Capítulo N°18 [Extra]

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Su cuerpo se irguió en la cama casi con brusquedad, sudando frio. Frotó su cara con ambas manos, tratando de alejar lo que lo despertó tan abruptamente. Sintió movimiento a su lado en la cama y como un par de brazos de acanelada piel lo envolvían con cuidado mientras un par de suaves labios dejaban un beso en su espalda, uno más.

— Kook ¿Qué ocurre? — Preguntó a su lado — ¿Qué es lo que no deja dormir a mi hombre? — Cuestionó.

Jungkook sonrió ante el comentario — Es sólo una estúpida pesadilla, Kim — Respondió.

Taehyung suspiró — ¿Aún las tienes? — Preguntó.

— Ya no tanto — Respondió levantándose de la cama para ir un momento al cuarto de baño.

— Oye Kook — Lo llamó el castaño. Jungkook giró su cabeza esperando a que el contrario le dijera lo que quería decirle — Lindo trasero, guapo — Soltó con una risa haciendo reír al pelinegro que continuó su camino.

Ya había transcurrido casi un año y medio desde que ambos se fueron a vivir juntos a un departamento más grande. Taehyung seguía con su empleo pero estaba cuestionándose en dejarlo y centrarse en algo nuevo. Jungkook, había dejado de ofrecer sus servicios como "Little Bunny" en Sexual Services y ahora se encargaba de gestionar básicamente el cien por cierto de cada movimiento en su emprendimiento, consiguieron nuevos postulantes y la página fue creciendo poco a poco. Comenzando a abarcar otros temas referentes al sexo; como charlas de educación sexual, los cuidados que deben tomarse ante los riego de enfermedades, terapias de parejas en el ámbito sexual, incluso un grupo de tres amigas se ofrecieron como masajistas, lideradas por Momo una pelinegra que sabía cómo imponerse, era una especie de Jungkook pero en femenino, que admiraba sobremanera el trabajo de este último.

La relación con Taehyung era de lo mejor en su vida y ni hablar de las diarias noches eróticas, hasta esas alturas, no había lugar en aquel departamento donde no lo hubieran hecho y no había nada que no hubiesen probado o experimentado. El castaño conoció al resto del equipo de aquella página gestionada por su pareja, Hoseok y Yoongi le parecieron realmente personas divertidas e interesantes y no les tomó mucho tiempo crear un buen lazo de amistad.

Pero en los últimos meses, un sueño recurrente despertaba a Jungkook a mitad de la noche, un sueño que el pelinegro no había querido contarle y aquello realmente preocupaba a Taehyung. En realidad por lo poco que le contó, esa pesadilla había comenzado poco tiempo después de la muerte de su madre pero, no habían sido tan recurrentes hasta hacia poco tiempo. Sin embargo sabía que debía darle su espacio.

Estaba tumbado en la cama mirando al techo, cuando escuchó al mayor salir del baño y volver a la cama, adentrándose en las cobijas nuevamente.

— ¿Estás bien? — Cuestionó el castaño.

— Sí, bien — Respondió en un susurró, con la clara intención de dar media vuelta y dormir.

Taehyung lo detuvo antes de que concluyera con su movimiento, sentándose a horcajadas sobre sus piernas y mirándolo muy seriamente.

— Sabes que te amo ¿Verdad? — Preguntó.

Jungkook se quedó contemplándolo sorprendido por aquel comentario tan de la nada — Sí, lo sé — Respondió al final — Pero de verdad, no quiero hablar de ello Tae-

El castaño se inclinó sobre el pelinegro para iniciar un beso dulce — ¿Quién dijo algo de hablar? — Preguntó — Pero quiero que te duermas con una sonrisa en esos hermosos labios — Agregó sonriéndole.

— Eres mi perdición ¿Si lo sabes? — inquirió acariciando su mejilla con cuidado, irguiéndose en la cama.

— Si — Los brazos de Taehyung se fueron detrás de su nuca para iniciar con un beso un nivel más demandante — ¿Te cansa el sexo conmigo? — Inquirió con gracia, aunque se escuchaba un tono de preocupación.

— No — Sus manos viajaron con suavidad por el cuerpo del contrario quedando en sus caderas — Nunca es suficiente el sexo contigo — Aseguró con seriedad — Te amo a ti y a tu cuerpo que me vuelve loco — Agregó iniciando nuevamente un candente beso — Venga, muévete para mí — Pidió.

Las caderas de Taehyung se movieron lentamente de adelante hacía atrás, pasando su trasero desnudo por sobre el miembro de su novio preparándolo para lo que vendría. Jungkook bajó sus manos hasta el trasero del contrario, apretándolo con más fuerza y ayudándolo a moverse con más rapidez. Era increíble como el castaño encendía su lívido en cero coma, ninguna otra persona había logrado eso en él.

— Aún estas muy húmedo aquí — Susurró el pelinegro introduciendo dos dedos en el interior haciéndolo jadear.

— Claro que sí, no hace mucho te corriste ahí, bobo — Respondió moviendo sus caderas haciendo que los dedos se adentraran y salieran a un ritmó tranquilo — Ya bebé, métela — Pidió llenando de besos su cuello — Sii... — Jadeo cuando su deseo fue cumplido.

La cabeza del castaño se hizo hacía atrás mientras sus brazos se mantenían detrás del cuello del pelinegro, quien sujetaba al menor por las caderas mientras le propinaba embestida tras embestida, escuchándolo maldecir y gritar al sentir la fuerza aplicada.

Cada noche era así, sin importar que en un principio no lo buscaran o que alguno de los dos llegara a casa agotado, era completamente necesario para ambos follar antes de dormir, turnándose en quien recibía, aunque por lo general, ese placer lo tenía Taehyung.

— Estás tan caliente — Susurró besando su clavícula y subiendo un poco para marcarlo con sus dientes.

Rio bajo — No me muerdas Kook, me molestaran en el trabajo... Otra vez — Dijo ralentizando sus movimientos.

— ¿Y qué? Soy tu novio y tú el mío, eso me da derecho a marcarte donde guste y cuando guste — Contesto dándole una estocada que lo mando a ver las estrellas — Además ¿Por qué demonios deben ver tu cuello? — Dijo marcándolo de nuevo — Eres mío.

Taehyung bufó y se detuvo aún con el miembro de su novio en su interior — Mira quien habla ¿Qué me dices de Eunjin? — Inquirió molesto.

— ¿Qué ocurre con ella? — Inquirió el pelinegro.

Taehyung cruzó sus brazos frente a su pecho frunciendo el ceño — Te saltaría encima si sólo la saludaras en privado — Se quejó. Detestaba como aquella rubia, amiga de Momo, solía mirar a las pocas veces que se cruzaron.

— Es que sigo mamadísimo, es natural que medio mundo quiera sexo conmigo — Respondió entre risas.

— Hijo de puta — Se quejó moviéndose para poder levantarse molesto.

— Oye, la boca — Regañó el contrario sujetando su talle con fuerza.

— Ooohhh seguro que Eunjin no dice groserías — Dijo de forma sarcástica — Ouch — Se quejó cuando el mayor se movió para dejar su cuerpo sobre el colchón, posicionándose sobre él.

— Kim — Sus manos se adentraron en aquellos castaños cabellos, tirando de ellos, haciéndolo gemir, una mezcla de dolor y placer — Te amo, hermoso — Murmuró besando sus labios, repitiendo la frase una y otra vez mientras besaba diferentes zonas de su cuerpo, sin soltar el agarre de sus cabellos.

— Cabrón — Balbuceó el castaño. Aquello era trampa, que lo tratara así de dulce y dijera aquello, el pelinegro sabía cómo doblegarlo — No te acuestes con ella... Ni con nadie — Pidió.

Jungkook sonrió ampliamente — ¿Eres mío Kim? — Preguntó sintiendo las manos del contrario acariciar su espalda.

— Lo sabes — Se limitó a responder.

— Dímelo.

— ¡Mierda! — Exclamó cuando Jungkook tiró de sus cabellos una vez más — ¡Soy tuyo! — Agregó y de inmediato sintió como la presión en sus cabellos disminuía. Sin embargo sus gritos no desistieron cuando el ritmo bestial de las estocadas de su novio atacó su próstata, convirtiéndose en una sensación adictiva para Taehyung como siempre desde que estaban juntos.

— Olvídala — Ordenó el pelinegro ambos mirándose fijamente a los ojos — Te amo a ti, no quiero follar con nadie más, solamente quiero hacer el amor contigo, hasta que te quedes sin voz de tanto gritar mi nombre, hasta que te duela cada rincón de tu cuerpo y se contorsione debajo de mi por recibirme, hasta que tus ojos queden en blanco cuando tu orgasmo manche mi abdomen y el tuyo.

— Kook, Kook, Kook — Su mente se había ido a júpiter ¿De qué hablaban? ¿Por qué estaba molesto? ¿Qué importaba? Ahora lo que más deseaba era que su hombre se corriera en él para sentirse completo, lleno y más vivo que nunca — Me voy a correr, Kookie — Jadeo sintiendo su propia saliva cayendo por la comisura de su boca.

El pelinegro continuó con sus estocadas hasta que sintió como el cuerpo de Taehyung se arqueaba y la calidez de su semen manchando su propio vientre, continuó un poco más para poder liberar su propio orgasmo. Cuando se dejó ir dentro del castaño, este se aferró con fuerza al cuerpo del mayor, clavando sus uñas en su espalda.

Ambos cuerpos agotados cayeron sobre la cama, respirando agitadamente tratando de recomponerse ambos. En silencio Jungkook se pone de pie para buscar un par de toallitas húmedas y limpiar el delicioso enchastre en él y en su novio.

— Estoy agotado, recuérdame mañana el cambiar las sabanas — Susurró acostándose nuevamente mientras la embobada mente de Taehyung mando la simple orden de asentir — Te quejas de las marcas que te hago en el cuello y terminas marcando mi espalda — Agregó atrayéndolo suave y besándolo dulcemente mientras el contrario se sonreía y se dormía en sus brazos como cada noche, sonrió — Bobo, te amo más que a nadie y jamás te cambiaría por otra persona — Susurró en su oído, sintiendo como el menor se aferraba a su cintura.

Las pesadillas se detuvieron por un par de semanas más, las cosas continuaron como siempre, los proyectos de Jungkook, Hoseok y Yoongi estaban creciendo para mejorar. La oferta de masajes sexuales ofrecidos por Momo y sus amigas fue realmente bien aceptado por los clientes de aquella página, tanto hombres como mujeres. Aquella opción no terminaba siempre en el sexo, a veces se comunicaban con ellas parejas, para aprender cómo dar un buen masaje y mejorar en lo previo. Pero solían haber algunas excepciones.

— Eunjin, te lo advierto — Dijo Momo molesta, dejando su lata de cerveza sobre la mesada de aquella cocina — Aléjate de Jungkook — Advirtió.

— Vaamooss ¿Tan bien te cae Taehyung? — Preguntó molesta.

— No es si me agrada o no — Respondió — No quiero perder este empleo simplemente porque quieres revolcarte con uno de los jefes — Agregó.

Eunjin bufo tomando un solo sorbo de su cerveza hasta acabarlo — Descuida, Jungkook me lo dejó más que en claro que no quiere nada conmigo ni con otra persona — Respondió apretando la lata vacía con su mano, muy molesta.

— ¿En serio? ¿Qué hizo? — Inquirió la pelinegra.

— Olvídalo — Respondió unos segundos después — Voy a revisar si hay más trabajo — Agregó tirando la lata en la sesta para luego dirigirse a su habitación y checkear su e-mail.

¿Cómo podría olvidarlo? ¿Cómo podría?

La puerta se abrió de golpe y los escuchó besarse y reír bajito, evitando el ser escuchados. Ni bien se asomó detrás de unos estantes altos y los vio supo de inmediato de que iba todo aquello, una lección que le dolería y la excitaría en partes iguales.

— Sshh Kim baja la voz — Gruñó el mayor sobre sus labios.

— Uuff alguien está caliente — Respondió con una sonrisa, abriendo la camisa del pelinegro de un tirón, agradeciendo que los botones de plata no salieran volando ante su excitación.

— ¿Quién estuvo manoseándome por debajo de la mesa durante la reunión de hoy? — Inquirió el pelinegro.

Sexual Services tenía su pequeña oficina en un piso de un edificio de diez plantas, en ese lugar se llevaban a cabo las reuniones importantes que cambiarían el destino del emprendimiento y todo lo que fuera necesario, como las nuevas medidas de seguridad que últimamente estaban más rigurosas que antes, cortesía de Jungkook.

— Bésame — Pidió el castaño tirando del cuello de la camisa abierta atrayendolo hacia el.

Oculta detrás de aquellos estantes, se mordió el labio, así que esa era la razón por la cual Jungkook la había citado en aquel lugar luego de la reunión tan disimuladamente. Intentó varias veces seducir al pelinegro, casi desde que lo vio por primera vez, asi que pensó que aquella sería su oportunidad de pasar un buen rato juntos; sin embargo él ya le había dejado muy en claro que eso jamás sucedería, aun así ella insistía muy sutilmente, aun sabiendo que su jefe ya tenía una pareja.

— Mierda — Jadeó el castaño cuando el mayor hizo presión en su pelvis con la propia, notando ya la erección contraria - Kookie, rápido... Métela — Pidió tirando aún de su camisa besándolo de nuevo.

— Aún no — Gruñó el mayor, levantándolo levemente para recostarlo sobre el escritorio que había en aquella pequeña habitación. Le quitó casi con brusquedad su camiseta, haciendo jadear a su novio — Amo tu cuerpo Tae — Sus manos paseaban por su pecho con suavidad, jugando con los pezones del menor — Amo tus reacciones — Agregó bajando sus manos hasta llegar hasta la erección de Taehyung y presionando, mientras su cuerpo bajaba sobre él para besar su cuello y más allá de su pecho, lamiendo chupando y dejando marcas de mordidas, los jadeos era un concierto para Jungkook y aquello lo provocaba a dejar más y más mordidas en todo el cuerpo del contrario — Nunca habrá nadie que se te iguale, eres perfecto y te adoro.

— Mi amor, no puedo soportarlo más — Jadeo Taehyung tomando al mayor por sus cabellos y empujándolo más abajo de su pecho y de su pelvis, hasta dejarlo sobre su intimidad.

— Huumm ¿Quieres que me coma tu pene, bonito? — Preguntó mirando su excitada expresión.

— Si... Hazlo... Cómetelo... Little Bunny — Pidió con su pecho a punto de explotar.

Jungkook desabotonó y bajó la cremallera del jean que llevaba el contrario e introduciendo su mano sacó el miembro del contrario dejando un beso en la punta. Amaba ponerlo así, tan expuesto y a su merced, tan suyo.

— ¡Mierda! ¡Más! ¡Kookie, más! — Exclamó, cuando sintió su miembro siendo succionando por la boca del contrario con aquellos sonidos lascivos que lo ponían a mil.

— Sshh bebé, baja la voz o nos descubrirán — Murmuró poniéndose de pie para girarlo sobre el escritorio, bajar su propio jean mientras introducía poco a poco dos de sus dedos para prepararlo, su miembro no resistiría más así que le dio algo de atención hasta que pudo adentrarle en Taehyung.

No supo si fue por los jadeos de Taehyung o por la brusquedad de Jungkook al follárselo hasta hacerlo gritar de placer intentando ahogar aquellos gritos con una de sus manos, pero su propio cuerpo no lo soportaba y sin darse cuenta se dedicó a darse placer ella misma en completo silencio siendo la expectante en primera fila de aquella follada por parte de Jungkook quien estaba dejándole muy en claro con quien follaria y que ella no tenía chance alguna.

— ¿Cómo demonios iba a insinuarle nada ahora? — Se preguntó la rubia mientras terminaba de acordar citas en su ordenador — Hum... Hay más hombres atractivos por otros lados — Suspiró al final — Que se lo quede.

Cuando despertó, eran las dos de la madrugada y él no se encontraba a su lado en la cama, así que con su pijama puesta fue directo se calzó sus pantuflas y salió de la habitación. Vio luz en la sala, por lo que dedujo que ahí se encontraría el mayor, se asomó con cuidado y efectivamente ahí estaba Jungkook, sentado en el sofá con un vaso de whisky en su mano. Aquello lo preocupó, Jungkook no era de beber si no había una reunión o celebración, así que algo debía tenerlo sumamente preocupado.

— Bebé — Lo llamó acercándose hasta él.

— Tae.

— ¿Qué ocurre Jungkook? — Inquirió seriamente sentándose a su lado.

El mayor simplemente suspiró resignado ante aquella pregunta que por mucho tiempo intentó ignorar y evitar.

— ¿No puedes contarme? — Preguntó Taehyung algo triste — Escucha, si yo no puedo ayudarte... Entonces podríamos buscar a alguien que pueda...

— Es esa estúpida pesadilla — Interrumpió el mayor dejando el vaso en la mesita de café y frotando sus ojos con sus dedos — Cuando creo que ya no volverá a perturbarme vuelve una y otra vez y además — Se estiró para tomar un sobre que había en la misma mesa, el cual Taehyung había pasado por alto — Esto.

— ¿De quién es?

— De mi abuela... Paterna — Respondió con simpleza.

Su abuela paterna, Taehyung sabía que el pelinegro no tenía mucha relación con su familia del lado paterno, socializaba más con la familia por parte de su madre, pero la de su padre le habían dado la espalda casi desde que era un niño y todo fue a peor cuando ellos se alejaron de su padre por ser un maltratador. Sin embargo, el castaño también supo, que su abuela paterna era la excepción ella se preocupaba por Jungkook a su manera, aunque en su momento dudaba muchísimo de la palabra de su madre, Sunhee, sobre su hijo y es que la anciana no lo había criado para que fuera un abusador sino para que protegiera a su familia.

— ¿Qué dice? — Inquirió el castaño.

Jungkook suspiró y le entregó la carta a su novio, quien la tomó y comenzó a leerla casi en un susurro.

Querido Jungkook espero que estés muy bien, te escribo para informarte que tu padre está internado y que no tiene más que un par de días. Todas sus malas decisiones lo han llevado hasta su propia ruina. Hasta hace un año atrás, en la ceguera de una madre que ama incondicionalmente a su hijo, continúe creyendo en sus palabras, pero en ese mismo año todo cambio. Doyun llegó a mi casa en un estado que me avergüenza recordar, tu tía Haneul y tu primo Soobin estaban de visita, en su dopada mente los vio a ti y a tu madre y sin más los atacó — Taehyung tragó en seco — Todo lo que decía en su estado tan ido, me confirmó lo que una vez me dijiste y yo, lo siento tanto Jungkook, eras tan pequeño y rogaste por mi ayuda y aun así no te creí, ni a ti ni a tu madre. No es fácil para una madre admitir que su hijo, a quien crio con amor, se terminara convirtiendo en un monstruo y tampoco es fácil el pedirte que vengas a verlo una última vez — El ceño de Taehyung se frunció al leer aquello ultimo — Ahora está sobrio, intentó mejorar, sin embargo para sus órganos es muy tarde, ya están muy comprometidos por todas esas porquerías que consumió a lo largo de los años. Quiere verlos, para disculparse y despedirse. Por favor, si aún sientes un poco de cariño por tu vieja abuela, concédenos a ambos ese deseo. Con cariño Jiyu — Concluyó.

Taehyung se mantuvo mirando el perfil de Jungkook quien seguía muy pensativo, entonces cayó en la cuenta de algo — Las pesadillas... Tienen que ver con tu padre ¿Cierto? — Preguntó sin más.

— Vuelvo a tener siete años y él vuelve a ser un monstruo terrorífico, un volcán en calma que de golpe erupciona, golpea a mi madre hasta darle muerte y yo... Yo no puedo hacer nada — Apretó con fuerza sus puños.

— ¿Qué harás? ¿Iras?

— No.

El castaño se lo pensó por un momento, podía entender un poco de lo que su novio estaba sintiendo pero aun así — El monstruo está muriendo — Dijo llamando la atención de su novio — Quizás esta es la oportunidad de gritarle unas cuantas verdades y liberarte por completo de él, tal vez así las pesadillas no volverían a interrumpir tu sueño.

— No voy a ir — Afirmó — Si lo hago será para adelantar su muerte con mis propias manos y no planeo ir a la cárcel por ese imbécil — Dijo poniéndose de pie dispuesto a servirse otro trago.

— ¡Hey deja eso! — Exclamó el castaño al verlo.

— ¿Qué? ¿Ahora vas a controlar lo que bebo? — Inquirió molesto cuando Taehyung le quito el vaso y la botella de las manos — Dame eso — Ordenó.

— ¿Para qué? ¿Para convertirte tú en un monstruo ahora y seguir los pasos de tu padre? — Inquirió de forma abrupta.

Jungkook apretó sus puños con ira sin moverse. Taehyung aprovecho a dejar las cosas sobre el buró nuevamente y entonces sintió su cuerpo siendo volteado rápidamente para luego sentir su espalda contra la pared.

— Nunca jamás — Dijo Jungkook con un tono de voz que parecía doler, aun sin mirarlo.

— ¿Vas a golpearme? — Inquirió Taehyung con la misma rudeza que antes.

Jungkook negó — Nunca jamás... permitas que me convierta en un monstruo — Pidió dejando caer su cabeza sobre su hombro, sollozando levemente. No quería ser ni remotamente parecido a su padre, quien por causa de su imprudencia ante el alcohol poco a poco fue desapareciendo, no quería lastimar de ninguna forma a Taehyung, aunque sabía que el menor no se quedaría sin luchar como lo había hecho su madre.

— No, no, lo siento — Se disculpó el castaño abrazándolo — Sé muy bien que no dañarías a nadie, mucho menos a mí — Agregó acariciando su cabello — Se que solamente eres un salvaje en la cama — Dijo conteniendo una risita que lo hizo reír a él también.

— ¿Te molesta?

— Para nada guapo — Respondió acariciando con la punta de su nariz el pecho del contrario — Vayamos a dormir y mañana hablamos del tema ¿Sí? — Dijo calmadamente — Sólo piénsalo — Pidió — Y si al final decides ir, yo iré contigo. Ya no estás solo Kook, ahora me tienes a mí.

Aquella noche estuvieron acariciándose por mucho tiempo en silencio mientras el pelinegro pensaba en la petición de su abuela. ¿Ir o no? ¿Se arrepentiría de tomar cualquiera de las dos decisiones? ¿Realmente quería verlo? Obvio no. Pero en algo su novio tenía razón, había que darle un final a todo aquello de una buena vez, para que las pesadillas dejaran de atormentarlo diariamente.

Taehyung se quedó dormido en sus brazos antes que él. Observándolo con calma, sabía que no cambiaría nada en su vida actual, estaba tal y como deseaba. No necesitaba nada más.

— Joder, Jeon que solamente será un fin de semana — Se quejó el pelinegro más pequeño — Hoseok y yo podremos encargarnos de todo en tú ausencia — Animó.

— Yoongi tiene razón, Kook. No debes preocuparte — Afirmó Hoseok quien estaba al lado del pelinegro.

Aquella tarde ambos socios llegaron a casa de la pareja, habían quedado en ir a cenar. Jungkook había tomado la decisión de volver a Daegu por unos días y quería quedarse tranquilo, sabiendo que su emprendimiento quedaba en muy buenas manos, aunque solamente serían tres días.

Había puesto al tanto de los sucesos a sus amigos, con el tiempo se habían ganado su confianza, por lo que sabían con exactitud la situación que el pelinegro mayor estaba atravesando.

— Los números están mejor que nunca — Afirmó Hoseok.

— El nuevo servicio que ofrecen las chicas fue muy bien recibido — Agregó Yoongi.

Jungkook asintió complacido, al principio, cuando Momo contacto con él, no estaba muy seguro de aquella oferta, pero al parecer todo había resultado de maravilla. Pero hacía ya un tiempo que venía pensando en algo, casi desde el mismo momento en que su camino coincidió con el de Taehyung.

— Escuchen ¿Ustedes qué opinan sobre cambiar un poco el rubro? — Inquirió el pelinegro dirigiéndose a la cocina.

Los otros dos se miraron sorprendidos y lo siguieron rápidamente.

— Espera, Jungkook ¿Hablas de abandonar Sexual Services? — Inquirió Hoseok aún sorprendido por aquella pregunta.

— ¿Qué? Nooo, Jeon, no puedes irte — Dijo Yoongi al ver que Jungkook no respondía a la pregunta de Hoseok — Muchos están aguardando el momento en que Little Bunny vuelva a sus andadas. Si saben que jamás volverás, probablemente muchos nos abandonen y la página recaiga.

— Ya no volveré a tener sexo con alguien más — Respondió el pelinegro.

— Pero si con Taehyung — Se quejó el más pequeño.

— Eso es porque soy su novio, enano molesto — Se quejó Taehyung en el umbral de la puerta de la cocina. Acababa de llegar de su trabajo y bastante molesto al parecer, había logrado escuchar una parte de la conversación.

— Eso ya lo sé, rata apestosa — Se defendió — Pero los clientes que están ilusionados con Jungkook no lo saben y no deberían saberlo para seguir mejorando.

Taehyung bufó — Jungkook esta grandecito, que haga lo que quiera — Dijo desapareciendo del umbral para dirigirse a su habitación.

Ambos invitados miraron el umbral vacío y luego al otro dueño de casa, ninguno entendía aquella actitud por parte del risueño castaño que siempre sonreía y hacía reír al resto del mundo a su alrededor.

— Vigilen la cena, veré que le ocurre — Informó Jungkook dejándolos en la cocina.

En su habitación estuvo maldiciendo por un largo tiempo, mientras iba y venía descalzo. No notó la presencia de su novio hasta que pateo su propio calzado golpeándose el dedo meñique del pie.

— ¡Mierda! — Exclamó tomando asiento en la cama.

— ¿Bobo o qué, cariño? — Inquirió el pelinegro cerrando la puerta detrás de él acercándose hasta él — ¿Qué ocurre?

— Nada.

— Kim.

— Es mi puñetero trabajo — Se quejó.

— ¿Otra vez discutiste con tu compañero? — Inquirió.

— Es un subnormal, siempre compitiendo contra mí, como si el estúpido trabajo fuera una competencia — Dijo dejándose caer en la cama de espaldas.

Pasaba como en todos lados, el trabajo, el instituto, la familia, los vecinos, los amigos, siempre había uno que te jode en demasía y el trabajo de Taehyung no era la excepción. Juwon era un cabrón de mucho cuidado, si él se equivocaba ahí estaba el pelirrojo haciéndoselo notar mil veces y cuando era Juwon quien cometía el error lo terminaba culpando a él de una forma u otra. Aquella rivalidad empeoró cuando por accidente Juwon descubrió alguna de las marcas que Jungkook solía dejarle en el cuello y que no pudo ocultar.

— Hace semanas que lo estamos pensando Tae — Dijo Jungkook acostándose a su lado, hincando su codo en el colchón, observándolo desde un poco más arriba — Deja ese maldito trabajo, no te gusta, no te hace feliz, dinero no nos falta, incluso dijiste que te gustaría abrir una tienda online para traer de esas figuras japonesas que tanto te gustan y trabajar de ello.

— ¿No crees que es una idiotez? — Preguntó. Habían hablado de aquel tema, Taehyung quería intentar algo así, sentía que podría dar un buen resultado, ya que en Seul no había una tienda oficial como tal de productos originales de anime. A él le hubiese gustado crecer teniendo una tienda a la que pudiera acceder y conseguir las cosas que le gustaban. Pero al mismo tiempo podía catalogarse más como un hobby que como un trabajo.

— Es una idiotez si no te sabes administrar y no le pones la seriedad necesaria — Dijo con seriedad — Mi amiga Dahyun, tiene una tienda online de objetos de películas y vende de todo, había comenzado con Harry Potter, productos hechos a mano por ella y poco a poco fue agregando más y más cosas hasta conseguir traer originales — Le dijo recordando a la rubia de hermosa sonrisa, la niña mágica como solía describirla — Se esforzó muchísimo y le costó, pero al final lo consiguió. No veo porque tú no podrías.

Amaba el positivismo que emergía de su novio, siempre dándole opciones, sin permitirle ahogarse en su propia miseria. Sus labios se curvaron en un sonrisa y con sus brazos atrajo a su chico para besarlo, un sólo beso suyo mandaba a la mierda todos los problemas, siempre era así.

— Taehyuung — Su tono de voz denotaba advertencia. Cuando sintió las delgadas manos de su travieso novio abandonando su cuello para dirigirse derecho a la hebilla de su cinturón.

— ¿Qué? Estoy embarazado y tengo un antojo — Dijo con una sonrisa.

Jungkook sonrió — Hoseok y Yoongi nos esperan para cenar — Murmuró.

— Ajá — Su lengua hurgó en la boca contraria, saboreando su mentolado sabor — Que empiecen sin nosotros — Murmuró desabrochando al fin aquel molesto cinturón.

— Amor — Volvió a reprender sujetando la mano de Taehyung — Sabes que si inicias esto no terminaremos pronto pero, si te portas bien, cuando los chicos se vayan te daré tu premio — Prometió con un tono coqueto.

— Okey pero dame un anticipo ¿Si? — Preguntó volviendo a tumbarse sobre la cama — Mira — Dijo abriendo la camisa que solía usar para ir a trabajar y levantando la camiseta debajo — Una de mis marcas quiere desaparecer — Dijo señalando cerca de su pezón derecho como había una pequeña marca morada que está desapareciendo y eso no podía ser.

Jungkook bajó a la altura de aquella marca para volver a posar sus labios y succionar con fuerza, remarcándola nuevamente. Escuchar a Taehyung gemir bajo sólo aumento sus ganas de marcar con más fuerza para volver a escucharlo y aún con más fuerza. Sus manos acariciaron el acanelado torso de su chico, dejando otras nuevas marcas en su abdomen.

— Bebé... Diles que se vayan a casa — Pidió Taehyung atrayendo sus labios a los suyos.

— Sabes que no podemos — Gruñó el contrario deteniendo sus movimientos — Vamos a cenar, ya luego seguiremos con esto — Agregó dejando una mordida en su hombro.

Taehyung bufó, casi siempre lograba salirse con la suya, pero en aquella ocasión no fue así, por eso mientras Jungkook volvía a la cocina para encargarse de terminar la cena, él se dio una ducha fría y rápida para cambiarse de ropa y dirigirse donde sus invitados.

La cena fue de lo más tranquila luego que Jungkook juró que no tenía intenciones de irse de Sexual Services que seguiría gestionándolo como siempre, pero que estaba interesado en adquirir unas propiedades y centrarse en el rubro inmobiliario, tener un par de departamento o casas en alquiler le solucionaría la vida en cuanto a dinero. Lo estaba sopesando con sus pros y sus contras y hablándolo con Yugyeom, su abogado, quien le recomendaba que fuera de a poco para ver que tal el movimiento con los alquileres.

Taehyung estaba de buen humor luego de la comida y el postre, al final los chicos se quedaron más tiempo del esperado, terminando en juegos y cervezas. Con unas cuantas latas en sus organismos Jungkook ya no dejó que se fueran a casa por temas de seguridad y aunque Taehyung se quejó diciendo que no podría follar con su hombre por la presencia de sus amigos, este también estaba bastante ido por lo que cayó rendido en la cama.

Sintió un toque en su mejilla y pasó su mano para quitar lo que estuviera molestando, una, dos y tres veces más. Escuchó la risilla a su lado. Se movió entre las sábanas, estirando su cuerpo de forma perezosa mientras el contrario seguía riendo bajito,

— Buenos días Kookie — Murmuró dejando un beso en su mejilla.

— Buenos días — Respondió aún con pereza — ¿Qué hora es? — Preguntó con sus ojos aún cerrados, observando que afuera aún no amanecía.

— Las seis treinta — Susurró besando su cuello.

— ¡¿Las seis treinta?! — Inquirió — Bonitoo es muy temprano, aún nos quedan dos horas para dormir — Se quejó bajo.

Taehyung sollozó en su cuello — Nooo, es hora de hacerme feliz — Se quejó pasando su mano por el pecho de Jungkook hasta llegar a su miembro apretando suave por sobre su pijama, sonriendo al sentir como el miembro de su chico comenzaba a endurecer bajo su apretón — ¿Ves? mi amigo aquí lo sabe — Rio bajito besando su cuello — Anda Kookie — Pidió haciéndolo gemir cuando introdujo su mano dentro del pantalón pijama y haciéndose con su miembro en la mano, acariciando tal y como sabía al otro le gustaba.

— Uuff Tae — Suspiró al sentir sus caricias ¿Cómo negarse ante su tacto? Sintió los labios del contrario sobre los suyos, eran tan dulces como siempre — Chupa — Ordenó acercando un par de sus dedos hasta Taehyung — Debo prepararte — Aclaró.

El castaño sonrió con picardía — No es necesario Kook, créeme — Agregó.

La sonrisa de Jungkook se ensanchó — ¿Estuviste de traviesillo, Kim? — Preguntó.

— Descúbrelo — Retó al mayor.

Con un movimiento rápido y brusco el mayor puso a Taehyung boca abajo, elevando sus caderas y quitando las sabanas de en medio. El brillo de una joya de color morado brillaba en la entrada del castaño. ¿En qué momento lo había hecho? quiso saber el pelinegro pero en ese momento sólo quería escucharlo gemir. Así que tomó con cuidado el inicio del travieso juguete y lo fue extrayendo e introduciéndolo otra vez, sacando de los labios de su novio lo que quería escuchar. Sólo lo hizo un par de veces, porque la excitación no daría para más, estaba tan duro como una roca.

— Si gritas, Yoongi y Hoseok te escucharán — Susurró Jungkook besando su nuca.

— ¿Y qué? Que se mueran de la envidia de lo rico que me lo haces, Kookie — Murmuró mordiendo su labio inferior al sentir las manos de Jungkook paseando por sus muslos.

La joya seguía en su lugar, mientras las manos del pelinegro seguían masajeando las piernas del castaño. Se colocó detrás de él y se inclinó para besar la zona interior de sus muslos, dejando marcas se su paso por él.

Con el tiempo, se había convertido en una persona experta en sexo que sabía que le gustaba y como ayudar a los demás a encontrar todo aquello que los encendiera, pero Taehyung tenía algo especial, era una especie de adicción para él.

Ciertas cosas que evitaba hacer con antiguos clientes, lo encendían al máximo al hacerlo con su novio, entonces creyó, después de tanto años, comprender algo más; el sexo es sexo y es fantástico cuando dos cuerpos disfrutan sin pudor algo dejándose llevar, pero hacer el amor... Eso era un nivel más, que jamás había experimentado hasta que el castaño volvió a ingresar en su vida, era una conexión mágica, sin saber el por qué y sin buscar la razón, simplemente dejándose llevar.

— ¡Kook! — Taehyung sintió como el mayor quitaba la dichosa joya de su interior para nueva y literalmente comerle el culo, suplantando el objeto por su cálida lengua, haciéndolo jadear.

Se retractaba, no quería hacer ruido para que sus visitas se dieran por enterados así que intentó con todas sus fuerzas evitar que sus jadeos resonaran en la habitación cubriendo su rostro con la almohada, lo cual le hacía casi imposible el respirar, aun así no quería que su novio se detuviera, deseaba más de él mucho más.

— ¿Estás listo, bebé? — Preguntó Jungkook, su erección no resistía más. No esperó una respuesta por parte del contrario, colocándose justo detrás de él e ingresando su miembro al interior del castaño.

Las primeras estocadas fueron suaves y lentas, Taehyung podía sentir con claridad el completo tamaño del miembro de Jungkook en su interior, tan duro y cálido, tal y como a él le gustaba. Intentó levantar un poco su rostro de la almohada para tomar una bocanada de aire, momento en el que el mayor decidió darle una estocada que lo llevó a ver estrellas y logró escucharlo gritar de placer por un segundo antes de que el mismo Taehyung maldijera y volviera a hundir su rostro en la almohada.

— Quiero escucharte — Demandó Jungkook saliendo de él y volteándolo casi con brusquedad para que quedara boca arriba. Entró en él nuevamente haciendo que su espalda se encorvara.

— Idiota — Jadeo el castaño atrayéndolo para iniciar un beso muy caliente, tanto como su cuerpo ardiendo bajo el de Jungkook.

Amaba jadear en su boca, amaba que sus gritos fueran silenciados por aquellos cálidos labios, lo amaba tanto que quería estar de esa forma hasta morir junto a Jungkook.

Bajo ambas manos por el pecho del mayor jugando con los sensibles pezones del pelinegro, ganándose un gemido en su boca por parte del contrario y no solamente eso, mientras Jungkook seguía follándoselo y besándolo, bajo una de sus manos para hacerse con el miembro de Taehyung que estaba duro y mojado, necesitado de atención que su novio le dio muy gustosamente al comenzar a bombear.

Las manos de Taehyung abandonaron el pecho de su novio para clavar sus uñas en su espalda al sentir el placer generado por su novio. Mierda, como siempre era su dulce y le encantaba.

— Mírame — Exigió — Estoy por correrme y quiero verte cuando lo haga.

— Kook... Más rápido... Joder... Si... — Repitió su nombre mirando sus ojos, hasta que se sintió completamente lleno dejando escapar su placentero grito. Tiempo atrás le avergonzaba verlo mientras lo hacían pero ahora no había forma de correrse sin ver ese brillo intenso en ambas miradas. Se sintió ir y volvió a jadear al sentir como su esencia bañaba su propio vientre — Mierda...eso fue... delicioso... como siem~pre — Balbuceo con su saliva escapando por la comisura de sus labios.

El desayuno fue entre risitas por parte de Hoseok y Yoongi y sus comentarios de lo que habían escuchado aquella mañana; Taehyung estaba tan de buen humor que ignoró por completo los comentarios de sus amigos, asintiendo a todas las burlas.

Cerca de las siete treinta salió para el trabajo con una carta de renuncia en la mano, que le den a Juwon a su trabajo y a su jefe, ya estaba cansado, lo único bueno de aquel lugar fue Jimin y lamentaba que ya no lo vería seguido, pero prefirió invitarlo cada fin de semana a cenar con ellos que seguir soportando en un lugar en el que no se sentía bien para nada bien.

Cuando el fin de semana llegó y ellos llegaron a Daegu, Jungkook era un manojo de sensaciones y sentimientos mezclados, que Taehyung sostuviera su mano sin duda alguna era un cable a tierra, era lo que lo mantenía estable y derecho. Había accedido a confrontar a su monstruo de la infancia y la adolescencia, pero sin duda, sin su novio a su lado, probablemente no estaría ahí. Optaron por quedarse un par de días, Taehyung tenía familia en la ciudad; quería visitarlos y presentarles a su actual pareja.

El taxi que habían tomado en el aeropuerto se detuvo en un hotel en el centro, pagaron e ingresaron al establecimiento para terminar de registrarse y prepararse para afrontar lo que venía.

— ¿Estás seguro que quieres ir ahora? — Preguntó el castaño cuando el pelinegro salió de la ducha mientras se vestía.

— Si — Respondió con seriedad — Mientras más rápido lo enfrente, mejor — Agregó. No quería alargar lo inevitable, como cuando vas al medico y te da a elegir entre inyección que te dolerá un segundo recuperándote en cero coma o una semana de horribles pastillas que te curarían lentamente. Sin duda prefería lo primero.

Taehyung no objetó nada, prefería simplemente estar ahí a su lado, brindándole su apoyo. Se cambió de ropa y cuando estuvieron listos, salieron para tomar un taxi con rumbo al hospital donde Jeon padre lo aguardaba sin saberlo.

Durante el camino ambos fueron en silencio tomados de la mano; Taehyung sabía que la mente de su novio debía de ser un verdadero lio, con miles de pensamientos arremolinándose aunque no estaba cien por ciento seguro de cuales serían aquellos pensamientos.

Cuando llegaron al hospital, estaba tal y cual lo recordaban, pagaron al taxista y bajaron. La mirada de Jungkook recorrió el exterior del complejo, si, su mente volvió al momento en que despertó en aquel lugar luego de haber sido apuñalado por el monstruo y el momento en que su vida había cambiado.

— Jungkook.

El nombrado se giró hacía la izquierda al escuchar que lo llamaban, su novio lo imító. Una mujer ya mayor con el cabello recogido en un moño alto y una triste expresión en su rostro se acercó hasta ellos.

— Mírate — Dijo con una débil sonrisa — Te pareces a tu padre cuando era joven — Agregó con calma.

El ceño se le frunció, aquello lo sintió como un insulto, aunque sabia que no era así — Y esa es mi maldición — Lo sabía muy bien.

— Jungkook no es un monstruo — Murmuró Taehyung a su lado, apretando la mano del mayor.

— Ah, no, no quise ofenderte tesoro — Dijo la anciana rápidamente. Luego miró a su alrededor y centró su mirada en Taehyung

— Mi prometido — Respondió Jungkook a la pregunta interna de su abuela, quien le obsequió una mirada sorprendida.

— Entiendo — Se limitó a responder — Me alegro por ti, el amor es amor — Agregó y luego recorrió por los alrededores con la mirada — ¿Y tú madre? — Preguntó esperanzada de que aquella mujer hubiera aceptado ver a su hijo por ultima vez y al mismo tiempo tener la oportunidad de pedirle perdón por no haberla ayudado en su momento.

— Mamá murió hace tiempo — Dijo el pelinegro con calma — No es necesario saber el porque — Dijo al ver como la mujer estaba sorprendida comenzando a abrir su boca para preguntar — Si no te importamos tiempo atrás, que no te importe su muerte ahora — Agregó seco.

La anciana cerró su boca, aquello era cierto, ya no tendría la posibilidad de disculparse con ella pero al menos quería intentarlo luego con su nieto.

Luego de un incomodo silencio, la mujer les pidió que la acompañaran al interior y les fue contando todo lo que había acontecido en la vida de Doyu, su hijo, y como poco a poco terminó en aquel lugar; todas las desgracias por la que su hijo pasó en el ultimo tiempo. A Jungkook no podía importarle menos, pero entendía a su abuela, al menos un poco, estaba seguro que su madre actuaria igual que ella si se tratara de él, porque muchas veces no había un amor más ciego que el de una madre.

Taehyung se mantenía en silencio pero siempre a su lado, en caso de que quisiera retractarse y salir de aquel lugar, él no se lo iba a impedir.

— Jungkook, si no te sientes listo para esto y quieres venir mañana lo entenderé — Dijo la anciana antes de ingresar a una habitación de terapia intensiva.

— No, hagamos esto de una vez para nunca más tener que verle la cara — Respondió el pelinegro.

Una enfermera se acercó a los visitantes y la anciana explicó la situación, al ser terapia intensiva las visitas estaban muy restringidas, pero sabía que aquella situación era especial así que les dio el pase y el tiempo que requirieran con el paciente.

Patético.

El estado de aquel monstruo era patético. La ira y el enojo que nació en Jungkook se había desvanecido en un segundo ¿De verdad aquel sujeto había atormentado su vida y la de su madre por tantos años? Era un anciano tirado en una cama, conectado a una maquina que lo mantenía con vida, no había rastros de aquel Jeon Doyun que él recordaba, si no hubiese sido porque su abuela lo llevó hasta la habitación, hubiese jurado que se había equivocado de paciente.

El doctor responsable de su caso, les aclaró que posiblemente no resistiría más de dos noche, ya que sus riñones habían dejado de funcionar y poco parecía faltarle a su corazón.

Su abuela le acercó una silla a su nieto, para que se sentara al lado de la cama, ella le dijo que Doyun no había vuelto a abrir los ojos, pero que siempre le hablaba. Que quizás él pudiera escucharla, quería creer en ello. Luego salió de la habitación para dejar a padre e hijo solos.

— Kook — Murmuró Taehyung tomando su mano — Saldré para darte tu espacio, habla con él, dile todo lo que debas decirle — Agregó besando su mejilla para dejarlo sentado.

— No — Retuvo su mano — Te necesito aquí — Susurró.

El contrario suspiró con una triste sonrisa — Está bien — Respondió abrazando sus hombros.

Los segundos se estaban haciendo largas horas o así lo sentía; sabía que tenía que decirle algo, pero no sabía como iniciar con todo aquello, no era sencillo y pensaba que quizás sería en vano ya que estaba seguro que él ya no lo escucharía. Iba a ser como hablar con la pared, pero aún así...

— Crei que te gritaría ni bien te viera — Comenzó hablando bajo, su novio no se movió para nada — Creí que sería capaz de darte una bofetada al menos por todo el daño que nos causaste, por destruir mi familia, tú familia. Pero mírate, eres patético, eras un bruto y demasiado hombre que no se dejaba ganar por nadie y ahora, te dejaste ganar por drogas y alcohol, no vales mi tiempo aquí — Sus manos se cerraron en un puño — Me das lastima ¿Este era realmente el monstruo al que tanto le temía? — Se preguntó — Ella murió amándote a pesar de todo, porque te era incondicional, aún cuando pudo rehacer su vida y ser feliz, ella seguía pensando en ti, la tristeza la mató — Se puso de pie molesto — No sólo me quitaste la paz y el sueño, me arrebataste a mi madre, a lo más sagrado para mi y ahora resulta que estas arrepentido — Sus dientes chirriaron en su boca, estaba realmente molesto — ¡QUE TE JODAN! ¡NO MERECES QUE TE PERDONE! ¡ODIO SER TU HIJO! ¡ODIO PARECERME A TI! — Cayó de rodillas al suelo y comenzó a golpear el suelo con sus puños.

— ¡Jungkook! — Taehyung tomó sus manos para evitar que siguiera dañándose — Detente, por favor, detente — Pidió con lagrimas en sus ojos, podía sentir la impotencia del mayor, su frustración. Lo abrazó fuertemente para contenerlo.

— No espero... Perdón — Susurró una voz carrasposa y lejana a ellos. Ambos levantaron la mirada hasta donde aquella persona estaba acostada. Los ojos café de Jungkook chocaron con los de su padre luego de mucho tiempo — Pero... Lamento... Haber sido débil — Jadeo.

El tiempo para él se detuvo luego de aquello, el sonido entre cortado y constante de las maquinas pasó a ser un único pitido anunciando lo que ya esperaban. Las enfermeras ingresaron rápidamente a la habitación, seguidas de la anciana y luego del doctor que intentó reanimar a su paciente, pero nada más pudieron hacer por él.

El monstruo había muerto y él, extrañamente, se sentia liberado de todo el dolor y el odio que alguna vez sintió.

Al día siguiente sería el entierro, no habría funeral como tal, salvo por su madre, Jungkook y Taehyung nadie más asistió, es lo que se gana uno por obrar en mal plan supuso el castaño, quizás, Doyun no solamente era el monstruo de Jungkook, sino también de otros más que se negaban a acercarse.

Jeon Doyun era tiempo pasado.

Jungkook agradó mucho a los familiares de Taehyung, aquello era otro peso menos en sus hombros. El castaño lo animó para que mantuviera una relación al menos con su abuela paterna, darle una nueva oportunidad, prometió que lo pensaría.

— Te amo — Murmuró en sus labios cuando se vino sobre su vientre otra noche más.

— Yo más — Respondió el pelinegro aun sobre y dentro de él.

— No, yo más — Agregó el castaño sonriendo y haciéndolo reír.

— Tu ganas — Se rindió el azabache saliendo de él para limpiarse y limpiarlo, terminando por tumbarse a su lado en la cama de aquel hotel.

— ¿Estás bien? — Preguntó Taehyung acurrucándose junto a él.

— Si — Respondió acariciando su cabello — Al menos no he tenido pesadillas esta semana — Agregó con calma, los malos sueños habían pasado a un segundo plano, ya no lo aterraban.

— Eso es bueno, la única pesadilla ahora es Yoongi que no para de preguntar cuando volveremos — Bufó el castaño escuchando reír al contrario.

— Pues... Dijimos que solamente sería un fin de semana y ya tenemos una semana aquí — Respondió el pelinegro.

— Si ya lo sé, pero mi familia quería que pasáramos más tiempo con ellos — Estiró su cuerpo desnudo entre los brazos de su novio, algo seguía dando vueltas en su mente — Por cierto — Carraspeo — ¿Tú prometido? — Inquirió haciendo recordar al Jungkook lo que le había dicho a su abuela al momento de presentarlo.

— ¿Te disgusta la idea?

— Pues, nunca me lo has pedido.

— ¿Te casas conmigo? — Preguntó acariciando su mejilla.

— Si — Aceptó buscando sus labios — Pero ahora volvamos a practicar para la luna de miel — Agregó rodando sobre el contrario para un nuevo round.

Hola ^^

Nuevamente por aquí con esta adaptación <3

Gracias a Ela_Escribe por dejarme hacer este capítulo ❤️‍🩹✨

Espero que les haya gustado.

—LaJavii

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