5.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


JiMin se quedó estupefacto, no tenía palabras y su expresión era solamente la de asombro. SeokJin se limpió el rostro evitando ver a JiMin al recordar cómo perdió a la persona fue su primer mejor amigo y todo fue gracias a YoonGi que se los presento a él y los demás en un lindo día de otoño cuando las hojas habían teñido de colores tostados el suelo.

—Hyung... y-yo

—¡YoonGi, que sorpresa! Nunca vienes a visitarnos —los dos se giraron al oír a NamJoon hablar y luego ver el pálido rostro de YoonGi asomándose a la casa siendo atrapado por los brazos de NamJoon alrededor de su cuerpo.

—¿YoonGi? —Dijo SeokJin y se levantó para ir a verlo sentado en su sala con las cabellos algo desordenados y una expresión que parecía necesitar compañía y seguramente por eso estaba ahí.

—Hola —les dijo y SeokJin miró a NamJoon y este sólo de encogió de hombros y negó con su cabeza despejando cualquier idea errónea de su pareja.

—¿Quieres comer algo? Tengo tarta de arándanos o JiMin y yo estamos haciendo pastel de chocolate, pero si quieres puedo hacer otra cosa para ti y...

—Lo siento.

—¿Qué? —Dijeron SeokJin y NamJoon al unísono y YoonGi rodó los ojos y bufó tallando su rostro cuando una vez más el sentimiento de culpa lo inundó por ver ese semblante confundido en el mayor de sus amigos.

—Que lo siento, por lo que pasó en el mercado.

—En el mercado... —dijo NamJoon recordando qué fue lo que pasó, pues sinceramente ya lo había olvidado y dudaba poder recordarlo bien si no hacía memoria.

—Yoon no tienes por que disculparte, todo está bien entre nosotros, seguimos siendo amigos, ¿no? —Le dijo SeokJin con dulzura despeinando aún más su cabello, YoonGi asintió y alzó su mirada para ver a SeokJin, pero su mirada se desvío al ver una cabellera platinada asomarse desde la cocina.

SeokJin entonces recordó que JiMin también estaba en su hogar y sonrió para ir a la cocina y traerlo hasta la sala. El rostro de YoonGi se tenso y miró a otro lugar en la casa, JiMin por su parte se sonrojo de sobre manera y bajo su cabeza apenado recordando repentinamente cómo lo había tratado antes el alfa.

La otra pareja pensó que esté comportamiento era algo raro, pero decidieron no decir nada por el bien de su amigo que parecía no estar en su mejor condición.

—YoonGi, él es JiMin, mi amigo.

—Un gusto —dijo cortante.

—Y Minnie, él es Min YoonGi, mi mejor amigo —SeokJin se rió bajito y JiMin realizó una reverencia no tan notable.

—Es un gusto, YoonGi hyung.

El ambiente se comenzó a tornar incómodo y pesado, por lo que NamJoon sugirió comer un poco de la tarta de arándanos que había mencionado antes su novio escapándose de ahí tan pronto como pudo pues odiaba ese tipo de ambientes.

Y pronto estaban todos reunidos en el comedor con un plato de tarta frente a ellos. Tenían una charla entretenida,  sólo que a YoonGi no le apetecía aportar mucho a la conversación pues se enfoco en el sabor del postre o se distraía con facilidad viendo algo más. JiMin notó que de vez en cuando YoonGi le daba rápidas miradas y su rostro se tensaba, comenzó a pensar que tal vez él ya lo odiaba o que se veía mal con esa ropa puesta y había exagerado con su elección.

Pero era todo lo contrario, de hecho, a YoonGi le parecía lindo y no podía evitar verlo una que otra vez, pero no se podía admitir a sí mismo que JiMin era realmente hermoso. Por lo que sólo prefirió comer su tarta y contestar cuando algo se le preguntaba o sentía que su opinión aportaba algo a la conversación.

NamJoon tiro por accidente el jugo de manzana que pronto mojó todo el mantel y SeokJin rodó los ojos y se levantó para buscar una toalla y limpiar, NamJoon se levantó para intentar ayudarlo dejando a los otros dos solos sin saber qué decir en esos momentos.

Pronto la incomodidad volvió y YoonGi gruñó muy por lo bajo al sentirse presionado por querer decir algo y acabar con ese pesado ambiente pero no saber cómo comenzar a hablar con el chico que veía a todos lados menos en su dirección.

—Lo siento —le dijo JiMin de repente y YoonGi lo miro alzando una ceja—. Por lo del otro día, es que creo que usted mal entendió a lo que yo me quería referir.

—¿Y qué buscabas decir, exactamente? —Apoyo su mentón en su palma y moviendo con su cubierto la comida de su plato sin tener la valentía de ver a JiMin.

—Nada sólo... quería conocerlo.

Los ojos de YoonGi se abrieron en grande y en ese momento llegó SeokJin con más jugo y detrás de él NamJoon con dos toallas en sus manos.

—Minnie, ayúdame a limpiar por favor, se esparció por toda la mesa.

—Por supuesto, hyung.

YoonGi quería tomar a JiMin del brazo e interrogarlo, preguntarle por qué quería conocerlo a él que no tenía nada especial un dragón que estaba por extinguirse. Así que realmente no lo podía comprender, le era muy difícil entender que alguien quisiera saber de él, cuando todos en la aldea le temían o al menos los que sabían de su existencia.

Después de haber ayudado a SeokJin a recoger la mesa, JiMin ayudo a lavar los platos sucios y a NamJoon y YoonGi los corrió SeokJin para que no hicieran más desorden diciéndoles que si querían ayudar lo hicieran más tarde durante la cena.

—¿Desde cuándo conoces a Park? —Le preguntó YoonGi a NamJoon y el otro se encogió de hombros sin recordar la fecha ni nada parecido

—Desde que salgo con SeokJin, son muy amigos pero no nos visita mucho.

YoonGi no dijo nada más y miró a la ventana, donde un pájaro amarillo comía las semillas que SeokJin les dejaba en la ventana.

—Oye YoonGi... ¿Q-qué piensas de JiMin? —Interrogó NamJoon nervioso por la reacción que el otro pudiera tomar, sabía que ese tema no era para nada agradable de hablar, pero debía por lo menos hacer un intento por saber la verdad detrás de esas miradas que le dió en la mesa pensando que nadie se daba cuenta.

YoonGi lo miró mal y hablo cortante—. Me parece irritante.

NamJoon sonrió, pues sabía que YoonGi no dijo otras cosas más desagradables, y eso podría significar que JiMin no le caía del todo mal.


Habían pasado ya varias horas desde aquel suceso donde JiMin dijo que simplemente quería conocerlo, YoonGi dijo que ya era hora de tener que irse, pues había pasado una parte considerable del día junto a ellos y su principal objetivo de disculparse había sido cumplido, JiMin miró por la ventana viendo que la noche comenzaba a caer con pereza con su manto azul oscuro y las estrellas comenzar a resplandecer como hermosos diamantes iluminados por la luz.

—No puede ser, es muy tarde, hyung tengo que irme, hasta luego —se despidió de ambos con un abrazo y prometiendo venir en uno de los días siguentes para cocinar algo junto a SeokJin y pasar un rato juntos.

JiMin alcanzo a YoonGi al salir de la casa y dudo mucho en poder pedirle lo que quería.

—Hyung... ¿p-puedo caminar con usted?

El otro suspiró profundamente y se giró para verlo con una fría mirada que al parecer nunca abandonaba a sus ojos. JiMin casi tembló en su lugar al sentir esa mirada tan pesada en él, pero se mantuvo firme decidiendo que no podría dejarse intimidar por un alfa gruñón.

—Te advierto que camino lento y no te llevaré a tu casa —JiMin sonrió en grande y llegó a su lugar dando saltitos y puso sus brazos detrás de él caminando alegre al lado del otro.

YoonGi lo miro de reojo y rodó los ojos al ver como desprendía esa aura de inocencia y ternura. Pero no lo podía admitir en voz alta así que apenas y fue visible cuando elevó las comisuras de su boca en una mínima sonrisa.

—¿Cuántos años tienes? —Le preguntó YoonGi de repente y JiMin sonrío aún viendo los árboles frente a ellos.

—Tengo veinte, ¿y usted, hyung? —Le preguntó aunque él ya sabía su edad.

YoonGi disimuló su sorpresa y miró al frente, JiMin no aparentaba esa edad, él pensaba que tenía dieciocho o incluso apenas diecinueve.

—Veinticuatro.

—Se ve mucho más joven.

YoonGi no le respondió y elevó su mirada al cielo para ver que la luna había aparecido y brillaba con intensidad, alumbrando todo el camino con su luz plateada.

—Disculpe hyung, pero, ¿podríamos salir mañana?

La mirada que YoonGi le dió hizo que un escalofrío corriera por su espalda y pasará saliva con dificultad. No era como las otras miradas frías y malhumoradas, está tenía algo especial, había varios sentimientos en ella y no los podía descifrar.

—¿Por qué?

—B-bueno sólo quiero poder conocerlo y...

—No estoy hablando de eso, ¿por qué te empeñas en estar cerca de mí? Aun cuando te trate horrible el otro día. No te entiendo.

JiMin miró lo con ojos enternecidos y camino unos pasos sonriendo a labios cerrados pensando en las palabras correctas para aliviar esa intriga en la persona que caminaba a su lado en una noche de luna.

—No hay razón, sólo quiero conocerlo, usted me parece una persona agradable.

YoonGi río con sarcasmo y giró su rostro para poder ver el de JiMin.

—Podré ser todo, menos agradable.

—Dudo mucho eso, nunca sabemos cómo es una persona realmente si no nos damos el tiempo y el interés en conocerla a fondo.

YoonGi se quedó mudo, no pudo expresar nada a la poca conversación que habían logrado mantener en el paso de unos cortos minutos. Sólo bajo su cabeza y metió las manos en sus bolsillos. Sintió sus ojos arder un poco y agitó suavemente su cabeza a los lados.

Un recuerdo azotó su memoria como si le arrojaran agua helada en el cuerpo y su mente se inundara de emociones que no le gustaba sentir.

—Una vez... alguien me dijo exactamente lo mismo, JiMin.

A ñ o s   a t r á s...

—¡Abuela, Nani!

—¡Mi pequeño! —Dijo Nani elevando a su nieto en brazos y llenar de besos sus mejillas rosadas por el calor—. ¿Cómo está mi pequeño YoonGi?

—Abuela~ ya tengo nueve años —dijo YoonGi con un puchero y su abuela sonrió.

—Eres un bebé, pequeño YoonGi.

Su abuela lo abrazo con fuerza y le hizo cosquillas en el estómago y pronto la risa de YoonGi inundó la sala con esa sonrisa en el rostro arrugado de su abuela frente a él y sus manos tibias abrazando su cuerpo oliendo muy cerca su bonito aroma de manzana.

—Nani, ¿qué historia me contarás hoy? —Le preguntó cuando dejo de hacerle cosquillas y ella sonrió sentando al menor a su lado a la vez que pasaba su brazo sobre la espalda de su nieto para ambos recargarse sobre el viejo sofá.

—Hoy te contaré algo diferente, hijo.

—¿Qué es?

—Hijo, pronto serás un hombre muy grande y fuerte, te lo apuesto y entonces en algún momento tendrías que formar una familia.

—No lo entiendo, Nani, yo...

—Sshh, no me interrumpas. Bien, ya sabes que en nuestra raza, debemos encontrar una pareja antes de tener treinta años, por que si no la tienes puedes morir por que tu dragón se sentirá solo y entonces dejara de existir dentro de ti y eso te podría matar al igual que su dragón quiso hacerlo, no quiere vivir si no tiene a su pareja, pero... —levantó su dedo y miró a su nieto a los ojos—. Hay una excepción, cuando has pasado por algo doloroso en tu vida, respecto a una pareja que tenías, ya sea que muera o no sea la persona indicada para ti, tu dragón estará muy enfermo, se sentirá muy solo y entrara en una etapa de depresión de la que no podrá salir nunca más, si eres joven puede que sobrevivas uno o dos años, pero si no lo eres, como máximo tienes un mes de vida. Es por eso YoonGi, que debes encontrar a tu pareja y ser feliz. Y si la llegarás a perder, debes de ser feliz con alguien más, o tú y tu dragón morirán. Yo quiero verte siendo feliz antes de partir, entonces debes prometerle a está anciana que amarás a alguien para toda tu vida.

Cada palabra quedó grabada en su mente. Pero lo que YoonGi no sabía, era que su abuela ya sabía lo que él tendría que afrontar en un futuro y era por eso que le contaba esto. Ella presentía que la vida de su nieto podría peligrar en algún momento pero como ella era lo suficientemente vieja no viviría tanto tiempo como para saber qué era aquello o si era solo la idea de una anciana cerca de la muerte.


Los amo bebés. 💜

   

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro