Vivimos en un mundo tan caótico, que la sociedad se vuelve adicta a la tecnología, ya no hablan cara a cara solo por celulares incluso en la misma mesa, ya no se leen libros en físico ya no disfrutan de una conversación amena con alguien sin importar que las horas se vayan volando, solo porque hablas de temas interesantes.

Con esto no quiero decir que la tecnología se mala, es buena para investigar y saber cosas en el mundo, pero así como es buena también es mala, nos aleja muchas veces de las personas, ¿Dónde quedaron las charlas familiares en una mesa sin necesidad de teléfonos celulares? ¿Dónde quedaron las horas de compartir un buen libro en un día lluvioso o los ratos de música, pero no de la música actual, sino de aquella clásica aquella en que las letras y melodías te transportaban a otro lugar? No digo que la música actual sea mala sino que para mi persona carece de esa sensibilidad que caracteriza al ser humano, esa que se emociona con un letra o que es significado se complementa con él, no son todas pero si la mayoría.
Esta sociedad está tan dañada que hasta sus mismos políticos la corrompen con lo que dicen, con sus acciones y con cada ley que dicta en ese país. El mundo está dañado, corrupto, lastimado y al mismo tiempo se quiere liberar de tanto ego, avaricia, codicia y lujuria, el ser humano paso de ser a un ser capaz de distinguir aquello que nos haría daño a hacerle mal a otras personas que son inocentes de todo aquello, que pecan por querer un mundo mejor.

Un mundo dónde no exista esta catástrofe que somos, que nos hemos convertido un mundo necesita paz y necesita de ti y de mi para lograrlo.