8.

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—¿Qué? —De alguna forma se sintió aún más desesperanzado por las palabras del hombre frente a él, si antes sabía el riesgo que corría su amigo ahora no se sentía lo suficientemente valiente para afrontar la verdad.

—Es eso, su dragón lo está abandonando por la falta de su pareja o destinado, tal vez solamente está cansado.

SeokJin hundió su rostro entre sus manos y lloro libremente sin importarle ya que un extraño lo estaba viendo, había soportado demasiado por tanto tiempo y luchado junto a su amigo para verlo más feliz como para que todo el esfuerzo de YoonGi se fuera como si no fuera nada valioso.

—No puedo hacer mucho por él, solamente puedo despertar a su dragón y neutralizar su dolor. Pero también voy a necesitar la ayuda de un omega para hacerle creer a su dragón que no está solo... ¿Algún candidato?

SeokJin miró con esperanza a los hermanos White. JungKook tragó saliva negando aterrorizado de pasar tiempo con el dragón de ese alfa y empujó a su hermano suavemente sabiendo que principalmente estaban ahí por él.

—De todas formas tenías que hacer que se enamore de ti —le dijo.

—¿Q-qué? Y-yo no puedo hacer eso es que...

—JiMin, a este dragón le garantizó una horas de vida con el estado que tiene ahora, si no quieres hacerlo tú, busca a alguien que acepté, pero debe ser en los próximos veinte minutos.

JiMin miró a Félix, a SeokJin y por último a YoonGi. Se mordió el labio inferior reteniendo el temblor de su labio al sentir que su dragón se alteraba en su interior y no pudo decir más al ver que SeokJin tenía los ojos ardientes de lágrimas que bajaban por el volumen de sus mejillas sin parar.

—Yo... Lo haré.

—Ni se te ocurra moverte o vas a joder todo el hechizo y me largo de aquí, JiMin —lo amenazó Félix dejando las velas, varias hierbas a su lado, un listón negro y un cuchillo. Todo aquello parecía una especie de ritual poco confiable para ellos que solamente eran observadores pero confiaron en que el chico sabía lo que hacía.

—¿T-te tendrás que cortar tú, v-verdad? —Dijo JiMin viendo con temor el cuchillo.

Félix formó una sonrisa burlona y tomó varias de las hierbas para comenzar a revolver sus hojas, pétalos y raíces. Termino de hacer esa revoltura y tomó el listón negro y luego amarrar la muñeca de YoonGi con la de JiMin.


Félix suspiró y de su pantalón saco un frasco de color azul brillante, tomó el tazón de las hierbas y elevó el frasco dejando caer cada gota en las plantas hasta pintarlas con su color.

Se acercó a la cama y se puso al lado de YoonGi. Miró a JiMin y luego al tazón en sus manos como si de repente ya no estuviera tan seguro de lo que haría. De pronto sus ojos se volvieron totalmente blancos y el interior del tazón comenzó a brillar de manera intensa.


—El listón es símbolo de unión. JiMin, quiero que te prepares para esto, entraras a la mente de YoonGi y no es fácil así que corres el riesgo de morir, pero ahí encontrarás a YoonGi, tienes que hacerlo razonar, sé que estará con su dragón por lo que tú irás con el tuyo para protegerte. Hazlos razonar a esos dos... Tú eres su pareja destinada y ese dragón lo sabe.

—¿Félix? ¿Cómo que soy su..?

De pronto todo se volvió oscuro al sentir su palma mojada y sentir la mezcla de las plantas que Félix había hecho junto a un corte limpio en la misma zona con su sangre mezclándose con aquella sustancia que hacía quemar a su piel.

Todo se sumió en una aterradora oscuridad, la mente de YoonGi.

Estaba en un lugar que desconocía, todo era oscuro y sólo podía oír los bajos sollozos de una persona o animal entre un eco atemorizante que no le permitía saber de qué dirección venía el sonido.

—¿Y-YoonGi?

Entre la inmensa oscuridad, el eco que había y su vista cegada sus otros sentidos se agudizaron y pudo oír claramente como si algo corriera y arrastrará algo con él. Sentía todo su cuerpo temblar bajo el miedo de ser atacado por el alfa.

—Y-YoonGi... s-soy yo, J-JiMin.

De pronto vio la sombra de un inmenso dragón alzarse frente a él, tan imponente que un escalofrío lo recorrió e hizo caer al suelo, el dragón rugió e hizo que tapara sus oídos al sentir todo vibrar a su alrededor y ver al dragón abrir sus alas. JiMin estaba muerto de miedo y también de sorpresa y a pesar de la total oscuridad pudo ver como sus escamas tenían las puntas de un color escarlata y la otra parte eran de un negro puro y mate, sus alas eran enormes y JiMin sintió un tremendo miedo al ver los ojos escarlata del dragón, tan intensos como la sangre misma en un color tan vivo y llamativo que te podría hacer perderte en él y caer fácilmente.

En ese momento el dragón se estiró dispuesto a atacarlo y matarlo, pero el dragón de JiMin apareció de la nada y le rugió con todas las fuerzas que tenía para intimidarlo, pero el Hell solamente retrocedió unos pasos y con su cola golpeó al White, JiMin sintió sus ojos llenos de lágrimas al ver a su dragón caer de lado y entrecerrar sus ojos azules, el Hell estaba dispuesto a acercarse y acabar con él, pero JiMin se puso al frente de su dragón y extendió sus manos a los lados y gritó:

—¡No! —El dragón lo ignoró y JiMin de reojo pudo ver que detrás del Hell, a unos metros en un rincón, estaba YoonGi, con las rodillas hasta el pecho y la cabeza metida entre ellas y las manos enredadas en su cabellera azabache jalando de las hebras con tanta fuerza que sus manos se veían blancas del esfuerzo.

JiMin sintió la impotencia al ver como el dragón se acercaba más a él y su dragón, le dolió hasta el alma escuchas los fuertes sollozos de YoonGi y ver que cada vez hacía más presión en su cabeza.

—¡YoonGi!

El otro lo ignoró y JiMin sintió la pared en su espalda de golpe, el dragón lo había empujado y rugió con  fuerza al ver que el dragón de JiMin se levantó y defendía a su humano. JiMin quiso pedirle a YoonGi que lo ayudara, su dragón no estaba en condición de pelear después del golpe que le dio el Hell haciendo que tuviera una herida en el ala. JiMin lloró y miró a YoonGi, los rugidos de los dragones ensordecieron sus oídos, había mucho ruido, los golpes, el sonido de sus alas abrirse y cerrarse, pero YoonGi no hacia nada para detener a su dragón.


—¡YoonGi, para ya, dile que se detenga!

El otro siguió en la misma posición y sólo bajo sus manos al suelo y lloro con más fuerza escuchándose ahora tan claramente que el menor sintió lastima.

—No puedo pararlo... es como si ya no tuviera poder sobre él —le dijo y JiMin apenas y pudo entenderlo en medio de sus sollozos.

—¡Es tu dragón, claro que puedes! —Le dijo desesperado y YoonGi levantó su cabeza.

JiMin cayó al suelo de la sorpresa al ver que lo que salían de los ojos de YoonGi no eran lágrimas, sino sangre, una tan negra que sintió temor por verlo en un estado que jamás podría haberse imaginado en el alfa.

—¿Y-YoonGi, qué...? —No logro decir nada más, cuando de pronto YoonGi se levantó y camino a él con unos pasos tan lentos que la intriga y el temor en JiMin se incrementó porque no parecía estar en todo su razonamiento, era como ver a un títere siendo manipulado desde sus cuerdas.

Lo tomó de los hombros con fuerza y miró directo a sus ojos azules.

—MinHo... pero tú... tú estabas —YoonGi comenzó a llorar más, y abrazo al cuerpo pequeño de JiMin producto del temor. El otro no entendía nada de lo que estaba pasando, pero por medio del abrazo pudo sentir que YoonGi tenía un fiebre demasiado alta que le estaba quemando en la piel.


JiMin no sabía pero YoonGi comenzaba a alucinar y en él estaba viendo a MinHo su antigua pareja. El dragón de JiMin rugió de dolor y JiMin giró su rostro para verlo en el suelo y el otro dragón encima de él, mordiendo su cuello e inmovilizando su cuerpo con el suyo y no dejar que White se levantara por más que buscaba quitarse de encima al Hell.

—YoonGi... por favor, dile a tu dragón que pare ya... v-va a matar a mi dragón —le pidió y YoonGi de repente puso sus labios sobre los suyos. Se sintió terrible porque esa caricia de labios no iba dirigida a él, ni siquiera el alfa estaba del todo cuerdo para hacer eso.

—T-te extrañe tanto... n-no tienes idea de cuánto tiempo espere para tenerte de vuelta y poder besarte otra vez —le dijo y puso su rostro en la curvatura de su cuello, para el omega resultó doloroso tener que ver una faceta tan vulnerable como esa.

JiMin se quedó quieto, tal vez por el triste momento que estaba creando YoonGi al pensar que él era su antigua pareja o tal vez fue ver que su dragón logro quitarse al otro de encima y cambiar las cosas llevando él ahora el ritmo de la pelea asegurándose de herir las alas del Hell.

El dragón de YoonGi enfocó sus ojos en su dueño y luego vio que esté tenía abrazado a un omega, haciéndolo confundirse y pensar que tal vez peleaba con el dragón equivocado.

—YoonGi, t-tienes que escucharme —le dijo y el alfa sólo se acurrucó más contre su cuello como respuesta—. YoonGi... no soy MinHo, soy JiMin, pero escúchame, estoy aquí, yo estoy aquí para ayudarte, para cuidarte y necesito que entiendas esto, estás mal y todos estamos preocupados, yo estoy contigo y siempre lo voy a estar.

En tan sólo unos segundos, todo a su alrededor pareció entrar en una especie de trance, todo se quedó en un silencio sepulcral, inclusive los dragones habían dejado de pelear. El dragón Hell, se acercó al White y lo inspeccionó con la mirada, olió su aroma y retrocedió bruscamente al reconocerlo. El White ni siquiera se inmutó, se mantuvo firme ante el Hell y espero a que reaccionara. El dragón de JiMin ya sabía la verdad de todo, mientras que la parte humana de JiMin no se lograba dar cuenta aún. Y al parecer, ahora el dragón de YoonGi también sabía la verdad.

JiMin sentía el cuerpo de YoonGi tenso, aún aferrado a él, pero ya no estaba el cariño con que lo había abrazado antes y eso causo que JiMin sintiera una decepción al saber que sólo lo abrazo con todo ese amor por que pensó que era MinHo. En cambio YoonGi intentaba procesar cada palabra que JiMin había pronunciado, entender lo que quería decirle pero por más que lo intentaba solamente una frase estaba grabada en su cabeza y le fastidiaba que sólo pudiera pensar en eso.

«Yo estoy contigo, y siempre lo voy a estar».

Edit 2023: Corrigiendo esto me dió risa cuando el dragón de Gigi reconoció de la nada al dragón de Mimi.

Los amo bebés. 💜   

  

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