V

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Rodearon la casa y tomaron el sendero que llevaba al bosque. El camino estaba rodeado de nieve, menos los árboles que aún conservaban su verdor. Luego de una caminata de treinta minutos, llegaron a un lago semi cubierto de hielo; en el centro, una cabaña ofrecía servicios de cafetería y restaurante. Varios turistas disfrutaban de un desayuno al aire libre.

—Qué hermosas vistas. —Ander se maravilló por la belleza de ese paisaje y las suntuosas montañas nevadas que acordonaban al lago.

—Es el Lago Ghedina, uno de muchos que hay en Cortina d'Ampezzo—. Ven, sentémonos aquí. —Señaló a un asiento de madera que había debajo de un árbol.

La pareja fijó la vista en la campiña que tenían enfrente, disfrutaron en silencio de la paz que el lugar les proporcionaba, cada uno inmerso en sus propias reflexiones.

—¿Sobré qué trata tu historia? —preguntó Luciana rompiendo el mutismo—. La mía trata sobre una pareja que se conoce en la estación de un tren y...

—¿Se odian a primera vista, pero después descubren que son el uno para el otro? —Ander completó con lo primero que le vino a le mente.

Luciana suspiró.

—Sé que piensas que el romance es muy fácil de escribir, pero es más que eso; existen historias muy elaboradas, otras más sencillas, y luego están las que son tiernas como nubes de algodón. Y solo quienes leemos y escribimos romance percibimos la diferencia. Entiendo que no voy a hacerte cambiar de opinión, pero nada pierdo con intentarlo. —Curvó los labios en una media sonrisa.

—Tus intentos surtieron efecto —dijo él, sorprendiéndola—. Al retarme a escribir una historia romántica, descubrí que construir una relación creíble con un desenlace que satisfaga a los lectores no es tan simple como había imaginado. Te mentí al decirte que estaba por terminar mi historia, lo único que tengo es una hoja en blanco —confesó—. Ganaste. Escribir romance, como cualquier otro género, exige un gran trabajo. Ahora lo sé

—Eso ha sido inesperado. —El semblante de Luciana era un poema—. No creí que cambiarías de parecer, así que no puedo estar más que feliz al saber que tienes un concepto diferente del romance. —Lo contempló con una expresión de cariño—. También tengo algo que confesarte: igual que tú, solo tengo una hoja vacía. Llevo varios días de bloqueo y no encuentro la forma de salir de él.

—A todos nos ha pasado en algún momento, no te sientas mal por ello. —Ander se tomó la libertad de abrazarla, sin detenerse a pensar en otra cosa, más que en el bienestar de ella.

Luciana aceptó el abrazo masculino, se sintió segura y reconfortada. Y al fijar la vista en los ojos cafés de él una llama se encendió en su interior. El corazón de ella comenzó a latir con fuerza y a ese palpitar se unió el corazón de Ander. Se miraron en silencio, no fueron necesarias las palabras, los sentimientos que guardaban dentro hablaron por ellos. Entonces la magia navideña hizo su parte: los labios hicieron contacto en un beso por mucho tiempo anhelado. Experimentaron una explosión de sensaciones que recorrieron cada rincón de sus cuerpos y que probablemente hubiera derretido la capa de hielo del lago de no haber puesto freno a la pasión que habían despertado con ese beso.

—Luciana, ya no puedo seguir ocultando lo que siento, estoy enamorado de ti irremediablemente. ¡Ti amo! —Ander obtuvo la valentía para declararse—. Pero si tú no sientes lo mismo, no estás obligada a nada, ni siquiera con este beso que hemos compartido. —Le agarró las manos—. Si me dices que no tengo ninguna esperanza, olvidaré lo que ha pasado. Lo giuro.

—No, yo no quiero que lo olvides. —Luciana le acarició la mejilla—. Me enamoré de ti en el momento en que mi primo nos presentó. Me obligué a odiarte por razones que ya conoces, y fracasé en mis intentos. Ti amo, Ander.

—Quién diría que un género que infravaloré haya sido lo que nos unió. —La besó con ternura. Sentía una inmensa alegría.

—Es el poder del romance. —Le guiñó un ojo con picardía—. ¿Piensas que el camino hacia nuestro final feliz fue fácil?

—Para nada. Me identifico con el protagonista de una historia romántica que tuvo que superar sus miedos para confesar su amor a la mujer de su vida.

—Y yo me identifico con la chica que ya no teme admitir lo mucho que ama a ese protagonista de novela rosa.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro