13.

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—Ve ahora o no sé que te pase si estás más tiempo aquí, JiMin —le Dijo MinHo cabizbajo con una mirada carente de brillo.

Sentía un enorme dolor, sabía que era el suyo y el de YoonGi unidos por la vida que andes tuvieron juntos, había dejado tantas cosas inconclusas a la hora de su muerte pero aún así no se arrepentía de haberse sacrificado para salvar a YoonGi sabiendo en ese punto que el dolor habría sido peor si un día YoonGi y JiMin se encontraban y si él estaba vivo terminaría con un destino peor. Pero le dolía saber aún más que su pareja había terminado por tomar un cargo y responsabilidad por su muerte cuando jamás pensó en hacerle eso, sin embargo verlo en ese estado le dolía más que el día en que le quitaron la vida.

—Yo... Prometo ayudarle con YoonGi, haré en cuanto pueda para ayudarlo a él y sé que si lo ayudó usted también estará bien y podrá descansar—le dijo y MinHo sonrió con lágrimas formándose pesadamente en sus ojos rasgados, era doloroso entregar a la persona que amaba en los brazos se alguien más pero era lo mejor para ellos que aún vivían y podían tocarse.

—Vete ahora JiMin, aún tienes tiempo de hacerlo —dijo y el peli plata sonrió asintiendo suavemente antes de animarse a darle un abrazo al omega castaño, MinHo río sintiendo el temblor del chico seguramente nervioso por haberlo conocido.

—Le gusta que enreden sus dedos en el cabello de su nuca, le gusta que le abraces y respires el aroma de su cuello, le gusta que... que le digas que lo quieres al oído... que tomes su mano y beses el dorso de ella, q-que lo mires a los ojos y... —JiMin lo abrazó aún más fuerte cuando vio que el omega se rompió en un llanto de dolor y desesperación, un llanto que llevaba demasiado siendo contenido.

—Prometo ayudarlo para que ambos estén bien, hyung.

—Eres su destinado, tarde o temprano tiene que caer en tus brazos, y eso hubiera pasado incluso si yo siguiera vivo —dijo con tristeza y JiMin se sintió una mala persona, aún cuando él no tenía ni una pizca de culpa en todo este asunto.

—Prometo ayudarlo.

—Y-yo... Félix yo lo...

—Cállate, Jin —le respondió fríamente sin dejar que el omega terminara de decir lo que quería—. Los había llamado para decirles a todos lo que podría pasar, me golpeaste y casi me matas sabiendo que yo soy quien puede ayudar a tu amigo, ¿Qué mierda tienes en la cabeza? ¿Estás loco acaso?

—No le hables así a SeokJin —se interpuso NamJoon no muy seguro de intervenir pero SeokJin le detuvo poniendo una mano en el pecho de su pareja.

—Lo lamento, sé que hice mal y me avergüenza haberte agredido de esa manera —le dijo y vio de soslayo el rostro herido de Félix que seguía viéndolo con coraje y maldiciendo su nombre entre sus dientes cada que las heridas punzaban en su piel.

—Me iré por hoy, ya estuve bastante tiempo aquí, estaré en mi casa por si me buscan, luego vendré para revisar a JiMin y sin que quieran golpearme —les dijo y se levantó sin dejar que ninguno le respondiera.

—Gracias... —todos posaron la vista en el alfa que acababa de pronunciar esas palabras y YoonGi sólo encogió sus hombros girando su rostro para no ver la sorpresa en los rostros de los presentes.

Félix asintió como respuesta y abrió la puerta mientras salía y tomaba el camino al lugar donde vivía agradeciendo que al menos YoonGi había tomado en cuenta su esfuerzo. Él también tenía una vida y ya había pasado mucho tiempo lejos de su pareja cuidando a los otros por ser unos tarados que no se daban cuenta de lo que provocaban sus acciones.

Lo que le preocupaba era el borde y las almas que vagaban en ese tétrico lugar, pero nada podía hacer.

De sus labios salió un jadeó de horror al llegar a un camino con sangre en el piso y el cuerpo de lo que parecía que alguna vez fue un ser vivo en la tierra.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y cerró sus ojos con fuerza mientras empuñaba sus manos y caminaba entre la sangre que se pegaba a la suela de sus zapatos y creaba un sonido viscoso que hacia que JiMin se pusiera más nervioso.

JiMin...

Decidió que no haría caso al llamado que acababa de oír, MinHo le había dicho que ignorará todo lo que le rodeara y llegará a salvo al mundo al que en realidad pertenecía si no quería que su alma fuera arrastrada por los demonios que vivían libres por esas zonas de putrefacción.

Ven, JiMin...

Sus pasos se fueron deteniendo cuando la voz que lo llamó comenzó a sonar conocida. Sus ojos seguían cerrados y sus manos se escondieron entre las mangas de su camisa.

—¿Y-YoonGi? —Dijo con sus ojos apenas abriéndose y tratando de agudizar sus otros sentidos.

JiMin...

—YoonGi —lo llamó con más firmeza al reconocer su voz.

Ven, JiMin...

—¿Dónde estás? ¡YoonGi! —Sus ojos se abrieron y de inmediato se arrepintió de haberlo hecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas y cayó al suelo sobre sus codos, llenándose de la sangre en el piso.

Era YoonGi, estaba frente a él. Lleno de sangre y su cabello mojado, estaba llorando y entre sus brazos pudo reconocer el cuerpo de MinHo quien tenía una herida en el cuello de la que seguía saliendo sangre y el cuerpo estaba inerte, las mando del omega caían a los lados y su cabeza igualmente, ambos estaban llenos de sangre que escurría por sus cuerpos, y JiMin sintió un terror irreconocible al saber que era la escena de hace cinco años, los recuerdos que más atormentaban a YoonGi.

La guerra y la muerte de MinHo.

JiMin...

—A-aléjate —le dijo cuando YoonGi dio un paso hacía él.

El omega platinado quiso gritar para que alguien lo sacará de ahí, quería irse, quería salir de una vez por todas y estar con sus amigos y familia.

En el rostro malherido de YoonGi se formó una mueca de burla y de repente una risa estruendosa salió de la garganta del alfa, dejo caer el cuerpo de MinHo, pero antes de que tocará el suelo se convirtió en polvo que desapareció en un instante.

Levantó su mirada y vio que ahora YoonGi estaba bien, no había nada de heridas en su cuerpo, solamente esa sonrisa que le daba escalofríos sabiendo que no estaba viendo al alfa realmente.

—¡Aléjate! —Gritó cuando las manos del alfa se aferraron a su cintura y le lastimo clavando sus dedos en la piel tibia.

—¡Aléjate! ¡Sueltame!

Quienes estaban en la sala reconocieron de inmediato los gritos de JiMin. YoonGi estaba en su habitación y al estar más cerca del omega corrió y abrió la puerta de la habitación donde estaba.

El omega seguía gritando cosas que no se entendían, cosas que no tenían un sentido, pero que al parecer eran terribles para JiMin.

YoonGi lo tomó de los hombros y lo sacudió mientras le llamaba una y otra vez por su nombre. Comenzó a sentirse desesperado y su dragón comenzó a gruñir y arañar en su interior al sentir que el dragón del omega estaba igual de angustiado que su dueño.

—¡JiMin! —Le llamó desesperado y en ese momento llegaron todos los demás.

—¡¿Dónde mierda está Félix?! —Les gritó angustiado al ver que JiMin arañaba a lo que fuera que tenía al frente.

—¡Se fue hace unas dos horas!

YoonGi se sintió aterrado, no sabía por qué, él y JiMin no eran nada, solo eran conocidos, ni siquiera eran amigos como para sentirse preocupado por el omega.

De pronto los gritos cesaron y solo dejaron en aquel silencio un llanto doloroso y a un omega con el corazón latiendo desbocado.

Las manos de JiMin se aferraron a las de YoonGi como si temiera que se fuera, temía sentir que al alfa ya no estaba.

Y de pronto, sus ojos se abrieron.

T r e s   d í a s   d e s p u é s...

—¿Cómo está?

—Bien, pero mamá aún está enojada con nosotros.

—Y la entiendo bien, ¿Cómo no se te ocurrió decirle nada cuando estuvieron casi tres días con nosotros?

—Bueno, debe ser por eso, estábamos con usted y ella confía mucho cuando venimos a verlo, ya sabe que es como un hijo más para ella —le dijo JungKook a SeokJin y el omega suspiró.

—Me alegra que tu mamá me tenga esa confianza, además de que solo fuiste una vez a decirle que estarían conmigo, pero creo que ver a sus hijos heridos hará que me muela a golpes cuando me vea —dijo SeokJin y JungKook se rió.

—No creo que mi mamá le haga eso.

SeokJin suspiró un poco más aliviado.

—En dado caso sería mi papá.

YoonGi seguía recordando todo lo que había pasado por su culpa en solo unos días. Casi muere y arriesgo también la vida de JiMin, no sabía si sentirse agradecido o molesto de tener tan mala suerte.

Estaba sentado en su sofá, pensando seriamente si tenía que ir a ver a JiMin y agradecerle por lo que hizo, pero una parte de él se negaba al saber que su familia estaría ahí y probablemente supieran todo lo que pasó y decidieran matarlo como lo hicieron con su raza.

Desde el día en que JiMin despertó, YoonGi no había dejado de pensar y su dragón no había dejado de hablarle molesto reconociendo que debían darle las gracias. Ya ni siquiera sabía porque estaba molesto su dragón si él también había rechazado la ayuda de JiMin e incluso lastimó al dragón omega, pero tal vez él estaba más arrepentido al reconocer su error.

Se sentía frustrado, por lo que decidió que para deshacerse de esa sensación debía de hablar con el omega y darle las gracias como debía de ser haciendo caso al alma de su dragón que finalmente dejo de rugir en su interior.

El día estaba nublado y el aire frío chocaba en su rostro dejando un cosquilleo helado en sus mejillas y nariz haciendo que su piel tomara la vida del color rojizo en esas zonas. Sus manos estaban metidas en sus bolsillos de la chamarra, las personas lo veían pasar y susurraban, si bien no muchos recordaban a los Hell, YoonGi tenía un tipo de «fama» por ser alguien solitario y no por su especie.

Faltaba un poco más para llegar al hogar del omega y eso lo hacia sentirse nervioso, no quería tener esa sensación, pues era la misma que cuando estaba con MinHo, y sabía muy bien lo que esa sensación significaba por eso mismo se detenía en algunas ocasiones y pensaba una vez más si de verdad era una buena idea estar ahí.

Suspiró profundamente y levantó su mano para dar unos suaves golpes en la puerta de madera que estaba frente a él, no tardó mucho cuando una chica castaña le abrió la puerta y dejo ver su ceño fruncido.

—¿Esta JiMin?

—¿Quién eres? —Le dijo ella, aunque por las explicaciones que le había dado su hermano antes de la apariencia de YoonGi, pudo intuir que era él.

—Min Yoon... —no pudo terminar de hablar cuando la mano de la omega golpeó su mejilla con fuerza.

—Eres un estúpido por lastimar a mí hermano, pero pasa, está arriba en su habitación —le dijo y YoonGi tocó su mejilla golpeada.

—Supongo que gracias...

—Irene —completó ella y apunto arriba.

—Bueno, gracias Irene —dijo y subió las escaleras con pena al estar en casa ajena. Parecía que Irene era la única en la casa a excepción de JiMin, de cierto modo agradeció eso porque ver la cara de rosa la familia y enfrentar sus actos le aterró después de la reacción de la omega.

Le hizo sentir más tranquilo que todo estuviera en calma y lleno de soledad.

—¿JiMin? —Lo llamó y dentro escuchó a alguien mover algo.

—¿Quién es?

—Soy YoonGi.

La puerta se entre abrió y dejo ver a JiMin vestido con una pijama y el cabello revuelto, la luz detrás de él lo hacía ver todo su aspecto desaliñado y le pareció curiosa esa faceta de él sin avergonzarse.

—¿Necesita algo, hyung? —Dijo de mal humor.

—Quiero hablar contigo —el omega frunció su ceño y abrió la puerta.

—Mi habitación es un asco en estos momentos al igual que yo, no esperaba visitas y tenía pereza para limpiar —le aclaro y YoonGi no le tomó importancia a la ropa tirada o cosméticos regados por el tocador.

—Vengo a darte las gracias, por haberme ayudado y pedirte disculpas por hacerte pasar malos momentos.

—Creo que mi dragón está más afectado que yo, su dragón lo golpeó y se siente humillado por eso —dijo JiMin y dentro de él sintió a su dragón moverse inquieto al notar la presencia del alfa.

—Lo lamento mucho, pero no estaba pasando por un buen momento y se salió de control.

—Lo sé, pero eso no lo justifica—JiMin se dejo caer en la cama y cerró sus ojos, la pijama subió y dejo ver parte de sus piernas cuando la delgada tela del short se subió a mitad de sus muslos.

YoonGi desvío la mirada y gruño molesto por la actitud del omega, le parecía estúpido lo que estaba haciendo.

—¿Era todo lo que me iba a decir?

YoonGi asintió y JiMin río bajo, se sentó apoyado en sus codos y miró a YoonGi.

—¿Por qué no se queda un rato? —Le dijo y YoonGi entendió el doble significado de esas palabras.

—Jodete.

—Me gustaría que lo hiciera usted por mí —JiMin casi se ahoga con su risa y el sonrojo que delató su vergüenza, YoonGi lo miró mal cuando JiMin se puso de pie y le pasó un brazo por el cuello dejando unos centímetros de distancia.

—Invades mi espacio personal —fue lo que le dijo YoonGi y JiMin sonrió y le hablo al oído con una mueca más de burla que de coqueteo.

—Podemos terminar de romperlo si quiere —la piel de YoonGi se erizó y alejó a JiMin con suavidad poniendo sus manos en los brazos del omega.

—No me toques, ya te agradecí, ahora me voy —dijo y JiMin le detuvo por el brazo y se apego a él y lo abrazó pegando un poco su cuerpo contra el del alfa sintiéndose morir de la vergüenza por dentro.

YoonGi se contuvo para tomar la cintura del omega entre sus manos cuando el aroma del menor se hizo más fuerte, no le había tomado importancia cuando lo conoció pues no le importaba conocer a JiMin, pero ahora que lo ubicaba mejor le pareció tan delicioso y seductor que sintió a su dragón moverse inquieto.

Un aroma a fresas y chocolate amargo.

—Me voy —dijo y JiMin sonrió cuando YoonGi salió de ahí y vio que aspiraba sutilmente su aroma aunque no quería hacerlo.

Irene vio que YoonGi salía casi corriendo y subió a la habitación de su hermano para preguntarle.

—¿Funcionó?

—¡Fue excelente! —Dijo JiMin y la abrazo agradeciendo que le diera esos consejos de «seducción» para aplicarlos con el alfa aunque fueron más como una broma para el alfa al que estaba destinado y también para cumplir el objetivo del concejo.

Sin saber que era más que una simple atracción lo que ambos comenzaban a sentir, tal vez uno más lento que el otro.

Los amo bebés. 💜

1/¿?

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