XXXIII. Año Nuevo

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Vamos a querernos hasta que querer se transforme en amar. Vamos a amarnos hasta que necesitemos una palabra nueva —Roman de Castro.

Solo había pasado una semana y Jungkook ya extrañaba a Taehyung como nunca, especialmente porque no han podido hablar mucho por la diferencia de horario. Era tan difícil coincidir, eso le frustraba y le hacía preguntarse si Taehyung se sentía de la misma manera. Tenía la débil sospecha de que estaba muy ocupado como para ponerse a pensar en ello.

Cada segundo que tenía libre se preguntaba qué estaba haciendo Taehyung en esos momentos, él no le contó mucho del progreso de las cosas que tenía que hacer, por lo que no tenía idea de si volvería para ese día.

Mientras cerraba la tienda con su hermana, mientras tocaba la guitarra en casa para mantenerse ocupado. Mientras miraba televisión no dejaba de ver el teléfono a cada segundo esperando recibir alguna llamada o un mensaje de Taehyung.

Él le prometió que volvería para año nuevo, pero mientras más se acercaba la noche más dudaba de que su novio llegara, de ser así estaría a su lado y tampoco podía ir y exigirle, reclamarle porque no haber llegado. Él no era así.

Desde navidad ha tenido mucho para pensar respecto a su forma de ver las cosas y de sentirlas también.

Aun así, culpaba al hecho de que se ha pasado navidad y año nuevo sin una pareja por mucho tiempo, que ahora que tenía con quien pasar ese momento, no estaba. Y eso le molestaba, pero más le entristecía.

Esperó y esperó sentando en el sillón de su sala, con la mirada perdida en su ventanal, de vez en cuando mirando su móvil. Ya eran las nueve de la noche cuando Jimin apareció en su puerta con Namjoon a su lado, ambos muy bien vestidos.

—¿No ha llegado? —preguntó Jimin al ver que su amigo seguía vestido con pantalones de chándal y una camiseta holgada que hasta tenía una mancha.

Namjoon notó los ojos cristalizados de Jungkook cuando negó con la cabeza y los dejó pasar.

—Dudo que venga, debe estar muy ocupado —expresó en un susurro—. No debí pedirle eso.

—Oye, oye —lo llamó Jimin—. Ya está hecho y no puedes entristecerte por eso, así que dúchate, ponte tan bonito como si fueras a verlo hoy y salgamos a cenar todos juntos, luego iremos al Bosingak a escuchar las campanadas de año nuevo.

Sin quejarse se levantó se duchó y se arregló. Hasta se perfumó con toda la intención de disfrutar de ese día con la compañía de sus amigos, quienes le han demostrado que puede ser feliz con ellos. Trató de convencerse de que no era para tanto el que Taehyung no haya llegado, en el fondo él seguía entristecido, pero se permitió disfrutar y olvidarse por un momento de su ese apego emocional que ha desarrollado por el hombre.

Fueron a comer a un lugar cerca del campanario de Seúl, mismo que estaba repleto, especialmente de parejas, como cada año. Caminaron por las calles concurridas y lograron ubicar un lugar en el que había mesa vacías. Por un momento se sintió que estaba interrumpiendo una cita entre Namjoon y Jimin, pero ellos se preocuparon por sacarle conversación a pesar de que no quería hablar mucho.

Jungkook se sorprendió cuando Cyrus y Hyun-jin se unieron a ellos a la salida del restaurante. Parecía que ya habían tomado algo porque de no ser así el pelirrojo no lo hubiera saludado con tanto afecto o quizás se sentía como él después de la reunión en navidad.

—¿Taehyung sigue en Londres? —preguntó Cyrus mientras caminaban por la cera quien sabe a dónde, Jungkook solo les seguía el paso.

—Si —apenas respondió.

Volvió a ver sus mensajes por última vez, todavía no había nada. En ese instante decidió dejar de esperar alguna respuesta o llamada, y muy en el fondo que llegara a su lado, porque todo indicaba a que esto no pasaría.

Jungkook
Soy yo de nuevo
Te conseguiste un novio cargoso, miel🫣

Supongo que no volverás hasta que termines tus asuntos en Londres y lo entiendo si no puedes, no te preocupes, ¿sí?

Puede que me sienta triste, porque te extraño mucho más de lo que te he dicho, pero no estaré solo, amor.

Por favor, avísame cuando estés disponible. Al menos déjame ver tu linda cara a través de una pantalla en año nuevo.

Te quiero

Mil millones de infinitos, por si lo dudas.

Jungkook volvió a guardar el móvil en sus bolsillos y le prestó atención a sus amigos que bromeaban entre ellos mientras se acercaban a unas vallas cerca de una tienda de maquillaje en la calle Ujeongguk-ro, por suerte no había tantas personas de ese lado porque todos querían estar cerca del escenario donde se estaban presentando algunos artistas, pero ellos encontraron un buen lugar para ver a través de la gran pantalla y disfrutar de la música desde ese lugar.

Compraron cervezas y Soju en la licorería de la esquina. Jungkook perdió la cuenta después de la quinta cerveza que se tomaba, decidió tomar cerveza eso porque sabía que no se embriagaría, pero cuando empezó a beber Soju, todo cambió.

Pensó en cómo su hermana estaría con Seokjin y muy probablemente duerma y se despierte minutos antes solo para desearle feliz año nuevo a su esposo. Sus padres no son mucho de celebrarlo, solo van a una fiesta de colegas y vuelven a casa. Él y su hermana estaban muy grandes como para pasar ese día en familia, por lo general lo hacían para el año nuevo lunar cuando se reúnen en Busan con toda la familia.

Luego pensó en Taehyung, en que probablemente estaba feliz con su familia en Londres. Imaginó un rostro sonriente de aquel castaño que fue rubio, ese color que le quedaba tan bien pero que solo lo tuvo por algunas semanas porque decía que se veía más elegante con el cabello oscuro y que no sabía cómo cuidar el cabello rubio para que no se viera tan seco. Así que volvió a su color de pelo natural, que particularmente a Jungkook le gustaba más.

Bailó con sus amigos al ritmo de la música en vivo, tomó y tomó hasta que dejó de preocuparse tanto por las cosas. No estaba ebrio, pero sí bastante contento a causa del alcohol que no le permitía pensar tanto. Incluso tomó a Namjoon por los hombros y a Jimin del otro lado, para bailar junto a ellos y reír de lo torpe que eran en ese momento.

—Se terminó la cerveza, iré por más.

—Hyung, yo voy esta vez —señaló Hyun-jin, pero Jungkook negó con la cabeza metiendo sus manos dentro del abrigo puffy color negro que tenía puesto.

—Vamos juntos —señaló Jungkook haciendo ademan con sus manos para que lo siguiera.

Cuando volvieron con las cervezas, sus amigos no dejaban de hacerle señas para que se apresuraran. En ese momento, Jungkook escuchó la algarabía de la gente, miró la hora en su reloj y se dio cuenta de que eran las 11:40.

Cuando llegan a su lado, Jungkook ve a Cyrus hablar por teléfono, no logró escuchar que hablaba, pero parecía muy emocionado.

—No tomes más —le pidió quitándole la cerveza que estuvo a punto de abrir.

—¿Por qué no? —cuestionó confundido.

—Creo que ya ha sido suficiente, bebe agua antes de seguir —le sugirió pasándole una botella de agua en su lugar.

Jungkook no hizo muchas preguntas, pero tomó el agua. No se sentía mal, pero si seguía tomando así de rápido estaría ebrio dentro de poco.

Todos se estaban preparando para el conteo, sus amigos se acercaron más a la multitud que estaba más cerca del escenario. Por más que sus amigos le insistieron, decidió quedarse allí porque de todos modos sería lo mismo, la diferencia es que no estaría tan cerca de las campanadas, pero igualmente las escucharía y vería los fuegos artificiales. Quería mantenerse donde había menos personas a su alrededor, a pesar de que sabía que la emoción estaba en la multitud cuando se hizo el conteo regresivo y sus amigos en la cola de toda esa gente lo sabían.

Los vio sonrientes caminar apresurados, Cyrus abrazando a Hyun-jin por los hombros y Namjoon sujetando a Jimin de la cintura.

"Diez, nueve, ocho", se escuchaba en coro. En ese momento Jungkook sintió su corazón latir fuerte, alzó su mirada al cielo preparándose para los fuegos artificiales, estuvo a punto de ponerse en marcha y caminar hacia sus amigos, no tenía sentido esperar el año nuevo solo, sin recibir al menos un abrazo de sus compañeros.

"Siete, seis, cinco"

Sintió un nudo en la garganta, el alcohol parece haberse disipado porque su nostalgia volvió y en ese momento solo tenía ganas de llorar, porque de alguna manera se sentía solo, aunque sabía que no lo estaba y siempre tendría a sus amigos.

"Cuatro, tres, dos, uno"

Se escuchó en lo alto un feliz año nuevo, las campanadas iniciaron y los fuegos artificiales bañaron el cielo de colores, muchos de ellos que iluminaban su rostro. Buscó con la mirada a sus amigos y con la intención de ir hasta ellos finalmente, con la urgencia de abrazarlos.

Cyrus sonriéndole, Hyun-jin algo sorprendido y unas manos en su cintura que detuvieron sus pasos. Estuvo a punto de darse la vuelta y pegarle a quien sea que haya tenido el atrevimiento tocarlo de esa manera, pero él agarre se afianzó.

—Feliz año nuevo, honey.

Escuchó su voz profunda en su oído, su aroma llegó a su nariz como un tranquilizador para su corazón que ahora latía más fuerte. Una sonrisa se expandió por su rostro y dejó caer sus hombros seguido de un suspiro.

Justo a tiempo. Llegó a su lado justo cuando pensaba que en cuanto abrazara a uno de sus amigos se rompería a llorar como un niño porque su novio nunca llegó. No era lo más importante, pero para el sí que era importante estar en ese momento con él.

Taehyung lo abrazó fuerte de la cintura, pegando su pecho a su espalda, apoyando la barbilla de su hombro y besando la línea de su mandíbula.

—¿Pensaste que no vendría? —cuestionó con la mirada en la sonrisa del chico que abrazaba.

—Sí, lo pensé —señaló sin poder ocultar su sonrisa llena de emoción.

—Vine tan rápido como pude, el vuelo se retrasó y no tenía señal para ver tus mensajes —se explicó—. Pero, ya estoy aquí ahora, para besarte en año nuevo.

Con las campanadas de fondo, los fuegos artificiales y el bullicio de la emoción de las personas, Jungkook se dio la vuelta para quedar de frente a Taehyung. Le dedicó una sonrisa dejando caer sus manos sobre sus hombros.

—Feliz año nuevo, miel —susurró acercándose lentamente a sus labios.

No le importaba estar en medio de la calle y rodeado de personas, en ese momento necesitaba besarlo y lo haría. Tenía que asegurarse de que era real, de que tenía en frente a quien tanto esperaba tener en sus brazos y sentir en su piel.

Sus labios se unieron en un beso. Antes se hubieran preocupado por besarse en público, pero en ese momento se tomaron la libertad de ser libre por un segundo, lidiarían con las consecuencias si tenían que hacerlo.

Jungkook suspiró contra la boca de Taehyung que lo besaba lentamente. Sus labios finos moviéndose con más urgencia, sintió los dedos del chico tomarlo de la nuca y profundizar el beso, sus propios dedos presionaron la cintura de Jungkook.

En cuanto se separaron pudieron sentir las miradas de otras personas sobre ellos, Jungkook intentó apartarse en el instante que sus ojos se cruzaron con los de una mujer que los observaba con asco, pero Taehyung no le permitió alejarse.

—Tienes derecho a besar a tu novio también, pueden juzgarnos, pero no pueden quitarnos la libertad de besarnos como todas las parejas en este lugar —susurró Taehyung tomando su mentón y haciendo que lo mirara a los ojos.

—Jungkook —lo llamó buscando su mirada.

Las luces que iluminaban el cielo se reflejaban en su rostro, sus ojos estaban tan brillantes que llegó a pensar que estaba a punto de llorar.

Se perdió en su mirada café y un sentimiento le invadió como una bomba que está a punto de explotar. Pasó un dedo por el rostro de su novio y le sonrió, ese sentimiento atravesó todo su interior para detenerse en su garganta.

La urgencia de pronunciar esas palabras, de expresar lo que sentía era casi como opresión en su pecho y un nudo en su garganta que no se iría hasta que saliera de su boca.

—Te amo —masculló sin apartar la mirada de aquellos ojos que se agrandaron en el momento que leyeron sus labios por lo bajito que fueron pronunciadas las palabras.

—No tienes que sentir lo mismo o decirlo devuelta, hazlo cuando lo sientas —expresó apartando el cabello de su rostro—. Solo quería que lo supieras, si no lo decía ahora iba a enloquecer.

Jungkook lo miró sorprendido y con el corazón a punto de salirse del pecho. No esperaba para nada que Taehyung pronunciara esas palabras, lo peor es que se quedó paralizado sin saber que decir, solo se acercó una vez más para besarlo.

—Joder, te amo —volvió a decir contra sus labios.

Aunque Taehyung dijo que no esperaba que le dijera te amo devuelta, Jungkook quiso hacerlo, pero no salió nada de su boca. No estaba seguro de lo que sentía y se avergonzaba de ello. Había algo en su interior le impedía decirlo porque no estaba seguro de la palabra que definía sus sentimientos por él era un "te amo".

Amar, aún seguía asociando esas palabras con lo que alguna vez llegó a sentir por alguien más que ya no estaba en su vida y seguía teniendo miedo de sentir más que solo cariño, admiración y un profundo enamoramiento por Taehyung.

Lo conocía y le hacía sentir bien, entonces no dejaba de preguntarse por qué le resultaba tan difícil.

Jungkook se sintió mal por no decirlo devuelta, que él le dijera que lo expresara cuando lo sintiera no lo dejaba tan tranquilo, porque él podría creer que sus sentimientos no eran correspondidos.

No hizo más que besarlo, era su manera de decirle que, aunque no pronunciara esas palabras, lo que sentía por él se aproximaba mucho a ese sentimiento.

—Perdón —masculló sin separarse mucho de su rostro.

—Los tiempos para amar siempre serán distintos, honey, yo sé que es recíproco, porque estás aquí conmigo y te veo —susurró—. Veo tus sentimientos, aunque aún sigas confundido, pero puedo esperar como tú lo has hecho en más de una ocasión conmigo.

Ya no sabía cómo responder a ello si no era con un beso. Volvió a unir sus labios esta vez por corto tiempo. Jungkook se sintió tímido al escuchar a sus amigos casi gritarles en la cara, por lo que se separó por completo de Taehyung y el primero en abrazarlo fue Jimin, luego se unieron los demás, Cyrus tirando del brazo de Taehyung para unirlo al abrazo grupal.

—Que este año esté lleno de felicidad para todos —expresó Cyrus mientras todos saltaban y reían junto a él.

Hyun-jin fue el primero en separarse del abrazo, riendo por la energía del rubio.

Todos saludaron a Taehyung apropiadamente y Jungkook sintió que se sonrojaba cuando este lo tomó de la cintura con determinación. Aun cuando sus amigos ya han visto ese tipo de afecto entre ellos, no dejaba de ponerlo tímido cuando su novio lo hacía.

—¿Qué hacían antes? —preguntó Taehyung afianzando su agarre en la cintura del chico que intentó alejarse al ver cómo las personas que pasaban frente a ellos se quedaban mirándolo.

—Beber y bailar —expresó Namjoon señalando todas las botellas en el suelo—. Acabo de comprobar que los músicos tienen mucha energía y con razón son artistas.

—Sí, creo que a partir de aquí será más cómodo en un bar —consideró Jimin—. ¿Han ido a un antro Queer alguna vez?

Todos se miraron entre sí, Hyun-jin algo sorprendido, Cyrus a punto de echarse a reír y Taehyung confundido por la pregunta del rubio.

—La verdad es que no —expresó Namjoon.

—Nosotros tampoco —dijo Cyrus hablando por él y Hyun-jin que parecía tan sorprendido que no era capaz de hablar.

—Me sorprende y a la vez no me sorprende que no hayas ido a uno —expresó Jimin señalando a Taehyung.

—Podemos ir a Soho —sugirió Jungkook—. Está cerca y es amigable con los gais. Es visitado por todo tipo de personas, así todos nos sentiremos cómodos.

Estuvieron todos de acuerdo y caminaron en grupo hasta el lugar, Jungkook se atrevió a tomar la mano de Taehyung, iban en la delantera y a pesar de que era Jungkook quien conocía el lugar, este sentía que era su novio quien lo guiaba entre las personas.

—¿Podré besarte en ese lugar? —preguntó mirándolo de soslayo.

—Si —masculló Jungkook bajando su mirada—. Si podrás besarme.

Como era de esperarse, estaba repleto de gente. Era obvio que para año nuevo y a esa hora de la noche estaría lleno. La música retumbaba de lo fuerte que estaba y daba la impresión de que la fiesta apenas iniciaba, Jungkook abrió paso entre la multitud hasta que encontraron una mesa en la que pudieron ubicarse.

Taehyung no pudo evitar reírse al ver como Hyun-jin miraba a su alrededor con el ceño fruncido, y entendía perfectamente esa sensación de estar por primera vez en un bar de ese tipo. Había una mezcla de personas a su alrededor, mujeres con trajes de hombres, chicos besándose en una esquina, un grupo de amigos frente a ellos haciendo una algarabía por ver quien se termina primero la bebida que toman a fondo.

Por otro lado, Cyrus se movía al ritmo de la música e intentaba hacer que el pelirrojo hiciera lo mismo. Namjoon y Jimin desaparecieron casi inmediatamente llegaron a la mesa, pero volvieron con bebidas en manos. Ellos no perdían en el tiempo cuando se trataba de diversión.

—¡Taehyung puede mezclar las bebidas para nosotros! —sugirió Jimin con emoción al dejar las botellas sobre la mesa delante de ellos.

—¡Lo siento, estoy en mi momento libre de trabajo! —señaló Taehyung tan seriamente que casi hizo a Jimin llorar en ese momento y que Namjoon se riera como si se tratara de la mejor broma.

—Solo bromeo, no se pongan así —expresó Taehyung tomando las bebidas en manos y colocando todos los vasos de cristal en fila.

La bebida preparada por Taehyung fue esencial para lo que pasaría después, aunque Hyun-jin era quien más tímido y cohibido estaba, fue el primero en ponerse de pie y bailar con la chica que se acercó a invitarlo, lo que fue motivo de alboroto entre ellos.

—¿Crees poder seguirle el ritmo a esta gente? —preguntó Jungkook al oído del chico que se movía de un lado a otro delante suyo.

La música era cada vez más buena, no volvieron a sentarse desde que se pararon a bailar, solo se detenían a descansar cuando iban a la barra por mas cerveza o a la mesa en la que no estaba ninguno de sus amigos a por esa bebida que Taehyung preparó y que se terminó en más de una ocasión.

—Honey, soy un hombre que es dueño de un bar desde hace mucho tiempo. Soy bastante tolerante al alcohol, la pregunta aquí es si tú puedes seguirle el ritmo —expresó riendo al darse la vuelta y dejar caer sus brazos sobre los hombros de Jungkook—. Aunque sabiendo cómo te pones, no te lo recomiendo si quieres estar consciente de lo que haremos en los próximos minutos.

Jungkook solo se rio por su descarada respuesta, no estaba acostumbrado a ese lado de Taehyung y estaba casi seguro que nunca lo estaría. Aunque se sentía tan atrevido como el, sintió sus mejillas calentarse al imaginar lo que "harán en los próximos minutos".

—No sé qué pasará, pero ahora que puedo te besaré en medio de toda esta gente —indicó tomándolo de la cintura y apegándolo más a su cuerpo.

Sin dejar de mover sus cuerpos al ritmo de la música, Jungkook levantó el mentón de Taehyung y unión sus labios antes de que este pudiera reaccionar.

Sweet Dreams de Beyonce empezó a sonar en los altavoces de la discoteca. De fondo podía escuchar el bullicio de algunas personas, sin embargo, ellos eran ajenos a lo que sea que pasaba a su alrededor, estaban muy ocupados en saborear el sabor del alcohol en su boca. Jungkook lo tomó de la nuca y profundizó el beso al sentir la lengua de Taehyung explorar su boca.

El castaño se alejó de su toque dejándolo con los labios extendidos esperando seguir besándolo, lo que hizo que se riera por la expresión de desilusión de su novio.

—Seguimos en público, honey —expresó riéndose mientras le apretada la nariz con sus dedos—. No vamos a dar un espectáculo y mucho menos gratis.

Jungkook le sonrió mirando a su alrededor esperando encontrarse con alguien que estuviera mirándolos, pero nadie les prestaba atención.

—Para ser alguien que no sabe bailar, te mueves muy bien.

Taehyung no respondió a ello, simplemente continuó moviendo sus caderas al ritmo de la música, casi restregándose contra el chico que lo sujetaba de la cintura con determinación.

El resto de la noche estuvo llena de diversión cuando bailaron todos juntos en medio de la discoteca, rieron por las tonterías de Cyrus, los bailes graciosos de Namjoon y lo expresivo que estaba Hyun-jin después de varios tragos.

—¿No estás cansado? —preguntó Jungkook al sentarse junto a Taehyung.

Sus amigos seguían riendo alrededor de la mesa, estuvieron tanto tiempo bailando que necesitaron sentarse un momento para descansar, Namjoon seguía diciendo que no podía seguirle el ritmo a los músicos.

—Un poco —expresó Taehyung hablándole al oído para que pudiera escucharlo—. Vamos a mi apartamento.

Jungkook asintió recibiendo la mano del hombre que se levantó junto a él, mientras se despedía del grupo que seguía tomando y riendo quien sabe de qué.

—¡Eso, a recibir el año como se debe! —señaló Cyrus bastante ebrio—. Usa condón Taehyungssi.

El comentario sólo hizo que el resto se riera más de lo que ya hacían.

—De hecho, es al revés —aclaró Jungkook ganándose un "oh" como repuesta, con sus rostros llenos de sorpresa.

Taehyung le golpeó el brazo y le hizo señas con el dedo para que hiciera silencio. Jungkook se cubrió la boca con una mano, dándose cuenta de lo que había respondido a sus amigos.

—Eso no les incumbe. Me aseguraré muy bien, Cyrus —señaló tirando con fuerza de la mano de su novio.

Jungkook pensó que Taehyung terminaría durmiéndose en el taxi de vuelta a su apartamento, pero este no lo hizo, con eso confirmó sus palabras de que, aunque estuvo durante 14 horas dentro de un avión, puede pasarse la noche en vela porque es año nuevo.

Al llegar al apartamento de Taehyung, se encuentra con las maletas en la entrada, y un montón de cosas sobre la mesa. Se sorprendió un poco cuando el hombre sacó un pequeño pastel de la nevera y lo dejó sobre la mesita de muebles.

—Lo compré en el aeropuerto —susurró mientras dejaba un vaso de agua frente a Jungkook—. No suelo celebrar año nuevo como la mayoría de los coreanos, pero tenía la sospecha de que tú sí y por eso quería que pidiéramos un deseo.

Aquel pastel fue bastante acertado ya que él sí que solía hacerlo al menos solo con su hermana o quien sea que estuviera, pensó en apagar las velas de algún pastel cuando volviera a su pequeño apartamento si Taehyung no llegaba a estar con él, así que hacerlo juntos le emocionaba.

—Seamos muy felices —susurró mientras cerraba sus ojos.

En silencio, con los ojos apretados y las manos juntas, deseó que Blue Notes tuviera éxito, que su relación con sus padres mejorara. Deseó ser más fuerte, menos dependiente y entender sus sentimientos para poder responder al amor que Taehyung ya ha expresado sentir por él.

Cuando abrió sus ojos se encontró con la mirada de Taehyung observándolo con una sonrisa sin mostrar sus dientes.

—Deseas muchas cosas para este año, Honey —señaló—. A la cuenta de tres soplamos.

Jungkook notó una botella en la mesa cuando Taehyung guardó el pastel en la nevera. Al notar como la mirada de su novio estaba fija en la botella le mostró más de cerca la bebida que él mismo hizo.

—Esto es Aeken Tazzy —señaló—. Hecha por mí, mezclada por los expertos claro.

—¿Puedo probar? —preguntó Jungkook curioso.

La botella era grande y redonda. La etiqueta tenía un diseño simple y sofisticado, con el nombre en el centro y a su alrededor un estampado de flores azules y amarillas. Cuando Jungkook sintió el sabor en su garganta se sorprendió de que la misma fuera dulce.

—Sabe muy bien —expresó tomándose de un trago el resto de la bebida que quedaba en el vaso.

—Te diría siguiéramos tomando, pero no es bueno que mezcles con lo que ya has tomado hoy —consideró volviendo a llevar la bebida al centro de la mesa.

El sol estaba a punto de salir cuando Taehyung decidió que era buena idea subir a la terraza y quedarse allí hasta que el sol saliera. Eran las cuatro de la mañana cuando se sentaron juntos en el balcón lleno de plantas de Taehyung, frente a ellos el resto de los edificios y del otro lado las montañas.

—¿Te gustó mi regalo? —cuestionó Jungkook tomando la mano de Taehyung para calentarla. Hacía frío, pero de todos modos se sentía bonito pasar ese tiempo con el mientras esperaban la salida del sol.

—Me encantó, no lo tengo puesto porque me parece que fue bastante costoso para llevarlo en un lugar tan concurrido y simple como un aeropuerto —susurró Taehyung—. Hablando de eso, tengo uno para ti, espérame aquí.

Un collar de plata, con algunas piedras y sus iniciales fue lo que consiguió para el en navidad. No era mucho, pero es algo que va mucho con él. Cuando lo compró pensó que quedaría perfecto alrededor de su cuello.

Jungkook esperó impaciente, mirando una y otra vez hacia el interior de la casa, esperando que su novio volviera a su lado y cuando lo hizo se sorprendió por lo grande que era el bolso que sostenía en sus manos.

—¿Y esto? —cuestionó.

—No es tan simbólico como lo que me diste a mí —susurró entregándole la bolsa en las manos—. Pero, te escuché cuando dijiste que querías usar una de esas en tu próxima presentación con Blue Notes, así que cuando las vi no dudé en comprarlas.

Curioso Jungkook sacó de la bolsa una caja con diseño de rosas rojas. Emocionado abrió la caja y se encontró con un par de botas negras, esas que vio en una promoción de pasarela. Eran bastante costosas por la marca, de eso no tenía dudas.

Sonriente, sacó el par de botas de la caja y se sorprendió al ver que en la parte de los tobillos tenía un bordado de una flor amarilla, parecida a un girasol.

—¿Es un girasol? —preguntó Jungkook curioso.

—No.

—Es un falso girasol, es conocido como "botón de oro", y tiene muchos significados que me recuerdan a ti —expresó—. Estoy a punto de ponerme catedrático, así que por favor detenme si hablo demasiado.

Jungkook le dedicó una sonrisa y le asintió para que continuara.

—Los ranúnculos, que son estas flores amarillas, se parecen más a las margaritas que a los girasoles si lo ves de cerca —explicó sacando tomando de la mesita de noche de un frasco transparente con esa flor amarilla que se veía tan viva como ellos dos, sus pétalos se veían tan finos como un papel.

—Es una flor que representa humildad por lo sencilla que es, también la positividad y la alegría, fue por esto que pensé en ti y en esta flor mientras hacia el bordado —expresó mirándolo a los ojos—. Porque eres tan sencillo y casual, pero tan cautivador y quiero que cada que las uses sea un momento alegre para ti.

Jungkook lo escuchó atentamente, cada vez más amando el regalo. Estaba impresionado por el gran significado que tenía el diseño de una simple flor en una bota.

—También se asocia con el inicio de un nuevo año ya que simboliza el éxito, algo que quiero que siempre lleves contigo, si la usaras en una presentación, supongo que este puede ser tu amuleto de la suerte, ya eso dependerá de ti —consideró dejando la bota sobre sus manos—. Mira la otra —señaló Taehyung igual de sonriente al ver la emoción en los ojos de Jungkook.

Sus iniciales estaban bordadas en color amarillo, las letras JK fueron bordadas casi de manera perfecta una arriba de la otra.

—Mi abuela me ayudó con el bordado —expresó.

—¿De verdad lo hiciste tú? —preguntó sorprendido.

—Lo hice yo —reafirmó.

Jungkook estaba a punto de llorar de la emoción, el convirtió un regalo sencillo en algo significativo para él. Apreciaba las cosas que se hacían a mano, es algo que el haría y que fuera Taehyung quien se haya tomado el tiempo de bordar sus iniciales y una flor "botón de oro" en un par de botas que él quería tener, era una gran demostración de sus sentimientos hacia él.

Jungkook dejó la caja sobre su regazo y se acercó a besar a Taehyung, con la emoción de un niño que acaba de recibir el regalo que quería para navidad.

—Feliz navidad —masculló Taehyung contra los labios fríos de Jungkook—. Feliz año nuevo.

—Gracias —susurró el pelinegro sin separarse por completo del rostro de su novio—. Por ser el mejor regalo de navidad que pude haber pedido.

—A partir de hoy eres mi botón de oro —susurró Taehyung acariciando la mejilla de Jungkook son su dedo pulgar—. Hermosamente sencillo, delicado y encantador de una manera tan sutil. Mi buttercup.

Buttercup —masculló Jungkook tratando de hacer énfasis en la T como lo hacía Taehyung cuando hablaba en ingles de esa manera que tanto le encantaba.

Le gustaba ese apodo, como él lo pronunciaba tan dulcemente.

Si la intención de Taehyung era hacer que el corazón de Jungkook estuviera a punto de estallar estaba casi lográndolo. El azabache se acercó lentamente a los labios del hombre que no terminaba de besarlo y en un movimiento desesperado terminó sentado sobre sus piernas para besarlo estando aún más cerca de su cuerpo, sintiendo el calor de su cuerpo contra el suyo.

No esperaron que saliera el sol, por el frío que hacía afuera y por ese beso que ninguno quiso detener. El bolso de regalo terminó en la mesa junto a todas las demás cosas que allí reposaban, Taehyung lo condujo hasta la recámara, lo desnudó, y Jungkook a él.

Sus miradas se encontraron cuando las cortinas estaban medio corridas, lo que permitía a la luz de algunos fuegos artificiales entrar por la pequeña rendija de las cortinas. Sus pieles hicieron contacto cuando el ruido de la calle fue excluido de los jadeos que salieron de sus bocas.

Bastó con una mirada y una caricia para saber cuáles eran los deseos de Jungkook esa noche. Sus jadeos agudos cada que sus dedos tocaban alguna parte de su cuerpo. No luchó por tener en control como lo ha hecho durante las últimas semanas. Cedió y lo hizo por completo.

—¿Lo has hecho antes? —cuestionó Taehyung besando su cuello mientras este elevaba sus caderas casi de manera desesperada buscando el mayor contacto físico posible.

—Hace mucho tiempo —expresó con voz temblorosa—. Hace ocho años para ser exacto.

—¿Estas nervioso?

—Pues claro que si —admitió. Sus ojos se encontraron con los brillantes de Jungkook—. ¿Tú no?

—Nunca lo he hecho, pero es como, así que te cuidaré como tú lo haces conmigo, ¿sí? —le aseguró Taehyung.

Las manos de Taehyung trazaron un camino desde la barbilla del chico que estaba debajo suyo, continuó su camino por el calor de su pecho y descendió hasta esa zona sensible que hizo retorcer a Jungkook tan solo con un par de movimientos.

Se tomó la molestia de identificar cuáles era esos puntos que le hacían jadear y pedir más. Aprendió a leer el lenguaje de su cuerpo cuando arqueaba su espalda y apretaba sus brazos en busca de sostenerse de algo a pesar de que estaba recostado en la cama, con su cabello largo cayendo completamente hacia atrás sobre el edredón y sus piernas abiertas.

Dispuesto a recibir todo el amor que él siempre le daba.

Una sensación cosquilleaste y placentera llenó su cuerpo cuando sus cuerpos se unieron en uno.

—Mírame —le pidió subiendo poco a poco su movimiento de caderas—. Relaja las piernas, honey.

—Duele —susurró apretando su labio inferior, de una manera que tenía que se hiciera daño si seguía mordiéndolos.

—Si me miras y me besas, ya no dolerá tanto —expresó con seguridad—. Así, ¿te sientes mejor?

—Mmjum —jadeó Jungkook abrazándolo por los hombros.

Taehyung se mantuvo firme con los brazos a cada lado del cuerpo de Jungkook, acorralándolo entre estos como él lo hacía con sus piernas alrededor de su cintura. Sus gemidos se unieron en un baile de lujuria, cada sonido de placer emitido por Jungkook eran recibidos por los labios entreabiertos del hombre que le provocaba ese placer que lo llevaban al borde de la locura.

—Te sientes tan bien —gimoteó Taehyung hundiendo su rostro en el cuello de su novio—. ¿Ya puedo ir más rápido?

Solo necesitó de un asentimiento para incrementar sus estocadas hasta lograr escuchar los chillidos de placer de Jungkook. Sus gemidos eran diferentes ahora, más agudos. Taehyung mantuvo su mirada en las expresiones de su rostro mientras lo embestía con intensidad.

—Sí, así —gimoteó Jungkook con las cejas fruncidas—. Estoy m-muy cerca, por favor, hyung. Hazlo conmigo.

—¿Quieres que terminemos juntos?

—Si, por favor —le pidió casi como una súplica mirándolo con ojos brillantes.

Un par de embestidas más y todo lo que se escuchó en la habitación fue la combinación de sus cuerpos al chocar, seguido de un gemido gutural mientras sus bocas estaban a centímetros de tocarse, sus frentes unidas cuando llegaron al clímax que hizo que sus cuerpos se retorcieran.

—Wow —masculló Taehyung aún con sus ojos cerrados con su pecho rogado al de Jungkook que subía y bajaba—. Me ha encantado, ¿y a ti?

—Me atrevo a repetir —expresó sonriente.

—Me atrevería si no estuviera muerto del cansancio, honey —declaró Taehyung—. ¿Me perdonarás esta vez por caer rendido en la primera ronda?

—También estoy cansado —admitió Jungkook mirando como su novio salía de su interior lentamente y se quitaba el preservativo.

Terminaron desmayados al instante de limpiarse. Aunque Jungkook no tuvo que hacer nada más que quedarse acostado mientras Taehyung limpiaba su cuerpo con una toalla húmeda. No estaba seguro de que era, pero se sentía tan somnoliento que lo fue capaz de pararse de la cama.

Taehyung se acostó a su lado y en cuestión de segundos ya estaba dormido cuando apenas salía el sol. Se acurrucó debajo de sus brazos y así se durmió. Bajo el toque de su amado, con una sonrisa en el rostro que delataba su felicidad.

Al momento de despertar lo primero que Jungkook vio fue el pecho desnudo de su novio y sonrió al sentir sus manos alrededor de su cintura. Se acurrucó mucho más de su cuerpo, abrazándolo por encima de su pecho, pasando una pierna por encima de la suyas.

Quería sentirlo más cerca, quería pegarse a su piel como lo hicieron la noche anterior.

—Buenos días, honey.

La voz ronca de Taehyung hizo que alzara su mirada para encontrarse con una sonrisita del hombre que aún tenía sus ojos cerrados.

—Oh, estás despierto —susurró con su voz igual de ronca, apoyando su barbilla del pecho de Taehyung—. ¿No tienes hambre?

—¿Me dejarás comerme esto si digo que sí? —cuestionó deslizando su mano hasta darle un apretón a sus nalgas.

Jungkook se rio ocultando su rostro en el pecho del hombre que ahora acariciaba su espalda.

Su risa en la mañana, su cabello desarreglado y ver sus orejas ponerse roja por un comentario subido de tono y una caricia descarada, era todo lo que necesitaba todas sus mañanas. Estaría conforme con tenerlo así siempre. Pegado a su pecho y riéndose con timidez.

—¿Nuestro plan de hoy será holgazanear todo el día? —preguntó Jungkook volviendo a abrazarlo—. Porque estoy dispuesto a quedarme aquí todo el día.

—¿Te duele? —preguntó acariciando el cabello largo de Jungkook.

—Sí, un poco —admitió

—Bueno, mi plan era ducharnos, cocinar y comer juntos algo de tteokguk. Llamar a mamá, también quería visitar a tus padres y a tu hermana, les compré regalos —expresó—. Y por último le dije a Hoseok que lo visitaría cuando llegara a Seúl, hoy también en es un buen día para eso.

—Si vamos a hacer todo eso deberíamos estar levantados, así que arriba mielcito —declaró levantándose de la cama de manera abrupta—. ¡Agh! Joder —se quejó en cuanto se puso de pie.

—Son los efectos de una buena noche de placer —señaló Taehyung al ponerse de pie—. Tú querido novio es tan considerado que te dará un masaje y un té para los dolores musculares.

—Esa es la suerte de tener un novio considerado —masculló siguiendo los pasos de Taehyung al interior del baño.

Tal y como Taehyung tenía planeado, a pesar de que Jungkook aún sentía ese dolor punzante en la espalda, eso no evitó que cocinara junto a su novio. Ambos le desearon feliz año nuevo a su madre por vídeollamada, se sintió algo avergonzado por su aspecto esa mañana cuando tuvo que saludar a los abuelos de su novio y algunas de sus primas, no pudieron faltar los sobrinos.

El reloj marcó las tres de la tarde cuando Jungkook terminó de alistarse en su apartamento. Le escribió a su madre y a su hermana desde el interior del auto del Taehyung. Estaba cruzando los dedos para ellos estuvieran listos para recibir a Taehyung y salir de ese lugar lo más pronto posible.

No iba a negarle a su novio el deseo de visitar a sus padres en año nuevo, lo que le daba más consuelo es que su hermana estaría en casa también, así las cosas, eran menos incómodas.

—Wow, tu casa es... —susurró Taehyung mientras se estacionaba en frente.

—La casa de mis padres —le corrigió—. Es enorme, lo sé.

En el primer momento que entraron a la casa, fueron recibidos por su madre con una alegría que dejó a Jungkook sorprendido, la última vez que mencionó a Taehyung fue en navidad cuando preguntaron por él en la cena y aunque sus padres no dijeron nada, la expresión de su rostro cuando les dijo que estaba en Londres no fue precisamente de felicidad.

Eun-joo fue la primera en saludarlo con abrazo, a Jungkook le agradó ver como Taehyung le hablaba al vientre de su hermana y le preguntaba cómo se portaba el bebé. No pudo evitar sonreír al ver cómo le preguntaba emocionado que tanto no la dejaba dormir la bebé, mientras que con Seokjin habló de los antojos de medianoche.

Jungkook agradeció que no tuvo que hablar mucho o hacer muchas presentaciones, Taehyung mantuvo una buena conversación con su madre desde que llegó a la casa. Preguntas, risitas y muchos modales. Al menos era algo bueno que a ella le agradara su novio.

Durante el postre que compartía con la familia de su novio, sentados en la sala de estar sumamente elegante, notó que Jungkook solo respondía con monosílabos y hacía poco contacto visual, estaba más entretenido acariciando el vientre de su hermana.

Entendía que su relación con sus padres no era muy cercana y al ver que este se mantuvo algo distante de ellos, no hizo la conversación muy larga y utilizó la excusa de que iban a verse con unos amigos para poder irse.

—Gracias por los regalos —agradeció su suegro, que ahora tenía frente a él mientras se despedían en la puerta—. ¿Es tu auto?

—Sí, señor —expresó sonriente—. ¿Quiere verlo de cerca?

—Me encantaría —señaló.

Taehyung miró a Jungkook de reojo, sabía perfectamente que este quería irse cuanto antes, pero aquel era un momento que no podía desaprovechar con su padre. Era el momento perfecto para establecer un vínculo ya que la última vez que hablaron fue en la boda de Eun-joo y recordaba perfectamente cuando le dijo que tenía la edad suficiente para estar con su hijo.

No pensó que tardaría tanto hablado con el señor Jeon sobre autos clásicos, le tranquilizó que Jungkook estaba concentrado en una conversación con Seokjin y la mujer embarazada que no dejaba de reír, mientras que su madre fue la encargada de interrumpir la conversación entre los hombres junto al Cadillac que reían con sus manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.

Cuando finalmente la conversación terminó Jungkook, se acercó se dependió de su padre con una reverencia, pero antes de subirse al auto este lo llamó.

—¿Si? —cuestionó Jungkook esperando a que este le dijera algo. Vio cómo su madre bajó la mirada al piso estando aún de pie junto a su padre que seguía mirándolo con seriedad, sin mostrar ninguna emoción.

—Sabes que puedes venir cuando quieras, ¿no? —le dijo—. Hagamos algo junto algún día.

"¿Qué podían él y su padre hacer juntos si parecía que no tenían nada en común?", fue lo primero que se preguntó Jungkook y estuvo a punto de responder de esa manera, pero consideró el hecho de que estaba con Taehyung allí y no quería hacerlo incómodo para él.

—Pueden jugar a los bolos —susurró—. A Jungkook le gusta eso —expresó su madre dirigiéndose a su esposo, como si este no supiera lo que le gustaba a su hijo y Jungkook dudaba mucho que lo supiera.

—Tú también puedes venir cuando quieras Taehyung, podemos ir a jugar golf cuando quieras —le dijo al hombre que ya estaba detrás del volante, quien solo le asintió sonriente.

—Bien —susurró—. ¿Algo más? —preguntó antes de entrar al auto.

Por la manera en la que su madre lo pellizcó a su lado, Jungkook supo que aquella escena sólo era ella siendo controladora. Su padre estaba diciéndole todas esas cosas, invitándolo a pasar el rato juntos y mirándolo de esa manera, que no le gustaba, porque su madre se lo estaba pidiendo, no porque él quisiera realmente.

—Te amo —masculló casi entre dientes—. Vayan con cuidado.

Jungkook solo asintió y entró al auto. Mantuvo su mirada al frente esperando que Taehyung arrancara. Dejó salir un suspiro sonoro cuando salieron de la propiedad.

El sonido del móvil evitó que Taehyung le preguntara si estaba todo bien, sabía que no estaba todo bien, pero podría iniciar la conversión desde ese punto.

—Es Hoseok, descuelga por mí y ponlo en alta voz —le pidió al pasarle el teléfono.

—Hola, estas en alta voz, Tae conduce —dijo Jungkook acercando el móvil al rostro de su novio.

—¡Féliz año nuevo! —gritó Hoseok a lo que ambos respondieron al unísono, aunque claramente no con la misma energía.

—Te llamaba para decirte que acabo de ver tu mensaje y que no estamos en casa, así que tendremos que dejarlo para otro día —señaló—. A Yoongi se le ocurrió que era buena idea venir a Daegu con mis padres refinados y seguimos aquí.

—¿A Yoongi se le ocurrió? —preguntó Taehyung con diversión.

—Sí, aunque no lo creas—expresó—. Bueno, sólo llamaba para eso.

—Pásame el teléfono —se escuchó la voz de Yoongi, seguido de un ruido algo incómodo como si estuvieran peleándose por tener el móvil.

—Bastardo, no avisaste cuando venías —lo regañó Yoongi—. Dime por favor que estuviste con Jungkook, es horrible no tener a nadie a quien besar y follar en año nuevo.

Jungkook casi se rio por las palabras de Yoongi, pero todo lo que hizo fue voltear la mirada hacia la ventanilla como si este pudiera ver sus mejillas sonrojadas por el comentario.

—Fue lo primero que hice idiota.

—Más te vale, yo estaba listo para proponerle una relación de tres, si tú no lo cuidas te lo robamos —masculló Yoongi—. Perdón, estoy hablando como fanático y Hoseok quiere matarme con la mirada.

—¿Sabes que él te está escuchando no? —preguntó Taehyung tomando otra dirección.

—Hola Yoongi, feliz año nuevo —le dijo Jungkook sonriente.

—Feliz año nuevo lindura —expresó a través del teléfono—. ¿Taehyung te trató bien? Puedes venir con nosotros cuando quieras.

—Yoongi, ¿por qué razón me quieres quitar a mi novio? Estamos perfectamente bien —declaró Taehyung sin dejar que este respondiera—. ¿No te traté bien anoche Honey?

—S-si —tartamudeó al encontrarse con la mirada intensa de Taehyung—. Siempre lo hace.

—Más te vale —declaró Yoongi—. Bueno, los dejo. Que tengan un año nuevo lleno de mucha felicidad y muchas cogidas.

Taehyung negó con la cabeza mientras reía bajito. Es algo que su amigo nunca cambiará. Esa manera de expresarse es lo que lo hacía el.

—Adiós amigo, te quiero mucho —dijo Hoseok al tomar el móvil—. A ti también Jungkook.

Ninguno llegó a responder cuando este colgó la llamada.

—Vamos por chocolate caliente y caminemos juntos —sugirió Taehyung estacionado el auto cerca de la una plaza con una fuente en medio.

Eran las cinco de la tarde y estaba llena de personas. Niños correteando y muchas parejas caminando alrededor. Taehyung y él entraron a una cafetería que no estaba tan concurrida como las demás y compraron un chocolate.

—Perdón por pedirte que fuéramos a casa de tus padres —se disculpó Taehyung mientras caminaban por la acera de la plaza.

—No, tú no tienes que la culpa de que mi relación con ellos sea un desastre —señaló—. No iba a decirte que no solo porque yo quería evitarlos, tenías un regalo para ellos.

—Vamos a sentarnos aquí —indicó Taehyung sentándose juntos en un banco que daba vista a la fuente en la que se encontraba un grupo de niños jugando alrededor de esta.

—Son tiernos ¿no? —preguntó Taehyung al ver como los niños reían y correteaban detrás de otros intentando atraparlos.

Jungkook sonríe al ver a los niños. Levanta la mirada hacia el hombre que apenas había notado que jugaba con ellos, estuvo a punto de volver su atención a Taehyung con la intención de responderle, pero al ver que se trataba de un hombre alto, de cabello oscuro que corría alrededor de la fuente con los niños, era un sacerdote. Lo supo por su túnica negra y camisa blanca.

En ese momento sintió como su corazón empezó a latir fuerte contra su pecho, asustado levantó más su mirada cuando el hombre se detuvo ahora de frente a ellos, acomodando a los niños en una fila con una sonrisa de oreja a oreja. Su cabello se movió con la brisa y Jungkook se quedó petrificado en aquel banco al ver su rostro tan espléndido como lo recordaba, pero ligeramente más refinado y masculino.

Apretó el vaso de chocolate contra su pecho. Su mirada se quedó fija en Ji-seok, tratando de asimilar que realmente se trataba de él, lo confirmó cuando salió de detrás de la fuente con el grupo de niños en fila, y su rostro fue mucho más visible.

Lo primero que pensó mientras lo vio sonreír con alegría, fue en todos esos momentos que creyó verlo en la calle a tal punto que se enfermó de solo creer que lo vio. Luego estaban esas insistencias de su madre a quien estuvo llamando con la intención de volver a tener contacto con él, uno que Jungkook ha estado evitando.

Él siempre ha estado allí, todas las veces que pensó que eran solo producto de su imaginación, él estuvo allí, buscándolo. Ji-seok estuvo buscándolo y ahora estaba a un par de pasos de él. Eso le aterró aún más.

Intentó apartar su mirada de él, pero no pudo no ver lo feliz que estaba, como su cabello seguía igual de brillante y perfecto. Quiso huir de lo que aceleraba su corazón al verlo. Le asustaba, le confundía.

Sintió que se le saldría el corazón del pecho cuando sus miradas se encontraron. La sonrisa de Jungkook había desaparecido, mientras que el rostro de Ji-seok fue de total sorpresa, luego su sonrisa se agrandó y Jungkook pensó que se desmayaría en ese momento, tal y como lo hizo cuando él se fue.

"¿Cómo puede sonreírme sabiendo en el estado en el que me dejó?", se preguntó.

—Honey, ¿está todo bien? —cuestionó Taehyung al ver que este no respondía.

Taehyung puso su mirada en el hombre que estaba frente a ellos a pocos metros y lo supo. Bastaba con ver el rostro palidecido de Jungkook, estaba paralizado con la mirada puesta en ese hombre y sabía de quien se trataba. Sabía perfectamente quién era el responsable de que él estuviera sin habla.

Ninguno apartó la mirada por razones distintas. La sonrisa de Ji-seok se mantuvo en su rostro mientras los niños corrían a su alrededor, lucia diferente, pero ante los ojos de Jungkook seguía siendo el hombre que fue su vez primera en las cosas más importantes de su vida.

Entonces recordó. Los días de risas en su habitación, los besos a escondidas en la escuela y en la facultad, las caricias debajo de las sabanas y los te amo que solo ha compartido con él.

El tiempo pareció detenerse a su alrededor y todo lo que podía escuchar era el fuerte latir de su corazón. Deseó tanto poder odiar a alguien, deseó odiarlo y gritárselo desde donde se encontraba. Pero de todo lo que guardó en su corazón hacia Ji-seok, el odiarlo no estaba incluido, porque simplemente no podía odiarlo, ni siquiera por dejarlo.

Se odió a si mismo por no poder hacerlo. Y volvió a doler como la última vez, dolió en todo su cuerpo verlo sonreírle con serenidad, cuando el sentía que todo su mundo volvía a derrumbarse.

FELIZ DÍA DEL AMOR Y LA AMISTAD🥺🩷

Buenos, bueno mis solecitos hasta aqui el capitulo de hoy. Espero que les haya gustado mucho.

Muchos no confiaban en que Tae llegaría para Año Nuevo, pero si lo hizo, es un hombre que cumple. Por otro lado, tuvimos la primera vez de Jungkook estando debajo, ese momento lleno de ternura, cuéntenme que les pareció.

El regalo de Jungkook y el significado detrás. Pasó de ser "Honey" a "Buttercup".

Finalmente apareció el hombre que muchos deseaban que llegara. Ji-seok ya está aqui. ¿Qué creen que haga?, ¿Se acercará a Jungkook o este huirá?, ¿Qué pensará Taehyung de esto?, ¿Será que podrán hablar o Jungkook no le dará  la oportunidad? Los leo.

Aprovecho para decirles que habrá dinámica en mi Instagram (kimjade16) y el premio es acceso a leer el último capitulo de esta primera parte de Show Me días antes de que sea publicado, así que nos vemos por allá.

Nos seguimos leyendo pronto.

Adelanto: "¿Quieres saber si sufrí?".

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