34.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

El haber girado su rostro fue su perdición. Los pocos segundos en que se distrajo le arrebataron todos aquellos planes que tenía para futuro, uno donde se veía a él y toda su raza siendo líderes.

YoonGi se le tiro encima, arrebatando el cuerpo de JiMin del Sun, WooYoung corrió por él junto a su pareja, los otros aprovecharon la poca posibilidad de ganar para liberarse y seguir peleando.

JaeHyun gruñó y mordió a YoonGi, pero no espero que el Hell hiciera lo mismo y con más fuerza que la suya, mientras los dos apretaban cada vez más para ver quién se rendiría primero. Pero la sonrisa sádica que formó YoonGi aún con sus dientes clavados en la piel del otro, le confirmo que el Hell no daría su brazo a torcer tan fácilmente.

Un árbol cayó al lado de ellos y las llamas de uno de los tantos dragones hicieron que comenzará a arder, sintiendo el gran calor que les golpeaba la cara, las llamaradas fueron tan fuertes que JaeHyun empujó a YoonGi hacía ellas, pero rasgando su piel con los bruscos movimientos buscando quemarlo.

JaeHyun rugió potente cuando los dientes de alguien se clavaron en su cuello por detrás, viendo un dragón carmesí y sus ojos azules llenos de ira.

—¡WooYoung! —Gritó San al ver que JaeHyun se dejaba caer de espaldas contra el suelo y aplastar a WooYoung con fuerza desmedida, sonrió cínico cuando a sus oídos lleno el sonido de algunos huesos rompiéndose y al ver que WooYoung no podía siquiera respirar por el dolor de tener las costillas rotas que perforaban sus pulmones aprovecho aquello intentando golpearlo en esa zona, pero YoonGi los hizo volar a los dos cuando lo arrastró con tanta fuerza que ni siquiera él pudo detener su caída y terminaron rodando varios metros, sintiendo las piedras golpearlos en cada parte del cuerpo.

El Hell logró detenerse y abrió las alas con fuerza para levantarse del suelo, tomando de paso con sus garras las alas del Sun hasta que pudo sentir sus huesos y la sangre correr veloz.

—¡No los toques! —Bramó con furia el Hell mientras lo arrastraba y seguido de eso estamparlo contra una gran roca llena de picos, causando que algunos se clavaran en su espalda y rugiera de dolor.

Contrario a lo que YoonGi quería oír, el Sun solamente se rió de su expresión enfurecida mostrando sus colmillos, una muestra de burla entre los dragones. La rabia creció dentro del pecho del Hell, sintiendo como si el infierno mismo se hubiera adentrado en él y se extendiera por cada fibra, esos ojos que antes parecían ser hechos de sangre pura, eran ahora similares a dos cristales con fuego dentro, tan fuerte que el mismo JaeHyun sintió un escalofrío pasar por su espalda y borrar lentamente aquella sonrisa burlona que había plasmado en su cara con tanto orgullo.

—Déjame decirte que al principio pensaba dejarte en las manos del concejo para que ellos hicieran lo que quisieran contigo, pero ahora lo único que quiero es sentir que cada gota de tu sangre cae por mis manos —le murmuró justo en el rostro, deleitándose cuando los ojos de JaeHyun dieron un ápice de duda y miedo en ellos.

—¿Crees qué podrás lograrlo? Tan solo mírate a ti y tus amigos, todos están moribundos y dando sus últimos alientos de vida, pronto nadie estará contigo para ayudarte y seguirás siendo un imbécil solitario que morirá solo en la miseria.

YoonGi abrió la boca y sujeto el cuello de JaeHyun, haciendo presión cada vez mayor, mientras que el Sun buscaba liberarse y atacar, siendo en vano cuando YoonGi rompió sus alas y solo sus alaridos de desesperación se escucharon tan potentes en todo el campo que los otros se detuvieron abruptamente.

Los ojos de todos se abrieron sorprendidos al ver que JaeHyun era sometido por la raza a la que tanto había odiado desde su nacimiento, aquellos que había jurado superar, torturando a chicos inocentes para satisfacer sus retorcidos deseos de sentir la sangre en sus manos, pero solo la sangre de los Hell.

—¡JaeHyun! —Le gritó alguien entre toda la multitud, era la voz de una mujer y cuando YoonGi la miró de reojo supo que ella sería la debilidad del Sun, sería la persona que podría hacer a JaeHyun clamar por su perdón, rogar porque la dejara vivir.

—Quiero que sientas lo que yo sentí, que sepas todo el dolor que me causaste y lo patética que volviste mi vida... ahora serás tú quien tenga que vivir todo eso. —El Hell sonrió con satisfacción cuando vió que los ojos del Sun se sumían en una profunda desesperación y negaba repetidamente.

—No la toques, maldito imbécil.

Aquello fue suficiente para que YoonGi riera en una carcajada seca que caló en todo el cuerpo de los otros dragones. YoonGi rompió la pierna de JaeHyun y voló hasta la chica, estampando su cuerpo contra el piso y sonreír casi como un psicópata al pensar en todo el dolor que JaeHyun sentiría con la muerte de esa mujer.

—¡No te atrevas! —Por más que JaeHyun hubiera querido evitar que su voz sonara rota, habría sido en vano, pues él solo ver que su hermana estaba entre las garras de un dragón sádico y desesperado por conseguir venganza aumentaban sus nervios hasta que sentía su cuerpo temblar violentamente.

La mujer miro los ojos del Hell y dejó que sus lágrimas escaparan mientras era levantada bruscamente y sentía cada raspón en su cuerpo cuando fue arrastrada por el brazo hasta estar a unos metros de JaeHyun. El Hell lo miró sin una expresión que demostrará duda o arrepentimiento por lo que haría.

—¿Qué es ella para ti?

El Sun lo maldijo entre dientes y ni siquiera se molestó en verlo a él, pues estabaas concentrado en la expresión de su hermana, aquella que no demostraba miedo, sino una profunda decepción cuando veía a su hermano.

—¡¿Qué es ella para ti, imbécil?! —Le volvió preguntar, pero está vez apuntando sus garras al pecho se la mujer, dispuesto a atravesarla con ellas si el Sun no respondía.

—¡Lo es todo, ella es mi única familia! —Le gritó y YoonGi simplemente se limitó a sonreír.

—Adivina qué... mi familia también lo era todo para mí, la raza que tú tanto odiaste fue la única que me dijo que yo no era malo por ser un Hell y que solamente debía cuidarme de los imbéciles como tú que solo buscan poder... y los mataste a todos y cada uno, torturaste a los pocos que quedaban hasta que los heriste gravemente —la rabia que demostraban sus palabras fue oída por JaeHyun, mientras que su hermana pudo distinguir entre ellos la gran tristeza y el dolor que cargaba consigo—, heriste a Kai hasta casi destrozarle la garganta, a SooBin lo dejaste aterrado de cualquier cosa, a YeonJun lo atormentaste tanto que ahora no puede bajar la guardia en ningún momento, TaeHyun y BeomGyu te repudian por todo lo que les haz hecho, por cada maldita tortura y el miedo que les hacías experimentar cada que los llevabas al laboratorio... ¡Tú no puedes hablarme de dolor! ¡No sabes lo que es sentir el maldito vacío en tu pecho, uno que no se puede llenar con nada, la soledad que me hiciste sufrir, perdí todos los momentos que pude formar con mi familia! ¡Mataste a la primer persona que amé e intentaste matar a la que amo ahora! ¡Simplemente no puedo entenderlo, nunca hice nada para dañarte, jamás hubiera pensando en iniciar una guerra si mi familia estuviera aquí! ¡Pero tú... tú...!

No pudo seguir, las lágrimas habían corrido por su rostro casi desde que inicio a hablar, su voz era ahora sólo un lamento de angustia, había sacado todo lo que quería decir desde hace tanto.

—No puedo hacerlo... no tengo el valor para matar a está mujer, ella nunca atentó contra mí... y yo no pienso parecerme a ti, no quiero convertirme en lo mismo que eres ahora.

Cuando la seriedad se hizo presente en su voz, todos temblaron, incluídos sus amigos.

Pero lo más temible de todo aquello, fue ver que un brillo desconocido de color rojo lo rodeaba, mientras que las escamas carmesí que tenía en el cuerpo pasarán a ser negras como todas las demás, un color tan oscuro que sus ojos brillaron como diamantes, pasando a ser morados ahora y su tamaño incrementaba, cada herida que había sido hecha antes se curó y dejó ver escamas relucientes con brillos plateados que se lucían al azar.

—YoonGi... —murmuró JiMin asustado, sin saber qué ocurría en el Hell, sin poder entender por qué sus escamas habían cambiado tan repentinamente, teniendo miedo cuando a todos los otros llegó un aura oscura y dolorosa, una que demostraba cada sentimiento que el Hell había reprimido durante años.

Parece que al fin despertó...

Cuando pasivaprovocactiva me envió un tiktok donde sale está historia me dio una gran inspiración y me dije a mí misma: si no públicas te pegó.

Y realmente les tengo que pedir una gran disculpa, lamento tanto haberme ausentado y dejar esta historia a la deriva, les juro que nunca fue mi intención hacerlo, pero pensar en todo lo que faltaba por explicar y lo demás me ponía nerviosa. En algún punto note que sus expectativas sobre está historia se elevaron, y eso me aterro, pues no sé si estoy cumpliendo con lo que ustedes esperan. 


¿Parte favorita de hoy?

Los amo bebés. 💜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro