Capitulo 22

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(...)

- Vale, entonces, ¿me estás diciendo que conocías a Why Don't We y que tenías una especie de relación con Daniel?

Dana asintió con una mueca.

- Wow. - exclamó aún sin creérselo - Alguien tendría que hacer un libro sobre tu historia.

Dana rodó los ojos y se acomodó en el sofá. Daniel la había visto, y por su reacción parecía que sí que la recordaba. Entonces, ¿Por qué la había dejado de llamar?

- Los chicos son idiotas. - comentó Norah sentándose a su lado - Si no tiene una buena razón por dejarte de llamar, no merece la pena. Da igual que sea Daniel Seavey.

- Gracias. - susurró Dana con una pequeña sonrisa.

- Para eso están las amigas.

Se abrazaron por un largo rato para después comenzar a hablar de otra cosa que no fueran chicos.

(...)

Hoy era el aniversario de la muerte de Harper y Dana caminaba por el cementerio con un ramo de tulipanes en la mano.

Divisó la tumba de la niña a lo lejos y se acercó a paso lento.

Llegó y sonrió con pena antes de dejar el ramo de flores encima de ella.

Vio como otra persona dejaba un ramo de rosas al lado del suyo, pero no sé giró porque ya sabía quién era.

- Harper hubiera estado orgullosa de tí. - dijo tras un largo rato de silencio.

Daniel sonrió de lado pero negó divertido.

- No lo creo. - Dana le miró a los ojos confusa - Pienso que cuando dijo que cumpliera mis sueños y a tí también, se refería a que lo hiciéramos juntos.

Dana bajó la mirada con el ceño fruncido. Quizás era verdad.

El chico sabía que hoy vendría aquí y solo tuvo que esperar un rato hasta que ella hizo su aparición.

- Te eché de menos. - confesó Daniel con una sonrisa - Estás hermosa.

Dana sonrió tímidamente y bajó la mirada sonrojada.

Daniel dió un paso más cerca de ella y la abrazó con fuerza. La chica se sorprendió al instante pero le devolvió el abrazo con lágrimas en los ojos.

- Tú pelo es precioso. - comentó el ojiazul al separarse del abrazo.

- Gracias. - susurró ella limpiándose las lágrimas con una sonrisa - El tuyo... Te queda bien el rubio.

- Corbyn dice que a él le queda mejor. - Dana rió y él sonrió de nuevo - ¿Quieres tomar un café?

- Me encantaría.

(…)

- ¿Entraste en alguna escuela de ballet?

Dana sonrió y asintió mientras giraba su taza de café por la mesa.

- Sí. Es súper buena y pronto haré una función que  decidirá mi futuro como bailarina.

- Wow. - exclamó él orgulloso - Sabía que llegarías lejos.

- Por eso me operé el pecho.

- ¿Qué?

- Sí, sé que te lo estás preguntando y sé que no te gusta que lo haya hecho. - suspiró - Pero sé que esas personas no me van a querer en su academia si no tengo pecho.

- Pero no tiene porqué Dana. - dijo Daniel agarrando su mano por encima de la mesa - No les des lo que quieren. Se tú misma. No cambies.

- Ya es tarde Daniel. No me voy a arriesgar a que no me cojan. He trabajado muy duro para ello.

Daniel bufó, pero acabó asintiendo. Ya no podía hacer nada. Ya se había operado. Era mejor dejarlo así.

- ¿Por qué no me volviste a llamar?

Daniel suspiró y se acomodó mejor en la silla de la cafetería.

- Se me rompió el móvil y no pude recuperar tú número de teléfono. Intenté varias veces contactar contigo. - la miró de lado - Incluso envié cartas al hospital, deben seguir allí. - rió con pena - El primer tour que hicimos te busqué por todo Vancouver, pero no te encontré.

- Me fui a Londres con un amigo durante algún tiempo. - informó ella tristemente - Creo que me pillaste en es tiempo.

- Oh. - exclamó él chico desilusionado - ¿Qué amigo?

- Le conozco de la escuela de baile. - dijo y sorbió algo de café - Fue el primer amigo que tuve desde que me dejaste de hablar.

Daniel puso una mueca mirando su café.

- Y... ¿Te gusta?

Dana sonrió divertida. ¿Daniel estaba celoso?

- Sí, es perfecto y comparte todos mis gustos. - mintió lo mejor que pudo.

- Pero él no ha sido el primero en tocarte... - susurró el chico con malicia.

- ¡Daniel! - exclamó la chica roja de vergüenza.

El susodicho comenzó a reír y pronto Dana le siguió.

- Era broma. - confesó - No me gusta. A mí me gusta otro chico. - sonrió de lado - Es muy lindo, raro y su pelo ahora está horrible, pero le he tenido que mentir.

- ¿Te gusta Zach? - preguntó Daniel haciéndose el tonto.

Dana golpeó su hombro juguetonamente y sonrió. Daniel le sonrió de vuelta y acarició sus nudillos con suavidad.

Se notaba que los dos se habían hecho falta durante tanto tiempo, y ahora que estaban juntos, no pensaban en volver a separarse jamás.

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Dedicado a alewdw5 . Ahre.

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