- Capítulo N°14: Tarde.

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—°•🔸️•°—

— Arriba, ya es hora de que te levantes.

— No hyung. Mejor, vuelva aquí — Jungkook señaló el espacio vacío que Taehyung había dejado.

— No. Tengo hambre. Mejor, levántate de una buena vez.

Jungkook bufó, se estiró en la cama y dio vueltas hasta llegar al borde de su lado para levantarse.

Caminó arrastrando los pies mientras hacía pucheros y cuando llegó al lado de su hyung lo miró con ojos de niño regañado.

— No, Jungkookie. No utilizarás ese truco de nuevo conmigo.

Jungkook ladeó la cabeza intentando ser todavía más tierno.

— No voy a ceder. Vamos abajo para que desayunes, es tarde.

Jungkook negó.

— No quiero bajar, Taehyung hyung. No tengo hambre.

— Jeon Jungkook, no seas mentiroso. Hasta aquí escucho como te suenan las tripas. Vamos ¿sí? Te haré algo rico para desayunar — Taehyung se acercó a Jungkook y lo alzó un poco para cargarlo.

Jungkook inmediatamente captó el gesto.

Envolvió sus piernas a la cintura de su hyung y pasó los brazos por su cuello, poniendo el mentón sobre el hombro del contrario.

— Vamos...

— Eres bastante caprichoso ¿lo sabías? — Dijo Taehyung dirigiéndose a las escaleras para comenzar a bajarlas cuidadosamente, no fuera que se cayeran ambos.

— Sí, un poquito.

~♡~

— ¿No que no querías desayunar?

Jungkook lo miró intentando hacerse el que no sabía de qué hablaba.

— No estoy seguro de que esto cuente como desayuno, hyung — Replicó Jungkook dándole otra mordida al sándwich que su hyung le había preparado.

Taehyung miró la hora en su teléfono.

— Tienes razón... ¿Quieres algo más?

— Se supone que debería ser yo quien pregunte eso. Después de todo, yo soy el omega...

— Eso es estúpido Jungkookie. El que seas omega no significa que debas estar siempre al pendiente de todo lo del hogar. Además, tú ayudas a pagar la renta y si seguimos ese hilo de ideas, la renta debería pagarla solamente yo.

— ¿Tú no comerás nada? — Preguntó Jungkook, cambiando hábilmente de tema.

— Yo casi siempre me como la mitad de lo que cocino. Desayuné mientras calentaba tu sándwich.

— Hyung, ¿quién le enseñó a cocinar?

— Mi madre, cuando aún vivíamos en aquella cabaña — Respondió, tomando un poco de su chocolate — Es probable que esa cabaña todavía esté en pie. Deberíamos visitarla algún día.

— Sí, supongo.

— ¿Qué hacemos hoy? Estoy abierto a sugerencias.

— ¿Podemos ir al centro comercial?

Taehyung asintió.

Jungkook terminó su sándwich lo más rápido que pudo, dejó sus platos en el lavabo y corrió a organizarse.

Cuarenta minutos después, Jungkook bajaba de nuevo por la escaleras.

Vestía unos jeans negros y ajustados rotos en los muslos que remarcaban sus tonificadas piernas, una camisa blanca con los bordes pisados dentro del pantalón y unos tenis del mismo color que su camisa.

— Estoy listo.

Taehyung despegó la mirada de su celular.

— ¿Te bañaste siquiera?

— Obvio sí.

— No te creo, nada más escogiendo la ropa que te vas a poner te demoras como media hora.

Jungkook volcó los ojos.

— Hoy es la excepción a la regla.

— Sí claro. Espera — Taehyung olfateó el aire — , sí te bañaste, pero con el jabón de fresas que potencia tu aroma — Taehyung lo miró con desaprobación.

— Uh, ¡pero en algo debo gastarlo! No puedo simplemente dejarlo ahí hasta que se dañe. ¡Sería gastar mi dinero en vano!

— ¿Yo te dije que lo compraras?

— No.

— Ya ves, ahí está.

— Pero hyung...

— A ver, hagamos algo. Úsalo, pero sólo cuando vayamos a estar aquí todo el día, porque, ¿qué crees que pasará si sales a la calle con eso puesto?

— Está bien, tiene sentido... Espera, ¿entonces ya no vamos a salir?

— Sí vamos a salir, obvio, pero contigo bañado en neutralizador de aroma.

Jungkook suspiró.

— Bueno, ¡pero párate de una vez! — Jungkook agarró el celular de Taehyung y lo lanzó al sofá.

Tomó al alfa por un brazo y lo llevó a rastras hasta el baño.

— ¡Báñate! Y rápido, ¡quiero salir!

— Voy, no me apresures, o me demoro más — amenazó.

Taehyung entró al baño y cerró la puerta con seguro.

Diez minutos después salía de la ducha con la toalla envuelta a su cintura y el torso descubierto.

Asomó la cabeza para cerciorarse de que Jungkook no rondara por el pasillo y caminó con lentitud hacia su cuarto para poder vestirse.

Cuando entró a su cuarto vio a Jungkook terminar de subir las escaleras.

Cerró la puerta y comenzó a vestirse.

Se puso su ropa interior y miró su armario como si fuera un gran enigma al que tuviera que dar solución.

Finalmente sacó un jean azul claro y se lo puso.

Ahora, la camisa.

El problema era en dónde estaba la que se quería poner, porque en su mente ya había imaginado cómo quería salir.

Se estaba colocando el desodorante y un poco de neutralizador cuando de repente Jungkook entró al cuarto sin tocar.

— Oh por Dios, casi me matas del susto. Los gatos somos sensibles, ¿lo sabías?

— Perdón yo... — Su mirada se paseó por todo el abdomen y pecho de Taehyung hasta mirarlo al rostro. Se relamió los labios — Yo... venía a ver si ya estabas listo...

— Pues fijate que no. Además, en mis tiempos se tocaba la puerta antes de entrar.

— Lo siento.

Taehyung volvió su vista al armario y Jungkook se sentó en el borde de la cama.

El alfa tomó una camiseta negra, se la puso y luego sacó una camisa roja de cuadros de manga larga y se la colocó encima.

Sacó unos tenis iguales a los de Jungkook pero negros. Ya estaba listo.

Ta dá

— Te ves muy bien.

— Gracias. Ven — Jungkook se acercó un poco y expuso su cuello, Taehyung corrió con delicadeza la camisa del omega logrando que se estremeciera y roció de su neutralizador sobre él — Ahora estás listo, vámonos.

~♡~

— Mira, Jeon, no me voy a montar a un saltarín ni porque me paguen.

— Aguafiestas.

— Hay muchos otros juegos.

— ¿Qué te parece ese? — Preguntó Jungkook señalando una máquina con varios balones de baloncesto y un aro a no mucha distancia.

— Es perfecto. Ganaremos tantos tickets que podrás escoger lo que quieras de los premios.

Ambos se dirigieron al juego.

Desde que habían entrado al centro comercial, Jungkook miraba con anhelo las vitrinas de las tiendas de ropa.

Taehyung entonces le sugirió que fueran al piso de los juegos y más tarde bajarían a comer algo y a que Jungkook viera más ropa.

Taehyung pasó la tarjeta especial del "parque" para activar los juegos.

El juego emitió un suave pitido, la pantalla que contaba los puntos se iluminó mostrando un cero, una voz graciosa dijo algo casi inentendible y la pequeña tabla que impedía que los balones pudieran tomarse, bajó, rodando todos los balones hasta el borde.

Cada balón que Taehyung lanzaba, entraba, como si el aro fuera un imán y las pelotas tuvieran algún metal dentro, a diferencia de Jungkook, quien intentaba dar lo mejor de sí, encestando algunas aunque varias pelotas caían fuera.

— Pégale al recuadro blanco que hay sobre el aro. Si das ahí, todos los balones entran sí o sí — Dijo Taehyung lanzando de nuevo poniendo en práctica su propio consejo.

El balón entró perfectamente.

Taehyung siguió haciendo tiros perfectos mientras la voz del juego gritaba más palabras raras.

Jungkook intentó hacer lo que Taehyung le había dicho y luego de fallar dos tiros, pudo darle al cuadro blanco y casi todos sus tiros le entraban como a Taehyung.

Otro pitido sonó indicando que el juego había acabado.

Taehyung se apoyó sobre la máquina como todo un bad boy.

— Tres... dos... uno... walah — De la máquina empezaron a salir tickets y más tickets. La máquina se trabó un segundo haciendo una especie de zumbido. Taehyung le pegó con el pie disimuladamente y los tickets siguieron saliendo. Cuando terminó tenían una cantidad bastante grande — ¿Ves? Somos ricos. Algo así.

— Genial.

— ¿Quieres jugar de nuevo?

— ¡Si!

— ¿Cómo te sientes para jugar tú sólo en una y yo en la otra? — Preguntó señalando una máquina igual que estaba al lado de en la que habían jugado.

— Sí. Pero comenzamos al mismo tiempo.

— Está bien.

Taehyung pasó la tarjeta por ambos juegos y ambos iniciaron con apenas unos segundos de diferencia.

Dos minutos después el juego terminó y tenían casi el triple de tickets que ganaron en el primer juego.

— Woah, con esto alcanzará para muchas cosas.

Jungkook corrió al mostrador lleno de chucherias intercambiables por los tickets. Taehyung le pasó aún más.

— ¿De dónde sacaste los demás?

— Vengo a menudo a ese juego. Gástalos en algo productivo. O en lo que quieras. Yo quiero una bola azul y otra roja de lana, un ratón de hule pequeño y una libreta. Tú sabrás qué haces con el resto.

Jungkook pidió las cosas de Taehyung. Ahora lo suyo.

Pidió una cajita de borradores con formas de animalitos, dos libretitas argolladas, un resorte de colores, un par de lapiceros que tenían brillantina en la tinta y el resto, en dulces, obvio.

Jungkook se dirigió a un pequeño mueble de los que estaban regados por toda la sala de juegos, en donde el alfa estaba sentado. Se acomodó a su lado y le pasó la bolsita con las cosas que intercambió.

— Ya está, hay dulces, por si quieres.

Taehyung sacó un confite, se aseguró de que sus cosas si estuvieran y volvió a cerrar la bolsa. Se levantó y tomó a Jungkook de la mano.

— Vamos. Querías seguir viendo tiendas de ropa, ¿no?

— ¡Sí!

Ambos se levantaron tomados de la mano y bajaron a los pisos inferiores, donde estaban todas las tiendas.

— Mira ese conjunto, es muy lindo. ¿Se me vería bien?

— Sí, Jungkookie, se te vería bien.

— Okey, sigamos mirando — Taehyung miró a Jungkook extrañado y lo siguió.

Era obvio que Jungkook no tenía dinero y había ido solamente a antojarse de cosas que al final del dia no compraría.

— ¿Quieres algodón de azúcar?

— No, otro dia, pero gracias. ¿Qué tal si vamos a casa? — Ahora el omega se oía un poco desanimado.

— Hay algo que debemos hacer antes — Taehyung tomó a Jungkook de la mano y se dirigieron a la primera tienda, en donde el omega había visto la camiseta blanca con rayas negras que hacía juego con un felpudo saco azul celeste.

— ¿Te gusta ese conjunto?

— Pues... es muy lindo, sí. ¿Por?

— Ve y midetelo.

— Yo no tengo dinero, Taehyung hyung.

— Ve y midetelo. Yo te lo voy a comprar.

Los ojos de Jungkook se abrieron a más no poder y le enseñó a Taehyung una gran sonrisa.

Inmediatamente entró a la tienda, pidió uno de su talla y fue al probador.

Taehyung se sentó en uno los pufs que estaban cerca del vestidor de la tienda en donde varias personas también esperaban.

Jungkook salió con la camiseta y el saco encima, se veía hermoso. Su sonrisa tímida y la manera en que desviaba la mirada de la suya era realmente tierna, todo esto seguido del dulce olor que empezaba a desprender luego de que el efecto del neutralizador hubiera ya disminuido.

Varios alfas voltearon hacía Jungkook haciéndolo sentir aún más cohibido.

Taehyung notó esto y dejó escapar un gruñido bajo pero amenazante. Todos los alfas volvieron a sus asuntos al ver que era terreno prohibido.

— ¿Cómo me veo?

— Ve y haz que te lo empaquen. Te ves hermoso.

Jungkook se sonrojó y volvió al vestidor.

Cuando salieron de la tienda Jungkook se veía bastante feliz y Taehyung no hacía más que halagarlo por lo lindo y tierno que era.

Volvieron a la casa, aún tomados de la mano y en algún momento del trayecto entrelazaron sus dedos.

Entraron y Taehyung fue a la cocina a hacer la cena para ambos.

Jungkook desempacó las cosas. Llevó los rollos de lana, la libreta y el ratoncito al estudio de Taehyung y su ropa y la bolsa que tenía las libretas las dejó en su propio cuarto.

Volvió a bajar, ayudó a Taehyung a picar algunas cosas y luego se sentó en el sofá de la sala.

Una notificación que había ignorado desde hacía alrededor de una semana llego a su teléfono.

>> CALENDARIO PARA OMEGAS:
Hola Jungkook, faltan tres días para que tu celo llegue. ¡Mantente atento! Recuerda quedarte en tu casa y usar supresores<<

Hola~

Se viene el celo de Jungkook 👀✨

Espero les haya gustado ^^♡

—LaJavii

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