Abriendo lentamente los ojos, Taehyung se sorprende y sonríe encantado por la manera en que Kim Seokjin le está mirando con gran encanto, mientras mantiene una de sus manos sobre su perfilado rostro para acariciarlo de forma más que dulce.

—Buenas tardes dormilón —susurra suavemente Jin, posando a su vez su vista en el ventanal detrás de Tae y frente suyo, para así maravillarse por la luz del lindo atardecer tan encantador y perfecto mientras ilumina la piel tersa de Taehyung.

—Buenas tardes —responde bajo y sonriente el menor, intentando despejar su mente de lo que ha pasado en aquella tan hermosa habitación entre ambos adultos; no con la intención de olvidarlo por supuesto, sino con la intención de comprobar por sí mismo que aquello sí había pasado entre ellos.

Sintiendo el aire frío de la tarde rozar suavemente su piel, Taehyung admira el bonito desastre que Seokjin ha hecho de él, durante una muestra de cariño y amor puro.

—Me duele todo —comenta de manera sonriente el menor, deleitándose con la linda pero coqueta sonrisa que Jin ha posado sobre su rostro fino.

—Creo que soy un cuarenta y cinco por ciento culpable por ello —juguetea el mayor, deleitándose con la risa preciosa del chico frente a él que intenta acomodar su cabello de manera tranquila.

—Estoy totalmente de acuerdo con ello —coloreando Taehyung un hermoso sonrojo en sus mejillas, Seokjin se permite besar con más que cariño la palma de la mano del menor, que desde el primer día que le vio, robó su corazón con gran fuerza, porque aunque la gran mayoría creía que el mayor era cien porciento heterosexual, lo cierto era que aquello estaba un poco lejos de la verdad.

—¿Quieres comer algo? No has comido nada en todo el día.

Mostrándose naturalmente preocupado por Taehyung, Jin toma asiento sobre la cama, permitiéndole al menor deleitarse con su marcado y tonificado abdomen que para su buena o mala fortuna era un delirio total ante sus ojos.

—Quisiera sí, pero antes creo que necesito un baño —comenta Taehyung mientras lentamente muerde su labio inferior, dándole a Seokjin un motivo para reír.

—¿Crees que puedas bañarte tú solo o necesitarás ayuda? —jugueteando Taehyung con una de las orillas de la sábana, el mayor sonríe al ver el cambio tan de repente en la actitud del menor, que no esperaba dicho cuestionamiento del mayor.

Aunque por supuesto, Taehyung nunca se mostraría temeroso de una propuesta de tal magnitud, por lo que antes de que Jin pueda decir algo más, sonríe y dice.

—Creo que necesitaré ayuda para ese baño —sonríe el menor, dejando aquella pregunta que tanto desea para el final de aquella conversación con Seokjin—. Aunque antes de eso, quisiera preguntar algo.

—Puedes preguntar lo que quieras bonito —Tomando asiento también sobre la cama, Taehyung ve al mayor colocar una expresión seria, misma que lo descoloca y asusta un poco—. Aunque creo que sé muy bien lo que vas a preguntar —controlando lentamente sus nervios, Taehyung poco a poco se acerca al mayor y sin dudar roza su mano con la contraria del hombre aún lado de él.

—Me ha fascinado lo que ha pasado entre nosotros, estos últimos días, no diré que no; no obstante, quisiera saber, ¿qué somos justo ahora, justo después de lo que pasó en la mañana?

Pensativo y algo silencioso, Seokjin toma la mano del menor, entrelazando suavemente sus dedos finos con los elegantes de Taehyung, que rápidamente reflejan la comodidad que ambos sienten estando con el otro.

—Quiero que seamos amigos, que seamos cómplices, que seamos amantes, que seamos novios, que seamos todo lo posible en unión personal con el otro, aunque eso sea un comienzo nada más de todo este sentimiento tan fuerte que nos está abordando. Quiero ser tu apoyo más que nada hoy en día, Taehyung...

—¿Ya fuiste a ver a los tórtolos? —pregunta suave y calmado Hyunjin, sintiendo su corazón levemente apretarse, no por celos o similar, sino por alegría y tranquilidad, tranquilidad que él deseaba demasiado para el menor.

Moviéndose de un lado a otro y cuál experto, Hyunjin prepara la comida con gran tranquilidad en una cocina que tiene poco más de dos años de conocer y habitar.

—No, creó que están durmiendo todavía.

Sonriendo, Hyunjin le extiende un plato con un poco de fruta picada a Minho, que lejos de apresurarse a comerlo como siempre, se detiene y contempla a su muy hermoso novio, para rápidamente preguntarle algo que desde hacía un rato quería hacer.

—¿Por qué esa sonrisita? —indaga con clara alegría y falsa modestia el menor, dejándose consentir por su novio.

—Porque me da mucho gusto que por fin tu hermano esté rehaciendo su vida después de todo lo malo que vivió con la familia de mi hermana, que gracias a Dios no es mi familia.

—¿Ella tiene una vida buena? —interroga Minho, recordando lo mucho que aquella fémina decía querer a su hermano.

—Es la persona más infeliz que conozco. Pero ella sola se ha buscado todo lo que está viviendo con ese hombre con el que se casó, porque si bien en un comienzo la obligaron, también es cierto que lastimó de la manera más cruel a alguien que siempre fue sincero con ella, abriéndole su corazón sin miedo.

—Nunca quiso a mi hermano, ¿cierto?

—Que más da eso. Ahora tu hermano ha encontrado a alguien que verdaderamente vale la pena Minnie.

—Creo que tienes razón Jinnie. Es mejor ahora que mi hermano esté con Taehyung, a con una persona que no lo quería más que para jugar.