31; CONFESIONES PELIGROSAS

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍 

CONFESIONES PELIGROSAS

Hyesoo no podía dejar de observar a Jonghyun, ambos encontrándose en el vehículo de él que estaba aparcado en frente de la cafetería. El pelilargo estaba más pálido de lo normal con grandes ojeras, pasando las manos sobre su pantalones, empuñándolas por momentos mientras su cabeza no lo dejaba tranquilo y menos al tener a la castaña a su lado.
La culpa estaba realmente intensificada y una presión se había instalado en su pecho, necesitando demasiado un abrazo y que le dijeran que aquel tormento iba a pasar.

—Hey, ¿qué sucede? —preguntó preocupada con la intención de tomar su mano, pero este la apartó rápidamente.

—Lo siento.

—Dime...

—No es nada.

—Jonghyun, ni siquiera has asistido ayer a tu examen —recalcó acunando su rostro, observando cómo este cerraba los ojos sintiéndose agotado—. Cuéntame qué te sucede, ¿está bien? —pidió con suavidad—. Dijiste que me dejarías entrar, así como yo te estoy dejando a ti.

—Esto no se trata solo de mí, Hyesoo —musitó aún con sus ojos cerrados, juntando sus frentes.

—Pero no estás bien. Quiero ayudarte...

—No puedes. Nadie puede, porque para eso debería volver al pasado.

—Dime, Jonghyun.

—N-no puedo con la culpa. No puedo con la culpa de jamás haberme dado cuenta por lo que estaba pasando Jungkook, porque hasta cuando le daban aquellos ataques, yo... Pensaba que tan solo quería llamar nuestra atención, que solamente fingía —confesó con la voz ahogada—. Desde que éramos pequeños, antes de que se separaran nuestros padres, hubo una vez que Jungkook se estaba ahogando en la piscina y tuve que ayudarlo...—explicó intentando contener las lágrimas—, entonces, supe que ellos me necesitaban. Creí que... Era el más maduro, así que podía hacerme cargo de cuidarlos, protegerlos, pero no era así.

Jonghyun recordaba perfectamente esa tarde, cuando escuchó gritos en el jardín trasero, lo que hizo que dejara el vaso rápidamente en la isla de la cocina para salir. Sabía que sus dos hermanos estaban jugando afuera, por lo que no había podido evitar preocuparse, pero al ver a Jungkook ahogándose, gritando por ayuda mientras Jungsuk parecía paralizado, corrió empujándolo para apartarlo del camino y así poder tirarse a la piscina.

Cuando había logrado sacarlo, ambos se quedaron sentados en el borde, Jungkook tosiendo y temblando por el frío, mientras Jonghyun lo miraba aún sintiéndose aterrorizado de pensar lo que pudo haberle pasado si no llegaba a tiempo. Tan solo lo abrazó, rompiendo en llanto por no haber estado allí presente para salvarlo al segundo, mientras Jungsuk se acercaba arrepentido y disculpándose, pero Jonghyun lo hizo unirse al abrazo. En ese momento, supo que debía buscar la manera de proteger a ambos porque sus padres parecían nunca estar presentes, ni siquiera cuando los necesitaban.

―Creí que estaba haciéndolo. Creí que estaba haciendo bien mi trabajo, pero no era así—murmuró negando repetidamente con la cabeza mientras ella no era capaz de decir nada—. ¿Cómo puede ser posible que jamás me di cuenta de lo que estaba sucediéndole? Jungkook decidió callarse, y con Jungsuk nos burlábamos por lo que le sucedía. Estaba asustado y nosotros solo nos reíamos —sollozó por lo bajo—. Ahora que lo sé todo, no puedo siquiera mirarlo a los ojos sin odiarme...

—No digas eso. No es así —lo interrumpió, acariciando sus mejillas con los pulgares. Quería decirle que tenía una idea de lo que sucedió, pero sentía que no era bueno confesarle que se acercó a Jungkook—. No sé qué sucedió, pero... Tú no tienes que cargar con eso porque eran pequeños...

—Lo éramos, pero aun así se atrevieron a joderle la vida. Él pudo haber superado esto si lo dejaba marcharse, pero no se lo permití —masculló conectando sus miradas, permitiendo que notase sus ojos enrojecidos— ¡Lo obligué a que se quedara con nosotros porque creía que teníamos que estar los tres juntos! ¡Sentí que lo necesitaba, que si se iba Jungsuk y yo nos derrumbaríamos! ¡Pensé tan solo en mí y no en lo que sentía Jungkook! Y ahora que deberíamos estar unidos, intentar ayudarlo junto a Jungsuk, solo estamos separados, Hyesoo.

Jonghyun detestaba darse cuenta de que no estaban haciendo bien en mantenerse alejados, cuando Jungkook parecía necesitar más que nunca de su apoyo. Su padre seguía realmente molesto con Jungsuk, sintiéndose cómodo sin él en la casa, mientras que el de gafas parecía seguir también molesto con Jungkook. Pues, tuvo la esperanza de que esa madrugada que se abrazaron, ya estuviese todo bien, pero cuando al día siguiente no apareció en la casa y vio a Jungkook aún demasiado afectado, se dio cuenta de que todo seguía realmente mal entre ellos.

—No sé cómo volver a unirnos, Hyesoo —musitó angustiado—. Papá jamás va a aceptar el hecho de que a Jungsuk le guste los hombres, Jungsuk jamás va a perdonar a Jungkook por habérselo confesado, y yo... No sé si Jungkook me ha perdonado por... Sentir esto por ti.

—No sé si realmente tu padre algún día cambie ese pensamiento, pero de lo que estoy segura es de que... Ustedes tres van a poder perdonarse. No podrían estar tanto tiempo alejados cuando se necesitan —aseguró intentando darle confianza, aún acariciando su mejilla sintiendo cómo llevaba la mano a la suya, por lo que medio sonrió.

—No sé si Jungsuk podría perdonar a Jungkook por lo mal que se ha portado con él, pero sí creo que... Mantenerme ahora alejado de ti me ayudaría con Jungkook —dijo apartando su mano, lo que provocó que ella lo observara atónita.

—¿Qué?

—Mi hermano me necesita, Hyesoo.

—¿Estás terminando con lo nuestro? —preguntó algo dolida. Él negó repetidamente con la cabeza, lo que hizo que soltara una risa histérica sin saber porqué sentía una presión en su pecho—. ¿Entonces? Dime porque no te estoy entendiendo, Jonghyun.

—Yo solo... Necesito tiempo para pensar —explicó con un ligero temblor en su voz.

—¿Cuánto es un tiempo?

—Días, quizás. No lo sé, Hyesoo —respondió con un hilo de voz—. Pero ahora mismo no me siento bien estando contigo, sabiendo que fue uno de los motivos por el cual Jungkook se alejó de mí —confesó conectando sus miradas, permitiendo que pudiese notar la angustia en sus orbes oscuros—. Solo quiero volver a tener mi familia unida, y ahora siento que estando cerca de ti no podré lograrlo porque a Jungkook sigue doliéndole.

—Lamento haberte alejado de él de esa manera. Nunca creí que... Que podría provocar algo así —dijo en un murmuro casi inaudible. Sentía un nudo formarse en su garganta al recordar que era lo que quiso en un principio, aunque no se esperó que pudieran mantenerse enojados por tanto tiempo—. Creo que lo mejor sería terminar, Jonghyun.

—No.

—Jonghyun, entiende...—intentó hablar, pero la tomó del rostro, acercándose a ella.

—No es lo que quiero —aclaró por lo bajo—. Tan solo dame unos días para que todo se calme. Yo... Quiero realmente estar contigo.

—No deberíamos...

—Solo unos días —musitó juntando sus frentes a la vez que cerraba los ojos intentando mantener la calma.

Hyesoo quería más que nada negarse, porque sabía perfectamente que lo mejor era que terminaran. Pues, si se había acercado a él era solamente para provocar la furia de Jungkook, pero jamás se había esperado que pudiese empezar a confundirse y menos que ambos hermanos pudieran mantenerse alejados tanto tiempo.
Sentía culpa por haber ocasionado esa pelea y se detestaba por haberse dejado llevar por el rencor. Ahora había conocido a un joven que parecía tener un buen corazón, que no había dudado en ayudarla con su padre, con su hermano, y ella tan solo lo utilizó. Aunque ya no lo hiciera, seguía cargando con una gran culpa y más por lo que callaba junto a Jungkook, así que, sabía que debía dejarlo ir porque él no se merecía para nada todo lo que estaba ocultándole, pero el notar cómo parecía desesperado para que no acabara con lo que tenían, provocaba que su corazón diese un vuelco.

La respiración pesada de Jonghyun chocaba contra su rostro y ella quería hablar para así hacerle entender que era lo mejor, hasta que él juntó sus labios. Hyesoo quiso romperlo, pero el pelilargo comenzó a mover sus labios temblorosos sobre los de ella, en un suave beso que provocó que se debilitara.

—Volveremos a estar juntos. Estaremos bien como te lo prometí, Hyesoo —aseguró con suavidad—. No voy a dejarte ir cuando tú eres lo único bueno que tengo.

Ella tragó con dificultad por el gran nudo que se formó en su garganta, pero él juntó sus labios en un pequeño beso. La fémina ya no quería seguir allí y Jonghyun sabía que tenía que trabajar, por lo que se despidió dándole un abrazo que la sorprendió por la fuerza, pero es que sabía que intentaría mantenerse alejado por un tiempo y que la extrañaría demasiado. Pero, Jonghyun sabía perfectamente que no era tan solo por Jungkook que necesitaba alejarse. Aquella voz en su cabeza, como los recuerdos, estaban atormentándolo de gran manera.
Él no quería revivir esa relación, no quería volver a sentirse asfixiado por todo lo que estaba sintiendo al punto de comenzar a actuar sin pensar. Se había prometido que haría las cosas bien, pero estaba volviéndose demasiado intenso lo que sentía por ella, así que necesitaba respirar y pensar con claridad. Y ahora que le había dicho de su decisión, la veía alejarse para entrar a la cafetería mientras un nudo se había formado nuevamente en su garganta. Se detestaba por haber tomado esa decisión, más que nada porque en esos días todo estaba siendo el doble de difícil, y es que los recuerdos no lo dejaban en paz.

Volvía a esa noche en que estaba en su cama junto a Haesun, ambos desnudos mientras conversaban o eso era lo que intentaba ella, pero Jonghyun sentía cómo su respiración se había vuelto pesada. No podía seguir escuchándola, no quería seguir creando escenarios imaginarios donde ella estaba con otro, porque estaba seguro de que esos viajes no eran para poder estar con sus amigas.

Jeon Jonghyun estaba seguro de que todas las palabras que salían de su boca, solo eran puras mentiras.

Los sentimientos lo estaban volviendo loco, era como si lo sobreexcitaran y lo cegaran por completo, sin poder ser capaz de pararlos. Ella al girar su cabeza para verlo, notando su mirada oscurecida, sus facciones endurecidas y su pecho que subía y bajaba, supo rápidamente que esta vez no había manera en la que él permitiera que se marchara.

—¿Jonghyun...?

—¿Cuántas veces pretendes querer verme la cara, Haesun? —preguntó intentando mantener la calma.

—¡¿De qué hablas?!

El hecho de que él pudiese notar cómo hasta podía indignarse por descubrir sus mentiras, había logrado que desatara por completo su furia. Detestaba que ella no pudiese comprender cuánto lo lastimaba, que no pudiese sentir empatía por sus celos, por sus lágrimas. Tan solo quería ser todo para ella, así como Haesun lo era para él, pero se veía tan imposible poder llegar verdaderamente a su corazón, que no podía evitar preguntarse si es que acaso tenía uno.

Estaba tan cegado por todo lo que estaba sintiendo, que acabó llevando su mano al cuello de la fémina, colocándose sobre ella, provocando que jadeara por la sorpresa y el susto.

—No dejaré que sigas traicionándome de esta manera —masculló observando el terror en su mirada, sintiendo cómo llevaba la mano a su muñeca.

—¡Suéltame, carajo! —intentó alzar la voz, sintiendo cómo con cada segundo se le dificultaba más respirar, pero Jonghyun parecía no reaccionar ante su miedo y lo que estaba haciendo—. ¡J-Jonghyun...!

—¡Entiende que solo puedes estar conmigo! ¡Eres mía, Haesun! —recalcó apretando el agarre, por lo que ella soltó un quejido enterrando las uñas en su muñeca—. ¡No te quiero con nadie más! ¡No puedo soportarlo!

El rostro de la fémina comenzaba a enrojecer mientras sus lágrimas brotaban, por lo que Jonghyun al reaccionar a lo que estaba haciendo, sintiendo un ardor en su muñeca y cómo golpeaba débilmente su pecho con la otra mano, abrió los ojos a la par asustado, dejando de hacer presión.

—Haesun...—su voz salió con un ligero temblor mientras ella tomaba una gran bocanada de aire, intentando recuperar el aliento.

No sabía qué hacer al respecto, tan solo la miraba aterrorizado y más al ver aún sus lágrimas caer, porque ella se encontraba de la misma manera y él era el causante. Sabía que todo se descontrolaría, que podría ser la excusa perfecta para que acabara con su relación, por lo que estampó sus labios con los de ella, robándole el poco aliento que había recuperado.
Sintió cómo las manos de Haesun intentaban apartarlo, pero él no se lo permitió, pasando la lengua por sus labios, obligándole a que le diese acceso mientras hacía un sonido involuntario con la garganta.

Estaba ahogándose en sus labios, en sus suspiros, en su llanto, pero no iba a parar hasta extasiarse por completo.
Jonghyun sentía que ella era la culpable de qué él se volviera tan egoísta, porque ahora a pesar de su llanto, pasó los brazos por sus hombros, acariciando su cabello, mirándolo y llenándolo de lujuria mientras este se introducía nuevamente en su interior, soltando un sonoro gemido al sentir cómo sus paredes se iban abriendo alrededor de su miembro.

Seguían cometiendo los mismos errores una vez más, pero Jonghyun sentía que estaba volviéndose algo excitante, porque ahora se encontraba embistiéndola con fuerza y furia, escondiendo el rostro en el hueco de su cuello mientras gruñía y respiraba como un animal. Se había vuelto una adicción para él follar despreocupados donde sea que estuvieran, a golpes, a besos, a gritos desgarradores, como locos, sucio, de modo salvaje, y hasta la agonía.
Esa vez, Jonghyun, el cual no le dejaba de murmurar que era suya, que le pertenecía y no la dejaría marcharse, no era capaz de notar cómo a pesar de que ella gemía, aferrándose a su espalda, su mirada estaba perdida y sus lágrimas seguían brotando. Haesun lloraba por el miedo, por la desesperación, porque se trataba de él y no de quién ella deseaba.

Jonghyun volvió a la realidad, rompiendo en un llanto desconsolado, golpeando el volante una y otra vez, pensando en porqué tuvo que verse envuelto en ese amor, cuando gracias a sus padres siempre supo que el amor solo era acarrear sufrimiento y desdicha, engaños y mentiras. Porque sentía que había vivido la misma experiencia de su padre, aquellos engaños que solo desataron sus celos, su rabia, sus inseguridades y que actuara como una bestia.

Para él, el amor era solo oscuridad, terriblemente oscuro, tanto que llegaba a asustar. Pues, lo había aprendido junto a la joven que más amó, porque aunque creyó antes de que el amor no se trataba de hacerse daño y ver quién podía hacerlo más, eso acabó aprendiendo.
Tan solo había sido mentirosa, fría y letal, y así la amó. Exponiéndose a su toxicidad y convirtiéndose en el mismo veneno, sintiendo cómo su alma iba consumiéndose por amarla tanto.

—¡Lo siento! ¡Lo siento tanto! —sollozó cubriéndose el rostro con la mano.

Jang Haesun jamás podría salir de su cabeza, no cuando era quién seguía torturándolo aun sin estar. Y la culpa lo estaba matando cada día más.

















(...)















Jungkook entraba a su casa, aún pensando en el día que tuvo en la Universidad, y cómo se encontraba todo con su familia. Pues, su padre se había acercado más a él y notaba su gran preocupación, como también la culpa que cargaba, lo que provocaba que él se sintiese demasiado incómodo, hasta deseando volver a cuando no le daba atención. Y lo peor era que, notaba que no era el único que se sentía culpable, porque su hermano también.
Antes eso lo hubiese hecho sentir más que satisfecho, porque era lo que había buscado, que todos le diesen la atención que siempre quiso y que lo viesen con otros ojos, pero ahora eso lo detestaba. Y aún estaba el hecho de que Jungsuk parecía odiarlo demasiado como para acercarse, pese a la situación que estaba viviendo. Sentía que necesitaba que volviesen a ser los trillizos unidos de antes, pero sabía perfectamente que había cometido errores que podían considerarse imperdonables con Jungsuk.

«¿Acaso Jungsuk no es el que siempre lo perdona todo?» pensaba Jungkook, pero luego recordaba cada decisión que tomó para así joder su vida, porque el rencor llegaba a ganarle. Y se arrepentía.

Un suspiró escapó de sus labios mientras se dirigía a las escaleras para subir a su habitación, pero al ver a Jonghyun y a su padre, eso llamó su atención. Podía notar con gran facilidad cómo Jaewook parecía demasiado tenso, y más al verlo, mientras que Jonghyun observaba atónito a su padre.

—¿Qué sucede? —preguntó desconcertado.

—Ve a prepararte.

—¿Para qué? —arrugó la frente observando a ambos, buscando alguna respuesta.

—Para un funeral, Jungkook —respondió con sus facciones endurecidas, Jonghyun.

—¿Qué? ¿Quién falleció? —indagó rápidamente, sintiendo cómo la ansiedad lo invadía por cómo actuaban ambos. Jaewook siquiera parecía capaz de verlos al rostro mientras que Jonghyun parecía molesto—. ¡¿Pueden responder?!

—Seokjin —dijo por lo bajo, Jaewook—. Seokjin está muerto.

—¡No! ¡Di la verdad, papá! —apuntó molesto, Jonghyun—. ¡Di que tú mataste a Seokjin!

—¿Q-qué? ¿Eso es cierto, papá? —preguntó con la voz temblorosa y sus ojos cristalinos, Jungkook.

—Yo no lo maté —aclaró rápidamente entre dientes.

—¡Hiciste con Seokjin lo mismo que con Giseok! Mandaste a que acabaran con su vida —recalcó Jonghyun.

—Jungkook...—se acercó preocupado, pero este se alejó negando repetidamente con la cabeza mientras alzaba ambas manos.

—No te me acerques...

—¡Lo hice por ti, Jungkook! ¡Lo hice para que jamás pueda volver a hacerte daño! —expresó desesperado—. ¡Era lo correcto, hijo!

—¡Él no te lo pidió!

—¡Cállate! —exigió histérico—. ¡Cállense los dos!

Jungkook subió las escaleras rápidamente, casi tropezándose por lo histérico que se encontraba, lo cual no lo dejaba pensar con claridad. El escuchar los gritos de su padre y Jonghyun solo lograban alterarlo más, por lo que se dirigió rápidamente a su habitación dando un portazo.

Intentaba respirar, pero se le estaba dificultando de gran manera, por lo que rompió en un llanto desconsolado, recordando las palabras de su padre y hermano. No sabía cómo sentirse al respecto al pensar que su padre se había encargado de Seokjin, para que así no volviese a acercarse a él. Pues, no podía evitar recordar el gran cariño que le tuvo de niño, las risas compartidas, los buenos momentos, y cómo todo eso acabó convirtiéndose en su recuerdo más doloroso. Sentía que estaba temblando de impotencia, como su sangre hervía, y parecía ahogarse con su propio llanto, sus mejillas completamente empapadas por las lágrimas que no paraban de brotar. Llevó las manos a la cabeza, tirando de su cabello corto y su pecho ardía haciéndole sentir que explotaría.

Solo podía pensar en que necesitaba ayuda, algo que le hiciese calmarse porque no podía siquiera respirar y estaba asustándose.

Sacó rápidamente el celular del bolsillo de su chaqueta, y con las manos temblorosas comenzó a buscar entre sus contactos. Necesitaba encontrar algo de calma de cualquier manera, sin importar a quién tuviese que acudir. Esperaba impacientemente sin ser capaz de callar sus sollozos, pasando una de las manos por la frente, rogando que atendiera.

¿Jungkook?

D-dijiste... Dijiste que estarías para mí sin importar cómo he actuado...

¿Estás llorando? ¿Estás bien, Jungkook? —al escuchar su voz preocupada, no pudo evitar sollozar con más fuerza—. Jungkook, dime algo. Me preocupas.

É-él está muerto. Está muerto y no sé...No puedo...—intentó explicar, pero acabó sollozando otra vez y cubriéndose el rostro—. Ayúdame.

¿C-cómo puedo ayudarte? ¡Dime y lo haré!

Jungkook no sabía qué decir, tan solo necesitaba algo que le ayudara a distraerse de todo lo que estaba sintiendo. Negó repetidamente con la cabeza mientras caminaba de un lado hacia el otro en su habitación, sollozando.
Quería decirle que quizás un abrazo podría ayudarlo, que quería escucharla cerca de él y no a través de un celular, pero tampoco sabía si esa era la solución, además de que pensaba que no era correcto, que no aceptaría.

—Solo... Solo ayúdame a distraerme.

¿Cómo...?

¡No lo sé! Háblame de algo, por favor —pidió sollozando—. P-puedes insultarme por todo lo que te he hecho. Hasta eso podría ayudar. Solo... Háblame, Hyesoo.

Jungkook... No sé qué decir, carajo —habló frustrada, por lo que él cubrió su rostro, detestando que no supiera cómo ayudarlo—. ¿Cuándo...? ¿Cuándo te hiciste los piercings?

¿Qué?

Responde.

No lo sé. Creo que... Hace casi un año.

¿Te dolieron?

No lo recuerdo. Solo sé que fui junto a Taehyung luego de perder una apuesta —respondió ahogando un sollozo—. Pero creo que estaba demasiado drogado como para recordar qué sentí. Mi padre se enojó conmigo por tener esto en mi rostro, pero... A mí me gustó.

¿Sabes? Yo siempre he querido el del labio, así cómo tienes tú, pero... Le tengo miedo a las agujas —admitió algo avergonzada.

—Dios, Hyesoo, eres realmente pésima para esto —soltó riendo mientras limpiaba sus lágrimas, observando por la ventana.

Lo sé, pero al menos te he hecho reír un poco. Lo siento, Jungkook.

Necesito uno de tus abrazos —confesó volviendo a sollozar—. Por favor, necesito que estés en el funeral.

Jungkook, no...

Habla con Jonghyun. No lo sé. Pero... Pero necesito que estés allí.

Este esperaba impaciente que le dijese que iría, para así poder calmarse un poco, pero pudo escuchar una voz masculina.

Espérame un momento.

Rápido. No te tardes, por favor.

Jungkook caminaba nuevamente de un lado hacia el otro en su habitación, intentando calmar su llanto, pero la ansiedad se había vuelto parte de él. Necesitaba que Hyesoo volviese a hablarle, que le dijese que estaría allí para él y volver a sentir sus brazos rodearlo. Anhelaba esa calma otra vez.

—Vamos, Hyesoo —habló frustrado.

¿Jungkook...? —volvió a hablar al cabo de unos segundos, provocando que él sintiese sus latidos acelerarse.

—¿Qué sucedió?

Estaré allí.

¿Q-qué? ¿En verdad?

Mi padre irá por el tuyo, además, Hyeongjun quiere ir por Jonghyun, al igual que yo debería estar para él —explicó algo nerviosa mientras que Jungkook sentía una punzada en su pecho—. Estaré allí. Eso es lo importante.

Abrázame.

¿Qué?

Cuando estemos allí, tú busca cualquier excusa y abrázame. Lo necesito, Hyesoo.

No esperó respuesta alguna de su parte y colgó mientras un pequeño sollozo escapaba de sus labios. Estaba más relajado que antes, pero eso no quitaba que sintiese el dolor instalado en su pecho, y más cuando empezó a dirigirse a su armario para buscar su ropa para el funeral.









(...)















La familia Jeon se encontraba en el funeral de Kim Seokjin, donde había alrededor de treinta personas más, además del hermano de este, el cual se veía devastado.
Había amigos de Jaewook, ya que ellos sabían lo importante que fue para él y cuánto debía estar afectándole la muerte de aquel hombre que llegó a considerar su hermano.

Escuchaban al sacerdote hablar y hablar, Jaewook sin dejar de ver el cajón donde yacía el cuerpo sin vida de Seokjin. Pues, él se había encargado de contratar a un hombre de su confianza para que así pudiese quedarse tranquilo de que jamás volvería a acercarse a Jungkook.
No le había bastado con que declarara al igual que él para que no hundiera a Jungsuk, tampoco le bastaba con saber que se iría lejos. Lo quería muerto, para así lograr estar en paz.

Había visto la filmación una y otra vez, como quería bajarse del coche para caminar hacia el aeropuerto y marcharse, pero una motocicleta se acercó. Aquel hombre con su rostro cubierto con el casco, apuntó por la ventanilla la frente de Seokjin, para luego dispararle y marcharse, escuchando el grito de susto del taxista, como de las pocas personas que había cerca. El ver que había cumplido hizo que Jaewook se sintiese en paz al saber que, quizás, eso aliviaría el dolor de su hijo, aunque al ver cómo reaccionó, comenzaba a debatirse si había hecho bien.

A un lado de él, se encontraba Jonghyun, el cual tenía un nudo en su garganta mientras observaba la gran fotografía que había de Seokjin. Este salía sonriendo, llevando uno de sus típicos trajes ceniza.

Detestaba el hecho de ya no poder recordarlo como aquel hombre al que adoraban como si fuese realmente su tío, detestaba ya no poder sentir lo mismo con sus recuerdos felices, porque solo sentía rabia y un gran dolor.
A su lado se encontraba Hyesoo, por lo que este al saber que estaba a nada de romper en llanto, de manera cautelosa, acercó más su mano a la de ella, entrelazando lentamente sus dedos. Sintió la mirada de sorpresa de ella porque quedaron en que él tomaría distancia por más días de los que ya había pasado, pero en ese momento, el tenerla cerca, lo ayudaba.

Hyesoo tragó con dificultad, sin saber qué hacer al respecto, por lo que observó de reojo a su mejor amigo. Park Jimin estaba allí, a un lado de Jeon Jungsuk, que tenía la mirada baja con sus facciones endurecidas. No sabía para nada cómo sentirse, es más, llevaba días sin saber cómo se sentía porque un gran vacío lo había invadido.

Cuando el Sacerdote dejó de hablar, Jungkook, que se encontraba a un lado de su padre, se acercó tembloroso, escuchando cómo este se acercaba al hermano de Seokjin para así darle el pésame. El pelicorto cayó de rodillas en el césped, rompiendo en llanto, observando el cajón frente a él, el cual tenía rosas encima como también tierra.

—Ven aquí —escuchó esa voz masculina, que provocó que levantara la mirada.

Al ver a Jonghyun, que se colocaba en cuclillas envolviéndolo en sus brazos, no dudó en aferrarse a él, apoyando la cabeza en su pecho. Sollozaba mientras Jonghyun acariciaba su espalda, diciéndole que lo dejase salir, aunque él tenía sus ojos cristalinos.

Jonghyun levantó su mirada, encontrándose con la de Jungsuk, el cual los observaba con el semblante serio sin expresar emoción alguna. Sabía perfectamente que él estaba llamándolo con la mirada, que quería que se uniera a aquel abrazo para así calmar a Jungkook, pero estaba completamente negado.

—Deberías acercarte —opinó por lo bajo, Jimin.

—No me importa —expresó en seco, alejándose.

Hyesoo observaba a los hermanos abrazados, cómo Jungkook, sollozando, se aferraba a Jonghyun, que intentaba mantenerse fuerte para él. Eso provocaba que la fémina sintiese una presión en su pecho, porque a pesar de todo, no le gustaba ver a Jungkook de esa manera. Prefería verlo comportándose como un patán, pero no pareciendo destrozado.

—¿Qué le sucede a Jungsuk? —preguntó por lo bajo y colocándose a un lado del rubio que también observaba a los hermanos juntos.

—Sigue demasiado molesto con Jungkook. Tuve que obligarlo a venir para que no tuviera más problemas con su padre —explicó frustrado.

—¿Crees que pueda perdonarlo en algún momento?

—¿Te soy sincero? Creo que ya no hay manera de que vuelvan a estar bien —respondió conectando sus miradas—. Jungsuk está lleno de odio hacia su familia. Y si te soy sincero, lo entiendo.

Hyesoo presionó los labios sin saber qué decir, pues sabía que Jimin estaba más que informado que ella sobre lo sucedido, y que él siempre iba a ponerse en el lugar de su novio, por lo que si estaba de acuerdo con su manera de actuar, era por algo.
Ella volvió a dirigir su mirada hacia Jonghyun y Jungkook, sorprendiéndose al ver al último mencionado acercarse, mientras el pelilargo se acercaba a su padre y al hermano de Seokjin para darle el pésame.

Jungkook la observó con su rostro enrojecido y empapado de lágrimas mientras su labio inferior temblaba, lo que hizo que su corazón diese un vuelco. No lo dudó siquiera un momento cuando se acercó a él, sintiendo cómo se aferraba a ella con fuerza, apoyando la cabeza en su hombro, sin importarle estar incómodo por la diferencia de altura.

—Gracias por estar aquí —dijo entre sollozos.

Hyesoo no dijo nada en absoluto porque la realidad era que se lo hubiese pensado más de cinco veces el presentarse si no fuese porque Jungkook se lo pidió. Tan solo estaba allí porque quería darle aquel abrazo que él dijo necesitar.

Giró un poco su cabeza, observando cómo ahora Jonghyun era abrazado por Hyeongjun, por lo que tragó con dificultad. Se decía que debía soltar a Jungkook, pero no era capaz al sentir cómo se aferraba a ella como si realmente necesitara ese abrazo y quisiera ser capaz de fundirse en ella. Así fue hasta que vio a Jonghyun acercarse con el semblante serio, lo que provocó que sus latidos se aceleraran por los nervios.

—Hey, Jungkook...—habló Jimin, tomando su brazo, lo que hizo que este girara a ver a su hermano acercarse.

Jungkook sintió cómo Jimin lo abrazaba, por lo que le correspondió bajo la mirada de su hermano. Hyesoo levantó la suya, conectándola con la de Jonghyun, que la tomó de la cintura para abrazarla. Se sentía realmente incómoda, pero sabía que él también debía estar afectado, por lo que decidió corresponder a su abrazo pasando los brazos por sus anchos hombros.

Podía sentir cómo este acariciaba la parte baja de su espalda, acomodando su cabeza tal cómo había hecho Jungkook. Eso provocó que ella fijara su mirada hacia el frente, observando cómo Jungkook aun abrazando a Jimin, estaba mirándola a ella con sus ojos enrojecidos e hinchados.

Así se mantuvieron por un momento hasta que Jonghyun se separó, entrelazando sus dedos para poder alejarse un poco de las personas, por lo que ella estaba nerviosa al no poder seguir sintiendo la mirada de Jungkook.

—¿Qué sucede? —preguntó preocupada, notando que no era capaz de mirarla y sorbió su nariz.

Jonghyun parecía estar inseguro de hablar, por lo que se acercó más a él, acunando su rostro, limpiando sus lágrimas con los pulgares mientras este la miraba angustiado. Eso hizo que la castaña sintiese unas intensas ganas de abrazarlo, porque se veía realmente tan frágil, como si la necesitara realmente.

—Hey...

—Lo siento —murmuró de manera casi inaudible.

—¿Por qué? —preguntó arrugando levemente la frente.

—No debí pedirte que nos alejáramos.

—Pero...

—Te necesito —confesó con un hilo de voz, como si estuviera por derrumbarse, por lo que ella lo abrazó siendo correspondida rápidamente—. Te necesito, Hyesoo.

—Estoy aquí para ti —dijo con suavidad, acariciando su espalda.

—Lo siento...

—Ya, no te disculpes. Lo entiendo —aseguró separándose un poco para volver a acunar su rostro, notando sus ojos cristalinos.

—¿E-estamos bien? ¿Estamos juntos otra vez?

Ella al notar su inseguridad, juntó sus labios en un pequeño beso, para luego volver a abrazarlo sintiendo cómo se aferraba a ella, sollozando por lo bajo.
En ese momento, Hyesoo tan solo podía pensar en que quería estar realmente para él, darle aquel apoyo que parecía estar necesitando. Y es que, la verdad era que comenzaba a darse cuenta de que quería estar con Jonghyun, que sus sentimientos parecían estar intensificándose con cada día que pasaba y notaba que los de él eran verdaderos. Y si quería estar con él, debía darle un fin a todo lo que tuviese que ver con Jungkook, porque este aún estaba instalado en su corazón y seguir a su lado podría significar que no le dejara espacio alguno a Jonghyun.

Pero ¿era realmente capaz de volver a poner distancia, notando que Jungkook parecía buscar la cercanía y demostrar un comportamiento completamente distinto?

A unos pocos metros, se encontraba Jungsuk, el cual había decidido estar solo y esperar unos pocos minutos para así marcharse. Pero este fijó su mirada a dónde estaba su novio, sintiendo cómo su sangre hervía al verlo abrazando a Jungkook. Tenía la intención de acercarse allí para separarlo y marcharse de una vez, hasta que para su sorpresa, una voz masculina lo detuvo.

—Tú, ven aquí.

—¿Qué quieres? —preguntó exhausto, acercándose a su padre.

—Quiero que estés presente en la cena —mencionó provocando que se sorprendiera.

—¿Yo?

—Tenemos que estar para Jungkook, ¿me entiendes?

—¡Claro! Siempre es Jungkook o Jonghyun —dijo agrio—. No voy a estar. Olvídalo.

—Vas a estar presente lo quieras o no. Y no te atrevas a llevar contigo a ese...

—Tú no te atrevas a insultarlo o no iré —advirtió endureciendo sus facciones—. De todas maneras, no me importa Jungkook.

—Entonces, haz que se vaya de aquí. No tiene porqué estar presente.

Jungsuk, sin más, comenzó a caminar con rapidez logrando llamar la atención de Jimin que hablaba con Hyeongjun. El rubio rápidamente se acercó a Jungsuk, preocupado al notar que no estaba para nada bien, pero esa preocupación fue reemplazada por la sorpresa cuando este tomó su mano, entrelazando sus dedos.

—¿Q-qué haces? —preguntó con temor, queriendo soltar su mano, pero él no se lo permitió.

—Ya no me importa absolutamente nada, Jimin —expresó sin mirarlo, aún caminando hacia su coche—. Te dejaré en el departamento y luego iré a esa casa para la cena. Es lo último que haré por ellos.

















(...)








Jaewook había tocado la puerta de la habitación de Jungkook, informándole que la cena estaba lista, ya que al haber llegado del funeral se quedó encerrado allí. No sabía cómo poder acercarse a su hijo, cómo hacerle saber que realmente estaba para él, pero estaba intentándolo.
Jungkook solo se había quitado la chaqueta negra y la corbata, intentando respirar mejor. Acabó sentándose a un lado de su cama, con los brazos apoyados en las rodillas y su cabeza en estos, sin llorar, solamente perdido en sus pensamientos.
Al escuchar a su padre, decidió salir para cenar, intentando demostrar estar un poco mejor, encontrándose con Jonghyun que lo observó sorprendido de que bajase. Pues, luego de lo que había sido el funeral, no creyó que fuese capaz, por lo que tuvo todo el tiempo el impulso de subir y estar para él, pero se les hacía difícil aquella situación.

Cuando los tres tomaron asiento, los hermanos al ver un plato de más, se sorprendieron de ver llegar a Jungsuk. Jungkook lo miró ilusionado, pensando en que quizás todo podría estar resolviéndose entre su padre y él, así que también podría tener una oportunidad. Pero tan solo dijo un "buenas noches", para luego tomar asiento, Jonghyun notando cómo se encontraba con sus facciones endurecidas, ignorándolos por completo.

Los Jeon se mantenían en completo silencio después de que Jaewook les diera la orden de empezar a comer, esperando que alguno de sus hijos fuese capaz de decir algo, pero eso no parecía pasar. Pues, siquiera él podía pensar algo que decir en un momento así, tan solo comenzó a comer, igual que Jonghyun, mientras que Jungsuk pareció dudar, pero acabó haciéndolo de mala gana.

Todo parecía seguir demasiado tenso, hasta un ambiente asfixiante para los cuatro, pero Jungkook que jugaba con su comida, dejó los cubiertos a un lado del plato. Su visión había comenzado a volverse borrosa y bajó la cabeza sintiendo su labio inferior temblar, sin importarle si alguien de su familia era capaz de verlo de esa manera.
Jeon Jungkook, rompió en un llanto bajo y algo agudo, sintiendo cómo liberaba todo el dolor que se había guardado por años. Recordaba cómo en su peor momento estuvo en un hueco a solas, cómo sus hermanos se reían de lo que le sucedía, como también recibía reproches de sus padres. Esas noches en las que no era capaz de dormir porque su cabeza no se lo permitía y lloraba a solas, destruido, deseando poder olvidarse del dolor con el que cargaba.

Finalmente, su familia sabía lo que había callado por años por temor a que no le creyeran, por temor a que su padre lo rechazara, ya que su madre le había hecho sentir eso. Y ahora el hecho de saber que Seokjin ya no podría volver a acercarse a él, le daba una calma que había necesitado por mucho tiempo.

Todos habían dejado de comer al verlo de esa manera, Jonghyun soltó rápidamente los cubiertos, para así levantarse y rodear la mesa para acercarse a él.

—Todo va a estar bien —aseguró en un murmuro, rodeándolo con sus brazos sintiendo cómo este llevaba una de las manos a su brazo.

—Estamos para ti, hijo —tomó su mano libre que estaba sobre la mesa—. Tu familia siempre va a estarlo.

Jonghyun levantó la mirada, encontrándose con la de Jungsuk, el cual los miraba todavía con su facciones endurecidas. Este le indicó que se acercara, que también se uniera a ellos porque Jungkook necesitaba creer en sus palabras, pero el de gafas solamente se levantó para voltear y marcharse.

—Ya vuelvo con ustedes —informó levantándose, Jaewook.

Este con sus facciones endurecidas por la rabia, comenzó a seguir a su otro hijo, viéndolo caminar hacia la salida con rapidez.

—¡Jungsuk!

Parecía no escucharlo o fingir no hacerlo, ya que salió de la casa, por lo que el hombre apresuró su paso y bajó las escaleras viendo cómo caminaba hasta su coche.

—¡Ven aquí, Jungsuk!

El joven giró la cabeza pasando la lengua por el interior de su mejilla, encontrándose con el semblante serio de su padre que estaba a una corta distancia. Rodó los ojos, guardando las manos en los bolsillos de sus pantalones negros mientras se acercaba a él.

—¿Qué quieres?

—¿Cómo puedes irte así cuando Jungkook nos necesita? —preguntó entre dientes.

—Si vine aquí, no fue para apoyarlo. Fue porque tú así lo quisiste, así que déjame en paz. Ya cumplí con mi presencia.

—¿Además de que fuiste capaz de llevar a tu maldito noviecito al funeral y darle la mano, ahora haces esto?

—¿Qué importa?

—¿Qué importa? —repitió riendo amargo—. No dejaré que arruines mi imagen.

—Pues, si sigues así, él que la arruinará serás tú, papá —recalcó con una sonrisa amarga—. Tú mataste a Seokjin.

—Cierra la maldita boca —ordenó entre dientes—. Tú no puedes hablar de mí cuando no eres más que una decepción para la familia.

—¿Yo soy una decepción? Uno de tus hijos fue abusado por tu falta de atención, mientras que a tu otro hijo tuviste que encubrirlo con la policía, pero yo soy la decepción porque me guste un hombre —habló cínico—. Espera. Cierto que no puedes hablar de Jonghyun, porque lo debe haber aprendido de ti.

—Eres un maldito enfermo y no solo por lo que te gusta. Estás colmando mi paciencia, Jungsuk —advirtió empuñando las manos.

—¿Y qué harás al respecto? ¿Mandarme a matar? Porque eso haces con los que se vuelven una molestia para ti, ¿verdad? —examinó alzando una ceja—. Créeme que me harías un jodido favor.

—¿Cómo puedes decir algo así? —cuestionó entre dientes con sus ojos cristalinos y empuñando su suéter—. No soportaría perder a uno de mis hijos, aunque tú me hayas decepcionado de esa manera.

—Como digas, papá.

—Lo único que lograrás es que tengas que conseguir un empleo para que puedas mantenerte —advirtió sorprendiéndose cuando este soltó una risotada burlona—. ¿De qué te ríes, idiota?

—Inténtalo, papá. Vamos, hazlo. Desactiva todas mis tarjetas y no me des más dinero —lo animó burlón—. Pero cuando los medios hablen sobre que tienes un hijo que se ha desviado de camino y le encanta los hombres, será tu jodida culpa —apuntó alzando una ceja—. Ya no tengo que perder, pero ¿tú? Tú solo sabes hablar de que quieres que mantengamos tu apellido en alto, así que no hagas que dé verdaderamente de qué hablar.

—¡¿Qué carajos pasa contigo?! —exclamó enfurecido.

—¡He llegado a mi límite! ¡Ya no me interesa absolutamente nada! —respondió con los ojos cristalinos—. Siempre me hiciste a un lado, y si ahora quieres seguir jodiéndome la vida, yo te lo devolveré aun peor. Ya no te tengo miedo, papá.

Jaewook lo miraba atónito mientras este retomaba el corto camino hacia su coche, para así subirse a este, aún mirando a su padre. Empuñó las manos teniendo el impulso de volver a acercarse para reprocharle, pero lo vio marcharse, lo que hizo que soltase un suspiro de frustración porque ya no era capaz de reconocer a su hijo, al cual siempre había considerado débil y hasta raro, como hacían las demás personas.
















(...)














Para Jonghyun era otro día más que no se presentaría a la Universidad, menos por lo sucedido ya que eso le llevaba a pensar y torturarse. Este no pudo seguir en su habitación al comenzar a perderse en sus recuerdos que lo hacían tensar, por lo que se levantó. Caminó cautelosamente por el pasillo, sintiendo lo pesado que llegaba a ser el silencio, pero al llegar al final del pasillo, levantó la mirada. Allí se encontraba el ático, por lo que tragó con dificultad al recordar lo que había confesado Jungkook. Y él llevaba meses sin subir porque también le traía recuerdos, pero aun así, observando la escalera plegable, cerró los ojos por un momento y se convenció de subir, lo cual hizo de manera lenta e insegura.

Al estar arriba, encendió la luz, sintiendo cómo se estremecía al escuchar el rechinar de la madera, ver cómo todo parecía estar lleno de polvo. Había cajas apiladas y otras que lo rodeaban, por lo que tragando con dificultad, se acercó a una que estaba frente a él.
Al abrirla, encontró cuadros de fotografías, por lo que sintió su estómago revolverse al ver que era una dónde salía junto a Haesun.

La rubia salía con una gran sonrisa y sus ojos cerrados, mientras este tenía las manos colocadas en su cintura, riendo.
Al darse cuenta que esa caja estaba llena de cuadros junto a ella, como también alguna que otra prenda de ropa de ella, hizo la caja a un lado. En el momento que vio la pequeña de atrás, no pudo evitar tensarse mientras mordía el interior de su mejilla.
Se inclinó hacia adelante para tomarla, debatiéndose sobre qué hacer, pero decidió levantarse para caminar hacia las escaleras. No podía estar un segundo más allí, menos sintiendo lo frío y oscuro que se sentía desde que había guardado esas cajas allí y lo que confesó Jungkook.

Una vez de regreso a su habitación, colocó la caja en la cama, caminando de un lado hacia el otro mientras la observaba. No sabía qué hacer, ni porqué se había dejado llevar por aquella voz en su cabeza, ya que lo menos que quería era revivir aquellos momentos. Pero tomó una bocanada de aire y decidió abrirla, sacando todas las fotografías. Se decía que no debía hacerse eso, que era demasiado masoquista, pero necesitaba ayudarse a recordar.

Aquellas fotografías que había tomado él todo el tiempo que llevaban juntos, ya que desde que su padre le había comprado una cámara, comenzó a hacerlo porque era algo que disfrutaba. Hasta solía ir a lugares con Haesun para poder capturar paisajes, pasando buenos momentos junto a ella.

Jonghyun sintió que un nudo se formaba en su garganta al ver una fotografía de Haesun donde posaba para él, teniendo detrás de ella había una cascada. Siguió pasando las fotografías, sintiendo cómo el dolor aumentaba y las lágrimas se asomaban, ya que al ver aquellos orbes oscuros con esa pizca de perversidad que lo volvían loco, al igual que su gran sonrisa, revivir los buenos momentos, provocaba que se odiara.

Quería acabar con él mismo.

Pero, al seguir pasando, su frente se arrugó levemente al notar cómo en una salía Jaewook, Jungkook y Haesun. Recordaba esa tarde perfectamente ya que había sido un día de campo, y cuando tomó la fotografía, Jungsuk se encontraba a su lado hablándole.

Jonghyun sintió cómo una inquietud comenzaba a instalarse en su pecho al ver cómo Haesun salía como si estuviese hablándole a Jaewook, el cual observaba hacia el frente, mientras que Jungkook observaba a Haesun, con su semblante serio.

Tenía una mirada que se le hacía particular a Jonghyun.

Decidió seguir pasando las fotografías, dándose cuenta de que en la mayoría, aunque todos saliesen distraídos, en dónde estaba Jungkook y Haesun, este siempre parecía mirarla.
Jonghyun decidió dejar las fotografías a un lado, llevando las manos a su nuca mientras suspiraba, diciéndose que debía estar perdiendo la cabeza. Necesitaba desaparecer aquellas ideas locas de su cabeza, porque Jungkook jamás hubiese sido capaz de algo así.

Unos toques en la puerta provocaron que se tensara y observara aquella caja en su cama, tragando con dificultad. Su voz no salía y no sabía qué hacer, sintiendo sus latidos acelerarse cuando la puerta se abrió, pero cuando vio a la castaña, volvió a relajarse.

—Hey, ¿qué sucede? —preguntó preocupada al notar lo tenso que estaba. Al ver la caja y las fotografías en su cama, arrugó levemente la frente—. ¿Qué haces?

—Sigo intentando recordar —respondió en un murmuro casi inaudible.

—Jonghyun...

Giró la cabeza para volver a verla mientras mordía el interior de su mejilla. Eso no podía dejarlo tranquilo, y ahora que pensaba en Jungkook, solo podía preguntarse en lo que pudo ser capaz, en lo que pudo haber pasado entre ellos sin que él se diera cuenta.

¿Podía esperárselo de Haesun? La respuesta era sí.

¿De Jungkook? De solo pensarlo sentía su corazón romperse en miles de pedazos.

No quería pensar que algo pudo haber llegado a pasar entre ellos, porque ya tenía suficiente con lo que sospechaba en un comienzo. Quiso seguir buscando más pruebas para así confirmar que pudo haber existido algo entre ellos, pero no había absolutamente nada extraño, y eso solo provocaba que se sintiese enloquecer.
Pues, Jungkook fue quién los presentó en un bar y pareció no haberse molestado cuando le dijo que aquella rubia era la de su interés, no la castaña que la acompañaba.

Jungkook jamás sería capaz de traicionarlo.

—Hey, estoy aquí para ti —volvió a hablar, dándole un apretón a su mano.

—No puedo hablar de esto contigo —murmuró ignorando su mirada.

—¿Por qué?

—Tengo miedo de que ya no quieras volver a saber de mí.

—¿Qué? Eso jamás pasaría.

—Con esto podría pasar, porque ya no me verías con los mismo ojos —aseguró ahora él dándole un apretón a su mano.

—Jonghyun, en verdad, eso no va a pasar.

Hyesoo sabía perfectamente de lo que podría llegar a tratarse, ya que podía ver el miedo en sus orbes oscuros, lo cual hacía despertar demasiado su interés. Necesitaba saber lo que fuese que llevaba ocultando y que lo tuviese de esa manera.
No sabía a dónde quería llegar, menos el riesgo que podría llegar a correr si lo sabía, pero es que tampoco pensaba en eso. Simplemente, quería saber todo lo que podrían llegar a ocultar los trillizos Jeon.

—Si te lo digo, júrame que no te alejaras de mí y que guardarás el secreto —pidió observándola fijamente.—Júralo, Hyesoo —ordenó tomando también su otra mano.

—Lo juro, Jonghyun —asintió. Decidió creer en ella y soltó sus manos para tomar las fotografías.

—Mira esto —ordenó entregándole las fotografías.

—¿Qué sucede? —arrugó levemente la frente, comenzando a pasarlas sin comprender a dónde quería llegar.

—¿Y si Jungkook me traicionó? —preguntó con algo de temor mientras que Hyesoo sentía cómo su estómago se revolvió de los nervios al ver cómo Jungkook la miraba en una fotografía.

—¿A-a qué te refieres? —titubeó por más que intentó que su voz saliese normal.

—¿Sabes? El último tiempo que estuve con Haesun, comencé a sospechar que ella... Ella estaba viendo a Jungsuk con otros ojos —confesó cerrando los ojos por un momento mientras inclinaba su cabeza hacia atrás, como si estuviese perdiéndose en sus recuerdos por cómo se tensaba.

—¡¿Jungsuk?! —preguntó sorprendida.

—Su forma de mirarse, la manera en la que ella siempre se acercaba a él y lo nervioso que se ponía Jungsuk —explicó por lo bajo, empuñando las manos.

—Q-quizás estás mal...

—No. Jungsuk parecía llamar más su atención que yo.

—¿Nunca interviniste para saber qué sucedía entre ellos? —arrugó levemente la frente, escuchando una risa amarga de su parte.

—¿Cómo podrías llegar a aceptar que un hermano te puede traicionar de esa manera? —cuestionó cínico—. Solo... Solo decidí convencerme de que eran mis malditos celos que me hacían querer perder la cabeza, pero ¿ahora? Ahora ya no sé si eso era tan solo mi imaginación.

—N-no... No puedo creerlo de él.

—Ahora no sé si Jungkook fue el que pudo traicionarme.

—Jonghyun, esto es demasiado. Quizás solo son tus celos...—opinó entregándole las fotografías.

—Jungkook la conoció antes que yo. Pueden haber muchas cosas de las que no estoy enterado —aseguró alzando una ceja mientras sus ojos brillaban por las lágrimas que comenzaban a acumularse.

—Quizás... ¡No lo sé, Jonghyun! —exclamó frustrada—. Pero debes estar mal...

—¡Jungkook y Haesun empezaron a mantener distancia cuando le pedí ser mi novia! ¡Siquiera parecían ser amigos como ella y Jungsuk, cuando antes sí lo eran! —explicó exaltado—. ¡Pero siempre sentí que había algo extraño, y su forma de mirarla en estas malditas fotografías solo me hacen creer más en eso!

Ambos se quedaron en silencio luego de eso, ella observando cómo el pecho de él subía y bajaba por su respiración pesada. Tomó asiento en la cama, cubriéndose el rostro con una de las manos, intentando mantener la calma. Sus lágrimas brotaban silenciosamente, y ella no era capaz de imaginarse el dolor que podía llegar a estar sintiendo al pensar en que sus hermanos podrían haber sido capaz de traicionarlo.

Hyesoo no podía creer que algo así sucediera, aunque por lo que él le decía, había posibilidades. Además de que no conoció en absoluto a Jang Haesun, y solo sabía lo que se decía. No podía creer en eso cuando siempre exageraban todo lo que se hablaba, pero si Jonghyun decía que de ella podía esperarse aquella traición, entonces, lo que se decía podía llegar a ser cierto.

Hyesoo tomó su mano para llamar su atención, por lo que levantó la cabeza dejando notar sus ojos enrojecidos y acumulados de lágrimas, así que ella rápidamente lo abrazó. Sintió cómo este la envolvía con sus brazos, apoyando la frente en su hombro, sintiéndose demasiado agotado.
Ya no quería que su cabeza siguiese creando escenarios imaginarios de Haesun con sus hermanos, porque solo lograba que sintiese cómo la rabia lo invadía, al igual que el dolor y un gran resentimiento hacia ellos.

—¿Jonghyun...? —su voz salió algo débil por los nervios.

—¿Qué?

—¿Q-qué sucedió con ella?

Hyesoo pudo sentir cómo Jonghyun se tensó entre sus brazos, para luego enterrar sus dedos en la espalda de ella, aferrándose aún más como si tuviese miedo de que lo soltara. Eso provocó que la castaña sintiese algo de temor por la que podía llegar a ser su respuesta, porque ella había estado más que convencida de que Haesun, simplemente, decidió desaparecer para llamar la atención.
Eso era algo que se decía, la forma en la que siempre le había gustado llamar la atención de las personas, ya fuese por rumores que ella misma creaba a propósito o por lo que permitía que inventaran. Le encantaba estar en boca de todos, no importaba cuál fuera el motivo.

—No sé qué sucedió. Juro que no —respondió con un hilo de voz mientras se separaba unos centímetros, mirándola lleno de desesperación—. S-solo recuerdo que mis hermanos estaban conmigo, pero... Pero ya era tarde...

Lo observaba atónita, intentando procesar toda la información que recibía, sintiendo ganas de huir mientras Jonghyun cerraba los ojos con fuerza, recordando que hasta parecía haberse atrevido a dañar a sus hermanos, porque llevaban cicatrices en su rostro por esa madrugada.
La tomó de la muñeca mientras sus lágrimas brotaban, no solamente porque aún le dolía hablar sobre lo sucedido esa madrugada, sino también, por el miedo que sentía de que Hyesoo pudiese querer alejarse de él al saber lo que había hecho.

—¿L-la mataste? —preguntó en casi un murmuro inaudible, mirándolo acusatoriamente.

—¡No! —respondió rápidamente por miedo, pero al saber que ella no le creía, sollozó—. ¡No lo sé! ¡¿Está bien?! ¡No sé qué sucedió!

Jonghyun al ver cómo Hyesoo cubría sus labios con una de las manos, con su mirada perdida y nublada por las lágrimas, sintió que la desesperación y el miedo aumentaba. En ese momento, no podía evitar arrepentirse por completo al haberse atrevido a confesar aquel secreto.
Se odiaba, porque junto a sus hermanos se juraron jamás hablar de lo sucedido sobre esa madrugada. Pero ahora lo había hecho por primera vez, y comenzaba a darse cuenta del riesgo que estaba corriendo por sus confesiones peligrosas.

—¿Hyesoo...? —tomó su brazo intentando llamar su atención y que pudiese calmar sus nervios, pero ella siquiera reaccionaba—. Hyesoo, lo juraste. No me hagas esto, por favor...

—Solo... Solo estoy intentando procesar todo —dijo con un hilo de voz.

—Mírame, por favor —pidió con la voz algo aguda por el llanto contenido.

Cuando ella lo hizo permitiendo que este pudiese ver sus manos temblorosas, y cómo parecía estar temiéndole, sintió cómo la decepción y el dolor se volvían parte de él. Lo menos que quería era que ella pudiese pensar en que era capaz de dañarla, aunque si se detenía a pensarlo, con lo que le había confesado era más que normal, porque hasta él tenía miedo de sí mismo.

—Por favor... No te alejes de mí —pidió bajando la cabeza, soltando un pequeño sollozo—. Por favor, lo juraste.

—N-no lo haré —intentó sonar segura, aunque quería más que nada huir.

Jonghyun, en ese momento, levantó la cabeza mirándola esperanzado mientras sus lágrimas seguían rodando por sus mejillas. Hyesoo, para que pudiese creerle, llevó la mano temblorosa a una de sus mejillas, limpiando sus lágrimas con el pulgar. Intentaba con todas sus fuerzas hacer a un lado su miedo, pero ya no sabía qué pensar sobre Jonghyun.

El pelinegro estaba lleno de inseguridades en ese momento, pero se acercó lentamente a ella, provocando que sus respiraciones comenzaran a mezclarse. La castaña, tragando con dificultad, decidió ceder permitiendo que juntase sus labios.
Jonghyun al sentir cómo correspondía a su beso, sintió cómo el alivio volvía a él, por lo que llevó la mano a su nuca, profundizando el beso para así sentir cómo sus lenguas danzaban. No quería romper ese beso para nada porque le daba la seguridad de que seguiría estando a su lado como fue capaz de jurarle, pero tuvo que hacerlo para recuperar el aliento, quedando a centímetros mientras sus respiraciones pesadas se mezclaban aún con sus ojos cerrados.

—Te quiero, Hyesoo —musitó rozando sus labios.

Al escucharlo sintió cómo se estremecía ante esa confesión, porque ya no sabía si eso podía considerarse algo bueno. O quizás, lo mejor era temer por lo que podría significar que alguien como él tuviera esos sentimientos por ella.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? Ya tocaba que uno se centrara más en Jonghyun, ya que anteriormente tuvimos sobre los otros dos hermanos. ¿Creen que realmente Jonghyun pudo haber sido capaz de hacerle algo así a Haesun? ¿Será que Jungkook sí traicionó a Jonghyun? ¿Jungkook va a intentar ganarse de nuevo a Hyesoo, sin importarle lastimar a su hermano? ¿Ella va a poder seguir cerca de Jonghyun, sabiendo ahora ese secreto?

Espero que les haya gustado el capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

No puedo creer que ya estemos a unos seis del final, soy lágrimas

¡Nos leemos pronto!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro