━ SCARED TO BE LONELY

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Era la quinta vez en la semana que Emma le marcaba a Tom por teléfono y no contestaba. Ella naturalmente entendía que estaba demasiado ocupado con la filmación de la nueva película de Spider-Man y sabía de primera mano que el chico en verdad quería dejar todo de él en la actuación.

Emma también estaba algo ocupada con el inicio del rodaje de Stranger Things donde ella participaría y estaba en ascuas esperando alguna llamada de su representante diciéndole que obtuvo el papel al que audicionó para Thirteen Reasons Why o Riverdale, alguna de las dos series eran buenas; y a pesar de todo eso ella siempre buscaba la manera de hablar con Tom porque como dicen por ahí: si quieres a alguien no vas a esperar a tener tiempo para hablarle sino que vas a hacer un espacio en tu tiempo para hacerlo.

Y Emma quería demasiado a Tom.

Marcó otro número el cual contestaron a los dos timbres.

—Hola, Em.

— ¡Harrison, hola!

— ¿Qué tal todo?

—Bien, sí —dijo ella—. Oye, sabes que te adoro pero le marqué a Tom y no me responde.

—Qué extraño —respondió Harrison—, están descansando.

Emma frunció el ceño.

—Oh, pues...

— ¿Por qué estás llamándole?

—Por nada.

—Emma —canturreó Harrison.

La rubia gruñó.

Recordaba las miles de veces que Tom le había llamado luego de que salieron artículos hablando de cómo ella y Shawn tenían una relación y que Emma estaba siguiendo los pasos de su madre. Al final, cuando la participación de Shawn en la gira estuvo a punto de terminar, Tom dejó de llamarle tanto. Ahora la historia se repetía.

Emma había dejado que muchísimos artículos hablando de Tom y Zendaya se le fueran de las manos, pero esta vez tenía curiosidad. Ahora sí quería saber qué demonios estaba haciendo con su co-estrella.

—Salió otro artículo, ¿de acuerdo?

—Pero nunca le has llamado.

—Es diferente, Haz, quiero hacerlo.

Harrison no dijo nada: —Llámale de nuevo.

—De acuerdo.

— ¿Y Emma?

— ¿Qué?

—Tom te ama.

Claro.

La rubia no respondió nada, solo colgó la llamada y volvió a marcar el número de su novio por tercera vez en el día. Sonó una vez, dos veces, tres veces y cuando quiso darse por vencida...

— ¿Bueno?

Emma parpadeó varias veces.

Si bien era verdad que Tom se la pasaba llamándole cada que un nuevo rumor salía sobre Shemma lo que nunca fue verdad es que Shawn respondía su teléfono. Emma nunca dejaría que él lo hiciera.

Pero al parecer a Tom no le importaba esas cosas.

— ¿Zendaya?

—Hola, Emma.

—Oh, eh... hola —dijo, viendo cómo Joe Keery le empezaba a hacer señas para que regresara al rodaje—, ¿está Tom?

—Está dándose una ducha.

— ¿Disculpa?

—Sí, estamos en el hotel.

Emma en verdad quería odiar a Zendaya desde el comentario que puso en su foto de Tom diciendo que su relación ya no debería de existir pero a partir de eso ella nunca más volvió a decir o escribir algo parecido e incluso ahora su voz sonaba natural, como que todo eso le estaba saliendo porque sí y no con intenciones de hacerla enojar.

Era eso o en verdad era una excelente actriz. Pero de todos modos aquella actitud de la chica hacía enfurecer más a Emma.

— ¿Quieres dejarle un mensaje?

Emma lo pensó largo y tendido.

—No. No, no —la rubia se acercó a sus compañeros de filmación—. Nada. ¿Y Zendaya?

— ¿Qué sucede?

— ¿Puedes... borrar mis llamadas de la lista, por favor?

—Eh... claro, sí, ¿segura?

—Sí.

—De acuerdo.

—Gracias —Emma sonrió—. Adiós.

—Adiós.

Colgó.

Natalia Dyer la miró extraño y puso su mano sobre el hombro de la chica.

— ¿Todo en orden?

Emma dejó de mirar a la nada para poner su vista sobre Natalia y simplemente asintió mientras sentía que sus ojos se ponían llorosos.

—Todo perfecto.

Quería hablar con su padre. Con su madre. Con su tía. Con su mejor amigo.

Quería hacer todo menos entrar a las redes sociales o ponerse a grabar una escena más.

Estaba cansada. Pero sobretodo confundida.

¿Qué demonios estaba pasándole? ¿Qué demonios estaba pasando con su relación? Emma inhaló y exhaló con profundidad colocándose donde debía estar para el inicio del rodaje de aquella escena y de la nada empezó a sentir que su vista se nublaba. 

Esto era lo que temía. Emma y Tom habían acordado al inicio de su relación que si algo así empezaba a suceder con ellos, si en algún momento lo que ambos tenían se sentía tóxico y en un punto muerto... no podía, en verdad no podía. Tenía miedo.

Miedo a estar sola. A no tener a Tom en su vida. Aunque como su mamá decía cada que hablaban sobre la separación de ella y Josh a veces separarse era mejor que vivir infeliz.

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