𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 9

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¿Sᴀᴋᴜʀᴀ? ¿Uɴ Aᴠᴀᴛᴀʀ? Pᴛ1

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❝𝙈𝙖𝙮𝙗𝙚 𝙞𝙩'𝙨 𝙖 𝙗𝙡𝙚𝙨𝙨𝙞𝙣𝙜 𝙞𝙣 𝙙𝙞𝙨𝙜𝙪𝙞𝙨𝙚
(𝙄 𝙨𝙚𝙚 𝙢𝙮𝙨𝙚𝙡𝙛 𝙤𝙣 𝙮𝙤𝙪)
𝙄 𝙨𝙚𝙚 𝙢𝙮 𝙧𝙚𝙛𝙡𝙚𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣 𝙞𝙣 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙚𝙮𝙚𝙨
(𝙄 𝙨𝙤𝙡𝙙 𝙢𝙮 𝙨𝙤𝙪𝙡 𝙛𝙤𝙧 𝙮𝙤𝙪, 𝙄 𝙠𝙣𝙤𝙬 𝙮𝙤𝙪 𝙨𝙚𝙚 𝙞𝙩 𝙩𝙤𝙤)❞

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𝙎𝙖𝙠𝙪𝙧𝙖

Nuestro día comenzó con normalidad, estuvimos descansando unas horas para más tarde alzar vuelo. estuvimos jugando y hablando casi todo el día, hasta que a lo lejos vimos algo que nos sorprendió.

—Oigan, ¿Qué es eso?— preguntó Katara mientras apuntaba hacia el bosque que estaba justo abajo de nosotros.

—Parece ser una invasión...— dije para luego mirar a Sokka.

—Bajemos a averiguar.— dijo Sokka preocupado mientras Aang comenzaba a descender.

—Escuchen, que silencio...— habló por primera vez Aang. Ya habíamos bajado, y el lugar no se veía nada lindo, todo estaba quemado.

—No hay señales de vida.— Sokka habló mientras yo recorría el lugar, todo estaba muerto, los árboles quemados, todo se había derrumbado.

—¿Aang? ¿Te encuentras bien?— Katara me sacó de mis pensamientos, así que volteo y veo a Aang muy distraído.

—¡La nación del fuego! Esos villanos me tienen arto. No saben respetar.— Sokka miraba el suelo, había huellas de rinocerontes y pisadas de soldados.

—Shh.— Lo cayó Katara

—¿Qué? ¿Acaso no tengo derecho a enojarme?

—No es eso tonto, mira.— dije acercándome a Katara viendo cómo Aang se dejaba caer de rodillas.

—No entiendo porqué hacen esto. ¿Cómo permití que pasara?— Aang levantaba las cenizas del suelo.

—Aang.— me acerqué a su lado.— Sabes que esto no tiene nada que ver contigo, tú no tienes la culpa de todo lo que hacen.

—Claro que si.— Aang levantó su cabeza y me miró. —Cómo Avatar mi deber es proteger la naturaleza, pero no sé cómo hacer mi trabajo.

—Por eso es que vamos al polo norte, para que encontremos un maestro que te enseñe, que nos enseñe.— Katara habló esta vez.

—Si, un maestro agua, pero nadie puede enseñarme como ser el Avatar.— miré a Katara y a Sokka, ellos me hicieron una mueca de tristeza, ninguno sabía cómo ayudar a Aang en ésto.
—El monje Gyatso me dijo que el Avatar Roku me ayudaría.

—¿El Avatar que te precedió?- preguntó Sokka. —Pero murió hace cientos de años, ¿como te vas a comunicar con el?

—No lo sé...

Un rato más tarde

—¿Aang? ¿Listo para alegrarte?— Katara se nos acercó con algo en la mano.

—No lo creo.— respondió Aang mirando el piso

—¿Eso es lo que creo que es?— pregunté emocionada.

—Si, son bellotas. Bellotas Aang, ¿entiendes?

—No... ¿En qué me ayudarán las bellotas?— Aang miro las bellotas en la mano de Katara

—Katara no se refería a eso. Significa que el bosque volverá a crecer. Cada una de ella será un enorme árbol algún día, y los animales podrán volver a habitarlo.- dije tomando la bellota que tenía Katara y depositándola en la mano de Aang.

—Gracias chicas.— luego de que Aang dijera eso, un crujido llamó nuestra atención.

—¿Quién es usted?— Sokka se paró rápidamente.

—Al principio cuando ví al bisonte volador no lo podía creer.— un señor con bastón comenzó a acercarse a Aang.
—Pero esas marcas... ¿Tú eres el niño Avatar?— Aang nos miro y luego asintió.

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—Este joven es el Avatar.— el señor nos había llevado a su pueblo

—Entonces los rumores son ciertos... Es un honor para mí estar ante su presencia.— un señor más joven se acercó a nosotros.


—Es un placer estar aquí.— Aang le sonrió. —Entonces, ¿hay algo en lo que podamos ayudar aquí?

—Desde hace un tiempo, al atardecer, el espíritu de un mounstro ataca nuestro pueblo. El es Hei Bai, el espíritu blanco y negro.— habló el señor mayor.

—¿Saben porque es que los ataca?— pregunté.

—No lo sabemos. Pero hace unos días ha abducido a uno de los nuestros. Tenemos mucho miedo porque se acerca el solsticio de invierno.— el más joven habló

—¿Y que pasará entonces?— Katara preguntó frotándose las manos con nerviosismo.

—Mientras se acerca el solsticio de invierno, la línea entre el mundo natural y el mundo espiritual se hace más delgada, permitiendo la entrada de diferentes espíritus, tanto benévolos como malevolos.— el señor mayor nos contaba mientras se acercaba a su compañero.

—Hei Bai ya nos ha causado mucha angustia y devastación, cuando llegue el solsticio no sabemos que es lo que va a pasar.

—Yo, no se que hacer.— confesó Aang.

—¿Quién más que tu podría solucionar el problema entre los dos mundos? Tú eres el gran puente entre los hombres y los espíritus.

—Pero un puente tiene dos lados. Y yo soy solo uno.— dijo Aang

—Oye niño gran puente, ¿podemos hablar un momento?— Katara interrumpió en la conversación y nos llevó un poco más lejos.

—Aang te ves un poco inseguro acerca de esto.— Katara se apoyó en una ventana

—Creo que es porqué no se nada sobre el mundo de los espíritus, todo esto es muy nuevo y no conozco a nadie que me enseñe de estas cosas.— habló preocupado.

—Bueno... ¿Pero ayudarías a estas personas?— preguntó mi hermana.

—Voy a tratar. Ya se me ocurrirá que hacer.

—Verás que podrás hacerlo Aang.— dije confiada.

—Si... Que importa que nos devore un mounstro.— Sokka habló por fin, sin sarcasmo.

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Más tarde, Sokka, Katara y yo estábamos sentados hablando, mientras Aang intentaba comunicarse con el espíritu.

—¿Creen que podrá ayudarlos?— Sokka preguntó desconfiado.

—Claro que si, osea, es el Avatar, y aunque no sepa mucho de eso, estoy segura de que está en su instinto.— dije mientras comía un pan que nos habían ofrecido en el pueblo.

—Si, estoy de acuerdo con Ro. Aang es muy fuerte y muy amable, creo que va a poder controlar a esa "bestia".— Katara estaba apoyada en la pared de una casa y Sokka miraba el cielo acostado.

—¿Ro?— preguntó Sokka

—Si, ya sabes, por Rosita, era el apodo de Sakura cuando éramos más pequeños.— Katara se sonrojó ligeramente por la vergüenza.

—Me acuerdo si, me gusta ese apodo.— dije sonriéndole.

Buscamos a Aang con la mirada, y mientras se acercaba a nosotros, el Hei Bai apareció detrás suyo y comenzó a atacar el pueblo.

—Los métodos de Aang son muy inusuales.— habló el señor detrás nuestro.

Los tres miramos a Aang, quien intentaba hablar con el espíritu para que dejara el pueblo amablemente.

—Creo que deberíamos de ayudarlo.— dijo Sokka

—No, solo el Avatar podrá luchar contra el Hei Bai.

—Aang descubrirá la mejor forma de hacerlo Sokka.— dije mientras lo tomaba del hombro.

Pero antes de que pudiera decir nada más, el Hei Bai derribó a Aang con su cola, y eso enfureció a Sokka.

—Suficiente, lo ayudaré.— salió de la casa, y con Katara lo comenzamos a seguir.

—¡Es peligroso!— gritó el señor desde la puerta.

—-¡Hei Bai! ¡Por aquí!— Sokka tiró su Boomerang pero simplemente rebotó en la parte tracera del espíritu.

—¡Espera Sokka! No vayas.— le grité desesperada mientras corría lo más rápido que podía, Katara ya se había quedado atrás.

—Sokka, vuelve dónde Katara y Sakura.— dijo Aang.

—Lo enfrentaremos juntos.— mi hermano estaba decidio, pero cuando intenté llegar a el, el Hei Bai lo tomo del cuello de su camisa, y lo introdujo en el bosque.

—¡Aang! Llévame.— le dije cuando me acerque a dónde estaban antes.

—No, Sakura, puede ser peligroso.

—Por favor, es mi hermano.— estaba por derrumbarme en el piso, si no fuera porque Aang me tomo de la cintura, y me subió con el a su planeador.

—¡Aang! ¡Por aquí!— escuchamos la voz de Sokka a un lado.

—Ya te tengo.— dijo Aang extendiendo su mano, pero cuando la tomó, el Hei Bai y mi hermano se desvanecieron justo en frente de nosotros, lo que provocó que Aang perdiera el control, y cayeramos de una altura de más de 7 metros.

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Al despertar mire para todos lados, y vi a Aang tirado en el suelo.

—¡Aang!— comencé a sacudirlo rápidamente.

—¡Sokka!— Aang abrió los ojos y se sentó rápidamente.

—¿Estás bien Aang?

—Eso creo, pero fallé Sakura, lo perdí.

—Tranquilo, volvamos al pueblo y veremos la situación mejor allá.— le extendí mi mano para que pudiese pararse.

Estuvimos caminando casi toda la noche, cuando llegamos, vimos a Katara en la entrada del pueblo junto con el señor mayor.

—Katara... Lo perdí...— habló con culpa Aang.

—Está amaneciendo, quizás regresen pronto.- el señor ayudó a Katara a levantarse.

—¿Qué? Pero estamos aquí.— dije acercándome a Katara mientras extendía mi mano para tocar su hombro, pero antes de hacerlo, me percaté de que mi mano estaba completamente azúl y casi translúcida a la luz del sol.

—Estámos en el mundo de los espíritus.— dijo Aang sorprendido.


—Eso es imposible.— dije casi riéndome.
—No puedo entrar al mundo de los espíritus, ¿o si?

—No lo sé, pero supongo que como se acerca el solsticio de invierno, pudiste atravesar conmigo.

—¿Y ahora que se supone que tenemos que hacer?— pregunté mientras veía a Katara levantarse, metiéndose de nuevo al pueblo junto con Appa.

—Tengo una idea.— dijo Aang mientras se paraba justo enfrente del bosque.
—Avatar Roku, ¿como puedo encontrarte?

Unos segundos después, una luz comenzó a acercarse.

—¿Sokka?— pregunté esperanzada

Pero lo que ví no se parecía en nada a mi hermano.

—Definitivamente no es Sokka.— Aang tomó su planeador e intento levantarnos, pero no pudimos.

—¿Qué está pasando?— me separé de él

—No lo sé, mi aire control no funciona en el mundo de los espíritus.

Al voltear, el dragón que venía hacia nosotros ya había llegado

—¿No sabés dónde está Sokka o si?— Aang se puso en posición de defensa

Pero dos de los bigotes de ese espíritu, nos tocaron la frente, y vimos al Avatar Roku, montandolo.

—Eres el guía espiritual del Avatar Roku. Cómo es Appa para mí.— Aang bajo sus manos y mi miro de fente.

—¿Guía espiritual?— le pregunté mientras me acercaba al dragón.

—Son los animales que en vida nos acompañaron, en el mundo de los espíritus, para los Avatares, puedes encontrarlos.

—Genial.— miré a el espíritu, era gigante.

—Tenemos que salvar a Sokka, pero no sabemos como, ¿Hay alguna forma de hablar con Roku ?

El dragón se agachó, permitiendo que nos subamos encima de el.

—¿Estás seguro de esto Aang?— pregunté con cierta duda mientras lo abrazaba por la cintura para sostenerme.

—Claro que si, ahora, llévame con roku.— le habló al dragón.

Estuvimos volando durante varios minutos, y cuando mire para abajo, vi a Iroh, que estaba siendo transportado como prisionero por unos maestros tierra. Al parecer el también noto nuestra presencia, por lo que miró para arriba e hicimos contacto visual.
¿Cómo es posible eso? Nadie nos podía ver.

—Sakura, llegamos.— habló Aang. Estuve tan perdida en mis pensamientos, que no me di cuenta que habíamos entrado a un templo de fuego.

—Lo siento, estaba distraída.— me bajé del dragón y comencé a mirar todo el lugar.

—No lo entiendo, está es solo una estatua de Roku.— voltié y Aang estaba parado frente a una estatua.

Nuevamente el Dragón nos mostró imágenes transmitidas por si bigote.

—¿En el solsticio de invierno? ¿Solo así podré hablar con Roku?— Aang miro a la estatua, la cual tenía un punto de color morado, que indicaba, que el solsticio se acercaba.

—No podemos esperar tanto.— le dije.
—Tenemos que salvar a Sokka.

—Tienes razón.

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Ya era el atardecer, estábamos llegando al lugar donde habíamos perdido a Sokka y a Hei Bai. El dragón de Roku comenzó a acelerar y a lo lejos vimos nuestros cuerpos, que estaban sentados contra una estatua. Pero no se detuvo, rápidamente despertamos en nuestros cuerpos.
Ambos nos miramos, pero luego volteamos y vimos la estatua, con eso entendimos todo.

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