un enigma y un descubrimiento

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Semanas después...

—rojo o azul -pregunté a Benedict refiriéndome a un globo—azul, definitivamente azul -me respondió sonrienteEstábamos preparando todo para hacerle una fiesta sorpresa a Sherlock por su cumpleaños. El señor Cumberbatch había aceptado ayudarnos.El doctor Watson, Amenadiel y Lucifer se la habían pasado entreteniendo a Sherlock todo el día para que no se diera cuenta y nosotros nos habíamos quedado a arreglar todo.—¿qué falta? -pregunté—creo que todo está listo -me respondió sentándose en una silla —muchas gracias por ayudarme, señor Benedict. Sin usted no lo hubiera logrado -dije sonriendo—por nada, Helen. Fue un sueño cumplido haberla ayudado -respondió—¿sueño cumplido? -pregunto con curiosidad—si. Siempre he querido conocer a un ángel—¿qué? ¿qué está diciendo?—vamos jovencita ¿cree que no lo sé?Tierra ¡trágame por favor!—Benedict, yo... —Los seres humanos no tienen alas ¿o sí? -me interrumpió dándome una palmadita en el brazo—aún no logro comprenderlo -exclamé dudosa—digamos que el destino hace cosas muy extrañas -respondió irónico.Esto se estaba poniendo muy filosófico y la verdad es que me estaba confundiendo aún más. Pero de cualquier forma era imposible que se hubiera enterado de mi secreto.Alguien tenía que haberle dicho algo al respecto ¿pero ¿quién?—prométame que no se lo dirá a nadie—no, por supuesto que noSuspiré y fui por un baso de agua. Mis nervios estaban comenzando a hacerse presentes y necesitaba calmarme.Di un respingo cuando mi teléfono sonó.Rápidamente, dejé el vaso de agua en la mesa y respondí sin ver quien era—Helen, ya vamos a Baker Street ¿todo listo? -dijo Lucifer del otro lado de la línea—sí, todo listo -respondí—¿estás bien?Al parecer mi voz me había delatado—tengo que hablar de algo con ustedes, pero será luego -dije deslizando mi dedo para finalizar la llamada—no me asustes, hermanita—no te preocupes, no es malo. Me tengo que ir a cambiar. Nos vemosY tras colgar la llamada, me veví de un largo sorbo mi vaso de agua para después ir a mi habitaciónDejando quizá a Benedict más confundido que yo.Narrador, Sherlock HolmesHabía pasado todo el día con los hermanos de mini Keller y John y aunque no me agradó, me terminé divirtiendo un poco.No me sentía triste porque nadie se acordó de mi cumpleaños. Al contrario, me sentí feliz de que tuve un buen caso para resolver.Habíamos comido y estábamos regresando a Baker Street. Era un día nublado y los primeros indicios de la tormenta que se avecinaba ya estaban haciéndose presentes. Me gustaría poder narrar esto a la manera de mi amigo, tan poético y detallista, pero simplemente no tengo esa capacidad.En fin...En cuanto llegamos a el departamento, algo en comenzé a analizar todo. Las luces estaban apagadas y no había absolutamente nadie en la casa.—¡sorpresa! -ritaron todos a mi alrededor.Mini Keller encendió las luces y lo que vi me dejó con la boca abierta.Habían globos azules y rojos colgados por toda la casa y en la puerta, había un letrero que decía en letras mayúsculas y grandes "feliz cumpleaños mi pequeño detective"Corrí a abrazar a Helen y le di un beso apasionado en los labios.—feliz cumpleaños, Sherlock -dijo ella en mi oído—gracias, preciosa -respondí—muy bien tórtolos, vamos a comenzar -dijo el aguafiestas de Lucifer con una pequeña risa.Tomé de la mano a mini Keller y ambos nos acercamos al pastel para cantar el felíz cumpleaños.—soy yo, o este pastel tiene forma de violín -dije asombrado—sí, así es, Sherlock -respondió Venedict saliendo de la cocina con unas velitas—la madre de Gleri se ofreció a hacer el pastel y aunque tardó en encontrar un molde, si lo logró después de todo -explicó Amenadiel Les agradecí y después de la canción del feliz cumpleaños más afinada que he oído, comimos el pastel.Este estaba siendo el mejor cumpleaños de mi vida. Digo estaba, porque todo eso se acabó cuando un olor a humo empezó a esparcirse por toda la casa.Todos comenzamos a asustarnos e instintivamente tomé de la mano a mini Keller pero ella se apartó.Me tomó de la cintura y me cargó hasta la salida. En segundos, todo se llenó de humo fuego y antes de que pudiera entrar a buscara a Helen, la casa ya se había hecho cenizas.Mis lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas cono cascadas y mi corazón estaba latiendo con mucha fuerza.No era posible que la había perdido. Había perdido a la única persona que amaba y que me amaba por como soy y no solo eso, también había perdido mi corazón si es que lo tenía.mi vista tropesó con unas letras carbonisadas en la puerta de Baker Streeth."le deseo un muy feliz cumpleaños, señor Holmes"—Que calor hace ¿no?Mis ojos no daban crédito a lo que veía. Mini Keller está caminando fuera de las llamas de la mano de Amenadiel.Corrí hacia ella y la abrasé lo más fuerte que pude.—¡no vuelvas a asustarme así! -dije llorando en sus brazos—no, te lo prometo -dijo ella dándome un beso—por cierto, me hubiera gustado fingir mi muerte a tu estilo, pero hubiera sido muy complicado—no podrías
—no, claro que no. No podría estar sin tí ni sinco minutos
Amenadiel se aclaró la garganta y dijo—los bomberos ya vienen. Nosotros nos quedaremos aquí así que Helen, creo que deberías llevarte a Sherlock a Chicago—sí, creo que estará mejor conmigo. Además, en mi casa hay mucho espacio y tenemos que reponer todas sus cosas -respondió mini Keller acariciando mi mejilla.Amo que haga eso—muy bien. Entonces vamos -exclamé.Nos despedimos de todos y John llevó a Venedict al hospital porque al parecer había sufrido algunas quemaduras.Helen me tomó de la mano y nos teletransportamos a Chicago.Llegamos a su casa y me dijo con una sonrisa en sus hermosos labios —¿Qué crees?—¿qué?—pude recuperar la mayoría de tus regalos -respondió yendo hacia un rincón de la casa.—¿enserio? –dije sorprendido—sip. Y respondiendo a tus pensamientos los poderes de un ángel son muy curiosos -dijo ella apilando barias cajas sobre la mesa.Nos pasamos el resto de la tarde abriendo los regalos y sinceramente me sorprendieron mucho.El primero fue el de Lucifer. Era un exquisito Domaine Lafage (VINO FRANCÉS). Amenadiel me regaló un nuevo tubo de ensallo ya que el que tenía estaba roto.Un buen detalle de mi cuñado.Por su parte, Venedict Cumberbach me dio un traje muy elegante que por supuesto, el ya sabía que lo usaría para la boda.El regalo de la señora Hudson me lo daría al día siguiente ya que estaba visitando a su hermana. Helen se encargó personalmente de avisarle que todo estaba bien ya que se había enterado del incendio.Y el último, definitivamente fue el mejor de todos. Helen me dio la caja y la desenvolví emocionado.Dentro había un libro de filosofía y una tabla periódica. Pero una sonrisa se formó en mis labios cuando saqué una lupa pequeña de el fondo de la caja —se que ya tienes una lupa -me dijo respondiendo a mis pensamientos —pero esta no es cualquier lupa.Miró por el cristal y desapareció junto con la lupa. Después de unos minutos, volvió a aparesercon una sonrisa de oreja a oreja.—¡dios santo! ¡París es hermosa! -dijo—¿fuiste a París?—sí. Solo tienes que imaginarte un lugar y mirar la lupa y de inmediato estarás ahí -explicó Pasé un brazo por los hombros de Helen y le di un beso en el cuello.—gracias, nena -dije en su oídoElla se ruborizó y me abrazó tiernamente. No había nada mejor que esto.Nos separamos y ella extendió sus alas.—sabes, creo que hoy no podré dormir -dije—sí, lo sé. ¿crees que Mackencie tiene que ver en esto? -preguntó ella—no. Ella no podrá escaparse de nuevo. La llevaron a una prisión de alta seguridad y sinceramente no es tan lista como aparenta -dije fríamente—¿quién crees que sea?—sospecho de tus vecinos, los Stones. Aunque no puedo asegurarlo -respondí mirando hacia el techo–ya no se que pensar—tranquila, lo resolveremos. Te lo prometo. Ahora, debemos tratar de dormirElla asintió y ambos nos fuimos a su habitación.Estaba tan intrigado y facinado a la vez con el bellísimo problema que tenía ante mis ojos, que no estaba pensando para nada en dormir. Pero el problema queera no era un caso más, se trataba de la vida de la persona que más amo en este mundo.Que debía hacer. NO tenía ni siquiera una prueba de la colpavilidad de los gemelos Stones. Pero algo en mi interior me decía que tenían algo que ver con esa chica que habían encontrado en el río. Seguía pareciéndome demaciada casualidad que se mudaran junto a la casa de mini Keller un día antes de lo sucedido.No iva a dormir. Tomé una bocanada de aire y miré a donde Helen estaba. Ella había desaparecido. Me levanté rápidamente y tomé mi abrigo. Salí de la casa y lo que vi me dejó sin palabras... ¡e buelto!¿qué les pareció el capítulo?¿qué creen que haya visto Sherlock? ¿quién creen que le dijo a Venedicth lo de Helen?les leo en comentarios.por cierto, ¡ya casi llegamos a las cien lecturas!estoy muy contenta y les agradesco muchísimo. Es un sueño cumplido.Iansherlock1998sgw, muchas gracias por la idea de la lupa.
se les quiere.

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