XXXI. Viaje a Londres

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Quiero quedarme ahí en tus brazos, donde mi corazón tiene el ritmo perfecto —Roos.

Frío, luces parpadeantes blancas, azules, amarillas. Lluvia y pronto habría nieve. Ya era víspera de navidad, estaban exactamente a una semana de navidad, las calles estaban llenas de gente comprando regalos, las decoraciones, los árboles de navidad y todas las actividades que mantenían un gran tráfico en la calle, de un domingo en la tarde a pesar de que estaba lloviendo cántaros.

Jungkook salía de casa de su hermana después de haberla mimado y consentido, desde que su embarazo está tan avanzado, ahora ella es quien parece la hermana menor y no al revés.

Esa tarde tenía una cita importante con Taehyung y ya estaba saliendo mal desde que arrancó su motocicleta y un aguacero empezó. Consideró detenerse, pero se rehusaba a llegar tarde a un almuerzo que prepararía su suegra. Tenía que dar la mejor primera impresión, aunque no contaba mucho si no era la primera vez que se veían.

Se vieron esa vez que dejó a Taehyung en su casa después de esa noche lluviosa en la que se quedó a dormir con él. También cuando se quedó por primera vez en casa de su novio, pero esa era la cuestión, todavía no era su novio.

Ahora estaba a punto de conocerla oficialmente como pareja de su hijo. Su hijo que estuvo casado, pensaba que sus inseguridades respecto a ese tema ya se habían disipado, pero seguían allí para recordarle una y otra vez que no era el primero, hasta podía escuchar la voz de Taehyung diciéndole que era mucho mejor, pero eso no fue suficiente como para sentirse confiando frente a su madre.

Apenas podía ver a través de las gotas de lluvia. Estaba completamente empapado, su chaqueta de cuero pesaba aún más sobre sus hombros y su cabello largo no le molestaba por el casco.

Miró la hora en el reloj en su muñeca, un regalo de Taehyung. Era elegante, con una correa marrón, fina. No acostumbraba a usar reloj, pero le resultaba mucho más práctico ahora que lo estaba usando más. Se notaba que había sido un regalo; primero, por el color; segundo, por la forma que tenía. Era sofisticado y Taehyung tenía uno muy parecido, aunque no fueran iguales, eran de la misma marca.

Taehyung terminaba de arreglar el interior de su apartamento cuando escuchó el timbre. Le preocupaba lo fuerte que estaba lloviendo afuera, más por Jungkook y su preocupación aumentó cuando vio al chico parado frente a él, empapado completamente.

—Traje cervezas —expresó alzando el sixpack de cervezas, dedicándole una sonrisa y temblando de frío.

—Dios mío, entra, entra —le pidió quitándole las cervezas de las manos dejándolas sobre la encimera de la cocina.

Jungkook paseó su mirada por el lugar esperando encontrarse con la madre de Taehyung, pero el silencio que había le decía que solo eran ello dos.

—Quítate esa ropa, dúchate, te puedes enfermar —le pidió empujándolo por el pasillo hacia su recámara—. ¿Por qué no esperaste que parara? Debiste llamarme y te recogía.

—No quería llegar tarde.

Darling, no tienes que preocuparte por eso —susurró en inglés mientras buscaba dentro de su armario casi de puntilla.

—Es más importante tu salud, puedes enfermar —declaró pasándole una toalla verde turquesa.

Siempre que se duchaba en su apartamento usaba la misma toalla, ya la consideraba suya, pero no le admitiría eso a su novio que ahora lo miraba como si estuviera a punto de reprocharle.

Sus cejas estaban levemente fruncidas y sus labios apretados. Eso solo le dio ganas de besarlo y lo hizo.

—No te preocupes tanto —susurró sobre sus labios.

Taehyung se rio al escuchar como el intentó imitar su acento al hablarle en inglés. Le sonrió y lo empujó al baño dándole una nalgada antes de cerrar la puerta, lo que por supuesto hizo reír a Jungkook.

Desde la ducha pudo escuchar como su novio cantaba Sweet Thing de Mick Jagger, algo que le sorprendió a Jungkook, en varias ocasiones cerró la ducha solo para escuchar la voz de Taehyung por encima de la música, a veces se alejaba y en otras se acercaba. Debía admitir que no era muy de él escuchar ese tipo de canciones, incluso, de los dos se supone que él era el rockero, mientras que a su novio le gustaban más las baladas, el jazz.

Sonrió para sí mismo el escuchar que seguía el sonido del saxofón con un silbido, debía estar disfrutándolo allá afuera. Se apresuró en terminar de ducharse rápidamente y ver aquel espectáculo, pero cuando abrió la puerta la canción ya había terminado y Taehyung dejaba una canasta de ropa vacía sobre la cama.

"Just Another Night" del mismo Jagger empezó a sonar cuando este se dio la vuelta y le sonrió mirándolo de arriba abajo. Jungkook se dio cuenta de que la música venia de la sala de estar y realmente le gustaba la elección de los temas musicales.

No podía dejar de ver a Taehyung guardando algunas cosas en los cajones junto a la cama mientras le pedía que usara cualquier cosa de su closet, a lo que se negó casi de manera rotunda.

—¿Qué pasa? —preguntó tomando su móvil de la mesita de noche.

—No quiero hurgar en tus cosas y encontrarme con algo indebido.

—¿Algo indebido? —preguntó Taehyung alzando sus cejas.

—Sí, ya sabes, cosas que yo no debería ver —expresó mostrándose algo confundido al percibir un aroma que despertó su hambre de inmediato.

Cuando escuchó la tercera canción, dudó que aquel fuera la lista de reproducción de su novio. No es que fuera canciones muy viejas, porque sabía que Taehyung tenía un gusto para la música bastante enriquecedor como dueño de un bar, pero esas canciones definitivamente no son de las que tiene en su lista.

Honey, ¿acaso viste algo "indebido" en mi closet? —preguntó Taehyung acercándose a él con una sonrisa ladina.

Él sabía perfectamente las cosas que pudo haber visto Jungkook; sin embargo, no dejó de fingir que no sabía nada.

—Mmmh —murmuró con una mano en su nuca—. ¿Quizás?

Taehyung se echó a reír de manera escandalosa viendo como las orejas de su novio se acaloraban de la vergüenza, solo tenía una toalla alrededor de su cintura y algunas gotas chorreaban por sus hombros fornidos.

La risa de Taehyung se podía escuchar en todo el apartamento, el hombre se encontraba frente a él riéndose hasta el punto que sus ojos se achicaban y su nariz se arrugaba, se sujetó con ambas manos de sus brazos inclinando su espalda hasta apoyar su frente de su pecho aun riendo casi de manera escandalosa.

Su risa es contagiosa, así que no pudo evitar sonreír mientras lo sujetaba de las manos. Ya que este parecía que no podía mantenerse erguido por el ataque de risa.

Y las canciones de fondo seguían llamando su atención, no estaba muy alto, solo lo suficiente como para escuchar la letra, algo sofriéndose en la cocina. Estaba realmente sorprendido de que la mayoría era rock alternativo del viejo. De los 80 y 90.

—Entonces —dijo tratando de recuperar al aire—. Viste mis juguetes.

—Si —susurró Jungkook viendo lo cerca que ahora estaba su rostro—. Y tú lencería también.

—¿No me quieres ver con ella puesta? —cuestionó acercándose más a su rostro.

—Por Dios, no me preguntes esas cosas —expresó tratando de reprimir la sonrisa que apareció en su rostro.

Beautiful Boy de John Lennon hizo que aquel momento en el que estaba completamente avergonzado de lo que estaba admitiendo, el rostro resplandeciente de Taehyung mirándolo con cierta diversión, le hizo sentir que estaba atrapado en alguna película.

—Eso es un sí, me la pondré un día que quieras divertirte —señaló besando su mejilla, luego nariz, las esquinas de sus cejas, sus parpados.

Sus besos eran suaves y le daban cosquillas, pero también una tranquilidad que no quiso abandonar. Cerró sus ojos mientras Taehyung llenaba su rostro de pequeños besos juguetones. Lo tomó de la cintura e hizo lo mismo. Besó sus mejillas, la punta de su nariz, los lunares de su frente, sus cejas y parpados, hasta terminar en sus labios.

—¡Cariño no tienes azúcar!

Jungkook abrió los ojos de golpe al escuchar la voz de la madre de Taehyung.

—¿Tu madre ya está aquí? —cuestionó alarmado.

—Sí, llegó cuando te metiste a bañar —dijo—. Ella es quien tiene esta música, pero no te dejes engañar, la mayoría de las canciones rockeras son las que escuchaba papá en el bar y en casa.

—Joder, ¿y estás hablando de juguetes lencería como si nada y con la puerta abierta? Mierda —expresó abriendo la puerta del closet con rapidez.

Tenía que salir de allí pronto y presentarse adecuadamente. Aunque ahora no dejaba de pensar en si su madre pudo llegar a escuchar algo de lo que ellos hablaban en aquella habitación.

Taehyung volvió a reír y salió de la habitación, esta vez cerrando la puerta para que Jungkook se sintiera cómodo.

Cuando llegó junto a su madre en la cocina, no podía dejar de sonreír por la repentina timidez de su novio cuando era casi imposible que su madre haya escuchado algo cuando estaba sumergida en preparar el almuerzo o lo que faltaba de este, ya que llevó algunas cosas que ya había preparado. Además, estaba escuchando música, la música que solía escuchar su padre.

Hasta podía sentir su presencia de tan solo escuchar esas canciones que solían reproducirse los días que no estaba en el bar o las que siempre ponía cuando limpiaba el pub.

—¿De qué tanto te ríes? —cuestionó su madre pasándole algunos cubiertos y cucharas.

—Jungkook encontró mis cosas "indebidas" —expresó tratando de no volver a reír.

—¿Juguetes?

—Y lencería.

—¿Sigues usando eso? —preguntó la mujer levantando sus cejas mientras servía algunas salchichas.

—Claro que no. Hace años que no la uso, no tenía el motivo.

—Pero ahora sí —consideró subiendo y bajando sus cejas.

—Claro que sí, es mucho más que un motivo —susurró mirando a su madre con una sonrisa cómplice.

—Sorpréndelo —sugirió.

—Debería, ¿no?

—Tienes que.

—Pero no hables de eso en la mesa —señaló con su dedo—. O se pondrá más rojo que este tomate frito.

—¿Crees que le guste la comida británica? —preguntó con preocupación.

Sabía que a su madre le preocupaba que a Jungkook no le gustara la comida. Y a su novio le preocupaba no agradarle a su madre, luego estaba él en medio que tenía que tranquilizarlos a ambos.

—No creo que le guste más que la coreana, pero no te preocupes, le gustará —susurró—. Nadie la hace mejor que tú.

Cuando la mesa ya estaba servida, Taehyung notó la presencia de Jungkook entrando a la pequeña sala de estar usando uno de sus pantalones marrones y una camiseta blanca arremangada, por su puesto a él le quedaba mucho más ajustada. Antes usaba su chaqueta de cuero que ocultaba todos sus tatuajes, pero ahora estaban completamente a la vista de su madre, lo que sabía que seguiría sorprendiéndole, que él estuviera saliendo con un chico como Jungkook, todo el que lo conocía siempre se sorprendería.

—Al final encontraste algo —susurró Taehyung sonriéndole, mientras que esté solo se encogió de hombros.

—¡Jungkook, finalmente llegó día para conocernos! —chilló su madre con emoción.

—Es un placer verla de nuevo señora Kim —dijo saludándola con una reverencia mientras le daba la mano sujetando su antebrazo en el momento.

—Oh por favor, dime Charlotte —le pidió sonriente.

El abrazo repentino sorprendió a Jungkook, se notaba que era una mujer cariñosa pero aun así no esperaba que lo abrazara tan pronto.

—Espero que tengas hambre, Taehyung me dijo que comes muy bien —expresó sonriente.

Charlotte era radiante, tan radiante como Taehyung. Sus ojos verdes estaban llenos de dulzura, ahora le daba curiosidad saber cómo se veía el padre de su novio, porque en ese momento parecía ser la versión masculina y asiática de su madre.

La comida se veía muy diferente a lo que él ha visto alguna vez, nunca en su vida ha comido comida británica o solo comida que no fuera asiática, por lo que le resultaba extraño la combinación de frijoles con salchicha y tomate frito, pero sorprendentemente estaba delicioso.

—Me gusta su elección de canciones —admitió Jungkook cuando aún podía escuchar, aunque muy bajito, la voz de John Lenon.

—En realidad la mayoría de las canciones eran escuchadas por mi esposo —dijo—. Ustedes se hubieran llevado muy bien.

—Ya se lo he dicho, pero ahora que tú se lo haces me creerá más.

El resto del almuerzo en la pequeña mesa redonda de Taehyung, fue mucho más ameno de lo que imagino que sería. Su madre era bastante conversadora y podía deducir de quien heredó Taehyung su carisma.

Tuvo que responder preguntas sobre la relación que ellos tenían, incluso le hablo de algunas cosas que él empezaba a descubrir ahora que era pareja de Taehyung y que tenían tres meses saliendo. Como, por ejemplo, que no le gustaba el desorden, con la que podrían tener encontronazos porque muchas veces él podría llegar a ser desordenado si tenía muchas cosas que hacer.

Jungkook terminó de comer antes que ellos. Taehyung al ver que se comió todo muy rápido, supo que en verdad tenía mucha hambre. Lo miró de soslayo, con una sonrisa al ver su plato completamente vacío. Era buena señal que se haya comido todo.

—¿Quieres más cariño? —preguntó Charlotte con dulzura.

Le gustaba como se escuchaba su voz y su acento aun cuando hablaba en coreano. No parecía costarle, pero su forma de pronunciar algunas palabras era propia de un extranjero. A Taehyung no le pasaba mucho, puede que olvidara alguna que otra palabra y que hablara lento, pero su pronunciación era bastante buena.

La respuesta de Jungkook fue negar con la cabeza mientras se limpiaba la comisura de los labios.

—Está siendo modesto —masculló Taehyung antes de ponerse de pie—. Haré algo rápido, ¿sí? Ustedes hablen y conózcanse o no sé, mamá cuéntale algo para que no esté tímido.

—No estoy tímido —se quejó casi haciéndole pucheros al hombre que ahora se encintaba dentro la cocina, enviándoles besos como si fuera un bebé.

—Apenas y hablas honey —dijo buscando entre la nevera.

Taehyung preparó algo de arroz y chapaguri, tomó algunos ingredientes que dejó su madre y sacó algo de kimchi. Desde la cocina vio cómo su madre se reía de lo que sea que su novio le estuviera contando.

No se iba a mentir a sí mismo, también tenía miedo de que a ella no le agradara, aunque estaba seguro que lo haría. Puede que su apariencia fuera algo ruda de su barbilla hacia abajo, pero el realmente era la persona más tierna y adorable, sabía que su madre amaría eso de él.

Ella nunca conoció a nadie más que su exesposo, a quien, por supuesto amaba, así que claro que tenía algo de miedo.

Dejó un tazón de arroz, otro de Chaaguri y el kimchi. Por la sonrisa de Jungkook supo que estaba verdaderamente contento.

—Gracias por la comida —masculló besando rápidamente la mejilla de Taehyung en cuanto volvió a sentarse a su lado.

El resto de la tarde fue bastante lluvioso, Charlotte preparó té británico mientras esperaba que bajaran un poco más la lluvia torrencial. Hablaron los tres sentados en el sillón de cuero marrón de Taehyung.

Hablaron de música, de que ella quería verlo tocar algún día. En ese momento pudo notar lo realmente cercano que eran Taehyung y su madre, tenían una relación que le parecía preciosa. Por momentos no entendió de que hablaban hasta que su novio le traducía para hacerlo parte de la conversación. Al parecer ella estaba muy acostumbrada a hablar con Taehyung en su idioma nativo.

Cuando la lluvia finalmente paró un poco ya eran las cinco de la tarde, y ella decidió volver a casa para prepararse para el trabajo de mañana.

Charlotte se despidió de él con un abrazo, no estaba acostumbrado a ese tipo de contacto, pero le gustaba porque le hacía sentir párate de ellos. Como si fuera una aceptación por ser novio de su único hijo.

Después de conocer a la madre de Taehyung y pasar casi la mitad del día con ella no pudo evitar pensar en su infancia, en aquellos días en los que dependía totalmente del afecto de su madre que, aunque insuficiente, como niño que era lo atesoraba con todo su corazón.

Taehyung lo vio pensativo y se preguntó, si habían pasado un rato tan agradable ¿porque aquella expresión tan desanimada?

Jungkook se sentó junto a él en el sofá junto a la ventana, para el guitarrista ese lado del sillón parecía decir "En caso de querer dejar ir suspiros con el aire fresco, sentarse aquí"

—¿Por qué tan contemplativo? — cuestionó Taehyung acercándose, pero sin hacer ningún contacto físico, dándole su propio espacio.

— No lo sé bien, pero supongo que acabo de tener un golpe de nostalgia por mi infancia. Aunque parezca mentira tu madre me acordó a la mía cuando estaba más chico, quiero decir, cuando aún era muy pequeño y dependía de ella para todo.

—Mmm, y ¿qué es lo que te viene a la mente?

—Lo cálido que se sentía ir de su mano, veo el mar del este, nunca íbamos con mi padre, solo éramos ella y yo en un mundo que para mí era desconocido pero fascinante y seguro porque estaba con ella, la delicadeza con la que pelaba los mariscos para mí, mis piernas colgando de la silla, solo habría mi boca, y solo tenía que masticar lo que mi madre me daba.

» Su mirada siempre parecía la de alguien que constantemente pide disculpas, la sentía tan cerca porque su personalidad parecía estar minimizada a mi tamaño. Luego terminábamos caminando a casa de la abuela, atravesando el mercado y oyendo el acento fuerte de la gente de Busan, gritando expresiones que no entendía y si mi madre se detenía, sin importar quien, inclinaba mi torso como ella me había enseñado.

Taehyung lo escuchó atento, podía imaginarse a un pequeño Jungkook, siendo muy educando con las personas en la calle. Lo que no podía imaginarse del todo era a una mujer como su madre siendo muy cariñosa.

—Siempre al llegar a casa de la abuela todo parecía resplandeciente a pesar de que todo era de madera, y me inundaba la nariz un olor a jabón de lavar ropa, las sabanas ondeando en el patio como significando una tregua en nuestras, una tregua del hogar nuestro que siempre parecía una zona de derrumbe. El olor del mar, la brisa suave y las tenues luces que eran apagadas temprano dejaban ver un cielo en el que parecía no caber las estrellas.

No sabía que decir exactamente a aquellos pensamientos. Era bueno que el ya tuviera la confianza de expresa su pensar en voz alta. Taehyung que pensar muy bien en su respuesta.

—Es importante también recordar el amor que nos han dado, aun sintamos en el presente que esa persona no nos quiere, no significa que haya sido un amor falso —expresó—. El que seas buena persona, se lo debes en parte a tu madre, aunque ella ahora no sea la mejor. Aunque sé que ese afecto es insustituible haré lo posible por no soltar tu mano.

—Eres tan hermoso y quiero besarte ahora —determinó acerándose al cuerpo de Taehyung.

Lo acorraló contra el sofá y lo besó. Amaba besarlo, cuando llovía, cuando hacía calor, frio, en la playa, en la piscina, en la cama antes del dormir, en la cama al despertar, debajo de la ducha. Simplemente amaba besarlo.

Podría quedarse sin oxígeno por mantener sus labios unidos.

Besos, cosquillas, risas y correteo dentro del apartamento como si fueran niños. Jugueteo entre risitas fue parte del resto de su tarde hasta que llegó la noche y ya era poco lo que quedaba por hacer más que pedir comida a domicilio y ver una película hasta quedarse dormidos en el sofá.

A Taehyung le encantaba lo divertido que era estar en una relación con Jungkook, quien resultaba ser mucho más juguetón, especialmente cuando no estaba pensando en nada y solo buscaba una forma de hacerlos reír. De verdad que parecían niños, se sentía tan rejuvenecido y relajado a su lado, y esos pequeños detalles solo sumaban más al amor que crecía dentro de él.

Se prepararon para ver una película desde la computadora que Taehyung tenía conectada a la televisión frente a ellos. Jungkook tenía toda una lista de películas que quería ver especialmente con él y de todas esas, ganó "Los improvistos del amor", claro que verían una película romántica, comiendo pollo frito, han descubierto que les encanta el pollo frito con salsas especiales, acurrucados en el sofá, con tan solo la luz de una de sus lámparas encendidas y la lluvia que solo había parado un poco.

En el momento que Taehyung conectó el computador a la televisión, Jungkook estaba concentrado colocar la caja de pollo en medio de ambos. Taehyung sintió su corazón latirle desbocado cuando lo primero que apareció en la gran pantalla fue algo de lo que todavía no estaba listo para hablar. Pretendía hacerlo cuando se fueran a dormir y estuvieran muy tranquilos para hablar, claramente ese plan se fue a la mierda.

Jungkook estaba, evidentemente, muy sorprendido al ver los boletos de avión con destino a Londres. No sabía cómo sentirse o que pensar al respecto, tampoco que decir. Le tomó por sorpresa y Taehyung rápidamente cambio la pestaña, haciendo notar su nerviosismo.

Su mirada se plantó en el hombre a su lado que tenía la atención en la pantalla, mordiendo su labio inferior. Moviendo su mirada alrededor, pero si mirarlo a él.

Odiaba ese silencio entre ellos.

—¿Te vas a Londres y no pensabas decirme o...?

—Si iba a decírtelo, hoy —expresó volteándose para mirarlo a la cara—. Yo solo... no encontraba la manera porque realmente no quiero separarme de ti.

—Ni que fueras irte a vivir.

Otra vez silencio.

—Si te quedas callado creeré que te vas a vivir al otro lado del mundo.

—¿Habría problema con eso?

—No... digo, si, ¿Por qué la pregunta de repente? —cuestionó frunciendo sus cejas—. ¿Piensas irte a vivir a Londres?

Estaba empezando a asustarse y si Taehyung no le decía claro que es lo que tenía planeado hacer empezaría a tirar de su cabello de la frustración. ¿Acaso fue aquel almuerzo con su madre algún tipo de despedida?

—No me voy a vivir, honey.

Jungkook sintió que volvió a respirar.

—Dios mielcito, no me asustes de esa manera —susurró—. No podría vivir contigo lejos de mí, no creo que funcione la verdad.

Taehyung le tomó la mano y entrelazó sus dedos.

—Perdón por no decirte esto antes, fue una decisión casi de último minuto. Realmente tuve un gran debate en que debía hacer —expresó Taehyung con la mirada gacha—. Creo que debo poner en practica mis consejos. Lo hice mal sin hablarlo contigo antes y pedirte opinión, no me iré a vivir, pero se supone que debes saber este tipo de cosas.

—No te preocupes tanto —masculló acariciando el dorso de sus manos—. ¿Desde cuando tienes lo boletos?

—Los compré ayer.

—Estamos a una semana para navidad —susurró Jungkook sin dejar de acariciarle la mano.

Faltaba muy poco para navidad y el que su novio haya comprado boletos de viaje a Inglaterra hace tan solo un día, dejaba claro que se pasaría la navidad lejos.

—Una semana para navidad y cinco días para que me vaya a Inglaterra.

—Te vas el viernes.

—Si.

—¿Por cuánto tiempo? —cuestionó Jungkook logrando volver a mirarlo a los ojos.

—Por un mes.

—Eso... —tuvo que hacer una pausa para que su voz no se escuchara tan afectado—. Eso es mucho.

—En realidad, es un estimado del tiempo que necesitaré, puede que sea en menos tiempo o puede que sea más.

"Más tiempo", pensó Jungkook sin apartar su mirada de los ojos de Taehyung que lo miraban como si estuviera pidiendo perdón, como si estuviera haciendo algo malo. Sus pensamientos no ayudaban a mejorar la expresión que probablemente hacían que él lo mirara de esa manera, todo le recordaba a ese momento en el que Jiseok habló con él y luego desapareció para no volver.

Su miedo más grande y estaba sucediendo otra vez. Sabía que Taehyung no se iría para siempre, pero aun así no podía dejar de pensar en el abandono, otra vez. Mentiría si dijera que no le estaba afectando saber que su novio no solo se iría para navidad y año nuevo, sino por más tiempo que ese. El ni siquiera estaba seguro y eso le estaba carcomiendo la cabeza.

—Supongo que tienes muchas cosas que hacer allá —señaló.

—No tienes idea —masculló Taehyung subiendo sus pies por encima de las piernas de Jungkook, sin dejar ir sus manos—. Ya te había dicho que quería reabrir el pub de papá, hice una nueva bebida que se empezara a comercializar para navidad y luego está el apartamento que me quedó después del divorcio.

Si tenía muchas cosas que hacer, pero de todos modos se preguntó si era realmente necesario que se quedara por un mes o más, estaba siendo un poco egoísta, estaba claro de ello. No podía evitar hacerlo cuando todo seguía nuevo entre ellos, pasarían su primera navidad como pareja lejos del otro, eso no le hacía para nada feliz, especialmente cuando ya tenía todo planeado para esos días.

Sabía que quería abrir el pub, pero no eso kW je sería tan rápido. También sabía lo de la bebida, pero pensaba que lo haría desde aquí. Estaba completamente equivocado, y sentía que Taehyung le había dicho todo eso a medias porque sabía que de alguna manera u otra el que estuvieran lejos durante esas fechas le afectaría, que lo estaba haciendo.

Dejó el toque de la mano de Taehyung para acariciar sus muslos cubiertos por el pantalón de chándal verde. La tela era suave, tan suave como la mirada que le dedicaba su novio en ese momento.

—¿Te quedarás en ese apartamento? —preguntó Jungkook con la mirada en los círculos que hacía sus dedos sobre la tela de su pantalón.

—No, pienso darle a la madre de Juwon sus pertenencias, venderé algunas de las mías, y pondré en venta el apartamento —expresó—. No quiero tener nada que me recuerde a él.

—Está bien si quieres quedarte, después de todo, es un apartamento —expresó Jungkook.

—Y puedo perfectamente comprar otro con la venta de este, además, es necesario que tenga uno para cuando vayamos juntos a Londres —dijo llevando sus manos a la barbilla de Jungkook y hacer que esté lo mirara a los ojos.

Se dio cuenta de que estaba a punto de llorar, no había otra explicación para aquella mirada cristalina.

—¿Vivían juntos con ese lugar?

No se supone que ese debía ser el rumbo que tomará la conversación. Aunque sabía que de igual modo terminarían hablando de ello en algún momento, Taehyung prefería no seguir incluyéndolo en su vida amorosa.

—Es donde nos quedábamos para navidad y verano, así que no pienso quedarme en ese mismo lugar cuando vaya contigo —respondió—. Pero eso no importa ahora, honey. Decidí ir a Londres porque mamá realmente quiere pasar la navidad con su familia, este año nos quedamos aquí y no fuimos ni una sola vez a Inglaterra, y sé que si nos quedamos otra vez, se sentirá muy triste y lo último que quiero es que ella esté triste, ya es suficiente con tener que vivir una vida sin papá.

—Tae, no tienes que darme explicaciones —expresó en un hilo de voz—. Solo me hubiese gustado saberlo antes, incluso hasta consideraría irme contigo a pesar de que nunca he pasado la navidad lejos de mi familia.

—Perdón por no hacerlo, yo de verdad que no sabía cómo. Quiero quedarme, pero también necesito irme ahora por mamá y todo lo demás que debo hacer —se disculpó peinando el cabello de Jungkook—. No compré boleto de vuelta, así que cuando me necesites aquí contigo vendré corriendo.

—¿Lo prometes? —le preguntó levantando sus cejas y agrandando sus ojos redondos.

Lo prometo, honey —expresó en inglés abrazando su pecho, dejando caer su cabeza sobre su hombro.

Jungkook se queda en silencio con la mirada puesta en el televisor con la página en donde vería la película, justo ahora le parecía irónico el título, "Los improvistos del amor", supuso que aquel era uno de los improvistos del amor.

Tenía tantos planes para navidad, todos incluían a Taehyung, pero ahora no tenía idea de lo que haría durante esas fechas si iba a estar sin él.

—Si hay algo que te molesta por favor dímelo —susurró abrazándolo más fuerte. Jungkook lo rodeó con su brazo y lo mantuvo cerca suyo.

—No, solo me pone triste que te vayas —masculló con su barbilla sobre la cabeza de Taehyung—. Pero lo entiendo. Tengo que entenderlo y no ser egoísta, tu madre lo necesita y tú también.

Terminaron de comer el pollo frito y ver la película en silencio, a veces reían por las escenas divertidas, pero eso era todo. Se mantuvieron abrazados hasta que terminó la película.

Jungkook no podía decir que le prestó mucha atención, al menos no tanta como Taehyung; estaba sumido en sus pensamientos, por más que quiso evitarlo no pudo salir de ahí y dejar de imaginar cosas.

Le gustó que Taehyung le propusiera quedarse a dormir porque estaba lloviendo otra vez y no era buena idea que volviera a casa en moto, a esa hora de la noche y bajo la lluvia. Él quería quedarse y pasar el resto de la noche con él ahora que sabía que lo tendría lejos por un tiempo.

Los días después de esa noche fueron tan rápidos que Jungkook apenas llegó a asimilar que estaba a tres días para que Taehyung se fuera del país. No podía concentrarse en nada de lo que hacía.

Sus compañeros de banda estaban emocionados porque ahora tenían una comunidad de seguidores en las redes sociales, de repente muchísima gente los estaba siguiendo. Ahora no solo tocaba en el bar y trabajaba con su hermana, sino también que grababan vídeos con diferentes dinámicas de ellos tocando las canciones que sus seguidores le pidieran y eso solo aumentó el número de personas que ahora conocía a Blue Notes.

Estaba feliz, claro que lo estaba. Pero en ese momento deseaba poder expresarlo más, pero Taehyung estaba en su cabeza la mayor parte del tiempo, así que sentía que sus compañeros de banda estaban mucho más entusiasmado y motivados que el que estaba más preocupado porque no pasaría la navidad con su pareja.

Quizás no era la gran cosa, pero su mente era tan poderosa que estaba haciendo de todo aquello una tormenta dentro de un vaso, porque no podía dejar de pensar en que él se quedaría por mucho más tiempo y tenía miedo. Miedo de que le gustara y quisiera quedarse para siempre, de que sucediera algo y tuviera que quedarse por mucho más tiempo, que la reapertura del bar y la comercialización de la bebida requiera de su presencia por mucho más que solo un mes.

Se estaba volviendo loco con aquellos pensamientos, a tal punto que no sentía que estaba disfrutando como debería el hecho de que Blue Notes se estaba haciendo de un nombre en las redes sociales. Todos esos sentimientos lo conducían a sentirse otra vez como un mal líder.

Aquel martes después del ensayo, fue al apartamento de Jimin, era el único con el que podría abrirse completamente, después de todo seguía siendo su mejor amigo y pasaban gran parte del tiempo sumergidos en trabajo y la banda, siquiera se dieron cuenta cuando dejaron de ir por un trago y que fuera solamente por tomar.

—¿Qué es lo que sucede que estas tan sumergido en tus pensamientos últimamente? —preguntó Jimin cuando ambos se sentaron sobre los cojines detrás de la mesita en la que comerían la cena de compraron de camino.

—Taehyung se irá a Londres por un mes —explicó sin dar muchos rodeos—. Quiero irme con él, de verdad que quiero irme con él, Jim.

Su amigo se llevó una sorpresa al saber la noticia, tanto que casi se atraganta con el bibim guksu que se comía con mucho entusiasmo.

—¿Se va por un mes y para navidad? —cuestionó mirándolo con los ojos agrandados.

Jungkook solo asintió antes de llevarse más fideos a la boca.

—Eso es, joder... —masculló—. Me dijiste que tenías muchas cosas planeadas con él para esa fecha, ¿él no sabía?

—No, digo... pensaba que si le decía al menos con un día de antelación sería suficiente, pero ambos estuvimos haciendo diferentes planes y él no sabía cómo decírmelo.

—O sea, que él sabía que te afectaría y por eso no te lo dijo antes.

—Claro que lo sabe.

—¿Cuándo se va?

—El viernes —susurró Jungkook moviendo sus palillos entre sus fideos.

—Deberías pasar todo el tiempo que puedas con él, Jungkook, si te apartas ahora te arrepentirás cuando se haya ido.

Jimin lo conocía muy bien y sabía que lo primero que el haría sería alejarse porque de esa manera pensaba que sería menos doloroso cuando estuviera lejos.

—¿Qué tal si no vuelve? —preguntó dejando ir sus palillos.

—Si él te dijo que va a volver, tienes que confiar en él y esperar pacientemente —le aseguró Jimin.

—No quiero que vuelva a pasar, Jimin.

—Él no te va a abandonar, no deberías preocuparte eso, ¿no ha demostrado que quiere estar contigo?

—Si.

—Entonces no hay mucho de lo que tengas que preocuparte, yo mismo soy testigo de que ese hombre te quiere, amigo —consideró—. Él es un hombre diferente y tú no eres el mismo Jungkook de hace ocho años, si te dijo las razones por las que se va por ese tiempo, no deberías sobrepensar en un "qué tal si.", no te hará ningún bien y solo te mantendrá alejado cuando deberías estar aprovechando cada segundo a su lado.

Su mejor amigo tenía razón, siempre la tenía. Lo miró a los ojos por varios segundos, dándose cuenta de que su mirada era distinta, como si estuviera enamorado, incluso su forma de hablar le recordaba al Jimin de secundaria.

Su brillo había vuelto y apenas se estaba dando cuenta de ello y sabía que la razón era su vecino Kim Namjoon. Desde que estuvo en esa relación con esa mujer su mirada y toda su aura era distinta, no era feliz. Pero ahora que estaba en una especie de relación con Namjoon, se notaba la diferencia y le alegraba que haya encontrado a alguien que al menos le hiciera feliz.

—Quiero irme con él. Podría irme con él, Jimin.

—Primero que todo, ¿tienes con que irte? —preguntó alzando sus cejas.

—No tengo nada más que las ganas —masculló tomando sus palillos.

Le avergonzaba decirlo, pero no tenía mucho, mucho menos para un repentino viaje a Londres.

—No tienes el dinero, un boleto saldría muy caro por el poco tiempo que queda para navidad y precisamente porque será navidad —declaró—. Además, ¿te volviste loco? No olvides que eres líder de una banda que está emergiendo, te necesitamos aquí con nosotros.

—Pero...

—No, Jungkook, no hay peros —determinó—. Entiendo que estés enamorado, y que quieras pasar navidad con él, es entendible, pero no tienes que ser el que siempre sacrifica algo para estar con él, no te acostumbres a hacerlo porque siempre será así, ya me ha pasado.

—No tiene nada que ver, lo dices como si él nunca ha hecho algo por mí, y es ridículo que lo compares con tu relación con esa mujer. Nada que ver, Jim.

—Lo malinterpretaste —declaró—. Lo que quiero decir con esto, es que tienes que saber cuándo hacerlo y cuando no. No puedes usar tus ahorros y comprar un boleto para ir a Londres con él y postergar todas las cosas que haremos con la banda en navidad, no tienes ese dinero, y aunque puedas conseguirlo para esa fecha, no deberías hacerlo porque tienes un compromiso aquí.

—Lo sé.

—Parece que no lo sabes. ¿No quieres continuar con la banda? Si es así, deberías decidirlo ahora, si uno de nosotros decide dejar la banda, entonces no habrás más Blue Notes. Somos cuatro o ninguno.

Jimin estaba molesto y claro que entendía su posición.

—Claro que no quiero dejarlo, es absurdo que me preguntes eso si sabes lo mucho que amo la música, es mi vida.

—Entonces no hables de irte a otro país por un mes y pausar nuestra agenda con la banda en un momento tan crucial —señaló—. Te comprometiste con una banda que tu formaste, tienes un sueño que perseguir y estamos a punto de lograrlo, no puedes detenerte ahora. Aunque quieras ir detrás de Taehyung, piensa en lo que eso significaría para ti como líder de la banda.

—Bien.

Fue todo lo que pudo susurrar antes de tomar un sorbo de agua tras terminar de comer. No tenía mucho que decir cuando Jimin se encargaba de devolverlo a poner los pies en la tierra, no todo podía ser tan fácil, no todo podía ser como él quisiera.

—Sabes que no te lo digo por mal, solo quiero que te mantengas consciente y no tomes decisiones con el corazón —admitió su amigo—. Siempre puedes pedirle a Taehyung que vuelva antes, eres su novio y estoy seguro que si le dices cómo te sientes realmente, lo entenderá.

Hablar de cómo se sentía y pedirle a Taehyung que volviera antes le hacía sentir tan egoísta sabiendo que él también estaba detrás de un objetivo como él estaba detrás de conseguir una disquera que los contratara.

No era tan fácil como se escuchaba cuando su mejor amigo lo decía en voz alta. Nadie dijo que sería tan fácil tener una relación con un hombre que ya es exitoso y tiene mucho o más trabajo que hacer, el simplemente no podía detenerlo como Taehyung no podía detenerlo de perseguir sus sueños de ser músico.

¡Volvió Show Me! 🥳

No se imaginan lo emocionada que estaba por seguir escribiendo esta historia que amo tanto. Espero que les haya gustado el capítulo, siento que no es lo que esperaban leer de "viaje a Londres".

Cuéntenme que les pareció, Jungkook sigue teniendo inseguridades, tanto Jk como Tae ahora se encuentran en una etapa de sus vidas en el que buscan conseguir algo de manera individual.

¿Creen que Jungkook le pedirá a Tae que se quede?, ¿lo haría Tae?, ¿de verdad pasarán la navidad y año nuevo separados? Leo todas sus teorías.

Adecentó del próximo capítulo: confesiones.

Nos seguimos leyendo el próximo Lunes🥹❤️.

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