeza, fingiendo estar intrigado por el predecible final. Fede suspira y pone pausa a la serie, la boda de Mariella puede esperar a que tengan la conversación que ninguno de los dos quiere tener.

—¡¿Qué?! —grita molesto Gianni volteando a verlo —¿No podías esperar? Lo estaba viendo.

—Por eso es que no podía esperar. —dice Fede tranquilo —Has estado enojado toda la semana, ¿crees qué no nos hemos dado cuenta?

—¡No! —grita Gianni —¿Por qué te importa tanto? Solo tienes que preocuparte por sanar.

Cansado, Fede se esfuerza por sentarse y Gianni se pone de pie rápidamente para asistirle antes de que se caiga del sillón.

—¿Eso es lo qué te molesta? ¿Qué saliera lastimado? —pregunta Fede manteniendo la calma

—No. —dice Gianni apartando la mirada

—¿Entonces? —pregunta Fede 

—¡¿Por qué para ustedes es tan sencillo?! —llora Gianni limpiando sus lágrimas con tanta fuerza que un débil chillido se escucha cuando frota la tela contra su rostro —Es mi culpa que estés así, ¡y no estás gritándome! Merezco un castigo y Rodo no para de intentar alegrarme ¿Cómo pueden fingir que no pasó nada?

El llanto de Gianni es lo único que se escucha en la habitación, Fede logra bajar sus piernas y hace espacio para que el robot se siente a su lado, envolviéndolo en un abrazo del que Gianni no quiere separarse nunca.

—Quisiera tener esa respuesta, —dice Fede en voz baja —la primera vez que acabe en el hospital, no lo tome muy bien. —se ríe con tristeza extendiendo un poco sus alas —Arrancar las plumas no fue mi idea más brillante, nunca se lo dije a nadie así que ahora no son muy útiles.

Gianni lo mira hacia arriba, negándose a perder su lugar en el pecho del ángel.

—Rodo tampoco maneja muy bien las emociones, —continua hablando Fede —¿sabías que casi tuve que obligarlo a comprarse un teléfono? Teme que su lado obsesivo salga a relucir si lo usa por mucho tiempo. —al ver la expresión de sorpresa de Gianni, continua —Nunca lo admitirá, pero realmente envidia a sus hermanos, sobre todo a Belial.

—¿Por qué? —pregunta sollozando Gianni

—Porque preferiría ser quien produzca deseo, pasión o lujuria en lugar de llevar a las personas al punto en que se rompen.

—¿No puede repararse algo que esta roto?—pregunta Gianni asustado

—Casi todo tiene arreglo. —asegura Fede abrazando con fuerza a Gianni —Solo hace falta que estés dispuesto a ello.

Gianni sonríe, agradecido con Fede. Si es lo que dice es cierto entonces, tal vez, también Belial tiene arreglo.

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