-un recuerdo y un don especial.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Narradora, Helen Wemley.
Estaba volando en un bosque oscuro y muy espeso. La noche era tranquila y no había nada más que árboles y el ruido de los animales nocturnos
De repente, una luz segadora iluminó el cielo y me acerqué para saber que estaba pasando.Sin previo aviso, una mano me tomó de el tobillo y comencé a descender.Intenté con todas mis fuerzas volver a emprender el vuelo pero su agarre era muy fuerte.Estaba apunto de caer y de pronto—¡Helen!Esa voz...
Abrí los ojos y mi padre estaba junto a mí.
—tranquila, tranquila. Todo fue un sueño -dijo dios susurrando mientras me daba unas palmaditas en el pecho
Respiré profundo y volví a acomodarme en la cama
Le agradecí a padre con un gesto y miré hacia Caleb.
Sabía que Seguía recostado con los ojos serrados. Unas lágrimas resbalaron por mis mejillas y no pude evitar sorber por la nariz.
Padre no intentó consolarme así que supuse que ya se había ido.
—Cal, por...favor...despierta...no...me...dejes... -dije con la voz entrecortada.
Es mi mejor amigo y no podía creer que estaba inconsciente por mi culpa. Probablemente había ido a ver a los gemelos y había escuchado alguna conversación y aunque no estoy muy segura, creo que sabía lo que ellos estaban planeando.
Se había arriesgado para averiguar quien quiere lastimarme y si el muere, yo no me lo voy a perdonar jamás.
Aún recuerdo cuando lo conocí. Era mi primer día en la universidad y estaba muy nerviosa.
Mi madre me llevó a mi salón de clases y acomodé mis cosas. Pensaba que nadie iba a hablarme porque a la siega de la clase no la toman en cuenta así que saqué mis audífonos y me los puse.
Reproduje en modo aleatorio mi lista en Spotify y se había seleccionado i'm right next to you de Gama Skies y me concentré en la canción por unos segundos.
—disculpa... -dijo una voz de un chico a mi lado.
Me quité los audífonos rápidamente y respondí
—¿Qué pasa?
—¿me prestarías un lapicero?
—lo siento, es que yo...escribo de forma diferente -respondí con una pequeña risa.
—¿qué? -preguntó el chico
—es que yo tengo una discapacidad visual -respondí
—a...yo...disculpa...no quería...
—no te preocupes -le interrumpí sonriendo
—es que no me di cuenta -dijo el chico apenado
—no pasa nada. Soy Helen por cierto -dije para intentar cambiar el tema.
—ha, mucho gusto. Mi nombre es Caleb -respondió riendo—espera, voy a buscar un lapicero para anotar mi horario.De repente, recordé algo
—espera, creo que si traje uno -le dije riéndome
—¿enserio?
—sí -le respondí mientras buscaba en mi mochila
Ambos nos reímos y cuando al fin lo encontré se lo di.
—gracias -me dijo aún riendo.
—por nada
—¿puedo sentarme?
—sí, claro.
Ambos nos pusimos a copiar nuestros orarios para no olvidarlos.
Y desde ese día, nos volvimos inseparables.Me incliné y le di un abrazo. Una ligera sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar ese día.
Y así me quedé dormida.
Al día siguiente, Sherlock me despertó poniendo una mano fría sobre mi rostro.
—déjame dormir -gruñí
—tienes que levantarte -dijo Sherlock con suavidad
—eso lo dices porque estoy abrazando a Caleb -dije con un suspiro de exasperación mientras me separaba de mi amigo—no, no es cierto
—mmm, lo que tu digas -respondí desperezándome
—¿podrían dejar de hacer ruido?
No lo podía creer. ¡Caleb estaba despierto!
Me giré y de inmediato lo abrasé con fuerza.
—me...estás...asfixiando -dijo con dificultad
—lo siento -me apresuré a decir mientras me apartaba
—¿cómo es que llegué aquí? -preguntó Caleb
—te lo vamos a explicar, pero hay que desayunar primero -intervino Sherlock con lo que a mí me pareció amargura
Los tres salimos de mi habitación y nos fuimos al comedor.
En el desayuno, Sherlock y yo le contamos lo que había pasado
—sí...lo recuerdo... -exclamó mi amigo horrorizado
—¿qué fue lo que pasó? -preguntó Sherlock interrogante
—fui a visitar a Noah y justo cuando iba a entrar, lo escuché a él y a su gemelo hablar sobre matar a alguien. Estaba muy asustado y decidí no entrar. Cuando escuché tu nombre, me paralicé.
Me quedé inmóvil en la puerta y seguí escuchando. Uno de los dos hermanos mencionó algo sobre la daga de la muerte y según entendí, ellos quieren...quieren...matarte con ella
—¿saben que Helen es mitad ángel? -preguntó Sherlock con un dejo de impaciencia
—no, creo que no -respondió mi amigo con la voz temblorosa
—continúa
—uno de ellos salió de la casa y cuando me bio, me arrastró hasta la calle.Intenté hacerlo entrar en razón pero no quiso escucharme. Y justo cuando pensé que me iba a dejar ir, una luz roja muy fuerte salió de la nada y sentí muchísimo dolor

—sí,eso lo sabemos. Por eso estás aquí ahora -dijo Sherlock con un gesto que a mi me pareció cansancio —pero de cualquier forma, tu información es útil


—gracias por salvarme -dijo Caleb conteniendo sus lágrimas.
Y sin previo aviso, se volvió hacia Sherlock y le dio un fuerte abraso, como si fueran padre e hijo.
Esto era tan raro para mí, porque se suponía que Caleb detestaba a Sherlock ya que él me había confesado sus sentimientos primero.
—Caleb...yo...no... -titubeó Sherlock mientras yo intentaba no reír.
Era algo tan lindo y a la vez gracioso, porque justo en ese momento me imaginé la tremenda expresión de confusión de Sherlock.
—ay...señor Holmes...yo...es queSegún mi lógica, Caleb se había separado de mi detective al darse cuenta de que no le gustaban los abrazos.
—tranquilo, no te preocupes. Es bueno que alguien que no sea yo le de un abrazito -le dije a mi amigo riendo un poco
—No entiendo ¿Qué es tan gracioso? -dijo mi amigo totalmente extrañado
—lo gracioso es imaginarse la carita de Sherlock -dije yo ahogando un poco mi risa —pero como te decía, es bueno que Sherlock reciba un abrazo de vez en cuando porque estoy segura de que poco a poco se va a ir acostumbrando
Sherlock tosió escandalosamente y yo me levanté para comenzar a recoger todo
Creí que se pondría furioso por lo que había pasado, pero para nuestra sorpresa, comenzó a reír después de unos segundos.
Ya empezaba a preguntarme donde estaba Amenadiel pero no apareció hasta después de las tres de la tarde. El ambiente no era lo que se dice tan agradable, porque las primeras gotas de lluvia comenzaban a caer y por alguna extraña razón, Caleb empezaba a deprimirse.Cuando Amenadiel llegó, Sherlock ya se había ido a Baker Street para estar en un lugar más tranquilo. Necesitaba pensar y padre le ofreció su departamento por un rato.
—¿dónde has estado? -le pregunté a Amenadiel
—tenía que hacer algo importante -respondió secándose el traje
No sabía por que, pero me daba la impresión de que no quería que le preguntara queera eso tan importante que tenía que hacer; así que dejé que terminara de secarse y cuando se sentó junto a Caleb, le conté lo que había pasado en la mañana con Sherlock

—bueno, parece que a tu detective si le gustan los abrazos después de todo -me respondió riendo
—yo ya no se que pensar -le respondí suspirando —pero si te soy sincera, me encanta que sea tan impredecible a veces—tu que opinas ¿Caleb? -dijo Amenadiel suavemente mirando a mi amigo
—¿Caleb? -dije yo extrañada al ver que no respondió
—shhh, creo que está dormido -dijo mi hermano susurrando
—pobre, debe estar muy cansado por todo lo que le pasó a noche
—sí, así es -dijo él levantándose —por cierto, tengo que preguntarte algo
ambos nos dirigimos a la habitación de mi madre y Amenadiel se aseguró de dejar la puerta entre abierta para poder vigilar a Caleb.
—¿Qué pasa? -pregunté
—¿tienes idea de por qué despertó Caleb esta mañana?
—no, no lo se
—mmm...¿lo abrasaste a noche?
—bueno...creo...sí ¿por qué?-respondí titubeando
—como lo sospeché. Tienes poderes curativos
—¿cómo?
—escucha. Padre nos da los dones de acuerdo a nuestras personalidades. Tu eres una chica empática y siempre proteges a los que amas. Eres mitad humana pero aún así, tienes un don especial
—¿mi...mi don es curar? -pregunté incrédula
—si -respondió Amenadiel firmemente
—pero...creí que solo padre podía curar a los demás -afirmé insegura
—sí, exacto. Pero tu don es curar a las personas cuando realmente te importan. Si no lo deseas de corazón, tu poder no funcionará -respondió sabiamente mi hermano
Se hiso un silencio un poco incómodo. ¿yo? ¿el don de curar?. No lo podía creer.
De todos los ángeles del mundo, dios me eligió a mí ¡a mí!
Yo que soy mitad humana. Mitad perfectamente imperfecta, mitad irracional, mitad susceptible a las emociones. No era posible que padre hubiera elegido a alguien como yo para ese don tan especial. Sin mencionar el hecho de que soy ciega ¿no se habría equivocado?
¡no! ¡dios jamás se equivoca!. Esos eran mis pensamientos en ese momento. Y sin embargo, una parte de mí me decía que me lo merecía. Después de todo, no soy tan mala humana.
Amenadiel me dio unas palmaditas en el brazo y yo le sonreí
—tranquila, mi dulce hermanita. Muy pronto lo entenderás. Ahora...hay otra cosa
—¿cuál?
—antes de que Lucifer llegara por ti, se que Sherlock te había pedido matrimonio ¿Cómo estás con eso?
—bueno, la verdad es que con todo esto no lo había pensado. Pero creo que estoy...estoy...muy feliz y confundida a la vez -respondí sentándome en la cama de mi madre
—es normal. No esperabas que te lo propusiera en ese momento. Y puede que haya sido precisamente eso, lo que lo llevó a hacerlo. Aunque lo dudo mucho
—sí, es cierto. Sherlock no es una persona que se tome estas cosas a juego, ni mucho menos que haga las cosas sin pensar. O al menos no esta vez -aseguré
—tu lo conoces mejor que yo. Pero de cualquier forma, piensa bien tu respuesta. Un matrimonio podría cambiar tu vida por completo
—tienes razón. Creo que voy a pensarlo -respondí con un tremendo nudo en el estómago.
Tiene razón. Un matrimonio podría cambiarlo todo. Tendría que abandonar mis estudios, aunque no se si Sherlock aceptaría casarse conmigo después de la universidad.Si me pongo en sus zapatos, tal vez si hubiera pensado en eso antes. ¿o no?.Tengo muchas dudas pero no puedo resolverlas hasta no hablar con Sherlock al respecto.
—no te preocupes. Tu y él hablarán muy pronto -dijo Amenadiel como si me leyera los pensamientos —no creo que lo de el compromiso sea algo que Sherlock evite por mucho tiempo
—sí, y más si sabe que con quien quiere casarse es su ángel de la guarda
—eso no tiene importancia. Yo estoy con Linda y ella y yo tenemos un hijo. Tu eres mitad humana y además, padre sabe que su amor es puro y sincero -afirmó Amenadiel.
—gracias por apoyarme, hermanito -dije dándole un abrazo
—sabes que estoy aquí para ti, no importa que pase -respondió estrechándome con fuerza
Después del abrazo, ambos volvimos a la sala y mi sorpresa fue enorme cuando la voz de Sherlock dijo severamente
—tenemos que hablar.
¡e buelto!espero que esten muy bien.
¿qué les pareció el capítulo?
¿ya saben quien es el villano de la historia?les léo en comentarios.
gracias por esperarme. Les mando un abrazo y cuídenceme muchísimo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro