CAPITULO 7- REDVILLE

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En el momento que pisamos el suelo de Redville miramos todos los manzanos de la entrada secos, aquel paisaje pintoresco parecía un escenario post-apocalíptico, los que no lo estaban no eran parte de la propiedad de la familia de Souza. Sonreí al ver el infernal panorama-

- Buena idea la envenenar los terrenos de la familia–. Dijo Oliver, yo le sonreí triunfante.

- -gracias hermanito ¿recuerdas que yo fui becada en química? Allí está la razón, un problema grande necesita solo pequeñas dosis de veneno en el agua—dije alegre.

Él me miro y alboroto mi cabello como cuando era niña.

- Mi niña se convirtió en toda una mujer, una mujer malvada y calculadora, no hubiera querido que este hubiera sido un final para ti, aún recuerdo cuando eras chiquita y eras alegre y ...—

- Mamá se alejó de nosotros, me quedaste tú, luego te fuiste luego, papá ... bueno ... creo que este es el mejor final alternativo de como se dirigió mi vida —respondí sonriendo tratando de consolarlo, él me tomo de la mano en apoyo.

Conducimos un poco mas mirando las calles alrededor de nosotros, sabíamos dónde vivían los de Souza y donde era su despacho y todo lo demás pero debíamos parecer desconectados de todo.

Bajamos donde era el café más popular del pueblo "Ruth's Apple" y miramos la fachada .

-¿ sigue igual no? —Pregunto riendose Oli-

- Muchas cosas permanecen en el tiempo intactas, esta es una de ella.. ¿ seguirá viva Ruth? Pregunte curiosa.

Al entrar al pintoresco café, nos dirigimos a la barra.

- Disculpe¿usted sabe donde queda la ubicación de la oficina de destiladora de sidra?— Pregunté tratando de sonar natural aunque estaba llena de energía que no lo podía evitar.

La señora del café me quedo viendo como si supiera quien yo era.. ¿ sera que la vieja se había dado cuenta de ...?

- Al final de la calle, ¿ustedes son? Preguntó ella curiosa.

Veo que no nos reconoció, suspiré aliviada.

- Muchas gracias. Somos posibles inversores o compradores —dije sonriendo.

Todos en la cafetería se vieron las caras, una mezcla de esperanza y temor era reflejada en estas.

—Dudo que ellos vendan la destiladora.—. Comentó la mesera.

—Ese lugar ha ido de generación en generación y dudo que vendan como —agregó Martha, esta era la otra mujer con su nombre reflejado en el pin de su uniforme- Yo los mire sonriente.

- Ya veremos, mi amable gente gracias por su apoyo nosotros queremos lo mejor para gente como ustedes— dijo Oliver sonriendo.

- Ay jovencito, no seria una buena compra, hay muchos rumores acerca de esa destiladora mucho cuidado.— Dijo la otra mesera mayor y oliver le sonrió con su sonrisa "número dos" llamada: el político en tiempo de elecciones.

- Gracias mi bella dama. Bueno buen día, Pasión dale la tarjeta para pagar unos jugos para llevar y la cuenta de todos en el local —dijo sonriendo. Todos se sorprendieron yo entregué la tarjeta.

- Mira es una tarjeta diamante, ni Cristina tiene una de estas- dijo la otra señora, todos cuchichearon y murmuraban tal gesto de amabilidad- las señoras pasaron la tarjeta y nos fuimos con nuestros batidos.

- Ganar la popularidad en un pueblo muerto.—. dijo él.

- Ganas el apoyo del pueblo. Ambos chocamos las palmas triunfantes bebiendo nuestros batidos de Mora y fresa, conducimos hasta la fábrica que se veía peor a lo que nosotros recordábamos. ¿ Acaso este era el mismo lugar del cual Cristina presumía en su pasado? Es todo un basurero.

- Destilería Sousa, la mejor sidra de toda la región, ¿en que podemos servirle? Preguntó la recepcionista como libreto memorizado a mala gana.

- Buscamos a Clark de Sousa o don Souza como le conocen, estamos interesados en el negocio. —Dijo Oliver dando la tarjeta. La chica la tomó y la miró.

- Un momento,yo te conozco..— dijo ella levantando la mirada—, ¿usted no es Oliver Summer? El famoso luchador? —Preguntando emocionada.

- El mismo mi hermosa dama,- contestó de forma melosa mientras estrechaba la mano de la chica.

- Mi hermanito está obsesionado con la lucha y él quisiera ser como tú. No lo puedo creer eres mucho más sexy en persona, , ¿puede darme un autógrafo? ¿Puedo tocarle un bíceps?¿ o tu abdomen? ¿Es cierto que tu trasero es natural?— Preguntaba ella emocionada. Oliver sonrió sonrojado.

- ¿Que son esos modales Ágata?¿ Así tratas a un desconocido? le dije a mi nuero que dejar a su sobrina en la recepción no sería bueno... pero quien lo diría. Se quejo el viejo don souza. Ya pisando los 60 y algo casi 70 y algo era un hombre imponente con grandes ojos azules y vestido de negro como si fuera a un funeral y usando un estrafalario anillo con un enorme rubí en su mano, era la joya de la familia, todos recibían una al cumplir 15 años, aún recuerdo a Cristina presumiendo su colgante y el colgante de la profesora Hilda- una joya delicada en su pecho siempre brillando.-

- Yo ... yo -la muchacha tambaleaba nerviosa había quedado su mente en pantalla azul por lo que mi hermano intervino rápidamente.

- La joven no tiene la culpa señor. Mi nombre es Oliver Summer y ella mano derecha Pasión Summer,estamos interesados en sus activos sea como comprar o invertir—dijo sonriendo extendiendo su mano-.

- Vaya un joven de negocios, pero déjame decirte que el negocio en estos momentos no pasa por sus mejores momentos no seria muy bueno para ustedes comprarlo, ya que no quisiera ser acusado de estafa—agregó el hombre riéndose.

Era claramente un hombre con "carisma", si no tenía esta empresa hubiera sido un muy buen predicador de iglesia- lo mire de arriba a abajo- no había cambiado en nada.-

- Nosotros conocemos un poco del mercado, bueno no mucho la verdad,solo vi una vez una postal de este lugar y me dio curiosidad- no quiero mentir pero me llamo la atención la verdad respondió mi hermano.

- Bueno jóvenes me gustan los hombres entusiastas y bueno .. ¿donde se están hospedado? Ustedes no son de por estos lares. Ambos nos miramos y sonreímos-

- No,somos del sur tenemos inversiones por muchos lugares pero aquí no, nos tocará el hotel,buscaremos uno bonito ¿verdad Pasión? —Respondió mi hermano.

- Pero sean bienvenidos a mi casa, igual yo creo que seremos vecinos o no? Les va a gustar el lugar.— Dijo él de forma amable.

- No quiero ser una molestia para su familia, hacer negocios es más que suficiente. —Contesto Oliver de forma amable.

- Vamos niño, aquí se trabaja de este modo es eso o no considero la venta de algún activo— dijo él, —en mi casa esta mi esposa y mi hija menor casi no esta en casa, vive más que todo donde su prometido o algo así. Yo no entiendo las relaciones modernas.¿Qué edad tienes tu? —Pregunto él hombre hacia mi.

Era la segunda vez en la vida que Clark de Sousa me hacía esa pregunta, la primera vez fue cuando tenía como unos 4 años apenas... y lo seguía recordando una y otra vez-

- Yo.. yo tengo 27 —respondí sonriendo de forma amable.

- Vaya que casualidad, tienes la misma edad que mi hija menor,ambas tienen un gusto bonito para la ropa capaz y son amigas —dijo él sonriendo. Yo le sonreí tratando de ocultar mi desagrado-

- si claro mi señor. —Conteste.

Luego de la platica él fue a su carro y nos iba guiando donde debíamos girar o donde debíamos seguir.

- Irónico que pretendamos desconocer del camino cuando jamás voy a olvidar estas calles— dijo oliver y yo lo mire sorprendida

- Peor es ser amiga de esa malnacida- Dije riéndome.

- Que sorpresa¿seguirán teniendo la piscina habilitada? ¿O ese tapete horrible en la sala?—Pregunto sonriente

- Era asqueroso, por mas dinero que tuvieran sus gustos no eran los mas..."refinados"- agregué.

- Mira... estamos cerca de la calle de nuestra casa. Unos giros más y llegaríamos a ella- señalo Oliver el camino, pero ya no era nuestra casa... sentí como mi estomago se revolvía de los nervios, al llegar a la famosa casa de los Souza bajo don de Souza sonriendo.

- ¡Bienvenidos a mi pequeño y humilde hogar!- dijo señalando una enorme casa como una mansión, recordaba que era de unos 10 cuartos, y ocupaba el espacio de dos casas o 3 aproximadamente. —En frente en esa casa que ven allí vive mi hija Juliette con su familia, aunque ellos siempre están en casa con sus hijos jugando en nuestra piscina, — relató, "tenían la piscina habilitada entonces" pensé. —3 calles más abajo mi hijo—, continuó el hombre relatando.

El hombre hablaba una y otra vez más cosas que nosotros ya sabíamos o habíamos estudiado detalladamente, pero por más estudiado que tuviéramos todo,no pude evitar ver el cambio de color del rostro de Oliver, era algo que no había visto desde hacía unos 10 años atrás.

Esa expresión más pálida y con la sonrisa mas fingida, algo le aflige y ese algo era el recuerdo.

- Entremos. —Dijo animado el viejo-

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