15.- La calma y la tormenta

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Mientras Albus Dumbledore estaba siendo sometido a múltiples pociones para ayudar a su mente, Umbra estaba en plenos preparativos para terminar la guerra. Lord Voldemort le había enviado una carta a Thomas a través de uno de los muchos hijos de mortífagos.

La carta decía en pocas palabras que él, Voldemort, era su abuelo y deseaba mucho "conocerlo", integrarlo a la "familia" y todo lo que quería era que llevará con él a su "futuro cónyuge" para estar en "buenos términos". Harry se preguntaba si las pociones de locura habían sido un desperdicio en Voldemort, ya que claramente las dosis fueron menos y más espaciadas en el lunático oscuro que en el lunático de la luz. El efecto no debía ser aún muy evidente, así que solo quedaba su locura innata.

La teoría que circulaba en Umbra sobre la locura de Voldemort, es que la división de su alma, hecha múltiples veces, también afecto su mente y no solo su cuerpo. Sin embargo, la locura era la menor de las preocupaciones de todos.

Todos sabían que Voldemort querría conservar a Thomas si pudiera, pero en última instancia, no le importaría sacrificarlo mientras ganara la guerra. Además, la supuesta ascendencia de Thomas era un secreto a voces, pero nada, fuera del papeleo de los duendes, remitía a una prueba irrefutable de dicha ascendencia. Así que si Thomas debía ser sacrificado, Voldemort siempre podía decir que Thomas solo "fingía" ser su nieto y nada más.

No, lo que ocupaba el tiempo de Umbra era armar varias tácticas para proteger el castillo. A Dumbledore se lo llevaron justo después de las vacaciones de Pascua, así que siguiendo el patrón de años anteriores, se calculaba el ataque para fines del año escolar. Voldemort tenía alguna extraña obsesión con hacer sus ataques justo en los últimos días del año escolar.

Así que Mundungus había compartido su botín de Borgin & Burkes con los otros miembros pero a él se le dio el honor de conservar sus artículos favoritos como la Mano de la Gloria. Mundungus supo cuando le dejaron escoger sus artículos, que había tomado la decisión correcta al aceptar la oferta de Harry. Los gemelos compartieron sus últimos inventos y repartieron el ya conocido "polvo de oscuridad instantánea", imbuido en una pelotita de arcilla que podía ser reventada en el piso para darles a todos una distracción momentánea en un ataque.

Todos tuvieron la sorpresa de que las barreras de Hogwarts habían elegido que no hubiera un director y en su lugar dejó que los 4 Jefes de Casa, tuvieran un mandato conjunto, así que sus habitaciones habían sido modificadas por la magia del castillo y cada uno estaba ahora a cargo de diversas cosas dentro del castillo, teniendo que elegir nuevos Jefes de Casa para el siguiente mandato.

La profesora Sprout ahora era la encargada de la alimentación (incluyendo los cultivos, invernaderos y ganado) y los elfos. El profesor Flitwick estaba a cargo de la biblioteca, los planes de estudio y la documentación. El profesor Snape estaba a cargo de lo referente a salud, incluyendo las prácticas de salud y la enfermería, así como el stock de pociones (que ya manejaba de todos modos) y por último, la profesora McGonagall estaba encargada ahora de la protección de Hogwarts.

Es decir, la profesora estaba a cargo justo de las barreras de defensa y fue cuando se enteró de la profunda traición de Albus Dumbledore para con su deber. Las barreras estaban en un mínimo de fuerza, el calamar gigante era un defensor de la escuela, como en su momento lo fue el basilisco y había recibido la instrucción de no atacar a ningún humano aunque no fuera un alumno, los centauros habían sido alguna vez una especie de Guardabosques que se ocupaban de patrullar el bosque, capturar y/o matar intrusos y recuperar estudiantes dentro del bosque, Dumbledore había cortado terriblemente las relaciones entre la escuela y los centauros.

Las estatuas eran lo único que Dumbledore nunca altero y eso era porque jamás había dado con el hechizo de activación. Minerva dio con él hace unos años pero nunca pudo usarlo o dárselo a conocer a su jefe, por una u otra razón. Ahora Minerva sabía que el castillo no quería que Albus supiera que podía ordenar a las estatuas.

La primera vez que Minerva uso el hechizo, sintió como si una fuerza enorme la inundará y la usará como un conducto hacia algo enorme. Las estatuas en las fachadas del castillo y sus pasillos se movieron una a una hasta reunirse en el patio más grande. A Minerva le recordaban a esos soldados de terracota chinos, cientos de estatuas alineadas, esperando sus órdenes. Golems primitivos, sin parecido a la persona que los conjuró. Estos debieron ser los primeros experimentos y en vez de destruirlos, alguien se los donó a Hogwarts, o fue uno de los fundadores quien los creo.

Al final no importaba, lo único que pudo decir Minerva McGonagall fue: ¡Siempre quise usar ese hechizo!

Los alumnos de Hogwarts que no estaban en Umbra, estaban un poco extrañados de todos los preparativos y no sabían porque los estaba haciendo. Los hijos de mortífagos, solo podían informar de las estatuas, pero no sabían que Severus Snape había preparado calderos enteros, y muchos, de Felix Felicis para dárselos a los miembros de Umbra en viales que podían llevar en sus cuerpos. Un poco de suerte podía hacer la diferencia en una batalla.

Ya estaban en Mayo y Thomas finalmente contestó la carta de Voldemort con un dibujo de una mano con solo un dedo medio levantado. Sabía que Voldemort, aun con toda su propaganda sangrepura, comprendía los símbolos clásicos de su cultura muggle.

Ya solo era cuestión de cuando, no si Voldemort iba a atacar.

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Dado este ambiente tenso, las parejas estaban más deseosas de contacto. Severus y Sirius habían estado yendo y viniendo de Hogwarts a Umbra porque querían tener momentos de intimidad y no querían ser cachados en las habitaciones del profesor... o en su oficina, ya que una vez tuvieron sexo sobre el escritorio del profesor. Fue un buen encuentro pero ambos sabían que se habían arriesgado demasiado.

Thomas y Harry también habían estado teniendo sexo donde pudieran. Ambos sabían que había enormes posibilidades de acabar por fin con la guerra pero no querían que, en caso de que toda esta preparación fallara y perdieran, irse con arrepentimientos.

Draco recibía muchos mensajes de Cedric a través del ópalo y Ron ya había hecho una propuesta de matrimonio a sus dos parejas, para fortuna de Ron ambos dijeron que sí y ahora estaban comprometidos en una tríada. En general, había mucha tensión en el aire a pesar de los momentos de felicidad.

En medio de toda esta tensión entre la felicidad de poder ser "abiertamente" amorosos entre los que tenían la suerte de tener una pareja, surgió una idea para darles una ventaja. El orbe seguramente mostraría el "anzuelo" que Voldemort iba a tratar de lanzarle a Harry. Voldemort confiaba en la aparente "inutilidad Gryffindor" de Harry, así que algo como cambiar sus tácticas contra Harry, ni siquiera se le ocurriría.

Según los análisis con la información proporcionada por Nagini, Rookwood, Avery y los Lestranges, que eran los que estaban más cerca de Voldemort por el momento, los planes del cara de serpiente estaban enfocados en tomar Hogwarts por asalto y distraer a Harry con una visión. En la mente del loco, Harry era su último obstáculo. Ciertamente no pensaba dejarlo vivo, pero le diría a Thomas que si lo haría para obtener su lealtad.

Lucius, que había pasado más tiempo con el loco de todos los presentes, confirmo que ese era el tipo de planes que tenía hasta hace unos meses, pero que era probable que con la última carta enviada por Thomas, este mismo ahora se había convertido en un obstáculo también.

Umbra entonces decidió mudar ciertos artefactos hacía Hogwarts con el fin de tener todo listo, incluyendo el orbe y decidieron que la mejor ubicación táctica por el momento, era la Cámara de los Secretos. Otra cosa que decidió Umbra fue volver a poner las barreras en forma, para cansar un poco a las fuerzas mortífagas que aún le eran leales al loco.

Filius fue comisionado para hablar con los centauros mientras Hagrid intentaba convencer al nuevo líder de las arañas, ya que Aragog había pasado a mejor vida un par de meses atrás. Entre las opciones ofrecidas para una tregua, se había planteado darles comida regularmente a las arañas a cambio de su cooperación y luego mudarlas a un santuario donde pudieran estar más cómodas, ya terminada la guerra.

Ya tenían también algunas armas muggles de largo alcance que tanto Harry como las Brujas de Macbeth estaban seguros de que funcionarían en el mundo mágico, ya que no tenían un ápice de plástico o electricidad. Increíblemente, la idea de usar estas armas vino de Rookwood, quién tenía cierta fascinación con las armas muggles a través de la historia. Era de los pocos mortífagos que en verdad sabían, antes de entrar a Umbra, lo peligrosos que podían ser los muggles para los mágicos, pero sus teorías siempre fueron descartadas en los mortífagos.

No en Umbra. Aquí todos escucharon y con el aval del jefe y el equipo de investigación, muchos ahora estaba intrigados sobre el potencial destructivo de los muggles. Los que ya habían tenido la orientación muggle, no dudaban de las palabras de Rookwood, pero los nuevos reclutas aun no terminaban de entender por qué eran tan peligrosos los muggles, pero lo harían.

Rookwood era tan entusiasta con esto, que por consenso se decidió que él se encargaría de conseguir las armas y cuando a mediados de mayo hizo una demostración de las armas, nadie quedo indiferente. Ciertamente estas armas iban a ayudar contra las criaturas gigantes que traería Lord Voldemort a la batalla como los gigantes y acromántulas que no estuvieran ya en el bosque prohibido. Hagrid finalmente llegó a un acuerdo y las arañas del bosque estaban de acuerdo en ayudar, siempre y cuando se les proporcionara comida y se les llevara a un lugar con mejores presas de caza.

Charlie ya tenía en mente un santuario donde vivían varias especies mágicas y como había una parte rodeada de magia oscura donde ningún animal se había asentado, pensaba que las arañas podrían hacer su nido ahí. Ciertamente había muchas presas, pero también depredadores como los dragones de la reserva. Al final, las acromántulas debían ir donde pudieran reintegrarse a la cadena alimenticia.

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Era la última semana de mayo y los ánimos ya estaban tirantes. Los nuevos directores decidieron adelantar los exámenes de forma que cuando sucediera el ataque, ya no hubiera nada que retuviera a los alumnos de ser evacuados. El ambiente en el castillo actualmente era de cansancio generalizado en la población general y expectante en los miembros de Umbra.

Justo el último día, cuando todos pensaron que el ataque sería entonces en junio, sucedió lo que esperaban. El orbe mental se llenó de una visión donde Thomas estaba siendo torturado en algún lugar que evidentemente no era Hogwarts. Harry reconoció el lugar como el cementerio de Little Hangleton, donde había sido secuestrado en su Cuarto Año. Cuando Thomas apareció inconsciente en Umbra, todas las alarmas sonaron y Harry se trasladó a la sede.

Así que Voldemort efectivamente había optado por sacar a Thomas de la ecuación, aunque noquearlo indicaba que pensaba deshacerse primero de Harry y luego jurarle a Thomas que seguía vivo de alguna forma y forzarlo a jurarle lealtad antes de revelar que estaba muerto. Si no esperara convencerlo, simplemente lo hubiera matado.

Thomas fue despertado por la poción Wiggenweld, ya que los hechizos no estaba funcionando, así que solo quedaban las maldiciones y las pociones. Afortunadamente había sido una poción.

—¿Qué sucedió Tom? —Pregunto Harry cuando su novio estuvo consciente. Se escuchaban las alertas de evacuación por ataque a Hogwarts, mientras las barreras se mantenían muy fuertes ante los ataques de los mortífagos. Durarían un par de horas antes de que sufrieran alguna fractura.

—Fue como esperábamos—Dijo Thomas, conjurando un vaso de agua, ya que sentía su boca algodonosa. La poción debía ser un Filtro de Muertos en Vida, ya que la boca algodonosa era uno de sus efectos y reconoció la poción Wiggenweld, el único remedio conocido del filtro—Iba camino a mi Sala Común y me atacaron por la espalda. Supongo que me dosificaron antes de usar algún traslador encima de mí. Fue una suerte que dejáramos inactivas esas barreras o Voldemort hubiera sospechado—.

—Si, pero gracias al ópalo no debiste permanecer más de unos minutos a donde sea que te enviaran. Ahora veamos el registro del ópalo—Dijo Harry, extendiendo la mano para que Tom le diera su ópalo.

Una vez murmurado el hechizo, el ópalo soltó un humo que se condenso en una esfera semi-corpórea y ambos chicos pudieron ver que el lugar era la casona abandonada de Little Hangleton. Al parecer, Voldemort no pudo conseguir una mejor guarida.

Harry ayudó a su novio a levantarse y ambos dieron sus órdenes a los grupos que comandaban a través de sus ópalos. Sus órdenes entonces fueron pasadas de grupo en grupo y pronto, todos los que iban a combatir de Umbra estaban en sus puestos.

Harry y Thomas regresaron a Hogwarts a tiempo para ver como las barreras eran intentadas atacar por varios magos oscuros. Rookwood había vuelto a las filas de los mortífagos para intentar llegar a Bellatrix y comandar a algunos de ellos hacia la línea de tiro de las armas muggles. Los Lestranges tenían ordenes de dejar sola a Bellatrix y fue una suerte que Voldemort los pusiera en otra locación, lo que evitaría que volaran su tapadera antes de tiempo.

Avery tenía ordenes de Voldemort de mantener a los grupos de criaturas bajo control junto a Mulciber pero las ordenes de Umbra eran acabar con Mulciber y dejar ciertas pociones entre las criaturas oscuras, que haría que pelearan entre ellas, incluyendo devorarse entre ellas. Las acromántulas del bosque prohibido habían sido apostadas al lado contrario de donde atacarían las criaturas de Voldemort, de forma que no se vieran involucradas en la trifulca.

Minerva estaba lista con el ejército de estatuas y finalmente había llegado a un acuerdo con los centauros quienes accedieron a pelear para proteger la escuela, siempre y cuando los nuevos directores honraran el pacto original, lo que incluía la reubicación de las acromántulas (que no eran nativas del bosque) y un lugar aislado para la manada. El calamar gigante y la gente del agua ya habían aceptado proteger la escuela, así que del lado de Minerva todo estaba listo.

Severus Snape había repartido junto a los gemelos y Draco suficientes pociones y armas de humo para ayudar a los combatientes. Remus Lupin tenía ordenes de ir contra los hombres lobo al igual que algunos pocos hombres lobo que cuando se enteraron del cambio de lealtades de los Lestranges y viendo que Fenrir era un lobo depredador sexual, decidieron hablar con ellos y aceptaron integrarse a Umbra. Cuando Fenrir atacará, varios de su manada atacarían a los otros. Remus esperaba tener la oportunidad de darle un par de mordidas al lobo que lo convirtió.

Sirius Black estaba con su disfraz de Orpheus y nadie pensaría que el Slytherin con tendencias Gryffindor era un letal combatiente o que Draco Malfoy estaba con ellos. Blaise Zabini y los Parkinson no eran combatientes pero estarían en Umbra para asistir a los heridos que una vez no pudieran continuar un combate, su ópalo los llevaría directo a la sede.

Mundungus había hecho un grupo amplio de ladrones y pillos cuya mejor arma eran los ataques sorpresa y ellos estaban cerca de Hogwarts pero no tan cerca. Su labor era atrapar a los mortífagos que huyeran y a criaturas que se salieran de control. Gracias a las armas muggles que tenían consigo, eso sería muy fácil. Las redes enormes y las catapultas servirían para los gigantes y otras como las lanzadoras múltiples de flechas/lanzas ayudarían con criaturas como las acromántulas y trolls.

Si Voldemort notó algún cambio en Hogwarts además de las barreras muy fuertes, era evidente que lo pasó por alto. Pensaba que su nieto estaba a salvo en la mansión Riddle y solo tenía que acabar con Harry Potter. Luego conservaría el cuerpo en estasis y le haría creer a su nieto que solo estaba en un sueño profundo por algún hechizo mal dirigido. De esa forma, mantendría la lealtad de su nieto Thomas mientras Harry Potter ya no era un problema.

Así que cuando las barreras finalmente cedieron un poco y un hueco pudo ser hecho en la cúpula de cientos de hechizos, Voldemort no quiso perder tiempo y envió a sus huestes a combatir a los habitantes del castillo. Sus órdenes solo eran respetar a los alumnos de Slytherins, los demás eran un juego libre a menos que se rindieran. Luego tendrían tiempo de separar a los sangresucias de los mestizos y los sangrepura. Voldemort tenía planes para aquellos que decidieran vivir.

Si eran sangrepura, se los daría a algunos de sus mortífagos para reproducirse. Lo mismo si eran mestizos de padres mágicos. Los que fueran de un padre mágico y un padre muggle, dependería del padre mágico (su linaje) o sus talentos si eran usados para la reproducción o alimentarían a las criaturas oscuras. Los sangresucias dependerían exclusivamente de sus talentos para ser entregados a la reproducción o como trofeo de caza.

Voldemort tenía el ojo puesto en la sangresucia amiga de Harry Potter, ya que sus talentos eran bien conocidos. Desgraciadamente su linaje impuro no ayudaría a conservarla aunque pudieran hacerle ver lo errado de sus caminos, pero podría producir un par de herederos junto a su nieto. Convencería al chico de que era necesario para ayudar a su causa, o incluso él mismo la preñaria hasta completar unos 3 o 4 herederos. Necesitaba una bruja poderosa y no había muchas sangrepura que sirvieran para sus propósitos, excepto Bellatrix pero ella tenía la Locura Black en su contra.

Este era un plan que nadie sabía, excepto él, ya que sabía que no había suficientes sangrepura pero no sabía cómo convencer a sus mortífagos de reproducirse con mestizos y sangresucia, al menos hasta llegar a ciertos números. Pero si morían suficientes sangrepura y mestizos, sus mortífagos verían que no había muchos magos y brujas con quienes reproducirse.

Voldemort sabía que necesitaban limpiar su sangre estancada con la endogamia. Él era la muestra de que algo de sangre muggle ayudaba a limpiar la magia enturbiada por los múltiples matrimonios entre parientes cada vez más cercanos. Pero ni de broma iba a revelar su sucio origen. Si algo odiaban más los sangrepura que a los sangresucia, era a los bastardos y Tom Riddle era eso mucho antes que un mestizo.

No, lo mejor era disminuir los números de potenciales cónyuges y luego disfrazar esta reproducción mediante el uso de esclavos dedicados, obtenidos como botín de guerra. Los mortífagos pensarían en esto como algo depravado y divertido, luego verían lo más fuertes que eran sus vástagos de sangre mezclada. Conforme pasara el tiempo, recuperarían sus números y tendrían sangre más fuerte. Luego podrían secuestrar algunos muggles y producir más herederos hasta que no necesitaran más a los muggles.

Voldemort pensaba en sus planes e iba refinándolos mientras sus huestes se abrían paso fácilmente... demasiado fácilmente... fue hasta que uno de sus hombres llegó a los linderos del sauce boxeador que Voldemort pensó que algo estaba terriblemente mal.

Y no estaba equivocado, algo sólido y a gran velocidad atravesó como si nada a este hombre que cayó muerto con la sorpresa grabada en su rostro.

Voldemort sabía que conocía esta... "cosa" extraña que atravesaba a su servidor como una especie de cuchillo largo y sínfilo más allá de la punta... ¡Era una lanza! Voldemort finalmente recordó las lecciones de historia muggle y recordó las lanzas de los asedios.

Pero fue en vano, una lluvia de lanzas cayó sobre sus huestes, diezmando rápidamente sus números. Algunos de sus hombres lograron esquivar la lluvia de lanzas pero cuando llegaron a los exteriores muros del castillo, les cayó aceite hirviendo de algún lado.

Algunos murieron y otros estaban aplicándose hechizos curativos rápidamente al tiempo que huían del lugar. Voldemort ordeno usaran hechizos ofensivos explosivos y aun con toda su potencia, tardar en hacer un hueco en el muro exterior, ya que el muro también tenía sus propias protecciones.

Cuando lograron atravesar el hueco, otra lluvia pero esta vez de flechas, se llevó a otros mortífagos y algunos hombres lobo. Las flechas tenían algo de plata en su composición, así que si dañaron a los hombres lobo. Voldemort les ordenó a los hombres lobo salir de ahí y envió a los nuevos reclutas a abrir camino.

Fue entonces que los soldados de piedra salieron a destruir magos oscuros. No importaba que los soldados de piedra fueran reducidos por varios mortífagos, no había suficientes mortífagos para todos los soldados y Voldemort ordeno se desbandaran en pequeños grupos y atacaran en varias partes del castillo, eso forzaría a los soldados de piedra a moverse en varias direcciones también y les daría una mejor oportunidad.

Mientras Voldemort trazaba nuevas órdenes y planes, los mortífagos que habían sido heridos y buscaban huir de la pelea, se encontraron siendo cazados activamente por el grupo de Mundungus... los que lograron llegar hasta ahí, varias de las acromántulas del bosque habían capturado a varios mortífagos y los arrastraron a su guarida, ya que se convertirían en su comida más adelante. Aunque a algunos les arrancaron una pierna o brazo, solo para saber que sabían bien. Las arañas eran carnívoras, pero hasta ellas sabían que algunos magos tenían mal sabor.

Las criaturas oscuras ni siquiera lograron llegar al castillo, ya que muchas entraron en frenesí y empezaron a atacarse entre ellas. Las criaturas que no fueron afectadas, fueron acabadas entre lanzas, flechas, balas de cañón y fuego griego. Los vampiros que habían acordado sumarse a las filas de Voldemort, desertaron cuando uno de los suyos pereció bajo el fuego griego y al final, solo los gigantes quedaron en pie, pero no por mucho cuando los mortífagos que debían cuidarlos, varios murieron y otros se sumaron a los combatientes del castillo.

El último gigante en pie, acabo con la cabeza destrozada por una bala de cañón disparada por el mismo Rookwood. ¡Siempre quiso probar él mismo este bebé! ¡Y funcionaba genial! El fuego griego lo encontró en un pergamino muggle que por alguna razón preservo un mago e incluso él siendo un mortífago, decidió que era un arma demasiado poderosa en las manos equivocadas. Y cuando lo encontró, no sabía si Voldemort era adecuado. Ahora se alegraba de jamás habérselo dado a Voldemort, Umbra si merecía ese conocimiento.

Todas sus ideas funcionaron maravillosamente y Rookwood se sentía reivindicado. Mientras Rookwood ahora estaba dirigiendo la ofensiva de armas, un grupo de hombres lobo había logrado ser contenido cerca del bosque prohibido y de un lado estaban los centauros manteniendo a raya a varios mortífagos y un gigante joven, mientras del otro estaba el grupo de lobos rebeldes junto con Remus.

Por una vez Fenrir Greyback sintió miedo. Este Remus no era el asustadizo mago que él conocía y gustaba de mantener aterrado. No, este Remus había logrado aceptar a su lobo pero de forma muy diferente a él.

Remus controlaba al lobo y no al revés. Los lobos rebeldes que se habían vuelto contra los de su manada estaban obedeciendo a Remus como su alfa y Fenrir supo que debía matar a Remus, así que ordeno a los que quedaban de su manada que mantuvieran a los otros a raya mientras él iba por la cabeza de Remus.

Fue un error, Remus ni siquiera necesitaba transformarse para obtener los beneficios del lobo y contrario a Fenrir, Remus si sabía usar una varita. Fenrir usaba magia pero no sabía explotarla al máximo. Así que Remus uso hechizos que atadura, ya que quería disfrutar cuando matara a Fenrir. Tardo algunos minutos entre hechizos volando de ambos lados, intentos de ataques físicos de parte de Fenrir pero Reus finalmente logró conectar su hechizo de atadura más fuerte, alimentándolo de la magia oscura del lobo.

Cuando se acercó a Fenrir, Remus le ordenó a Moony que se escondiera en lo profundo de su núcleo, ya que no quería lastimarlo. Moony obedeció y se escondió profundamente. Sabía el hechizo que Remus iba a usar y no quería verlo.

Mientras alrededor de los dos alfas había peleas, mordiscos y hechizos volando de los pocos hombres lobo que tenían una varita, Remus se acercó a Fenrir con una mirada fría y calculadora. Pensaba usar a Moony y destrozarle la garganta, pero luego de toda esa hermosa magia aprendida en Umbra, Remus decidió que usaría el hechizo más cruel que aprendió a usar contra un hombre lobo.

Dirigiendo su varita al atado hombre lobo, Remus solo le dedico una sonrisa cruel—Nos vemos en el infierno Fenrir, ¡Argentum Sanguinem! —El hechizo plateado y negro impacto contra el pecho de Fenrir y al principio pensó que nada había pasado e iba a hacer burla de Remus, hasta que vomitó sangre.

Fenrir estaba asustado... solo había una cosa, una sola en todo el mundo, que haría que un hombre lobo vomitara sangre. Cada respiración le estaba costando más y más trabajo mientras sus venas iban llenándose del mortal metal. Más sangre era expulsada por su boca y los dolores eran brutales. Cuando la plata finalmente alcanzó su corazón, Fenrir estaba cubierto en su propia sangre mientras un líquido plateado salía de sus ojos, boca, nariz y heridas del cuerpo.

Cuando el hombre lobo cayó muerto por fin, las peleas entre hombres lobo pararon y los que habían sido leales a Fenrir se hincaron y ofrecieron una reverencia a Remus. Remus Lupin había sido reconocido como el alfa de la manada y los lobos rebeldes se unieron a las reverencias. Remus Lupin era ahora el líder de facto de las manadas de hombres lobo que hubieran sido comandadas por Fenrir. Así que haciendo uso de su nuevo estatus, dejó que Moony saliera a la superficie y Moony se unió a Remus, aullando a los hombres lobo restantes a que se retiraran y rindieran.

Voldemort oyó ese aullido y supo que Fenrir había caído. Ahora ya no contaban con los hombres lobo e incluso sus gigantes habían sido abatidos con un cañón. ¿Cómo lograron obtener un cañón? No lo sabía y estaba un poco temeroso de que otras armas muggles habrían logrado hacer funcionar. Los dementores no lograban pasar a los patronus. Los soldados de piedra, aunque menos que antes, aun seguían siendo muchos y Bellatrix había sido asesinada por alguien, no sabía quién.

Rookwood había logrado asesinar a Bellatrix con una daga envenenada con el veneno de una rana dardo. Había hecho él mismo el veneno hace años y estaba orgulloso de ver que sus ideas habían sido correctas, Bellatrix ni siquiera tuvo oportunidad y los Lestranges le prometieron una barrica entera de su elección si lograba deshacerse de la loca. Él iba a hacerlos cumplir su promesa con un buen barril de whiskey de fuego añejado por duendes.

Voldemort estaba ahora más seguro que nunca que debía matar a Potter y se escabullo lo mejor que pudo entre los combatientes, buscando afanosamente a su último enemigo. Si mostraba la cabeza del niño, todos sus partidarios del niño caerían en la desesperación. Tendría que lidiar con Thomas de otra forma, quizás un Imperius. Ya luego lo vería, lo importante era hacerse de Potter.

Finalmente lo encontró combatiendo a un grupo de sus mortífagos más jóvenes pero más "inestables". Voldemort observo que le estaba costando algo de trabajo mantenerlos a raya pero eso era lo que Harry quería hacerle creer. Voldemort se acercó lo suficiente y lanzó un Avada Kedavra... que impacto en uno de sus jóvenes reclutas.

Los otros reclutas huyeron al ver que Harry Potter no tenía empacho en usarlos como escudos humanos, todos ellos operando bajo la falsa creencia de que El Niño Que Vivió odiaba la idea de matar. Que equivocados estaban, Harry hace tiempo que había abandonado la pretensión de que matar estaba mal. Matar por matar estaba mal. Matar al defenderte o defender a alguien, cuando era tu vida o la de quién te atacaba, solo era lógico preferir tu vida o la de quién protegías.

Ahora solo estaban ellos dos. Los demás combatientes se habían alejado lo suficiente para darles espacio y Voldemort estaba tan absorto en Harry que no notó a los otros 3 magos rodeándolo. Sirius en su disfraz de Orpheus Black, Thomas Black y Severus Snape se acercaron y cuando Harry dio la señal, todos levantaron sus varitas, mientras Harry lanzaba un Fiendfyre hacia arriba de Voldemort.

El mago oscuro pensó que su enemigo había fallado hasta que algo de ese fuego descendió sobre él y empezó a rodearlo hasta apresarlo en un tornado de fuego. Los otros tres magos habían conjurado el mismo fuego maldito y la creación conjunta estaba consumiendo rápidamente al Señor Oscuro que gritaba horriblemente hasta que el fuego dejo al otrora Señor Oscuro convertido en un cadáver carbonizado.

Thomas se acercó a verificar que estuviera muerto y luego toco el cadáver. Sabía que esta vez sería más doloroso pero había hablado de esto con Harry, Thomas tocaría a Voldemort para obtener todas las memorias del mago. Cuando finalmente acabo, del cadáver surgió esa brea negra y horripilante y Thomas estaba exhausto, tan exhausto que se desmayó y fue abrazado por Harry para evitar que cayera al piso y se hiciera daño.

Severus se acercó y le dijo a Harry que Thomas estaba bien, luego reviso a Harry y fuera de algunos golpes y magulladuras, estaba bien. Orpheus fue revisado también y Severus se alegró de que también estuviera relativamente bien. Todos estaban bien aparentemente. Severus solo estaba agradecido de que todo hubiera acabado.

Las peleas a su alrededor ya estaban acabando, el castillo había sobrevivido y gracias a su planeación, el daño era mínimo. Cuando hicieron el conteo, Harry se alegró de que todas las bajas habían sido de sus enemigos y solo hubo heridos de su lado. Algunos de gravedad, pero nada que no pudiera arreglarse.

La guerra finalmente había terminado y podían empezar su trabajo, la construcción del mundo que Umbra había planeado durante años.

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