Chat 26: Creo que me han roto el corazón.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—No es gracioso. —Hago un puchero.

—No me estoy riendo —dice Hywel.

—Pero tienes esa sonrisita del demonio.

—¿Cómo no la tendría si acabas de admitir que te gusta Dión?

—¡Yo no he admitido nada! —exclamo.

—Pero si te has puesto a abrazar el condenado peluche como un bebé —resopla con diversión.

—¡No es verdad!

Alza una ceja antes de arrebatarme la lagartija de los brazos y hacer una imitación tumbándose en su cama.

—Oh, Dión, aunque digas que no te gustaré, conseguiré derretir el hielo de tu corazón para que tengamos nuestra historia feliz —agudiza su voz.

—¡Yo no hablo así! —Le tiro una almohada a la cabeza, haciéndolo carcajear con más intensidad.

—Cierto —tose—. Oh, Dión, amor de mi vida.

Entorno los ojos antes de recuperar mi peluche y abrazarlo con fuerza.

—No vuelvas a tocar a Nysa.

—¿Nysa? —Levanta las cejas.

—Es su nombre —musito.

—Que le has puesto nombre...

—Te voy a arrancar la lengua como sigas.

—Ónyx se pondrá celoso si se entera de que prefieres a una lagartija...

—¡No me gafes! —gruño. Hywel ríe aún más y yo siento mis mejillas arder—. ¡Jake, date prisa! —le pido.

No sé cómo, pero gracias a Max, nos habían invitado a una fiesta para celebrar nuestra primera victoria. A pesar de que yo no quería ir al principio, me convencieron. Y por eso, ahora estábamos en casa de Hywel, esperando a que Jake terminara de arreglarse para asistir.

—A este paso, nos vamos a morir aquí —me sigue la broma mi mejor amigo.

Ambos nos quejamos hasta que el peliverde se asoma por la puerta del baño, totalmente arreglado.

—Sois unos pesados —declara.

—Sí, sí, venga, vámonos —insisto.

Hywel lo empuja por la puerta, ignorando sus protestas. Río, siguiéndoles el paso, no sin antes recoger nuestras cosas. Nos despedimos de los padres de Hywel y comenzamos nuestro camino hacia la fiesta. Al llegar, descubro que la supuesta "casa" era en realidad una gigantesca mansión.

—"Solo va a ser una mini fiesta de celebración" —repito las palabras del equipo con burla.

—No seas quejica, Lesya —sonríe Jake—. Igual encuentras al amor de tu vida en una de estas fiestas.

Ruedo los ojos y entramos.

Lo primero que ocurre es que el tan conocido ligue del teñido se abalanza sobre él, besándolo con ímpetu y celebrando su victoria. Jake lo corresponde como un niño pequeño y lo sigue.

Suspiro y me giro hacia Hywel, sabiendo que ya habíamos perdido al peliverde, pero mi sorpresa llega cuando mi mejor amigo también está ocupado, y nada más y nada menos que con Dess.

—No debería haber venido —declaro.

Dess se separa y eleva las comisuras de sus labios.

—No digas eso, Lesy, ven con nosotros, te la pasarás bien —me invita, en un evidente estado de embriaguez.

—Te ha subido, ¿eh? —río.

—Un poco, pero todo es culpa de Dión. Me ha dejado solo en el juego y se ha ido con el estúpido de Crys —escupe.

—¿Crys? —pregunto.

—Sí, su ex.

—Ah —musito.

—No te preocupes, Lesya, tú eres mil veces mejor que ese tipo.

Esbozo media sonrisa.

—¿Y eso?

—Te juro que te prefiero a ti como pareja de Dión. —Se cruza de brazos.

—Curioso —carcajeo.

—Solo hay que tenerle paciencia al pobre, se acostará con Crys, se arrepentirá y repetirá el ciclo —bufa.

—¿Nos puedes contar todo esto? —Alzo una ceja.

—¿Supongo? De todas formas, después bajarán y se estarán besando en el sofá mientras "juegan" con nosotros.

—Estás demasiado borracho. —Hywel lo abraza por la cintura—. ¿Seguro que puedes jugar?

—Sí. —Hace un puchero—. Veníos.

Acabo accediendo y Hywel también.

De todas formas, ¿qué más podía hacer aquí?

Jugamos hasta que las palabras de Dess se hacen realidad y Dión baja con el tal Crys. Al verlo, puedo reconocer que es el subcapitán del equipo de natación.

Trago saliva.

Tenía entendido que era alguien con cierta notoriedad y que muchos lo habían invitado a salir, pero el único que había sido capaz de lograrlo había sido Dión. Eso era lo que tenía por seguro, porque lo que quedaba de su historia estaba fundamentada por rumores.

Solo sabía que uno de los dos había acabado con el corazón muy roto, pero comienzo a dudarlo al verlos tan pegados en el sofá, besándose de vez en cuando y participando en el juego.

Todos tienen a alguien con quien jugar y yo estoy bien con mi solitaria vida.

—Vuelvo enseguida —bufo.

—¿Y eso? —pregunta Hywel, bebiendo un trago de su bebida.

—Me están mensajeando —miento.

Ni siquiera he tocado mi teléfono en toda la noche.

Sé que mi mejor amigo no se traga mi mentira, pero también sé que ha notado mi incomodidad, por lo que sin decir mucho más, me despido.

El balcón está fresco. La brisa acaricia mi cara y es agradable. Dentro había comenzado a hacer calor.

Saco mi móvil y mi primer pensamiento es hablar con Solecito, aunque no sé si será buena hora. Apenas es medianoche, pero viendo qué tipo de persona es, parece dormir temprano.

@MoonLight se ha conectado.

MoonLight: Hola, Solecito.

MoonLight: ¿Estás ahí?

MoonLight: Quería hablar contigo ~

MoonLight: Creo que estoy triste, aunque no sé si es por el alcohol.

MoonLight: Siento la hora, es que no se me ocurría con quién hablar, nadie más aparte de ti.

MoonLight: No sé, ¿la noche no es muy bonita?

Espero y espero su mensaje, pero nunca llega; debe estar durmiendo.

Me tumbo en el suelo, mirando hacia el cielo, en donde un sinfín de estrellas brillan.

—Odio a Dión —me repito a mí mismo.

—Guau, ¿así que para eso necesitabas salir? —Las carcajadas de Hywel interrumpen mis pensamientos.

—No era por eso. —Hago un puchero, sentándome y abrazando mis piernas.

—¿Seguro? Nadie reafirmaría tanto que no gusta de alguien a menos que le gustara.

—No me gusta Dión —Da igual cuántas veces lo diga, empiezo a no creerlo ni yo.

—Bueno, pero cuando te rompa el corazón, no me vengas llorando —bromea. Al ver mi expresión, se corrige—. Vale, no, puedes venir conmigo siempre que necesites a alguien.

Alzo una ceja con diversión.

—¿Y si quien en realidad me gusta es Solecito? —Le saco la lengua.

—Mejor para ti —resopla—. Él no se acuesta con su ex.

Suelto una risa.

—Eso no lo sabes.

—No, pero cualquier opción es mejor que Dión ahora mismo.

—¿Por qué tanto odio?

—Oh, vamos, cualquiera que se acueste con su ex una y otra vez es una red flag.

—¿Pero no eras tú el que decía que Dión era una green flag andante; atento, cariñoso, guapo...? —reí.

—Fue Jake, pero si lo hubiera dicho, lo retiro. Es un cabrón.

—No parece mala persona.

—¡Te tiró a la piscina con nueve años y sigo sin ver que se disculpe! Ahora tienes un pánico que te cagas por meterte a una piscina por su culpa.

—Bueno, tampoco necesito meterme en una piscina. —Me encojo de hombros.

Suspira profundamente.

—Eres demasiado para él, Dión es el tonto —declara.

—Estás saliendo con su mejor amigo —señalo—, no deberías ir diciendo eso.

—Tú lo has dicho, salgo con su mejor amigo, no con él.

Me muerdo el labio inferior para aguantar la risa.

—Así que... ¿saliendo con Dess?

Abre la boca y la cierra.

—Lo estamos intentando, pero necesita tiempo —se excusa.

—Y eso que hace dos semanas lo habíais negado totalmente —me metí con él.

—Porque me ibas a gafar.

—¿Yo? —cuestiono, ofendido.

—Sí, tú. —Se peina el cabello hacia atrás y suelta una carcajada—. Si necesitas algo, Lesya, estoy dentro, ¿vale?

—¿Te vas?

—Sí, ¿necesitas algo de mí?

Trago saliva.

—Te quería hacer una pregunta —confieso en un hilo de voz.

—Dispara.

—¿Cómo se siente enamorarse?

Entrecierra los ojos antes de mirarme.

—Depende de cada uno. —Se encoge de hombros y se sienta a mi lado—. Cada quién se enamora según cómo ha aprendido a amar.

—¿Tú cómo lo sientes?

Se queda unos segundos en silencio antes de responder:

—Me quedo sin palabras o contestaciones ocurrentes.

—Por eso, delante de Dess nunca sueltas uno de tus comentarios pasivo-agresivos —sonrío.

—No se lo digas. —Me imita y se levanta—. A veces también son los mareos, las cosquillas en el estómago, la sensación de vacío repentino cuando ves a esa persona, la falta de aire, la taquicardia, todo puede ser.

—¿Y cómo sabes que te han roto el corazón?

—Un dolor indescifrable en el pecho que te quita el aliento.

—Qué profundo. —No quiero retenerlo más, así que hago mi mejor esfuerzo para ocultar mi estado de ánimo actual—. Gracias, Hywel. Estoy mejor, gracias a ti.

—De nada, ahora págame.

Le asesto un golpe en el hombro, haciéndolo carcajear.

—Ve a cuidar a Dess. Se veía poco sobrio.

—Estaré abajo, ¿vale?

Asiento y entonces se va.

Miro mi teléfono, viendo que aún no hay ninguna notificación de Solecito. Vuelvo a observar el cielo antes de entrar en la aplicación y leer la última misión que tengo que cumplir para subir de nivel.

Recuerdo las palabras de mi mejor amigo antes de pulsar el botón.

¿Estás seguro de que quieres gastar 250 monedas para llamar a @SunShine?

Confirmo.

Quizás estoy molestando, quizá lo despertaré, quizá me responda como siempre o quizá me bloquee por pesado.

Me trago el nudo que tengo en la garganta, del cual ni siquiera me había percatado.

El tono de llamada suena durante un rato, uno muy largo hasta que se corta con un pequeño audio:

@SunShine no está disponible. ¿Deseas realizar otra llamada por 250 monedas?

Una lágrima se desliza por mi mejilla derecha sin que me dé cuenta, antes de que le envíe un último mensaje a Solecito.

MoonLight: Creo que me han roto el corazón.

@MoonLight se ha desconectado.

---

05/08/2024: 12/12 :D. Por fin, lpm. Bueno, en este cap solo he añadido algunas intervenciones al final. Ignorad lo que he dicho en el cap anterior. Puto Dión.

Puto Dión, o sea, lo quiero, pero ha hecho llorar a mi bebé Lesya, así que puto Dión.

:( Estoy triste porque Lesya está descubriendo poco a poco sus sentimientos por Dión y ha tenido la mala suerte de que la primera vez que se enamore, le rompan el corazóóón.

En fin, toca escribir algo feliz en FMG ahora para superar esto.

Besitos de media mañana mientras escribo algo feliz.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro