Un Pequeño Incidente

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Umi se encontraba despertando con cierta dificultad, al intentar tallar sus ojos con sus manos se dio cuenta que tenia su mano esposada a la cama en que estaba.

—¡¿Qué diablos?!—preguntó Umi con notable preocupación.

—Umi tranquilízate—decía una voz que la peliazul reconoció.

Umi dirigió su mirada a una pared cercana en donde se encontraba Harland de brazos cruzados.

—¿Capitán Harland?—preguntó la de cabellera azul con notable confusión, qué aumento al darse cuenta que tenia una especie de bozal.

—¿Recuerdas algo de lo que sucedió el día de hoy?—preguntó el castaño con seriedad.

—¿Hoy? Recuerdo que habíamos aceptado una misión y...—respondió Umi dudosa con sus recuerdos borrosos.

—Veo que tus recuerdos están un poco confusos ¿qué es lo último que recuerdas claramente?—preguntó el capitán acercándose a la cama en donde se encontraba la peliazul quien se veía aun con dudas—El médico y un oficial vendrán en seguida, así que tengas la mayor claridad posible de lo que sucedió—decía con una voz amable.

—Veamos, recuerdo como empezó el día, era normal, estaba hablando con Sora mientras esperábamos que Yagi llegara—decía la peliazul tratando de hacer memoria.













—Dices que Yagi tenía razón y que Rieka no es tan mala como parece—dijo Sora viendo a Umi quien solo asintió como respuesta—¿Por qué no te creo?—preguntó viendo a la peliazul de manera juzgadora.

—Lo digo enserió, tengo un buen presentimiento con Rieka, tiene un lado lindo—respondió Umi con un puchero.

—Bien, te creeré...si no intenta matar a Yagi—decía el peliblanco serio.

Como si de una broma del destino se tratará, antes de que la chica pudiera decir algo, Yagi había llegado anunciando su llegada en voz alta, inmediatamente Rieka se abalanzo contra el derribandolo.

—¡¿Es qué tu noción del tiempo está destruida o qué demonios?!—preguntó la peligris ahorcando al pelinegro.

—Es...que no...me tienes...paciencia—respondió Yagi con dificultad.

—¡Ahora si te mato!—grito Rieka molesta.

—¿Decías?—preguntó Sora viendo Umi qué se quedó callada.

—Muy bien Rieka, suficiente—dijo Harland alzando a la peligris de su ropa como si de un gato se tratara.

—Gracias capitán—decía Yagi recuperando el aire.

—Tu Yagi, por favor deja de llegar tarde—el castaño miro con desaprobación al pelinegro al decir eso.

—Haré mi mayor intento—respondió el pelinegro con una mirada baja y avergonzada como si fuera mascota regañada.

—Bueno, ya estamos todos  ¿Qué toca hoy?—preguntó el peliblanco acercándose junto a Umi.

—Elegí la misión de hoy—decía Harland cabizbajo.

—Oh no, esa mirada no—dijo Umi con preocupación al ver el rostro de Harland.

—Por favor capitán Harland, no me diga que otra vez—decía Sora con leve esperanza.

—Lamento informarles que si es el caso, otra vez—respondió Harland con agotamiento.

—¿Podemos adelantar el día de servicio?—preguntó Rieka con notable molestia.

—Ya estamos acostumbrados a lidiar con él, será rápido y quizás podamos hacer otra misión el día de hoy—decía el castaña tratando de animar al grupo.

En señal de descontento el equipo soltó un quejido en conjunto con una mirada agotada.

—Ya que, hagamos eso y terminemos rápido, no quiero que se vuelva más tedioso de lo que ya es—dijo Yagi con agotamiento.

—Esa es la actitud, vamos equipo—decía Harland con falsa alegría.

El equipo por más que quisiera no pudo fingir alegría, por lo que el castaño solo comenzó a caminar fuera del gremio siendo seguido por sus aprendices, la caminata no fue tanta siendo que llegaron a un parque en donde ingresaron hasta llegar a la zona central.

—Bueno chicos, les dejo el resto, ya deben de saber como hacerlo, yo los vigilare—dijo Harland subiendo a la rama de un árbol.

—Por favor Sora dime que no está—pidió Yagi detrás de un arbusto.

—Por desgracia esta, ese maldito conspiranoico con muchos tornillos sueltos—respondió Sora con un suspiro asomando su cabeza.

En medio del camino del parque había un hombre con un sombrero de papel aluminio, vestía una ropa relativamente normal conformado de un pantalón de mezclilla y una playera roja con rayas blancas, pero encima tenía un cartón qué tenía escrito con marcador negro “El fin del mundo se acerca” y además contaba con lo que parecía ser un báculo casero.

—Por favor que no esté diciendo una estupidez, la última vez gritaba que la gente pez estaba entre nosotros, fue tan estúpido y vergonzoso—dijo Umi agotada.

—Ahora esta hablando de que la gente reptil controla nuestra sociedad...—decía Rieka con molestia quien por desgracia podía escucharlo gracias a sus orejas.

—Bien, ya saben, primero diálogo y acción en caso de que intente agredirnos—dijo Sora saliendo del arbusto

—Sabemos que va a pasar, pero hagamos esto de una buena vez—dijo el pelinegro yendo detrás de su amigo.

—Disculpe señor, si no es mucha mole—antes de que el peliblanco terminara de hablar un chorro de agua que lo saco volando.

—Ustedes seguidores de la gente reptil, esta vez no evitaran qué sea guía de la verdad—dijo el hombre quien apuntaba a Yagi con su báculo.

El pelinegro ante eso comenzó a correr mientras el de sombrero de aluminio le disparaba chorros de agua.

—Bien se terminó la espera, vamos a darle sus pataditas—decía Umi saliendo del arbusto disparando de sus dedos balas de agua.

—Soy un maestro del agua, tus técnicas no funcionarán contra mi—dijo el hombre girando sus arma bloqueando las balas y lanzando un chorro de agua contra Umi.

—Si te congelo entonces estas indefenso—decía Rieka corriendo mientras congelaba el chorro de agua.

El hombre deshizo su ataque al verlo congelado y aprovechando que la peligris estaba cerca de él le dio un golpe en el estómago con la aparte inferior de su arma con la que le saco el aire a Rieka y sin perder tiempo le dio un golpe con la parte superior del báculo, haciendo que la loba rodara en el suelo hasta recomponerse.

—Maldigo que de todas las personas que puede saber pelear, uno sea este tipo con varios tornillos sueltos—dijo Rieka molesta.

—¡Menos quejas más tratar de noquearlo!—grito Sora asestando una patada contra el conspiranoico qué le hizo retroceder.

—Ey tu, apuesto a que no sabes que el agua pierde contra el fuego—dijo Yagi lanzando una llamarada de su boca contra el hombre.

—Me temo que te equivocas—dijo aquel hombre lanzando un chorro de agua de su báculo.

En cuanto la llamarada y el chorro de agua chocaron una cortina de vapor se hizo presente dejando cegado a ambos, el hombre trato de centrarse en el oído para detectar a los jóvenes pero no puedo evitar que Rieka se le acercara y le diera un golpe con sus puños congelados qué le hizo retroceder bastante.

—Maldito retrasado ¿no tenias otra forma de crear una cortina?—preguntó Rieka con enojo y acalorada.

—La verdad es que no, perdón—dijo Yagi pensativo.

—No te quejes Rieka, le pudiste dar un golpe—decía Sora descendiendo junto al pelinegro causando molestia en la peligris.

—¡Rieka cuidado!—grito Umi empujando a la loba.

En ese instante un chorro de agua golpe a Umi en la parte de superior de su cuerpo, no habría recibiendo daño de no ser porque dentro del agua había rocas que aumentaron la fuerza del golpe mandando a la peliazul a chocar contra un árbol.

—¡Umi!—gritaron preocupados tanto Yagi como Sora.

Rieka vio sorprendido a Umi, posteriormente volteo a ver al conspiranoico con enojo mientras corría usando tanto piernas colo brazos para arremeter contra él.

—¡No les tengo miedo adoradores de la gente reptil!—grito el hombre poniendo la parte superior de su bastón en el suelo.

Al momento de disparar nuevamente chorros de agua en estos se veía que tierra y algunos piedras del suelo eran jalados en los ataques, Rieka tenía que esquivar los ataques y de vez en cuando retrocedia al evitar ataques qué casi le daban.

—Yagi, apoya a Rieka, yo me encargo de cuidar a Umi—decía Sora recibiendo los ataques en sus alas qué usaba como un tipo de escudo.

—Terminaré esto rápido—dijo Yagi comenzando a correr contra el hombre mientras en sus puños generaba fuego.

—(C-chicos)—pensó Umi adolorida con notables heridas en la cara de la que salía sangre como de su nariz por el golpe que había recibido.













—Eso es lo máximo que logró recordar—decía la peliazul sujetandose la cabeza.

—Ya veo...—dijo Harland con compresión pero a la vez con cierta duda en su voz.

—Capitán Harland ¿qué sucedió?—preguntó Umi preocupada.

—Umi, debes de estar totalmente segura de que quieres saber—decía el castaño con una seriedad que la peliazul nunca había visto en el.

La chica tiburón se detuvo a pensarlo unos momentos, tragando saliva al sentir cierta presión al considerar la respuesta que daría.

—Y-yo...necesito saber que sucedió—decía la peliazul con ciertas dudas.

—Bien, tómalo con calma, después de que recibieras ese ataque, vi que comenzaste a sangrar, por lo que iba a ir con mi kit de primeros auxilios, pero algo raro sucedió—comenzó a explicar Harland con calma.













—Veamos, lo tengo aquí—decía Harland buscando en un bolsillo dentro de su chamarra pero justo cuando lo iba a sacar se quedó congelado unos momentos—¿Q-qué sucede?—preguntó con notable preocupación.

—¿Es que no se agota?—preguntó Yagi esquivando un chorro de agua.

—Esto es insoportable—decía Rieka saltando para evitar un ataque.

Justo antes de que Yagi y Rieka pudieran hacer algo una gran cantidad de agua salio disparada contra el conspiranoico haciendo que chocara bruscamente contra un árbol dejándolo inconsciente, pese a que el enemigo había sido neutralizado, la peligris sentía como su pelo se erizaba mientras que las pupilas del pelinegro se contraian.

—¿U-umi?—preguntó Sora quien estaba cerca de la peliazul.

La chica se había levantado nuevamente y tenía una de sus manos extendidas dirección al hombre, Umi tenía la mirada baja mientras daba pequeños pasos acercándose a sus compañeros.

—¡Tengan cuidado!—gritó Sora preocupado.

El peliblanco alzó vuelo logrando esquivar por los pelos un golpe que Umi estuvo apunto de darle, al fallar el golpe el impacto fue recibido por el suelo que se agrieto con eso.

—¡Umi no era tan fuerte!—grito Yagi sorprendido.

—¡¿Qué diablos sucedió?!—pregunto Rieka sorprendida de la fuerza que mosto la peliazul.

Umi comenzó a correr contra sus amigos creando dos tiburones de agua en sus manos qué intentaron morder a ambos jóvenes pero del cielo un rayo azul cayó enfrente de Umi haciendo que tenga que retroceder.

—¡No se distraigan!—grito Sora desde lo alto.

Antes de poder hacer algo más detrás del peliblanco un tiburón de agua apareció y le dio un mordisco a la vez que le agitaba para finalmente lanzarlo al suelo dejándolo medio inconsciente.

—¡Sora!—grito preocupado el pelinegro.

La peliazul comenzó a correr dirección a Sora tratando de aprovechar el estado en que se encontraba, apuntó de lanzarse contra el peliblanco para darle una mordida con sus afilados dientes al morder un sonido metálico se hizo presente.

—¡Umi contrólate!—grito Harland serio bloqueando a Umi con su gran espada.

La peliazul soltó la espada y retrocedió para disparar tiburones de agua contra el castaño.

—¡Se lo que pasa, me imagino lo difícil que es controlarte ahora mismo, pero no te debes dejar llevar!—grito nuevamente el castaño destruyendo los tiburones con un corte de su arma.

Debido a la postura que tomó Harland no puedo evitar que la peliazul se acercara a el y le diera un puñetazo rodeado de agua en el estómago con la suficiente fuerza para sacarle el aire, sin perder el tiempo Umi le dio una patada giratoria a las costillas del castaño que lo empujó bastante.

—(Eso casi me rompe las costillas)—pensó Harland sorprendido apoyándose en su arma para mantenerse de pie.

—E-el capitán Harland esta teniendo dificultades—decía Yagi sin creer lo que veía.

—¿Esa es la fuerza de Umi?—preguntó Rieka temblando y sin desearlo dio un paso atrás.

La peligris al haber retrocedido piso una rama que se rompió ante ese acto, el sonido aunque leve fue suficiente para ganarse la atención de la peliazul quien fijo su mirada en Rieka y comenzó a avanzar rodeandose de agua dando la figura de un tiburón a su alrededor, la loba ante el peligro que se avecinaba se sintió paralizada, por lo que cayó de rodillas ante el miedo.

—¡Rieka ¿qué diablos?!—preguntó Yagi lo más fuerte que pudo.

Rieka ante el grito reaccionó notando como el pelinegro se había puesto frente a ella sujetando la mandíbula del tiburón de agua con sus manos mientras vapor salía de sus manos.

—¿R-retrasado?—preguntó Rieka incrédula.

—¡Presta atención, un solo error y podrías...—grito Yagi con dificultad mientras volteaba a ver a la peligris.

El pelinegro no pudo terminar su frase al sentir un dolor punzante en su costado derecho, al bajar la mirada Yagi noto como Umi se había acercado lo suficiente para darle una mordida, pero el pelinegro se fijo en algo en particular al tener a Umi cerca, los ojos de la peliazul tenían la pupila de mayor tamaño.

—(Sus ojos ¿Qué diablos esta sucediendo?)—pensó Yagi adolorido.

Sin tener tiempo para pensar más o librarse solo sintió como la mordida se hacía más fuerte forzando al pelinegro a soltar un grito de dolor mientras Umi le lanzaba contra un árbol haciendo que cayera de rodillas sujetando con dolor si costado dañado.

—(¿Q-qué hago?)—pensó Rieka temblorosa—(¿Siquiera es Umi aun?)—pensó temerosa viendo como la peliazul se acercaba a Yagi.

Antes de que Umi pudiera dar un paso más, una ráfaga de relámpagos le impidieron el paso.

—Eres mi amiga...pero aún asi no dejaré que dañes a mi amigo—dijo Sora logrando apenas mantenerse de pie.

Umi iba a empezar a correr contra contra el peliblanco pero recibió un golpe con tal fuerza que la mando a volar contra un árbol.

—Umi, perdón por esto—decía Harland portando su espada.

Harland corrió contra la peliazul antes de que pudiera recuperarse y le dio varios golpes a una velocidad admirable con su arma de la que Umi no podía defenderse y tras cada golpe la chica perdía más el conocimiento hasta que finalmente cayó inconsciente al suelo.

—En serio lo lamento mucho—decía Harland sujetando su costado mientras con su otra mano sacaba su comunicador—Necesitamos asistencia médica, tengo a tres aprendices a guerreros y un civil herido, por favor apúrense, le envío mi dirección de inmediato—pidió intentando mantenerse sereno.

Una vez la llamada terminó Harland se dirigió a donde estaba Yagi quien apenas se podía mantener consciente.

—Yagi, mírame—le pidió Harland soltando un leve quejido.

—Lo sé...no debo cerrar los ojos—respondió Yagi con una leve sonrisa adolorida.

—Así es, trata de mantenerte consciente, la ayuda viene en camino—dijo serio el castaño.

—¿Qué le sucedió a Umi?—preguntó Sora acercándose mientras se tambaleaba.

—Lo explicaré más tarde, reserven sus fuerzas, no hagan nada brusco, necesitan mitigar sus heridas y cansancio lo más que puedan—decía serio el castaño.

El sonido de unas sirenas se hicieron presente haciendo que Harland pudiera soltar un suspiro aliviado.

—Ya llegaron, dejame te ayudo a levantarte Yagi—dijo Harland extendiendo su mano al pelinegro pero se aterro al ver como este tenia cerrado los ojos—¡Por aquí, rápido!—grito desesperado alzando su mano.

La ambulancia había llegado y estacionado relativamente cerca mientras médicos salían del vehículo para atender a los jóvenes.













—Eso fue lo que sucedió Umi—dijo serio el capitán.

—...¿Yagi esta?—preguntó Umi temerosa.

—Los doctores me informaron hace poco de su situación, perdió bastante sangre pero por suerte no sufrió heridas en algún órgano vital, así que bajo la adecuada recuperación podrá volver a la normalidad—respondió serio el castaño.

—¿Qué me sucedió?—preguntó Umi viendo con miedo sus manos.

—¿Tus padres alguna vez te dijeron algo referente a la sangre?—preguntó Harland ganándose la mirada de Umi.

—¿Referente a la sangre?...de pequeña me solían decir que no debía bajo ninguna circunstancia oler sangre, pero nunca me habían dicho porque—respondió Umi con confusión ante la pregunta.

—Cuando un tiburón llega a oler sangre de cualquier ser, includo de él mismo, entra en un estado de frenesí en donde solo su estómago le guía...las personas que llegan a tener algún tipo de tiburón sufren lo mismo, dejan de ser racionales y actúan por puro instinto y hambre—explicó el castaño serio.

—Por eso me lo dijeron...Rieka...Sora ¿cómo están?—preguntó Umi aun asustada.

—Sora recibió contusiones en varias partes de su cuerpo que le hicieron perder el equilibrio, pero se recuperará pronto, su madre ya vino por el y se lo llevó, en cuanto Rieka, ella no sufrió ningún tipo de daño físico, solo sufrió un shock tras lo sucedido, los médicos dicen que ya se calmo y que de preferencia se mantenga un día más en el hospital por si acaso—respondió Harland con un suspiro—Si lo que temes es que hayas matado a alguien, no temas, nadie murió, son algunas heridas pero se recuperaran—decía con amabilidad dándole palmadas en la cabeza de la peliazul.

—Pude haber matado a alguien...quiero ir a casa—decía la peliazul temblorosa.

—De momento no es posible, pero te acompañaré mientras este tema se resuelve—dijo el castaño con amabilidad.

La peliazul vio con tristeza al castaño con lágrimas apunto de querer salir, así que abrazo como pudo a Harland.

—Tranquila, se que estas asustada, pero todo se resolverá, yo me encargaré de que sea así—decía Harland amable regresando el abrazo mientras escuchaba un leve llanto provenir de Umi.

Al cabo de un rato Umi se calmo y al estar agotada tanto en un aspecto físico como mental termino cayendo dormida, por lo que qué Harland la tapo con la cobija qué había en la cama y salió de la habitación caminando hasta una maquina expendedora.

—¿Este día podía salir peor?—preguntó Harland ingresando el dinero en la maquina.

—Usted es el capitán que está al cargo del equipo de Yagi Kurosaki ¿no es así?—preguntó Eir quien se encontraba detrás del castaño.

—Si, así es—respondió Harland sin voltear a verla.

—Ya veo ¿hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar que la situación escalara a esta nivel?—preguntó nuevamente Eir tratando de ocultar su enojo.

—Y-yo...no lo hice, si hubiera actuado antes o si me hubiera centrado en la defensa podría haberse evitado los daños que sufrieron—respondió Harland cabizbajo.

El castaño quería voltear a ver a la mujer a la cara, pero justo cuando lo estaba haciendo recibió un golpe qué le derribo dirigiendo su mirada al suelo.

—No me importa quien es, pero si mi sobrino sufre las consecuencias de su irresponsabilidad a largo plazo...lo va a pagar caro—decía la peliverde con una mirada enojada.

—Señora, no podemos permitir actos de violencia en el hospital, le pedimos que se retire hasta que—decía un doctor que se acercó al ver la situación.

—Si lo se, hasta que me relaje y bla bla, ya me iba de todas formas—interrumpió Eir con molestia retirandose del lugar.

—Señor ¿se encuentra bien?—preguntó el doctor ayudando a Harland a pararse.

—Si estoy bien, más importante, mis aprendices—cambio el tema el castaño mientras veía de reojo la dirección que tomó Eir.

—La joven Mond insiste en que quiere irse, se le nota bastante irritada, en cuanto al joven Kurosaki, hace poco recuperó la consciencia, la transfusión de sangre se dio sin ningún problema, es un chico fuerte—decía el doctor con tranquilidad.

—Le agradezco mucho su ayuda—decía Harland dando una reverencia.

—Solo hago mi trabajo, ahora mismo por favor regrese a su habitación, por más que sus costillas no se hayan roto no signifca que este ileso—dijo el doctor con seriedad pero a la vez amable.

—Entendido—dijo el castaño retirsndose a una habitación no sin antes recoger lo que compro de la maquina expendedora.

El tiempo transcurrió, Rieka fue la primera en salir del hospital, Umi fue la siguiente siendo que se trataron las heridas que obtuvo y debido a que la situación de las personas con relación a los tiburones era conocida por los médicos y oficiales no escalo a mayores más que algunos servicios comunitarios al no ser algo en control total de la chica, por último fue Yagi quien tras una recuperación pudo salir del hospital pero sin poder volver a sus actividades de aprendiz a guardian por un tiempo.

—¡Mi bebé está bien!—grito Akane llorando y abrazando al pelinegro que había llegado a su casa.

—M-mamá estoy bien—decía Yagi nervioso y avergonzado.

—Akane, se que estabas preocupada, pero ya esta bien—dijo Eir separando a Akane del pelinegro.

—Gracias tía—dijo el pelinegro respirando hondo.

—Tu herida parece que tardará en sanar, pero al menos no daño ningún órgano importante, es casi un milagro—dijo Eir checando el costado de Yagi.

—Si lo se, escuche a los médicos decirlo varias veces, pero estoy bi—decía el pelinegro hasta que fue atrapado en un abrazo de la peliverde.

—Perdón por no haber podido atenderte yo, soy medica y no pude tratarte—decía con pesar Eir.

—Yo incluso trate de que Cai fuera a curarte—decía la pelirroja con pesar.

—¡Okey, suficiente!—grito Yagi para sorpresa de ambas mujeres—Agradezco las muestras de afecto, pero este nepotismo es excesivo—decía serio.

—Bueno, puede que exagerara un poco al pedirle ayuda a otra Tierkreis—decía Akane nerviosa.

—Y lo hecho, hecho esta—continuó Eir soltando un suspiro.

—Pero descuida, debido a que estas mal yo me quedaré en casa y me encargaré de los deberes mientras te recuperas—dijo la pelirroja animada.

—Oh no, eso no, eres una Tierkreis, tienes muchas responsabilidades de las que encargarte tanto en misiones como con papeleo—dijo Yagi serio y antes de que Eir pudiera hablar continuo—Y tía Eir, tal vez no seas una Tierkreis, pero eres doctora, deberías tener de prioridad con tu trabajo y los que puedan necesitar atención médica—expresó con seriedad.

—Pero Yagi, por más que ya te hayas recuperado parcialmente, no significa que puedas encargarte de todo—dijo Eir seria.

—Lo se, por eso no puedo hacer actividades de aprendiz de guerrero temporalmente, pero puedo realizar actividades básicas mientras no me fuerce, incluso el doctor que me atendió tuvo la amabilidad de hacerme un listado de cosas que puedo y no puedo hacer—decía el pelinegro mostrando una hoja de papel.

—Déjame ver eso—dijo Akane leyendo la hoja.

La pelirroja soltó un suspiro mientras Eir tomaba la hoja comenzando a leer, tras terminar de checar lo escrito en dicha hoja su rostro expresaba el disgusto.

—Así que con esto dicho—decía el pelinegro poniendo la hoja en una mesita cercana—Pueden irse tranquilas, no haré nada tonto y si algo llega a suceder me comunicare con ustedes—explico mientras empujaba ambas mujeres.

Una vez Yagi llevo a ambas adultas a la entrada del hogar se despidió mientras cerraba la puerta dejando sorprendidas tanto a Akane como a Eir.

—Aveces odio que Yagi tenga un buen sentido de responsabilidad—decía Eir soltando un suspiro.

—Yo quería pasar tiempo con mi hijo...—dijo desanimada la pelirroja.

—Ya buscaras otro momento, sería mejor que aprovecharas a pasar tiempo con Yagi cuando no esté lastimado—dijo la peliverde seria.

—Tienes razón, ojalá tener un día libre—decía Akane con agotamiento empezando a caminar.

—Tu elegiste tu trabajo—dijo Eir con una sonrisa burlesca.

—No te burles, que tu estas igual—respondió Akane con el mismo tono.

—En eso llevas razón, ser doctora consume bastante tiempo, como sea, suerte en tu jornada—decía Eir tomando una ruta diferente mientras que la pelirroja se despedía de ella.

Mientras ambas mujeres se retiraban a cumplir con sus respectivas obligaciones, Yagi se fue a sentar a un sillón de su sala de estar mientras sujetaba su herida.

—Si que duele aun, espero que no duela tanto para mañana, enserió quiero comenzar a volver a la normalidad—dijo el pelinegro serio.

Antes de poder relajarse el sonido de alguien llamando a la puerta se hizo presente confundiendo al pelinegro.

—¿Se le habrá olvidado las llaves a alguien?—preguntó Yagi caminando hasta la puerta—¿Quién...—antes de poder terminar su pregunta fue embestido tras que la puerta fuera forzada.

Sin terminar de procesar lo que estaba sucediendo, el pelinegro tuvo un sentimiento que había vivo hace poco, el calor de un abrazo, dirigiendo su mirada hacia abajo es que notó que quien le daba ese abrazo era su amiga de cabellera rosa.

—¿Neráida?—preguntó confundido el pelinegro.

—¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto!—grito varias veces Neráida sin alzar la mirada.

El pelinegro estaba sorprendido ante el grito de la pelirrosa, pero su sorpresa aumentó más al sentir humedad en su pecho, Yagi asumió rápidamente a que se debía eso.

—Lamento si te preocupe, pero no era necesario—dijo Yagi con tristeza.

—¡¿Cómo no me iba a preocupar? Estuviste en el hospital e incomunicado!—grito Neráida alzando su mirada llena de lagrimas.

—Lo se, pero es que—decía Yagi con dificultad, él sabía que no tenía ningún tipo de justificación y además le dolía ver a su amiga en aquel estado.

—¡Pero nada, eres un tonto!—grito nuevamente la pelirrosa aferrandose más al abrazo.

—Neráida ya suéltalo, sabemos lo preocupada que estas, pero si lo sigues abrazando con esa fuerza puede que abras sus heridas—decía Nahuel sujetando del hombro a la chica.

—Como dice Nahuel, primero relájate y trata de no romper a Yagi—secundo Tomaru detrás de ambos.

Yagi alzó la mirada viendo a aquellos que estaban en su entrada, no solo estaban los que ya habían hablado, si no que estaban también Jay y Chloe quienes se veían un poco incómodos ante la situación

—¿Quieren pasar?—preguntó Yagi recibiendo una respuesta afirmativa.

El pelinegro cedió el paso para que sus compañeros de clase ingresaran y estos fueran a la sala de estar.

—No tengo problema con que me visiten, pero esto fue un poco repentino—dijo Yagi un tanto incómodo.

—La idea original era que alguien te trajera sus apuntes de clase para que los tuvieras...pero decidimos venir todos al estar preocupados—dijo Chloe en voz baja.

—Si amigo, estos días han sido raros, primero Rieka esta rara cuando la vimos en clase, Sora tenía vendas cuando regreso a clases y nos explico superficialmente lo sucedido, no tienes idea de la reacción de todos—dijo Jay con cierta incomodidad.

—Lo siento, me hubiera gustado comunicarme con ustedes, pero mi comunicador se daño durante lo sucedido—decía Yagi apenado.

—Debiste haber hecho algo para avisarnos, no tienes idea de lo preocupada que se veía Neráida en cuanto se enteró—dijo Nahuel cruzado de brazos viendo de reojo a la pelirrosa.

—¿Solo Neráida se preocupó?—preguntó con cierto intento de burla el pelinegro tratando de aligerar el ambiente.

—¡Sabes que quise decir, sabemos que estas cosas suelen pasar, pero eso no evita que nos preocupemos, mucho más Neráida que entre nosotros es quien más vela por tu seguridad!—grito Nahuel con molestia.

—Y-yo...lo siento—dijo Yagi con la mirada baja.

—Hay que tranquilizarnos, estamos muy tensos y no estamos pensando con la cabeza fría—dijo Tomaru serio y sujetandose la cabeza.

Los presentes se calmaron lo más posible, habiéndose logrado eso, no se evito que algunos aun se vieran incómodos ante la situación.

—Lo siento Yagi, ha sido bastante tenso y creo que me afecto—dijo Nahuel arrepentido.

—Lo sé, supongo que esperaba que Umi y Sora les explicaran mejor lo que paso—dijo Yagi comprensivo.

—¿Umi? Ella todavía no sale del hospital—dijo Jay confundido.

—¿Qué quieres decir?—preguntó el pelinegro con notable confusión.

—Umi me mando un mensaje diciendome que sería la última en salir del hospital, pero que no era nada grave—respondió Chloe checando su comunicador.

—No, yo fui el último en salir, Umi salió poco antes que yo—dijo Yagi con confusión.

—¿Por qué mentiría?—preguntó Neráida abrazando al pelinegro de forma protectora.

—Le podemos preguntar mañana, deberá de regresar al escuela pronto para disimular su mentira—menciono Tomaru pensativo.

—Ojalá sea así ¿no le habrá pasado nada malo?—preguntó Chloe preocupada.

—Posiblemente sea algo personal, pero ojalá no sea grave—dijo Nahuel serio.

—(Algo personal)—pensó el pelinegro viendo su herida de reojo.

—Bien, se nada servirá preocuparnos ahora, mañana la vemos y lo resolvemos, es Umi, la conocemos bien, es la idiota que queremos por como es—dijo Jay con ánimo.

—Es feo decirlo así, pero supongo que es verdad—dijo Chloe con una leve risilla.

—Por el momento hay que agradecer que Yagi salio del hospital—decía Tomaru con una sonrisa.

—Casi es hora de comer ¿pedimos pizza?—preguntó Yagi con una sonrisa.

—¿Deberías comer pizza?—preguntó Neráida preocupada.

—Posiblemente no, pero se que a nadie aquí le disgusta la pizza y somos varios, así que descuidar una única comida no traerá tantos problemas—respondió el pelinegro con una sonrisa.

—Si tu lo dices—dijo Neráida insegura.

—No te preocupes, se cuidarme solo—decía Yagi dándole palmadas a la pelirrosa.

—¿Deberíamos recordarles qué estamos aquí?—preguntó Jay en un susurro.

—Déjalos, Yagi apenas salio del hospital, se merece un poco de cercanía con la chica que le gusta—susurró Chloe con una sonrisa.

Tomaru quería dar su opinión al respecto, pero Chloe le indico con sus dedos qué guardará silencio sabiendo la nula habilidad que tenía paea susurrar.

El día fue tranquilo para el grupo, con comida y bromas es que pudieron liberar un poco del estrés que se había obtenido con lo acontecido, pero aún había un asunto que resolver.

Con el inicio de un nuevo día la mayoría de la clase ya estaba de vuelta en la escuela, solo faltaba una persona, Umi, quien no se había presentado ni aunque fuera con un retardo o algo, aumentando la preocupación de varios de los presentes.

—Con esto doy por terminado el día, si alguien tuviera la amabilidad de llevarle los apuntes del día a la joven Umi, les estaría muy agradecido—dijo Studious con pesar.

—Nosotros nos encargamos—dijo Chloe amablemente.

—Muchas gracias, no olviden hacer sus tareas—decía Studious retirandose del salón de clases.

—Espera que Umi viniera para aclarar las cosas—dijo Yagi viendo con cierto pesar el asiento vacío de Umi.

—Yo no esperaba que vinieras hoy, sabía que habías salido del hospital, pero creí que pedirías un tiempo para descansar—decía sorprendido el peliblanco quien tenia una venda alrededor de su cabeza.

—Sabes que odio hacer tareas—respondió el pelinegro con una leve risa.

—Y obviamente tu motivo seria muy tu—dijo Sora con una leve sonrisa.

—No quiero interrumpir el lindo reencuentro, pero ¿qué haremos con Umi?—preguntó Nahuel serio.

—Eso es sencillo, vamos a darle una visita—respondió Yagi decidido.

—¿Es enserió?—preguntó incredula Rieka apunto de retirarse.

—¿Por qué no habríamos de visitarla?—preguntó Jay confundido.

—Esa idiota ya mostró su verdadero yo, al principio mostrándose tonta, amable pero atenta, para después revelar qué es alguien fuerte y aplastarnos denotando nuestra debilidad—dijo Rieka con molestia y leve pesar.

—¡Ella no es así!—grito Sora molesto.

—Entonces describe lo que sucedió cuatro ojos—decía la peligris con notable enojó.

Antes de que alguien pudiera decir algo en contra de la declaración de Rieka, todos vieron con sorpresa como la peligris había caído por el golpe de alguien.

—Suelo tolerar que hables mal de mi, más porque algunas cosas son ciertas—decía el pelinegro con su puño extendido —Pero no te atrevas a hablar mal de mis amigos sin siquiera conocerlos y mucho menos a sus espaldas—declaró con enojo.

La sorpresa de todos no desaparecia, de todos los estudiantes de quienes podían esperar ese golpe no se consideraría a Yagi.

—Vamos de una vez, tal vez podamos comprarle a Umi algo de sushi o hot dogs—dijo Yagi un poco más calmado retirandose del salón.

—Espéranos Yagi—decía Sora siguiendo a su amigo logrando salir de la sorpresa.

El resto del grupo siguió al pelinegro siendo Jay el último en salir viendo de reojo a Rieka.

—El otro día no paso, pero vi de reojo que te divertías junto a Umi...asi que no creo que lo que dijeras fuera lo que en verdad piensas, hasta luego—dijo Jay con amabilidad.

El muchacho salio del salón siguiendo a sus amigos dejando a Rieka con la mirada baja sin levántarse del suelo.

Con el pasar del tiempo el grupo llegó al departamento de Umi, tocando la puerta constantemente para que le abrieran.

—No contesta—decía Sora dejando de tocar.

—Las cortinas están cerradas, no puedo ver si es que hay alguien—dijo Neráida descendiendo.

—¿Tomaru, Nahuel?—preguntó Yagi viendo a ambos.

—Mi sentido del olfato no es muy superior, además no tengo una forma de identificar a Umi, mucho menos en su departamentos—respondió Nahuel serio.

—Todo el departamento huele a Umi ¿cómo esperas que la identifique?—preguntó Tomaru olfateando.

—Corrí por toda la cuadra y un poco más, no vi a Umi ni siquiera en su restaurante favorito—dijo Jay llegando deprisa.

—Si no hay indicios de que Umi no esté fuera de su casa, casi pareciendo que busca cubrir que esta en casa, significa que simplemente no quiere abrirnos—decía Sora pensativo.

—¡Umi abre la puerta, tengo una Neráida y no dudaré en usarla!—grito Yagi golpeando la puerta.

—¡¿Por qué yo?!—preguntó Neráida sorprendida ganándose la mirada de los presentes—¿Es por qué uso hachas?—preguntó dudosa.

—Si—respondieron los presentes a la ves.

—Váyanse...—dijo Umi al otro lado de la puerta.

—No nos vamos a ir, te trajimos sushi—dijo Yagi animado.

—Déjenlo enfrente de la puerta o llévenselo—decía la peliazul con una voz desanimada.

—Umi estamos preocupados por ti, por favor abre—dijo Chloe amable.

—Estoy bien, no se preocupen—respondió Umi.

—Entonces abre la puerta si estas bien—dijo Nahuel serio.

Ante dicha petición un silencio se hizo presente, tras esperar unos pocos segundos que se volvieron minutos decidieron hablar nuevamente.

—Umi no va a abrir, tal vez podamos intentar después—dijo Jay dudoso.

—La verdad es que parece que será el caso—decía Tomaru rendido.

—Como Yagi esta en recuperación, así que habrá que ser pasado mañana—dijo Nahuel serio dispuesto a irse—Nos veremos en clases—decía comenzando a bajar las escaleras siendo seguido por Tomaru y Jay.

—Lo siento, no se me ocurre que hacer—dijo Chloe apunto de seguir al resto.

—Pero algo debe de poder hacerse—dijo Yagi tratando de evitar que sus amigos se fueran.

—Hay que darle su tiempo a Umi, no parece que podamos hacer algo más—dijo Neráida poniendo su mano sobre el hombro del pelinegro.

—Umi ¿recuerdas todas las veces que Tomaru le ha dado un cabezazo a Yagi?—preguntó Sora serio.

—Ey, técnicamente el es quien me da los cabezazos—dijo Tomaru deteniendose a aclarar.

—¿O todas las veces en que Nahuel regaña a Jay, Neráida o Levy con un golpe en la cabeza?—preguntó Sora nuevamente.

—No les pego tan fuerte, es un golpecito—dijo Nahuel serio.

—¡Oh!—grito Neráida entendiendo lo que pasaba—O esa vez que Elia nos hizo suéteres de navidad y sufrimos mucho por la picazón—dijo animada.

—¿Qué tal la vez que Umi superó por dos décima a Nahuel y Sora dañando su orgullo?—preguntó Yagi dañando a los mencionados al recordar eso.

—¿A que quieren llegar con todo eso?—preguntó Umi del otro lado.

—A lo que quiero llegar—dijo Sora recuperandose del daño emocional—Es que somos amigos, nos solemos lastimar entre nosotros por accidente o intencionalmente, pero eso no daña nuestra amistad, es más, lo aceptamos y aprendimos a divertirnos con eso—decía serio.

—Que nos reímos de las desgracias no suena muy motiv—decía Jay dudoso hasta que Nahuel le tapo la boca para que no interrumpa.

—Se que te preocupa que hayas lastimado a Yagi, pero dime ¿crees que le molesta? ha aguantado a Rieka y sus maltratos, te das mucho merito—dijo Sora con una leve sonrisa.

—Reitero esto no suena muy—decía Jay quitándose la mano de Nahuel pero fue rápidamente tapado de nuevo por Chloe.

—Si Umi, no te tengo miedo o algo por el estilo, podría ser hasta una anécdota divertida—dijo Yagi animado.

—Pero no podemos volverla una anécdota divertida, porque nuestra querida amiga esta afectada por lo sucedido—decia Neráida poniendo su mano en la puerta.

—Es correcto lo que dice Neráida, Umi, por favor abre la puerta y hablemos—dijo Sora imitando la acción de la pelirrosa.

—Somos amigos ¿no?—preguntó Yagi con una sonrisa imitando a los otros dos.

El silencio se hizo presente nuevamente dejando expectantes a quienes estaban fuera del hogar de la peliazul, finalmente un clic se hizo presente y la puerta se abrió revelando a Umi en pijama.

—Y-yo...lo siento—dijo Umi comenzando a llorar.

Neráida jalo a la peliazul y la atrapó en un abrazo.

—Tranquila Umi, debiste estar preocupada, posiblemente más que yo, te entendemos—decía Neráida acariciando el cabello de la peliazul para relajarla.

Umi solo pudo seguir llorando mientras aceptaba esa muestra de afecto, posteriormente Yagi y Sora se unieron al abrazo dándole tranquilidad a la chica quien pudo embozar una sonrisa entre lágrimas.




Continuará...

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