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-Hoy fue un gran día.- comenté mientras caminaba a dirección de mi automóvil
-Tienes razón, mucho más para ti que te sale muy bien ON
-Así es, sobretodo es porque tengo al mejor profesor del universo.- volteé y lo abracé por el cuello, él me sujetó la cintura
-Exageras, aunque sé que soy bueno en las coreografías
-Bueno, ¿y ahora qué hacemos?
-Hoy tengo una cena con mis padres, no podré acompañarte a tu casa
-No te preocupes, de todos modos también sé manejar mi propio carro.- dije abriendo la puerta de este
-¿Gracias a quién?- dijo Adrian
-De acuerdo, de acuerdo, gracias a ti.- reí
-Cuídate, ve con cuidado y apaga tu teléfono mientras manejas
-Bien.- sinceramente me gustaba como se preocupaba tanto por mí
-Ok.-nos dimos un último abrazo de despedida y cada uno tomó un camino diferente
Subí a mi automóvil y comencé a manejar directo a mi casa.
Al llegar, apagué el vehículo y entré al lugar, volví a encender mi teléfono y lo primero que hice fue mandarle un mensaje a Adrian para decirle que había llegado bien.
Al terminar, puse música relajante de piano por mi parlante y comencé a improvisar pasos de ballet mientras dejaba que mi mente se hunda en la melodía puesta; al pasar un tiempo considerable me detuve y me fui a bañar sin pausar o eliminar la música.
-Ya me hizo frío.- chillé al salir de la ducha con mi bata de toalla, me cambié rápidamente con un conjunto de pijama grande y abrigador, este era de color blanco y rosa
-Pero qué lindo...-me miré en el espejo de cuerpo completo que había colocado en mi habitación
¿Muchos espejos? No, esos eran los únicos.
Aproveché para hacer unas poses tiernas y sacarme algunas fotos que luego, de seguro, editaría y publicaría.
Al terminar, bajé las escaleras para hacerme algo de comer ya que había comenzado a sentir hambre y aún me faltaba cenar.
-¿Qué se me antoja?- me pregunté mientras veía los víveres con los que contaba.-Una mazamorra de sémola, qué rico.- sonreí y comencé a cocinar lo dicho anteriormente, cuando ya estaba listo me serví rápidamente para luego llevarmelo a mi habitación y comer en mi escritorio; no era bonito comer sola en una mesa amplia.
Empecé a comer, hasta que noté que Adrian me estaba llamando, le contesté sin pensarlo dos veces.
-Hola Hannie, que linda te queda esa ropa.-fue lo primero que dijo, sonreí
-Gracias Adrian, pienso lo mismo.- respondí sonriendo.- ¿y qué estabas haciendo?
-Pues, pensaba en ti.-esquivó la mirada de la cámara.- la cena con mis padres recién terminó, por eso te recordé.- sonreí enternecida
-Eres tan lindo; mira.- le enseñé mi plato por unos segundos.- estoy comiendo mi mazamorra favorita y no te voy a invitar ni siquiera un poco.- sonreí burlona
-Tremenda, agradece que no tengo hambre porque en otros momentos te hubiera robado ese plato virtualmente
Fingí una mirada de trauma.
-Pero qué malo.- hice un puchero
-Eres tan tierna
-Sí lo soy, y me gusta.-me defendí, mientras retomaba la acción de comer.- ¿y tus padres?- acenté la cuchara en mi labio inferior
-Están en la sala
-Ah, ya veo... ¿la pasaste bien?
-Tal vez.- hizo una mueca de disgusto, poco después tecleo algo en su computador.- te quería mostrar algo, voy a compartir mi pantalla.- y así lo hizo
-¿Qué es eso?- cuestioné algo confundida
-Un concurso de baile, me encantaría ir.- comentó con una sonrisa
-Y claramente, yo seré tu fan número uno.- festejé
-Lo sé.- suspiró
-¿Quieres que también me presente?-pregunté al notar su repentino desgano
-No es eso, sé que no quieres que esa sea tu oficio... o algo así; lo hablé con mis papás y no les gustó mucho la idea
-Ay no, que feo.- hice un puchero con mis labios
-No te preocupes, no dejaré que sus opiniones me impidan concursar, pero sí me desanimó un poco
-Mira Adrian, sea como sea, lucha por tus sueños sin dejar que la piedra más pequeña o hasta la más grande te acobarde; así cuando triunfes en un futuro tus papás se sentirán más que orgullos de su apreciado hijo.- hinflé mi pecho fingiendo una mueca de sentimiento por lo que acaba de decir
-Vaya, por eso eres tan buena escritora, Hannie; tienes razón, lo haré y todo saldrá muy bien.- hizó un puño con su mano y yo le respondí con la misma acción
-¡A por nuestros sueños, Adrian!- grité mirando hacia arriba y levantando un brazo
-¡A por nuestros sueños, Haneúl!- hizo la misma acción
-Hacia adelante.- dije con la misma emoción que antes
-Hacia adelante.- repitió
-Sin importar los peligros
-Sin importar los peligros
-Ella no te ama.- dije aprovechando que él me había seguido el hilo
-Ella no me...-se detuvo.- ¿qué? Haneúl, todo estaba tan bien
-Bueno, yo no, más bien... ya sabes, pero en verdad ¿cuándo me presentas una novia?.- él comenzó a reír fuertemente, poco después yo también
-Ay, por eso te quiero tanto.- dijo antes de dejar la acción anterior
-Yo igual.- me calme al poco tiempo
-Bueno, creo que ya me voy a dormir, tú también hazlo... lo que pasa es que tu rostro merece unas buenas horas de descanso para seguir siendo así de bello
-¡No exageres! pero tienes razón, cuídate
-Tú igual, no olvides que te quiero
-Yo también te quiero mucho.- contesté, para poco después colgar la videollamada
-Soy una tremenda loca.- sonreí, mientras recordaba lo de antes.- y él también.- reflexioné
Al darme cuenta de que ya era algo tarde agarré una cobija y me acosté en mi cama para luego quedarme profundamente dormida.

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