Capítulo 31 - Preguntas y Evasivas.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Selene acaba de los fregar y de secar los platos y los cubiertos, por lo que los guarda en su sitio. En cuanto acaba se apoya contra la encimera y da un suspiro desviando la mirada a una de las ventanas de la cocina, fuera está nevando con fuerza y hace mucho viento, es una auténtica ventisca.

A Selene el ver cayendo la nieve le recuerda a trozos de algodones, sonará a fantasía, pero ella creía que la nieve era distinta, no de esa manera, copos distintos unos de otros, con diferentes y hermosas formas. En ese momento se acaba de desengañar por completo, sabía que era demasiado bueno para ser cierto, que la naturaleza no podía producir una cosa tan hermosa.

La realidad siempre es muy distinta a lo que se piensa, desde pequeña siempre estuvo convencida de que cada copo de nieve tenía una forma diferente y única, pero ahora se da cuenta de que no es así, aunque quién sabe, quizás mirado a trabés de una lupa o un microscopio si se vea la hermosura fantasiosa de los copos de nieve con los que ella soñaba.

Es justamente en ese momento entran a la cocina Mikel, Elena y Zeeb, cada uno con el pequeño plato del flan y las cucharas. Ellos despiertan a Selene de sus pensamientos, que deja de mirar a la ventana y desvía la mirada a ellos.

―Al tardar tanto pensábamos que te habías perdido en casa― le dice Zeeb de broma.

―¿Qué estabas haciendo que no venías?― le pregunta Elena.

―Aproveché para fregar los platos― les dice mientras ellos dejan dentro del fregadero los pequeños platos y cucharas.

―No hacía falta que lo hicieras, me ocupaba yo de eso― le dice Mikel haciendo una pequeña pausa― ¿No estás cansada del viaje?

―No después de haber dormido toda la tarde como una momia.

―Sí que te hizo efecto el té que te hice― le dice Zeeb con una sonrisa.

―Me drogaste― le dice de broma.

―Bueno, nosotros nos encargamos del resto de platos que queda por fregar― les dice Mikel.

Sin decir nada más Selene sale de la cocina y recorre el pasillo hasta las escaleras, que comienza hacia el segundo piso. Zeeb va tras ella. Selene piensa en desocupar algo la maleta, aprovechar que se encuentra descansada para ir sacando y colocando las cosas en su nueva habitación.

Selene tenía la esperanza de que volviendo a estar a solas con Zeeb él siguiera explicándole el motivo de sus rarezas, que le diera una respuesta, pero por lo visto no tiene esa intención, parece como si ya se le hubiera olvidado o estuviera fingiendo no recordar para no tener que darle ninguna explicación a Selene, pero ella tiene muy claro que no se va a quedar sin su respuesta.

―¿Me lo vas a decir?― le pregunta volviéndose a él en mitad de las escaleras.

Zeeb está unos escalones más abajo y sus rostros más o menos, por primera vez están a la misma altura. Él sabe perfectamente a qué se refiere, él que tenía la esperanza de que a Selene se le olvidara... Parece no ser así, pero de todos modos decide fingir.

―¿El qué?

―Lo que me estabas diciendo antes.

―¿Qué te estaba diciendo antes?

Selene se da cuenta de que Zeeb está tratando de evitar el tema fingiendo no acordarse y respondiendo con evasivas. Eso a Selene no le gusta, no le gusta que trate de ocultar ese tema y que la intente tomar por tonta. No puede evitar enfadarse un poco.

―¡Vamos...! ¡Lo sabes perfectamente!

―Pues no sé...

―Lo de tus rarezas.

―¿Y qué quieres que te diga?― le pregunta con una sonrisa― Soy así, cada uno tiene sus cosas raras ¿O no?

―Sí, pero tú tienes cosas más raras de lo normal― le dice haciendo una pequeña pausa― Parece como si tuvieras miedo a las personas, a que la gente se acerque a ti o que te toque... ¿Por qué?

Zeeb se sorprende de que en tan solo horas Selene haya logrado darse cuenta de eso, sin duda es una chica observadora y eso es malo para él, pues puede llegar a saber mucho más de él de lo que ella y cualquier otra persona debería saber. Nadie tiene que conocerlo a fondo, nadie tiene que saber los grandes secretos que esconde, pero Selene, con lo observadora que es, puede llegar a descubrir todos sus secretos ocultos, secretos que por nada del mundo deben salir a la luz.

―Eso...― comienza a decir sin saber cómo seguir― ¡Eso es mentira!― es lo único que se le ocurre decir.

―Pues si es mentira si hago esto...

A la vez que dice eso baja un escalón acercándose más a él, que se empieza a poner tenso y Selene es capaz de notarlo. Desde luego Selene se lo está poniendo a Zeeb muy difícil, le está poniendo demasiado difícil el trabajo de protegerla de el mismo, de no ponerla en peligro, de no acabar cometiendo una atrocidad con ella... Si Selene supiera lo que una parte de Zeeb desea hacerle, todo lo que es capaz de hacer... Seguro que se moriría de miedo, querría irse de ese lugar y volver a su antigua casa para no volver a verle nunca más

―Tu no deberías de...― sigue diciendo Selene.

Zeeb trata de aguantar para hacer creer a Selene que lo que piensa de él es una tontería, tan solo algo que se imaginó, pero no es capaz, es demasiado peligroso, su lobo interno quiere apoderarse de su cuerpo y abalanzarse sobre ella inesperadamente. Al final acaba bajando un escalón alejándose de ella sin poder evitar quedar en evidencia, pero eso es mejor que acabar matándola, siempre será mejor mantener la distancia de seguridad que exponer la vida de Selene a una muerte segura a manos de él mismo, más bien, a sus garras.

―Hacer eso― complementa Selene.

―Vamos Selene, esto es una tontería.

―Si es una tontería no te importaría que yo hiciera esto ¿No?

Mientras le dice eso ella alarga una de sus manos a él tratando de tocarle el hombro, pero Zeeb vuelve a bajar un escalón alejándose de ella e impidiendo que lo llegue a tocar a la vez que le dice algo sobresaltado:

―¡Para! ¿¡Qué haces!?

―Lo mismo te pregunto a ti ¿Por qué te pones así?

―¿Soy tan guapo que acaso quieres manosearme?― le pregunta de broma para relajar el momento.

―No― le dice rotundamente haciendo una pequeña pausa― Te alejas, tratas de evitar todo tipo de cercanía y contacto con los demás ¿Por qué?

Zeeb no puede evitar ponerse algo nervioso, ya no sabe qué decir para hacer creer a Selene que lo que dice es una tontería, tan solo producto de su imaginación... O que por lo menos es algo que no tiene importancia. Él no aguanta su mirada y la acaba desviando mirando a un lado. No le puede decir la verdad, primeramente porque no se lo iba a creer, aunque luego también puede estar la opción de que sí se lo crea, en ese caso ella se asustaría, le tendría miedo y querría volver a su antiguo hogar ¿Pero entonces qué le dice?

Selene espera su respuesta, pero por el momento lo único que recibe por parte de Zeeb es silencio. Los dos se encuentran sumidos en un incómodo y tenso silencio. En esos momentos él se encuentra entre la espada y la pared, no tiene ni idea de qué contestarle a eso, pero aun así comienza a improvisar, pues no se puede quedar callado durante más tiempos

―Veras...

Ella llega a la conclusión de que a él le pasa algo con ella y es por esa razón por la que es así de extraño, al menos con ella.

―Venga, dímelo ¿Es solo conmigo? ¿Te pasa algo conmigo?

―No― le dice rápidamente― Tú me caes bien y todo eso...

―¿Entonces qué te pasa?

―Que... Quizás... No estoy acostumbrado.

Con esa respuesta no le ha mentido, aunque sí le ha ocultado la razón por la que él no está acostumbrado a la cercanía y al contacto del resto de la gente. Selene no lo cree, pues si es así debería de gustarle la cercanía hacia alguien, no tratar de alejarse como un pequeño animal asustado.

―¿Piensas que me voy a creer eso?

Zeeb frunce los labios a la vez que levanta un poco sus hombros y sus brazos con las palmas hacia arriba.

―Cree lo que te de la gana― acaba diciéndole.

Dicho eso sigue subiendo las escaleras pasando rápido por su lado en dirección a su cuarto. Selene se da la vuelta viéndolo llegar arriba y comenzar a recorrer el pasillo en dirección a su cuarto.

―Vaya mentiroso― dice molesta para sí misma subiendo las escaleras.

Zeeb, justo cuando va a entrar en su cuarto la escucha a la perfección y serio desvía la mirada a Selene, que llega al segundo piso. Sus miradas se cruzan directas. Ella no puede evitar sorprenderse al ver su gesto tan serio y llega a pensar en que quizás la haya escuchado, pero eso es imposible, pues lo dijo muy bajo. Él sin decir nada aparta la mirada y se acaba encerrando en su cuarto, por ahora es mejor que sea así un mentiroso antes que arriesgarlo todo diciéndole la verdad.

Selene al ver que no le dijo nada piensa que al final no la escuchó, de lo contrario le hubiera dicho algo. Pensativa y algo enfadada por lo que acaba de ocurrir se acaba encerrando también en su cuarto y justo cuando va a pulsar el interruptor para encender la luz de su habitación, antes de llegar a tocarlo la luz de la habitación se enciende sola. Sorprendida Selene mira a todo su alrededor sintiendo de nuevo la sensación de que hay una presencia sobrenatural cerca de ella, pero esta vez, mire a donde mire, no ve nada extraño, no ve a Eydís por ningún lado.

―Dios...― dice Selene cerrando los ojos con fuerza.

No quiere ver, sentir ni escuchar esa clase de cosas paranormales, pero al parecer no va a tener de otra que aguantarse porque vive en una especie de “casa encantada” con un espíritu vagando eternamente y sin descanso por cada lugar de esa casa.

Selene va hacia su maleta y la abre, seguro que acaba de desocuparla pronto, pero ahora que se da cuenta antes tiene que hacer una cosa, tiene que asegurarse de que Zeeb no vaya a entrar a su habitación, quiere intimidad, además, está enfadada con él y no tiene muchas ganas de verlo ni de tratarlo. Selene se acerca a la ventana que comunica son su cuarto y la abre levantándola viendo a Zeeb echado en la cama leyendo un cómic de anime, Death Note.

Zeeb se le adelanta a hablar.

―¿Qué quieres?― le pregunta sin apartar la mirada del cómic.

―No quiero que me molestes, así que no entres en mi habitación― le dice haciendo una pequeña pausa― Voy a deshacer mi maleta.

―¿Aunque pique no puedo entrar?― le pregunta siguiendo mirando el cómic.

―No― le digo rotundamente.

―Jo, qué mala eres― se queja en broma.

A continuación Selene baja la ventana hasta cerrarla y va directamente a su maleta.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro