Cinco: Aquí Estoy

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N/A: pregunta del día, ¿Saben quien es Hye-Jin? Me preocupo por que no conozcan a la antagonista del libro. [La pongo en multimedia por si acaso] además Jijiji, empezaré a poner música en multimedia qué pueden hablar de lo que tratará el capitulo o simplemente porque fue la rolita qué escuche mientras la escribia. No esperen mucho de mi, JAJAJA empiezo escuchando Butter y termino con corridos tumbados. 😝

Se quejo suavemente al escuchar el ruido de su alarma resonar en su cuarto. Demonios, ¿Por qué  tiene que sonar tan fuerte?

Porque es una alarma, duh.

Con el cuerpo aun dormido, y sus cerebro sin conectar, estiró el brazo dispuesto a apagar la alarma contrario a lo esperado su teléfono cayó estrepitosamente al piso.

---Joder... ---Obligado, se vio en la necesitas de despegarse de su amada cama para apagar la alarma y de paso recoger su teléfono.

Puesto qué había colocado la alarma más temprano le daría tiempo bañarse, aplicarse maquillaje -Gracias a los tutoriales de Youtube estaba más que preparado- y por fin, verse de ensueño.

Completamente emocionado se levanto de su amada cama tarareando una canción que la traía pegada, al pasar por el espejo noto que su carita estaba ligeramente hinchada debido al estar dormido, y su cabello estaba apuntando a todo lados.

Definitivamente no era su mejor momento y por un segundo se pregunto ¿Hye-Jin se vería así al despertar? Seguramente no, ella era una diosa, un ángel que se había escapado del cielo en algún descuido de Dios.

Y lo hacía, ¿Pero a que costo?

Con Hye-Jin, tampoco había padres amorosos, ni comprensivos. Ella no era más que una muñeca, alguien inservible ante los ojos de sus padres.

Su piel debía lucir brillante, aun si la cera quemaba su piel.

Debía lucir perfecta ante cualquier circunstancia, debía brillar cual diamante. Los hombres aman las cinturas pequeñas, por ello Hye paso gran parte de su vida con corsets para lograr su cintura.

Hye-Jin era perfecta, era hermosa, ella era la muñeca bonita qué todos quieren en su casa, algunos en su cama, agradecía qué Park JiMin no la tratará como muñeca.

"Las muñecas no hablan, no pelean, se dejan. Eres hermosa, pero lo eres más si dejas qué te toquen. "

Hye-Jin sonrió a su reflejo, ahí estaba la persona que todos querían ver, la qué todos amaban. Siendo lo que los demás esperaban estaría bien para ella, así era feliz.

Una vez lista, camino con dirección a la escuela, levantaba miradas y lo sabía, simplemente las ignoró y siguió su camino completamente perdida en sus pensamientos.

En cuanto entro las personas corrieron a saludarla, a tratarla como si fuera un jodido trofeo que alabas y admiras. En cuanto vio a su novio se relajo, las miradas en su cuerpo comenzaban a incomodarla.

Sin embargo, noto que un brillante cabello menta también entraba en el recinto, prestó atención dándose cuenta que era aquel chico que algunas veces había visto con su novio. Se veía bien, ese cambio de look le había sentado bien, sin embargo ella realmente admiraba qué ese chico tuviera algo que jamás tendría.

Amistades verdaderas.

Lo podía notar a simple vista, puesto que siempre estaba acompañado de Jeon, a su grupo se le agrego Taehyung y posteriormente Namjoon, pero el pelimenta siempre estaba feliz, estaba acompañado por amistades verdaderas y hasta cierto punto le envidiaba aquella felicidad, él jamás tendría que verse perfecto, jamás sería tratado como un muñeco.

"A veces las personas que envidiamos, también tienen cosas que envidiar, las vidas perfectas no existen simplemente aprendes a vivir de la manera más feliz que puedas."

De vuelta con YoonGi, miro de reojo las miradas qué levantaba, realmente quería gritar y brincar. Sabia que se veía bien, un maquillaje sutil ayudaba a que su piel blanca resaltará, aprovechaba los bonitos ojos azules qué tenía y ahora los lucia tratando de verse hermoso. Ay, realmente quería gritar.

En cuanto alzó la mirada se encontró con la de Namjoon y en un arranque de emoción corrió a abrazarlo, jodidamente quería compartir con alguien la felicidad.

La felicidad inundante de un amor propio, es tan hermosa, puesto que es la forma más pura de un amor verdadero.

---Wow, ¿Estas bien? --- a pesar de estar sorprendido ante el repentino abrazo, Namjoon lo había atrapado entre sus brazos. Inconscientemente apretó más el abrazo, definitivamente lo abrazos de Kim se volverían sus favoritos. La colonia del chico, la calidez con los que los daban, te hacían sentir en casa con un sentimiento de paternidad.

[N/A, así me imagino los abrazos de Nam, quiero un abrazo de Nam help, ay perdón continúen.]

---Si, si estoy bien, es solo que... Me siento bonito hoy es todo. ---YoonGi se alejo de los brazos tomando conciencia qué había brincado -Literal- a los brazos de sus amigos.

---Pienso que la belleza es subjetiva, más el amor propio no. Si te sientes hermoso, reconocelo todos los días, siempre tendremos algo que lucir. --- Namjoon sonrió haciendo qué se marcarán los bonitos hoyuelos con los que fué bendecido.

---Lo tomaré en cuenta, ¿Nos vamos? Kook y Tae me parece que llegan a la segunda hora. ---Su amigo asintió comenzado a caminar.

Caminando Namjoon se adelanto debido a que tenía que entregar un libro a la biblioteca, por lo cual YoonGi siguió su camino solo, hasta el salón. Estaba tan perdido en su nuevo egocentrismo qué no noto cuando choco con un cuerpo firme.

Como típico guión de telenovela barata, YoonGi hubiera caído estrepitosamente al piso de no ser porque una mano lo sujeto firme de su cintura. Contrario al posible escenario al qué se imaginan, los ojos de ambos estaban completamente perdidos en los contrario.

El pelimenta notó qué los ojos grises del amor de su vida brillaron de manera preciosa, tal vez debido a la adrenalina de no poder agarrar el cuerpo qué se caería, o tal vez por el reflejo de las luces, realmente no quería saberlo pero quería agradecer infinitamente por ello. Porque sus ojos favoritos de todo el mundo brillaban de manera preciosa qué definitivamente iluminaba su vida.

Y para Park JiMin no podía estar más agradecido a quien sea que escuchara por poder ver de cerca aquel rostro qué le fascinaba, joder, vendería su alma al diablo con tal de poder besar aquellos labios qué se veían realmente brillantes, tal vez por la saliva, tal vez por un bálsamo, no lo sabe pero realmente quiere descubrirlo.

El universo es realmente cruel, los amores correspondidos muchas veces no podían ser algo más por las miradas intensas de los demás.

"Mírame, ¿no ves que estoy aquí muriendo por un beso de tus labios de fresa? "

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