Dos siluetas vagueaban por la noche, discutiendo. El viento de otoño les golpeaba el rostro, mientras que las nubes negras se agrupaban, anunciándoles su próximo diluvio.

  —Dije que debías protegerte. Podría haber sido peor, ¿no crees? Al menos, me hubieras dejado hacer algo...

  —No tenía otra cosa que hacer... Lo lamento, Shin...

  —¡Casi te morís, Haruka! ¡Te hubieras protegido, o dejar que yo lo haga por vos! Ah... ¿Sabes qué? Ya no importa —El joven suspiró, y adelantó el paso, dejándo a la otra silueta atrás—. Andate a otro lado, un lugar seguro, lejos de los tiroteos —Luego, se volteó, viéndolo a los ojos.

  —Pero es mi trabajo. Tengo que hacerlo, no puedo irme ahora.

  —Es por tu bien. No me perdonaría que mueras haciendo "tu trabajo" —Su compañero, solo resopló—. Haru, sabés que me preocupo por vos.

  —Ya sé, Shin, pero no soy un niño, tengo veintiseis años, puedo cuidarme solo.

  —¿Y si te pasa algo? Recién volvemos del hospital, porque te balearon el estómago. Para tu suerte, no fue muy grave.

  —Está bien, no lo haré de nuevo, tendré más cuidado para la próxima... —Suspiró, esta vez. Luego, le tomó del hombro, para dedicarle una cálida sonrisa.

  —Bueno, bueno. Ahora, tenés que descansar. Te dieron una semana libre para que regreses, y espero que te recuperes en ese tiempo. Nos vemos, Haru —Le saludó Shintaro, para luego alejarse de su compañero, mientras se mojaba levemente por la llovizna, hasta que terminó por desaparecer de la vista del más alto.

   —Adiós, Shin —Fue lo único que respondió Haruka, quien acto seguido, se dió media vuelta, y partió hacia su casa.

  “No debí dejarlo ir”, pensará más tarde, nuestro protagonista.

...

  —Oye, Kisaragi —la voz de cierta peliverde, sobresaltó al joven, sacándolo de sus pensamientos, quien respondió mirándola a los ojos—, debo darte malas noticias.

  —Dime, danchō.

  —Tu compañero, Kokonose, ha muerto —Sin expresión alguna ni titubeos, lo dijo, con completa frialdad. Dejándolo petrificado, y sin palabras—. Lo lamento, Kisaragi.

  Aunque a la "danchō" no le gustase ser así, tenía que hacerlo. Debía mantener el perfil de seguridad en sí misma.

  —Si... Comprendo... —Susurró, luego de un rato.

  —Ah, por cierto, tengo un nuevo caso para vos. Dejá el de Enomoto a un lado, este suena más interesante.

  —Pero, danchō, con Haruka estábamos a punto de terminarlo...

  —¿No querés saber como falleció tu querido amigo? —Preguntó la peliverde, con un tono algo sarcástico.

  —¿Qué?

  —Investigarás su caso. Y, como tu compañero murió, te asigné a uno nuevo, Seto Kousuke.

  —¿Por qué él? ¡Yo era feliz con Haruka, y sin Haru, entonces estaré solo! ¡No quiero a otro compañero! —La chica tomó aire, y contó hasta diez, para no alterarse.

  —Escuchame, pibe, tenés como veinticinco años, no te me pongas a hacer una escena así a esta edad, loco. Kokonose se murió, punto, la vida es así, hay que seguir adelante —Le respondió su superior—, así que no me hagas un teatro, y te me ponés a trabajar. Ahora —Dicho esto, dejó unos papeles en el escritorio, y se retiró, cerrando la puerta con total delicadeza, mientras que Shintaro solo se dedicó a dejar ir un pesado suspiro.

  Reacomodó los papeles que había dispersados en la mesa, releyendo el nombre y la información que se situaba en el superior de la hoja. "Enomoto Takane, veintiseis años, dueña de una empresa de videojuegos, cual tiene un gran éxito con "Headphone Actor", y "Trigger Happy Havoc". Falleció al consumir veneno, para luego colapsar. Kisaragi Shintaro y Kokonose Haruka, investigan su caso". Kisaragi y Kokonose... Eso ya no más.

  —No estaré más con Haruka, eh... ya veo —Frustrado consigo mismo, depositó los papeles con la información de la pobre Enomoto, con aquella misma delicadeza que la de Tsubomi.

  No solo había perdido a un compañero, sino, que perdió a su hermano. O eso es lo que él creía. No obstante, sus sentimientos eran tan obvios, como su obsesión con la soda. Parecía el único sin darse cuenta de lo que realmente sentía.

  Queriendo sacarse esos pensamientos de la mente, decidió ponerse a leer la carpeta que le había dejado Kido, para distraerse un poco, y de paso, avanzar con la investigación. No había información, solo había horarios, y una dirección, la dirección del Kokonose. Así, que decidió ir a ver.

  Qué mala idea.

—Dos horas después...—

   —Ya llegamos —Anunció el joven Kousuke, bajándose del coche. La lluvia era fuerte y no paraba, y hasta parecía que iba a seguir por un largo rato, aumentando.

  —Sí, ya sé, ya me dí cuenta —Comentó el hikikomori, desviando la mirada de su actual "compañero". Sabía que las cosas no serían iguales, a partir de ese momento.

  Estando a apenas unos pocos pasos de entrar a la casa de su antiguo mejor amigo, Shintaro suspiró, y entró.

  La casa, por dentro, estaba hecha... un asco. "No es como yo la recordaba", pensó el pelinegro, mirando extrañado el lugar, mientras se acomodaba su bufanda roja.

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Logré hacerlo más decente :v /

"Trigger Happy Havoc", mira ese crossover v:

Algún día haré un crossover de eso. La tía Rose se los promete(?)

BloodyRose, Cambio y Fuera~.