❝優しく❞:Unique

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Ya por la noche y en medio de una solitaria y silenciosa casa destacaba el melodioso sonido de unas cuerdas; las cuerdas de una guitarra. Chaeyoung se encontraba jugando con los sonidos que su instrumento producía, había estado así desde que llegó de su segundo trabajo, trabajar en una cafetería. Siempre solía llegar lista para recostarse en la cama y dormir hasta el día siguiente, pero esa ocasión el deseo de sacar una melodía lo suficientemente buena con el instrumento la mantuvo despierta, siguió colocando sus dedos sobre las cuerdas hasta que es interrumpida por el característico sonido de la puerta abriéndose.

Sorprendida, deja a un lado su instrumento e inmediatamente voltea, encontrándose con Jisoo, no podría encontrarse con alguien más, sólo ella podría llegar a esas horas de la noche. Sus ojos hacen contacto con los de la mayor, son tan lindos como la última vez que se sentó a admirarlos, y finalmente se levanta de su lugar para recibirla entre sus brazos, los pasa por su cuello mientras la contraria coloca los suyos en su cintura. Conocen a la perfección el lugar donde pertenecen.

―Te extrañé, siempre te extraño.― Chaeyoung le hace saber a la mayor, aún sin separarse.―Yo también.― Contesta la pelinegra en un suave susurro, comenzando a acariciar el cabello de la rubia que se refugia entre sus brazos. Se quedan un rato más disfrutando del cálido abrazo, ya tenía tiempo que no sentían el calor de la otra.

La mayor había estado tan ocupada haciéndose cargo de su empresa, tratando de mantenerla a flote, pero lamentablemente la empresa parecía desmoronarse cada vez un poco más cada día. Un trato con un socio equivocado los había llevado a entregar una gran cantidad de dinero, lo difícil vino cuando su "socio" se retiró antes de que la empresa de Jisoo pudiera obtener los beneficios prometidos.

Chaeyoung, en un intento de ayudar a Jisoo, consiguió otro trabajo y ahora se la pasaba trabajando todo el día, por la mañana impartía clases de música en una escuela y por la tarde logró conseguir un turno en una cafetería cercana. Chaeyoung estaba al tanto de lo sucedido y sabía muy bien que su amada estaba haciendo todo lo que podía para salir adelante , y por ello, se esforzaba el doble para brindar un poco de apoyo económico. Jisoo no estaba realmente de acuerdo con eso, pero no estaba en la ocasión para negarse.

Tras todo lo ocurrido ya no tenían tiempo de estar juntas. Las cosas habían cambiado y, consumidas por sus obligaciones, dejaron de ser como antes. Ya no había oportunidad alguna de estar tan cerca como quisieran, de pasar inumerables horas juntas, de demostrarse todo el amor que albergaran en sus corazones. Estaban tan ocupadas que no tenían tiempo de verse hasta que caía la noche.

Chaeyoung se separa ligeramente de la mayor, sus manos continúan en su cuello, dejando leves caricias en su nuca mientras observa sus facciones. ―Ven.― Susurra, feliz, sabiendo que entre todo el silencio sólo Jisoo es capaz de escucharla. Y Jisoo no puede negarse. Lleva su mano hasta la mejilla de Chaeyoung y la acaricia suavemente con su pulgar antes de dejarse llevar por los pasos de la menor, quién ahora la toma del antebrazo y la guía hacia el dormitorio que comparten, como si hubiera olvidado como llegar al lugar.

Jisoo sólo se deja hacer por las acciones de la menor, conoce de memoria el camino, pero dejarse llevar por Chaeyoung siempre implica un trato especial y cuidadoso: cálido. Las manos de Chaeyoung siempre buscan algún lugar donde aferrarse, siempre ha sido así, a veces es su mano, otras su muñeca y otras pocas su antebrazo, pero siempre buscando mantener contacto, siempre manteniéndola lo más cerca que pueda.

Llegan a aquella habitación tan conocida por ambas, aquella que han visitado por un largo tiempo. En seguida, Jisoo toma asiento en la cama colocada en medio de la habitación, se despoja de su calzado y termina en medio del colchón, con la espalda descansando en la cabecera rodeada de almohadas que ella misma colocó. Chaeyoung la observa con una sincera sonrisa en su rostro, no logra traer a su memoria la última vez que vivió una escena similar con Jisoo y recapacitar sobre aquello la hace darse cuenta de lo mucho que echa de menos la entrañable compañía de la mayor y su mente no logra conectar en qué momento se distanciaron tanto.

Se hace consciente de su ráfaga de acelerados pensamientos y mejor opta por detenerlos, tenía que disfrutar ese momento, realmente tenía que hacerlo. Sacude ligeramente su cabeza en un intento de calmar su mente y se dirige hacia donde está Jisoo, se deshace de su calzado, tal y como la mayor hizo antes, y va con ella. Busca la mayor cercanía y se posiciona entre sus piernas, recostándose sobre su pecho y siendo recibida por unos reconfortantes brazos en su cintura.

No hay necesidad de palabras, son abrazadas por un reconfortante silencio. Su único entretenimiento es tener a la otra cerca, tan cerca que no pueda haber ningún espacio entre ellas. Jisoo comienza a dejar suaves caricias sobre la cintura de Chaeyoung, mientras ella solo se pierde entre los gentiles toques y la creciente calidez instalada en su pecho. Las caricias continúan, cada vez recorriendo un poco más del cuerpo de la otra, muy pronto aquellas tiernas caricias dejan de ser suficientes y se buscan para un contacto todavía más íntimo.

Sus miradas se encuentran por milésima vez en toda la noche. Jisoo observa a Chaeyoung entre sus brazos, la tenue luz de la luna logra colarse por la ventana del cuarto y parte de aquellos destellos lunares recaen suavemente sobre el delicado rostro de Chaeyoung. En ese preciso momento Jisoo toma la oportunidad para analizar cada una de las facciones de Chaeyoung, sus ojos de un profundo color marrón, su pequeña nariz, sus tiernas mejillas que adora en demasía, sus esponjosos y rosados labios, y ese pequeño lunar cerca de su labio inferior. Cada vez que la mira logra quedar un poco más cautivada en su etérea belleza. Las palabras están de sobra, con una sola mirada saben lo que quieren.

Acercan lentamente sus rostros hasta que sus labios logran encontrarse por primera vez en mucho tiempo. Se unen en un beso lento, no es necesario ir deprisa, luego de estar separadas por un tiempo necesitan volver a conocer la sensación de sus labios al juntarse, tal y como la primera vez. Sus bocas continúan explorándose suave y cuidadosamente, pero sus manos no se quedan atrás, aquellas tiernas caricias del inicio se convierten en toques más profundos, dispuestos a conocer nuevamente el cuerpo de la otra.

Ahora las prendas de ambas se sienten como un impedimento, como una barrera que frena su creciente necesidad de sentirse como si fuera la primera vez. Sus manos están ansiosas por volver a tener bajo su tacto la tersa piel de la otra; torpemente van dejando caricias sobre sus ropas, anhelando sentir la piel caliente debajo de la tela. El ambiente no deja de desbordar amor, pero son los acalorados besos que poco a poco van llevándolas hacia las puertas del deseo.

Chaeyoung termina posicionándose a horcajadas sobre la mayor, está en su regazo y se aferra a sus hombros. Lentamente, Jisoo pasa sus manos por debajo de la blusa de Chaeyoung tocando directamente su piel, haciendo que ésta se estremesca por el frío de sus manos. Deja más caricias lentas sobre la piel de su abdomen y cintura hasta que desliza su blusa delicadamente, retirándola de su cuerpo. Seguidamente, Chaeyoung comienza a desabotonar la camisa de la mayor dejando uno que otro beso y más de una atrevida caricia en el camino; al final, quedando ambas en las mismas condiciones.

Vuelven a unirse en otro beso con la misma lentitud que al principio, disfrutando de los labios de la otra. Jisoo es sorprendida cuando la menor deja una suave mordida sobre su labio inferior, no lo piensa demasiado y hace lo mismo con los labios contrarios. Así hasta que en un momento sus lenguas se unen tímidamente en un principio, primero en suaves toques y luego en unos más profundos, hasta encontrar el ritmo perfecto para ambas.

Por un momento Chaeyoung se anima a separarse de los labios contrarios, pero volviendo a acercarse, está vez repartiendo suaves besos por la línea de su mandíbula, lentamente llega hasta el cuello de la mayor. El olor de su perfume inunda de lleno su sentido del olfato, embriagándola, pasa la punta de su nariz por su cuello en un dulce toque, tomándose un tiempo para percibir ese aroma que no ha parado de amar en los años que llevan juntas.

Chaeyoung posa delicadamente sus labios sobre un espacio de su cuellos sintiendo la tersa piel de Jisoo, quién a su vez siente un escalofrío recorrer su espalda ante tal sensación. Las manos de Chaeyoung encuentran otro lugar, se posan en la nuca de la mayor para luego enredarse entre sus finos cabellos color azabache mientras sus labios continúan su trabajo, deja castos besos a lo largo de su cuello, se vuelve un poco atrevida y comienza a dejar caricias con su lengua, inexpertamente aquellos besos comienzan a trazar húmedos caminos, explorando con cuidado aquella zona.

Debido a su cercanía, Chaeyoung escucha las pesadas respiraciones de la mayor justo al lado de su oído, interpreta el significado de aquellos suspiros y continúa con más confianza. Sus labios succionan momentáneamente la pálida piel y luego la liberan para terminar dejando un beso húmedo en el lugar, repite la misma acción por gran parte de su cuello dejando notorias marcas que serán todavía más visibles en algunas horas, y si es que tiene suerte, podrá comprobarlo ella misma a la mañana siguiente.

Aún con la menor en su cuello, Jisoo coloca sus manos sobre su delgada cintura y da un fuerte apretón, acercándola más hacia ella. Aquella acción logra descolocar a Chaeyoung, suelta un gemido por el movimiento y el contacto rudo tan repentino. Los toques que Jisoo comienza a dejar en esa parte de su cuerpo hacen que se distraiga de lo que antes hacía y se pierda en aquellas caricias que van descendiendo a un ritmo lento y tortuoso, tomando por sorpresa a Chaeyoung cuando la mayor comienza a recorrer zonas que son su debilidad, provocando que agitados suspiros salgan de su boca y que su espalda se arqueé de placer.

Los besos profundos y toques calientes continuaron hasta finalmente deshacerse de todas las barreras de por medio. Sus pieles obtuvieron la libertad de tocarse directamente, la libertad de volver a sentirse por completo, mientras sus ropas lograron perderse entre el suelo y la superficie de la cama.

Totalmente descubierta, Chaeyoung parece tan frágil que Jisoo la trata como si fuera la más delicada de las flores. Toca a la menor con demasiada gentileza, sus manos la recorren con sumo cuidado y devoción mientras Chaeyoung jadea ante los primorosos roces que Jisoo va dejando sobre su piel. Sus besos tan delicados van bajando lentamente por todo su cuerpo hasta finalmente llegar a aquel íntimo lugar entre sus piernas, que hace a Chaeyoung temblar y estremecerse con el contacto.

El cuarto se llena de respiraciones pesadas y sonidos placenteros mientras la boca de la mayor se encarga de darle todo el placer que pueda a Chaeyoung, quién gime cada vez más fuerte al sentir que la mayor llega cada vez más profundo dentro de ella, amando por completo la forma en que está siendo tratada. El contacto se vuelve cada vez más intenso con cada minuto que pasa, Chaeyoung es recorrida por un mar de sensaciones y siente que está por alcanzar su clímax. Busca torpemente la mano de su amada entre las sábanas hasta finalmente encontrarla, entrelaza sus dedos y la sostiene con fuerza antes de caer rendida ante el placer.

Todo su cuerpo se deshace en temblores y breves espasmos, esta completamente vulnerable, pero sabe que Jisoo está ahí para cuidarla. La mayor aún sostiene su mano y decide trazar un tierno camino de besos suaves hasta su clavícula, esperando que eso logré calmar un poco a su amada. Llega hasta su cuello y posa suavemente sus labios en el lugar hasta que finalmente se recuesta al lado de la menor y se abraza tiernamente de su cintura. Chaeyoung observa a la mujer a su lado, que ahora está inmersa en dejar inocentes caricias sobre su abdomen descubierto. Ante la falta de atención de la otra, Chaeyoung se permite perderse en sus finos rasgos y preciosos ojos, del mismo tono oscuro que apenas recuerda. Se pierde en cada detalle a la vista: tersa piel, sedoso cabello, cálido tacto. Todo resulta mucho más hermoso en ese pacífico momento de total atención.

En ese momento el único pensamiento que puede llegar Chaeyoung es que Jisoo es extraordinaria, su mente comienza a recordar cosas que ya sucedieron y entiende por qué Jisoo es extraordinaria, es porque su manera de amarla es única, porque la forma en que la trata la hace sentir más querida que nunca, porque la hace reír genuinamente con las cosas más pequeñas, porque siempre que puede le recuerda cuánto la aprecia así sólo sea a través de un corto mensaje de texto. Por esas y muchas más cosas, Chaeyoung piensa que todo lo que ha pasado con Jisoo es perfecto.

Aún si los últimos meses han estado distantes, no porque quieran sino porque sus responsabilidades lo demandan, y aún si eran contadas las ocasiones que estaban juntas, siempre que llegaban cansadas del trabajo nunca hacían falta los abrazos, las caricias y un beso en la frente antes de dormir, incluso si solo ocurría durante la noches todo era simplemente inmejorable. Por ello, al estar arropada entre junto a su amor, Chaeyoung no podría estar más feliz; significaba mucho poder volver a pasar un buen rato con la mujer que ama. Volver a ser arropada entre sus brazos era tan reconfortante en ese momento de turbulencia en la vida de ambas.

―Te he extrañado tanto...― Habla la mayor por lo bajo, con un dejo de tristeza en su voz y eso logra sacar a Chaeyoung de sus pensamientos.―Perdón por no poder pasar tanto tiempo contigo.― Masculla la mayor, su voz es apenas audible en medio del sepulcral silencio.―Está bien, las dos habíamos estado demasiado ocupadas, pero ahora estoy feliz de estar contigo.― Chaeyoung sumerge sus dedos entre su cabello antes de acercarse hasta la mayor para encontrarse con sus labios, dando inicio a otra sesión de besos.

―No, no está bien.― Habla Jisoo, rompiendo la distancia entre ellas, pero aún demasiado cerca de los labios de la contraria.―Yo... Debí haber organizado mejor todo, si tan solo lo hubiera hecho desde un principio, nada de esto estaría pasando. Pude haber hecho las cosas mejor con la compañía y contigo también, Chae, yo...― La manos de Chaeyoung acunando su rostro hicieron que su cabeza llena de sin sentidos pudiera detenerse, al menos por un momento.

―Está bien. Lo hiciste lo mejor que pudiste, te esforzaste mucho y lo sigues haciendo.― Chaeyoung le dió una preciosa sonrisa.―Algunas cosas no estuvieron en tu control, no te martirices con eso, te haces daño.― La menor hizo una pequeña pausa para dejar un casto beso sobre la frente de la pelinegra.―Sé que las cosas han sido un caos últimamente, pero por ahora olvidémoslo por un momento, ¿si? Ignoremos la gran tormenta alrededor, incluso si estamos muy dentro de ella. Sólo seamos felices en éste momento, más tarde hallaremos la forma de salir.

Al oír las cálidas palabras de Chaeyoung las lágrimas comenzaron a subir hasta los orbes de Jisoo, amenazando con desbordarse, pero la menor estuvo ahí cuando unas pequeñas gotas rebeldes decidieron correr por el bello rostro de su amada; la propia Chaeyoung se encargó de disipar cualquier lágrima y luego atrajo a Jisoo hacia su pecho aún descubierto, dejando expuesto su acelerado pulso al tenerla tan cerca. Cuatro años siendo novias y Jisoo aún causaba las mismas reacciones en Chaeyoung, siempre se sentía igual de maravilloso que la primera vez.

―Te amo.― Soltó Jisoo aún demasiado cerca de Chaeyoung, estremeciendo su piel y su corazón también. Hacía un tiempo que Chaeyoung no había oído esas acogedoras palabras, pero ahora se sentía el doble de acogedor porque era Jisoo quien las decía, la persona que más ama en el mundo.―También te amo, Jichu.― Le correspondió mientras comenzaba a sentir sus párpados flaquear ante la pesadez que comenzaba a invadirlos.―Mañana no iré al trabajo, estaré en casa contigo, también puedo llevarte al trabajo si quieres.― Jisoo dijo mientras miraba a Chaeyoung negar con los ojitos adormilados, derritiéndose de ternura ante la imagen.―Si tu no vas, yo tampoco, prefiero mil veces quedarme en casa contigo. Te amo.― Fue lo último que alcanzó a decir antes de que sus ojos se cerraran por el cansancio.

―Te amo más.― Le contestó Jisoo sabiendo que probablemente Chaeyoung no había escuchado.―Gracias por estar aquí y por hacerme la mujer más feliz del mundo.― Sonrió ante la imagen de Chaeyoung descansando plácidamente a su lado.―Te prometo que encontraré la manera de sacarnos de la tormenta, pero en éste momento de calma en medio del caos, dejaré que seas mi refugio y yo seré el tuyo también.― Le dijo de todo corazón  a una Chaeyoung profundamente dormida, acarició su rostro, despejándolo de algunos mechones rubios que caían sobre sus facciones para finalmente acurrucarse junto a ella y unírsele en el sueño profundo.

Quizás todo era un caos, pero parar y sentarse en calma ante las adversidades era algo que necesitaban y era todavía mejor porque estaban juntas, y mejor aún, planeaban atravesar la tormenta juntas.

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