En ese mismo momento, en otro lugar, en una cabaña solitaria algo apartada de la ciudad Adam está desayunando ya preparado para ir al instituto. Lilith sale del baño ya preparada, aunque no cree que ese día sea buena idea ir al instituto después de lo ocurrido ayer por la noche, no está segura de si con las capuchas los habrá reconocido y aunque no los hubiera reconocido se dejaron el tablero como pista y su colgante que perdió durante la huida y que piensa que seguramente Zeeb encontró, si es así está segura de que él tiene algo planeado para ellos, algo que podría ser peligroso y no está segura de que el estar dentro del instituto rodeado de profesores y alumnos lo vaya a detener.

Esa mañana preferiría no ir al instituto, seguir durmiendo y no salir de casa durante todo el día, solo para rodearla de ceniza de serval para impedir que Zeeb pueda entrar si se le ocurre hacerles una “visita”, eso sería lo más seguro para su vida y para la de su hermano Adam, que se encuentra más allá desayunando en la barra americana un café con tostadas, como casa mañana, aparentemente tranquilo, como si no pasara nada, como si no hubiera ningún peligro o no hubiera pasado nada la noche anterior. Lilith envidia eso de él, su tranquilidad en todo momento, hasta cuando se ven envueltos en un gran problema como en ese.

Adam en el fondo está algo preocupado con esa situación, pero no tanto como para no querer ir al instituto, pues sabe que Zeeb en el fondo es buena persona, al menos su parte humana, porque su parte salvaje puede llegar a ser una bestia completamente malvada. Tiene muy claro que Zeeb no se atreverá a hacer nada en el instituto donde se puedan ver implicadas otras personas inocentes que no tienen nada que ver con eso, pero también está presente la posibilidad de que no logre mantener el control sobre sí mismo, si eso ocurre en la mochila tiene unos materiales que pueden ayudarle a impedir que eso ocurra. Además, él está seguro de que en el fondo Zeeb no les quiere hacer daño, que primero quiere hablar con ellos y saber la historia mejor ¿De qué serviría que los matara? Lo único que conseguiría sería no saber qué tienen ellos que ver con él y el resto de su familia.

—No creo que sea buena idea ir al instituto— le dice Lilith acercándose— Deberíamos quedarnos en casa después de lo de anoche— le dice entrando a la cocina.

Él no se sorprende al escuchar eso de la boca de su hermana, ya se imaginaba que tarde o temprano le diría eso, estaba esperando a que pronunciara esas palabras. Ahora le toca tratar de tranquilizarla y convencerla de ir, pues a Adam no le gusta la idea de tener que ir solo al instituto pudiendo haber un posible enfrentamiento con Zeeb, necesita la ayuda de Lilith.

—Igual no nos reconoció con las capuchas— le dice con tranquilidad en un intento de que se calme y cambie de idea.

—Ya, pero igual sí nos reconoció, además, nos hemos dejado cosas que le pueden hacer pensar que eramos nosotros.

Él sabe que en eso tiene razón, aunque también está la posibilidad de que Zeeb no volviera para hurgar en el santuario y ver si se dejaron algo, alguna pista que los pueda señalar directamente a ellos.

—Pero igual no volvió para ver si nos dejamos algo.

—Pues yo creo que sí.

Ahora que están hablando de lo que se dejaron en el santuario Adam recuerda que ese tablero es muy importante para ellos, lo necesitan, pues sin el no pueden hacer ningún tipo de ritual ni magia de ningún tipo, tienen que ir a recogerlo.

—Hablando de lo que nos dejamos... Tendremos que ir a recogerlo después del instituto.

Lilith lo mira algo sorprendida, pues posiblemente tengan un gran problema con Zeeb y Adam parece preocuparse solo por lo que se han dejado olvidado por las prisas anoche en el interior del santuario, que necesitan para cualquier otro ritual que hagan.

—¡Tenemos un gran problema encima con Zeeb y tú estás como si nada y encima lo único que parece preocuparte es el tablero!

—Me preocupan las dos cosas, lo que nos dejamos en el santuario lo necesitamos para hacer otras cosas.

—Ya, y para hacer otras cosas necesitamos estar vivos.

—No vamos a morir y si nos reconoció sea como sea tenemos que enfrentar el problema, no vamos a estar escondiéndonos, además, no se atreverá a hacernos nada dentro del instituto— le dice muy seguro acabando de desayunar.

—A no ser que pierda el control.

—No va a perder el control delante de todos o al menos eso espero, quizás quiera hablar, lo único malo sea que de los nervios o algo pues pierda el control, pero no creo que su intención sea hacernos daño.

—Mira, si quieres morir tú vale, pero no me lleves contigo, así que vas tú solito al instituto, que yo me quedo.

—Anda Lil, no digas tonterías ¿Qué vas a dejar de ir al instituto para siempre?

—No sería mala idea— dice con gesto de aprovación.

—Pensaba que eras más valiente, no tienes porqué tener miedo, voy preparado para lo que sea— le dice poniéndose en pie y acercándose a su mochila en una esquina.

Al escuchar eso Lilith comienza a imaginarse que en el interior de su mochila tiene pistola con balas de plata, acónito, ceniza de serval... Pero no pueden ir con eso al instituto y montar una gran batalla, todo saldría a la luz y precisamente eso es lo que tienen que impedir.

—¿Acaso vamos a empezar una batalla campal en pleno instituto? Eso sería una locura.

—No, simplemente vamos a llevar unas cosas para mantenerlo alejado en caso de que quiera acercarse a hacernos algo.

—¿Acónito y cenizas de serval?

—Sí y esto— le dice sacando de su mochila una vara de plata plegable.

—Sigo pensando que todo esto es una locura, sería mejor quedarnos en casa.

—Vamos Lil, ponte a desayunar, que vamos a llegar tarde, además, aun tenemos que enterarnos quién es esa chica que estaba ayer con Zeeb, seguramente se aparezca por el instituto.

En eso tiene razón, además Lilith siente mucha curiosidad por ella, por saber de quién se trata y el porqué de esa cercanía con Zeeb el día anterior.