El telón se abre sobre el campo de batalla, los rayos revelan la escena funesta que se llevo a cabo en este lugar; las torres destruidas por los misiles de plata; los elfos caídos por los rifles escupe fuego; los vampiros encadenados que dan la bienvenida al sol con gritos agónicos producto de su exposición al sol; Los duende pisoteados por los cíclopes acorazados y muchos más horrores se asientan en la realidad a cada segundo.

Como espectáculo principal, vemos a los campeones de cada bando, Tomás, el héroe invocado a esta tierra para defenderla de los monstruos que la asechan, un joven valiente traído de la tierra pero que ahora no siente otra cosa más allá del miedo al estar en la presencia del monstruo que ha provocado todo esto.

- Eres un demente sádico y sin escrúpulos - decía Tomás mientras veía con horror toda la escena apocalíptica de la que era parte.

- Seamos honestos, esto habría pasado tarde o temprano - la figura monstruosa avanza impasible, no lleva arma alguna o armadura, todo lo ha hecho con nada más que sus manos desnudas.

La figura parece querer acercarse a Tomás pero no lo logra, el equipo del héroe ha llegado de golpe a defenderlo flechas de luz, esferas de sombra, escupitajos venenosos y relámpagos son arrojados contra la figura maligna culpable de todos los males del mundo.

La figura retrocede y usando sus puños es capaz de golpear todas las cosas que le arrojan, sin embargo, el grupo de Tomás no se detiene, ya han visto al monstruo partir relámpagos y hacer llorar al fuego por medio de su violencia, así que no se sorprenden por su forma de actuar.

De todos modos, el punto no es vencer a esa cosa, el punto es darle esperanzas a Tomás, el mira a su equipo, una princesa elfo de aspecto infantil, una bruja seductora que rechazo las formas de sus hermanas, un mago anciano que le enseño varias cosas y un duende regordete que lo hacía reír mucho, todos ellos tenía más valor para enfrentar al monstruo del que Tomás tenía en este momento.

Aunque esa valentía se basa en la ignorancia, ellos no han convivido con el monstruo de la misma manera en que el héroe lo ha hecho, no han visto de lo que es capaz e ignoran su inquebrantable voluntad.

A pesar de ello, esa valentía es suficiente para que Tomás retome la batalla, empuñando su espada para atacar al ser oscuro que los amenazaba. - ¡No dejaré que toques a mis seres queridos, yo los amó y por ello daré todo de mí para protegerlos! -

Él enemigo se sorprende al oír esas palabras y recibe un poderoso golpe de espada acompañado de las fuerzas del séquito de Tomás, el enemigo no sangra pero aún así se retuerce por el impacto, es como si simplemente fuera un hombre común atacado por un palo de madera.
La golpiza de Tomás al monstruo continúa, poco a poco, este empieza a sangrar de la cara, del pecho y los brazos, lo azota con fuerza y lo arroja por los aires, invoca el poder de la tierra y hace que el magma del núcleo del planeta se haga presente contra el oscuro enemigo.

El monstruo es sumergido en lava, una lava que aumenta su temperatura hasta el nivel de las estrellas del firmamento, esto es obra de la gran magia que Tomás es capaz de realizar, el ardor es infinito y el monstruo grita en agonía, sin embargo, el monstruo no esta dispuesto a rendirse.

Nadando como si de un atleta olímpico se tratará, este monstruo se abre paso ante la roca fundida y el río de material incandescente, el monstruo tiene quemaduras notables que se hacen más terribles con cada segundo que pasa ante ello este deja de gritar y aprieta los dientes, nadando a contracorriente, pensando en su familia rota.

En el padre de mirada triste y la madre enferma, en como los miembros del reino que tanto defiende Tomás lo han alejado de los que ama, de como lo han obligado a convertirse en la encarnación de todas las maldiciones de la tierra, dando la razón a esos nobles arrogantes acerca de su naturaleza.

O eso sería si fuera un ser ordinario y eso era algo que definitivamente no era, pues al final del día ¡¿Quién dice que la esperanza no puede venir de la oscuridad?!

Liberándose del magma el monstruo sale disparado hasta las alturas, desde ahí da una vuelta y ahora esta de cara viendo el cielo, como acto siguiente el da un aplauso con todas sus fuerzas, una aplauso que genera una poderosa onda expansiva que resuena en los oídos de todos los presentes, desde los aliados de Tomás hasta las tropas del monstruo. El poderoso estruendo lo arroja de vuelta a la zona de batalla y de paso dispersa el magma por todos lados volviéndolo obsidiana.

Aún con lo desesperado de esa situación Tomás toma impulso e intenta ir por el cuello usando su espada, golpear en la manzana de Adán y acabar de una vez por todas al ser maligno, durante su trayecto el monstruo y el héroe se miran a los ojos, el monstruo lleno de determinación, el héroe repleto de odio.

El choque de ambos es rápido y contundente, el ser oscuro apartó la hoja de la espada usando su brazo y aprovechó la apertura para darle un gancho a la mandíbula a Tomás.
El golpe desorienta a Tomás y permite al enemigo empujarlo al suelo, Tomás intenta levantarse pero cuando está a mitad de camino nota algo inesperado.
EL MONSTRUO ESTABA LLORANDO.

- ¡Hermano! ¿En serio me odias tanto? - el monstruo llora, llora amargamente al ver cómo su hermano lucha tan incansablemente para matarlo.

- ¿Cómo es posible que te niegues a volver? ¡Mamá nos necesita! ¡¿Acaso quieres que muera en la desesperación sin saber que fue de nosotros?! - él monstruo espera una respuesta de su hermano mientras recibe los ataques de los aliados de esté, dichos ataques son bloqueados con movimientos violentos de puños y codos, Ezequiel se empieza a hartar de esta gente puesto que a pesar de no poder dañarlo físicamente han roto su corazón al arrebatarle el amor de su hermano.

- ¡No me vengas con eso! ¡No volveré solo para ver morir a mamá y entregarme a una vida mil veces más miserable de la que ya tenía! - Grita Tomás mientras su hermano lo mira cada vez más defraudado.

- No tiene porque ser así, yo seguiré estando ahí para cuidarte como siempre lo he hecho, desde la primaria hasta hoy siempre te he protegido y eso es algo que no puedes negar - Ezequiel ha peleado mil veces para defender a su hermano, lo ha ayudado con las tareas y lo ha consolado cuando lo han rechazado. Es por ello que está batalla le duele tanto, lastimar a su hermano es lo peor que ha hecho en su vida.

- ¡Ese es parte del problema! ¡No soy más que tú maldita sombra! - ese era el rencor oculto por varios años de Tomás para con su hermano, la excelencia de este siempre lo hacía ver menos, tíos, abuelos, compañeros y maestros no se cansaban de compararlos, siempre dejando mal parado a Tomás.

Después de todo ¿Qué clase de hermano mayor es defendido por su hermano pequeño?

- ¡En este mundo soy un héroe imparable! ¡Sería tonto dejar eso atrás! ¡Se razonable Ezequiel! ¿Qué me ofrece la tierra qué este mundo no pueda multiplicar mil veces? - contesta Tomás mientras canaliza la energía de todos sus amigos en un solo golpe de poder cósmico.

- Todo lo que ofrece este mundo no es más que basura, esclavismo y aduladores vacíos por los que me es imposible sentir la más mínima empatía, es como hablar con personajes de videojuego - Ezequiel toma acción ante el puño estelar de su hermano, simplemente se mueve ligeramente evitando el puño y tomando el brazo de su hermano con sus brazos, todo para levantarlo y azotarlo contra el suelo.

- Nunca has podido vencerme hermano - contesta Ezequiel al tiempo que recuerda las peleas de juego que ambos han tenido desde que eran pequeños. - Eso era porque nunca antes tuve la esperanza de ganarte en algo a parte de juegos de mesa o video - ambos hermanos se miran mutuamente, nadie se habría podido imaginar un combate como esté y la verdad nunca lo hubieran deseado.

- Se tiene que hacer algo - comenta la joven bruja del equipo de Tomás, ella quería mucho al joven héroe y odiaba verlo de esa manera.
- Quizá podamos aprovechar la abertura en Ezequiel para intentar hacerle algo - comenta la elfa del equipo mientras mira al par de hermanos, el resto del grupo pensaba hablar pero callaron de golpe por un cambio en la escena.

Una lluvia de plomo cayó sobre el grupo de Tomás en un instante, transformando a todos estos en un mojón de carne molida y podrida, acompañando esa funesta escena hay varias risas de un grupo de orcos armados con ametralladoras montando cuervos gigantes. Los monstruos de Ezequiel llegaron a la pelea.

- Señor Ezequiel, escuchamos el estruendo y vimos la lava, por ello decidimos desobedecer su orden y dejar el saqueo en pausa - comenta el líder del grupo a su jefe.

- Bien hecho amigos míos, esos inútiles eran demasiado molestos, hubiera querido hacerlo por mi cuenta pero supongo que seria inapropiado - esa masacre fortuita enfurece a Tomás, que se enfurece y grita de frustración, llora de dolor, deseando arrancar el rostro de su hermano.

- ¡Maldito infeliz! ¡Esas personas me dieron todo! ¡Eran lo más importante para mí! - Cerrando su puño concentra todo lo que le queda de poder en una última esperanza, si golpea en la manzana de Adán podría matar a su hermano, solo necesita ser más rápido que él, sorprenderlo y acabar con todo de una vez por todas.

Grande fue su terror al ver la velocidad imposible de su hermano, que aparece detrás de él y lo golpea en la cabeza con un golpe de martillo, derribándolo contra el piso de tierra y entumeciendo todo su cuerpo. - ¿Cómo es que te sigues haciendo más fuerte? - interroga el héroe caído.

- No me hago más fuerte, simplemente estas demasiado débil por la golpiza que te he dado, siempre he tenido más resistencia que tu - Ezequiel toma a Tomás y se lo lleva cargando a la ciudad ahora hecha cenizas, en dicha ciudad campesinos y monstruos celebran la masacre de los nobles. Arrojan joyas como si fueran cualquier cosa y queman los restos de los antiguos gobernantes.

Este espectáculo se detiene cuando contemplan a Ezequiel cargando a su hermano, la solemnidad de aquel que es todo lo malo del mundo les hace saber que deben apartarse, que tiene cosas que hacer.

- Moiras ¿Han limpiado la plaza para mí? - Ezequiel no necesita gritar para que toda la ciudad lo escuche.

- Si General, el circuito esta armado y el acelerador de partículas esta en funcionamiento - Tres hermanas hilanderas han instalado una futurista instalación en el sitio ya mencionado, en ese lugar combinan los poderes de la magia junto a rastros de ciencia obtenidos gracias al celular de Ezequiel que de algún modo, conservo su conexión con Internet.

Tomás comprende lo que hace su hermano, el está rompiendo los límites de la realidad para crear una abertura que les permita regresar a casa.

El odió de Tomás hacía su hermano es indescriptible, ya este le arrebato su momento de gloria, le arrebato a sus amantes, a su amigo que servía para celebrar sus logros y al mago que cumplía sus caprichos.

- Entonces ¿Cuánto falta para que este abierto? - comenta el campeón de la oscuridad a lo que su séquito responde.

- Unos cuantos minutos más General ¿Tiene algo que decir antes de marcharse? -.

- Por supuesto que lo tengo - comenta el noble campeón de la oscuridad.

Con un conjuro hizo que su hermano quedará encerrado en una cúpula de vidrio que le impediría moverse. Tomas lo veía con odio, un odio letal que crecería con cada palabra que saldría de su boca.

- Hoy, hemos triunfado amigos míos - contesta en medio de gritos de alabanza de campesinos, orcos, licántropos, ciclos, ogros y otros rechazados.

- El imperio ha caído y sus carne ahora alimenta nuestros estómagos, finalmente las cadenas del feudalismo se han roto y la unidad iniciará su régimen de perfección, una fraternidad formada por los líderes de todos aquellos que me han seguido.

Y de hecho, me aseguraré de que sea imposible que otro "héroe", sea invocado por algún grupo rebelde. ¡Con mi gran poder sellare al multiverso y me encargare de crearle su propio sistema inmunológico! ¡Las almas de todos los caídos de cada lugar de cada universo devorarán a todo aquel que intente cruzar las fronteras de los mundos y ha aquellos que intenten romperlas!

¡Todo por el módico precio de devolverme a mi hogar junto a mi hermano! - la locura y frenesí de los presentes era palpable, todos se abrazaron, besaron, acariciaron y amaron entre sí, finalmente eran libres de esas maquinas de muerte invocadas por los nobles de ese mundo.

- Se nota que esto les entusiasma y esos es genial, aunque preferiría que conserven algo de solemnidad - comenta Grendel mientras observa la vulgar pero feliz celebración de sus compañeros.

- Que los dioses los bendigan amigos, los veré en la otra vida que ahora es igual para todos - al terminar su noble discurso su hermano se mostró horrorizado "¿Sellar el multiverso?", piensa Tomás con dolor mientras observa a los innumerables fantasmas que los envuelven a ambos.

Una corriente etérea de almas los hace viajar a través de los mundos, en su viaje observan miles de posibilidades, mundos muertos y secos, mundos repletos de tecnología futurista, mundos medievales sin magia alguna, mundos primitivos y por último un mundo mediocre que no está ni tan avanzado ni tan atrasado como los demás.

Tomás está devastado al ver las paredes del sótano donde todo comenzó, el miro a su alrededor, viendo al compañero raro de su salón que les mostró el libro que los metió en esto, el compañero se veía sumamente aliviado, se veía que había estado llorando y que había caído en desesperación por hacer que estos dos desaparecieran. - ¡Menos mal que volvieron! ¡No creí que de verdad terminarían en otro mundo! ¿Qué tal estuvo? - como respuesta recibió un puñetazo en la nariz que lo dejo inconsciente.

- Da gracias a Dios que el tiempo funciona diferente o que mi poder es tan grande que nos devolvió al momento justo - Ezequiel noto que tanto su cuerpo como el de su hermano conservaron los cambios que sufrieron en el año que estuvieron atrapados, ganaron un par de centímetros y sus musculaturas aumentaron a un nivel bastante atlético, eso sin contar que tenían las ropas de batalla que solían usar en ese mundo "Toda la familia esta ocupada cuidando a mi madre, dudo que se den cuenta de nuestro cambio hasta mucho después o al menos eso espero", luego de pensar eso el mira a su aturdido e incrédulo hermano.

- ¡Párate Tomás, hay que ir a casa y tomar un baño! ¡Debemos relevar a la tía Nancy para hacer guardia! - Tomás no podía creer que su hermano se adaptara tan rápido al retorno, el quiere gritar, el quiere volver a pelear contra su hermano, el valor crecía en su corazón solo para ser aplastado por un jalón de orejas de su hermano.

- ¡No me escuchaste! ¡Te di una orden, levántate! - Tomás solo pudo sollozar mientras su hermano le gritaba y golpeaba para sacarlo a la calle y devolverlo a la vida que les toco vivir.