Cuando ya te logras acostumbrar a un lugar, crees que ya no existe nada que te pueda lograr sorprender, y vaya que me equivoqué...

El primer año de preparatoria estuvo bien, aunque claro la adaptación no fue sencilla y además de algunos incidentes que llegaron a ocurrir, pero aún así, me estaba gustando esta nueva etapa, y saben que si disfrutas algo, el tiempo transcurre más rápido, o al menos, a mí me da esa sensación.

En fin, ya era tercer semestre, de alguna forma ya conocíamos a la mayoría de los profesores y su forma de evaluar, por esa razón ya me sentía más seguro, no me gusta decir relajado porque suena a que te confías, terminas subestimando que llegue a existir algo diferente, el factor sorpresa.

Recuerdo este semestre bien por el simple hecho de que comencé a tener una mejor interacción social, me llevaba bien con mis compañeros desde primero, sin embargo, al inicio del nuevo ciclo tuve una sensación muy cómoda en mi entorno, estaba seguro de que era posible terminar con éxito este nivel de estudios si mantenía la misma Intensidad. Todos buscamos mejorar, y claro, hay que buscar la manera cómo, en mi caso, liberar algo de presión innecesaria, me hacía disfrutar más el momento.

Fue un punto clave donde una evolución ya se tendría que ver reflejado, o no. Muchas personas poseen toda la seguridad que necesitan, ¿cuál era el secreto? Era la pregunta que me hacía, como si tendría que depender de algo externo, estaba dispuesto a descubirlo.

Todo sucedió de la manera más inesperada, era un día como cualquier otro, me subí al transporte público con destino a mi casa, me senté del lado izquierdo y, había una chica del lado opuesto, me llamó la atención debido a que estaba jugando con una consola de videojuegos portátil que yo tambien poseía, así que me dio curiosidad preguntar, e intentar comenzar una conversación con ese detalle en común, pero, ¿tenía la seguridad necesaria?

Cada vez se acercaba más el momento de bajarme a mi destino, lo que no sabía es que el destino lo tenía justo al lado de mi, ¿por qué no Intentarlo, que podría perder?

Tomé valor, me levanté de mi asiento, presioné el botón de timbre, la velocidad del transporte público iba disminuyendo cada vez más después de haber escuchado ese peculiar sonido que se escucha todos los días en el vehículo.

Estaba a nada de abrirse la puerta, la chica seguía jugando con su consola, y bien ¿lo iba a hacer o no? me pregunté.

Y de un impulso toqué su hombro, sentí una sensación de adrenalina de inmediato, momentos donde el miedo y la valentía se unen para formar algo así.

La chica volteó, curiosa ante el acercamiento de un desconocido; yo, ella no era la única que sentía esa sensación de desconocimiento, no era lo mío simplemente acercarme y decir algo lindo por lo menos, de alguna manera siempre lo arruinaba o ni siquiera me atrevía, pero hoy, debía ser diferente, era el momento, logré tener su atención mientras el transporte público iba desacelerando poco a poco.

­—También tengo uno—dije de manera amable intentando sonreír, y señalando la consola portátil que tenía en sus manos, no era la mejor forma de empezar una conversación, pero al menos ya di el primer paso.

Ella volteó a ver su consola, entendiendo que eso era lo que estaba señalando, finalmente observó que me iba a bajar del vehículo, así que me devolvió una sonrisa que solo pude apreciar unos segundos, que precisamente le devolví, con el deseo de volver a encontrar.

Sentí una satisfacción enorme al regresar a casa, si bien, no hice gran cosa, la iniciativa siempre me ha costado trabajo, y ahora que rompí esa "barrera", puedo decir que lo volveré a hacer, pero esta vez sin miedo a intentarlo, mi objetivo es socializar más, si, sin embargo, pretendo buscar personas con gustos similares a los míos, ¿por qué? Bueno, es más sencillo entablar una conversación con alguien en común, esa era mi manera de pensar en aquellos años, alguien con lo cual no tenía gustos similares se me dificultaría tocar un tema, cuando en realidad, lo interesante es hacer destacar lo que te hace distinto a los demás, algo con que te identifiquen.

Ser diferente no es malo, malo es no aceptar que lo eres, si los demás creen que eres extraño o incluso motivo de burla solo por no ser igual a ellos, déjame decirte que no son dignos de explorar mundos en primer lugar. Conocer a alguien es genial, viajas sin siquiera moverte un centímetro, te adentras a lo que es la otra persona, entre mayor vinculo, mayor comodidad sentirás en su planeta, como si llegara a ser tu segundo hogar.

Todos hemos "leído la mente" de algún amigo o familiar. Es por ese mismo motivo que mencioné anteriormente, el vinculo de la amistad y confianza que se tienen, en el transcurso de conocerse, se conoce como la adaptación al momento de llegar al planeta, como todos somos diferentes, no todos reaccionaran de la misma forma al ambiente que tu emites a lo que llamas hogar, y lo que hace que sea tuyo, puede ser muy frio o caliente, con mucha o poca gravedad, con o sin oxigeno, leve o abundante radiación, un sin fin de características que cada una tiene su propio significado.

Esto es lo que personalmente busco, si, ya tengo amigos, pero son de mi salón de clases, es normal, era momento de ser un poco más sociable con personas con quienes no comparto el mismo tiempo comparando con mis compañeros.

Esa chica que conocí, no quería dejarlo en una simple coincidencia, después de todo, ella fue quien logro que tuviera la voluntad necesaria para hacerlo, tiene algo distinto que me encantaría descubrir que es, así que mi objetivo sería encontrarla nuevamente. Me dirán tonto por no pedir su numero, o tan siquiera preguntar su nombre, pero, no considero esto mi fuerte, pero por lo menos si tengo fuerza en algo; ser persistente...

08/2016
Beta listo...