Epílogo

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JiMin llegó feliz al departamento donde sabía que YoonGi lo esperaba. Ingresó, quitándose los zapatos, y guiándose por el olor de su pareja, caminó para encontrarlo en la cocina, seguro preparándose un sándwich por el sonido.

El alfa volteó a verlo, dejando a la mitad su almuerzo, para encontrarse con la pura y bella sonrisa de JiMin. Sonrió también, contagiado por su felicidad, y se acercó para tomarlo de la cintura.

-¿Puedo saber por qué esa gran sonrisa, cielo?-preguntó dándole un beso en la mejilla.

El omega extendió la hoja con sus calificaciones. El mayor la tomó, la analizó y luego abrazó a su novio haciéndolo girar en el aire para llenarlo de besos. Su niño tenía notas sobresalientes y estaba orgulloso, después de todo era su primer año en la universidad.

-El profesor me dijo que soy el mejor de mi clase.-comentaba orgulloso.

-No esperaba menos de mi pequeño ángel.-con dulzura dejó un pequeño beso en los gruesos labios.-mi futuro maestro Park JiMin.

-Futuro esposo del rapero internacionalmente reconocido: Agust D-agregó el menor acariciando los cabellos que caían sobre la nuca del mayor.

-¿No te estás apresurando mucho?

-No, yo creo que tú eres demasiado lento, Yoonie. ¿Cuándo seré tu esposo?

-Cuando me des la oportunidad de pedírtelo esta noche, después de la cena que planee.-con diversión vio la boca del omega abrirse por la sorpresa y sus ojitos aguarse.

-¿N-no b-bromeas?

De su bolsillo sacó un anillo dorado con una piedra en forma de corazón y la colocó en la palma de su novio.

-Creo que eso responde a tu pregunta, ¿verdad Minnie?

JiMin simplemente chilló emocionado, colgándose de su pareja ocasionando que ambos terminaran en el piso, YoonGi quejándose por llevarse el golpe mayor.

-Auch, lo siento Yoonie-riendo se apoyó en el pecho del alfa ignorando sus quejas-¿eso cuenta como respuesta adelantada?

A pesar del dolor en su espalda y parte de la cabeza, YoonGi terminó riendo ante esa pregunta. Tomando a su pareja de la cintura, dejó un beso en la frente para luego dejarlo debajo de él y analizar la belleza que tenía a su merced. Un omega que sólo le pertenecía a él.

Se deleitó con la imagen de su niño quien le sonreía dulcemente mientras sus manos tocaban sus mejillas, acariciando la piel con los pulgares. El alfa de verdad se preguntaba una y otra vez si su pareja no había sido un ángel que bajó del cielo y se mezcló con los humanos. De otra forma no lograba explicar la belleza casi irreal y única de su niño.

-Minnie...te amo tanto, mi ángel.-YoonGi juró que la enorme sonrisa de su pequeño podía iluminar el mundo entero.

-Y yo te amo a ti, Yoonie.

♡Siénteme♡

HoSeok corría tras ver la hora en su celular. Se había retrasado media hora en ir por JiWoo a la escuela y lo peor era que TaeHyung no podía ir por ella porque hacía diez minutos había terminado con uno de sus pacientes y no estaba seguro si llegaría a tiempo. Así que no le quedó de otra más que correr, abandonando su última clase del día, para dirigirse a la escuela de su pequeña, aun con algunos planos que había presentado. Arquitectura no era fácil.

-Lo siento, lo siento-dijo agitado, haciendo una reverencia a la profesora que esperaba con su niña.

La mujer, una beta, simplemente le sonrió y se despidió de JiWoo antes de dejarlos solos.

La omega tomó la mano de su papi mientras daba pequeños saltitos esquivando las líneas del suelo en un pequeño juego, al mismo tiempo en que le contaba al omega todo lo que había hecho en el día.

HoSeok sonreía divertido cada vez que su pequeña se quejaba por algo, aunque en ocasiones se perdía por intentar evitar perder planos y carpetas en la calle.

-¡Papá!-había ido tan perdido de la mano de su pequeña, que se sobresaltó ante el grito que dio logrando que su carpeta más grande terminara en el suelo.

Bufó molesto agachándose para tomarla, pero en ese momento una mano más grande acarició la suya y levantó la mirada, encontrándose con TaeHyung.

-¿Muy cliché?-cuestionó el alfa con una sonrisa, tomando la carpeta con una mano y con la otra la mano de su esposo para ayudarlo a levantarse, ambos riendo-lo siento, no lo pude evitar, mi dulce príncipe.

El menor se sonrojó considerablemente por el apodo, sobre todo cuando su alfa le besó el dorso de la mano.

-TaeTae.-pedía bajando la mirada completamente rojo.

Y sospechó que se puso más rojo cuando JiWoo chilló emocionada ante la escena, exclamando que se veían como un par de príncipes de cuentos de hadas. A esa hora la gente pasaba por la calle y muchos habían volteado a ver qué ocurría lo que hizo que el omega terminara ocultándose en el pecho del mayor.

-Vamos a casa-susurró avergonzado, escuchando la risa del alfa.

-Vamos a casa, mi dulce príncipe.-murmuró con una sonrisa, dejando un pequeño beso en la frente del mayor para luego tomar sus carpetas y cosas, e ir directo a casa.

♡Siénteme♡

Lisa suspiró, se despidió de los clientes habituales y puso el cartel de cerrado en la puerta de la cafetería. Se quitó el delantal y con un trapo húmedo fue a limpiar las mesas.

El día no había sido duro como otros, pero si agotador. Había estado con tantas cosas en la cabeza que su mente sentía que estallaría en cualquier instante. Por lo que tras limpiar la tercera mesa, suspiró quedándose sentada en una de las tantas sillas, mirando hacia una pared y recordando años atrás. Recordando a un omega que se había convertido en un gran amigo de ella y su pareja, y el cual la había ayudado en muchas ocasiones en esa cafetería.

Los buenos tiempos lograron sacarle una sonrisa y una mirada nostálgica. De verdad extrañaba a ese omega.

-¡Lisa! ¡Mira! ¡JungKook está caminando!

Rápidamente la omega volteó ante el llamado de su alfa, viendo a su pequeño omega de aproximadamente un año dar sus primeros pasos. Se acercó con una gran sonrisa, viendo a Rosé quien filmaba el momento, y colocándose a su lado extendió sus brazos.

-Ven, Kookie, ven con mamá.-pidió viendo con ternura como el niño se reía al verla mientras seguía avanzando con pasos torpes y lentos.

Pero a mitad de camino, JungKook tropezó y casi termina en el suelo de no ser porque Rosé fue lo suficientemente rápida como para tomarlo sin importar que el celular terminara en el suelo, deslizándose unos metros de ellos. Ante el susto, el bebé comenzó a gimotear en brazos de su madre hasta que Lisa se acercó y lo tomó en brazos.

-Ya, pequeño, lo has hecho bien, Kookie.-decía tiernamente, repartiendo pequeños besos en las mejillas de su niño quien había dejado el llanto y en su lugar le sonreía.

-Como que te prefiere más a ti que a mí.-dijo Rosé tras haber tomado nuevamente su celular del suelo, asegurándose de que no le haya pasado nada.

-Es que no me ha visto en casi todo el día, no es fácil atender clientes y cuidar de Kookie.-el omega se acurrucó en ella, apoyando su cabeza en su hombro-cerremos de una vez así vamos a casa, ya quiero descansar un poco.

La alfa sonrió, acercándose a su pareja para darle un beso en los labios.

-Yo cierro, tú sube y esperame en la sala, amor.

♡Siénteme♡

Jennie había terminado de pedir la cena para ese día. A decir verdad ni ella ni su esposa tenían ganas de cocinar por lo que creyeron más factible pedir algo a domicilio.

Dejó el teléfono en la sala y caminó hacia la habitación donde JiSoo estaba. Minutos antes ambas habían optado por ver una película en la cama para pasar el día, había sido lo más tranquilo y entretenido para hacer.

Pasó por el oscuro pasillo hasta llegar a su habitación, la única con las luces encendidas. Abrió la puerta y al entrar pudo ver a su omega con un cuadro en manos. Cuadro que conocía a la perfección y en la cual se guardaba una foto de su familia. Una en donde estaban ambas, mucho más jóvenes, con un pequeño Seok Jin de 11 años y un TaeHyung de 5, en una fiesta de navidad. En dicha foto los cuatro aparecían con gorros de Santa Claus y Tae con un enorme auto de bomberos, su regalo que lucía orgulloso.

-Ya pedí la comida.-informó antes de sentarse en la cama a su lado.

-¿Recuerdas este día?-preguntó JiSoo acariciando el frío vidrio-le habíamos regalado a Jin su primer libro, uno sólo para él. Se había puesto tan feliz que incluso lloró...fue muy lindo ver su felicidad por algo tan pequeño como un libro. Pero él...él realmente lo anhelaba.-Jennie tomó su mano cuando la primera lágrima cayó-lo extraño tanto, a mi pequeño...a JungKook...

-Ahora están en un lugar mejor, cariño.-la alfa se acercó más, cubriéndola con sus brazos sin saber qué decirle exactamente.

Después de todo no había palabras que curaran el corazón herido de una madre.

-No debió ser así, los hijos...los hijos jamás deben irse antes que sus padres...

Jennie la estrechó con más fuerza entre sus brazos y suspiró, sus ojos cristalizándose por las lágrimas.

Era doloroso perder a un hijo.

♡Siénteme♡

Alexander entró al viejo cuarto de JungKook, ese que habían dejado tal cual estaba desde que se había ido de casa para vivir con Jin. En un principio pensaron en remodelarlo para Chung hee, sin embargo, entre charla y charla, optaron por usar la habitación que le habían ofrecido a él cuando llegó a Corea y la cual había usado muy poco. Por lo que el antiguo cuarto de Kook quedó olvidado, hasta hace unos meses en donde pensó con NamJoon en remodelarlo para la nueva integrante de la familia que estaba en camino y, la cual, nacería en dos meses.

Fue a paso lento, ignorando la cama y los muebles polvorientos para llegar a esa obra única, símbolo del gran amor que JungKook sintió por Seok Jin, y la cual TaeHyung se negó a tener, aun sensible por la pérdida de su hermano mayor.

Sus manos pasaron por la tela negra, lo único que no había sido afectado por el polvo del olvido ya que constantemente lo limpiaba para evitar que la primera y más grande obra de Kook se ensuciara. Presionó hasta sentir bajo sus dedos el rostro de su amigo, cada facción recordada con cariño. Y junto con la imagen de Jin llegó la de JungKook. Su sonrisa de conejito, su risa en presencia de su alfa, las miradas de cariño, la felicidad en su rostro. Era como si todo pasara en cámara lenta en su memoria, casi cobrando vida esos momentos en que pasaron juntos, hablando durante horas de cosas, a veces, sin sentido. Riendo ante los malos chistes, disfrutando la compañía de las personas que estaban con ellos incluso en breves silencios. Los buenos tiempos lo azotaron por minutos en donde sus manos permanecieron en la figura angelical de Seok Jin.

Pronto volvió a la realidad y sus manos descendieron, desviando la mirada hacia un costado donde en la mesita de noche podía verse una hoja escrita con su puño y letra, una historia que un día escribió y decidió dejar abandonada en ese sitio. Pensó que tanto la hoja como Siénteme deberían terminar en la habitación que compartía con su esposo para poder vaciar esa que pronto sería de su pequeña Alice.

-Papá, la comida ya llegó.-informó su pequeño Chung hee de cinco años desde el umbral de la puerta.

Volteó con una pequeña sonrisa, ignorando la hoja que seguía intacta en ese lugar.

-Bien ¿Qué esperamos para ir a comer, cielo?

-Pero con cuidado, no puedes correr en ese estado.-el pequeño alfa se cruzó de brazos intentando mostrarse firme y serio ante su padre quien se divirtió con esa mueca.

-Descuida, pequeño, no voy a correr.-acarició su vientre de siete meses antes de tomar la mano de su hijo para salir de la habitación, cerrando lentamente la puerta tras haber apagado la luz.

Sin embargo, un pequeño rayo de luz que el exterior nocturno brindaba, iluminaba claramente la hoja con la historia que él había escrito:

"Jeon JungKook nunca fue un omega fácil. Desconfiado de todo alfa, vivió su vida entera huyendo de ellos a raíz de los traumas que las relaciones de la alta sociedad le generaron. Vivió encerrado en una idea, creyendo que su soledad era mejor que terminar siendo usado por un alfa descerebrado. Y aunque su primo era prueba viviente de que no todos los alfas eran iguales, aun así JungKook siguió firme en su idea.

Sin embargo todo tiene un lado bueno. Seok Jin llegó a su vida de forma tan abrupta que JungKook creyó que estaba mal. Su primo hizo el vano intento por juntarlos más, pero entre más tiempo pasaba él cerca de Jin, más crecía su defensa y peor lo trataba.

Se necesitaron conversaciones y disculpas para que JungKook aceptara a Seok Jin en su vida, a pesar de que Seok Jin ya lo amaba desde los primeros días. La relación no fue como esas clichés en donde tras una corta conversación sincera, ambos empezaban a salir, a tener algo más allá de la amistad. Le tomó mucho tiempo a Jin poder entablar algo estable con JungKook. Fueron muchos malentendidos, ideales fijados y miedos los que ponían una fuerte traba en el camino sin permitirles avanzar. Pero como toda tormenta, terminó, y pronto JungKook y Jin pudieron vivir una vida amorosa estable, sin miedos, inseguridades ni dudas. La confianza se había fortalecido de manera tal que ya no había discusiones ni malentendidos.

Simplemente había amor y cariño desmedido. De esos que te empalagan y te hacen casi vomitar miel, pero era sumamente hermoso verlos de esa forma. Abrazarse con tanta ternura, besarse con tanto anhelo. Fue increíble como el amor había cambiado a Jeon JungKook, como de ser un omega que odiaba a todos los alfas por querer omegas que limpiaran la casa y criaran a sus hijos, pasó a ser ese omega que, además de crear inolvidables obras, se dedicaba a asear la casa y cocinar antes de que su alfa llegara, soñando con una gran familia y muchos hijos a los cuales criar. Era triste saber que eso último sólo permaneció como un sueño más perdido en el cielo, vagando entre las nubes del olvido.

La muerte de Seok Jin fue una completa sorpresa para todos, literal. No murió de repente en un accidente, ni tampoco sufrió de cáncer como sucede en muchas películas. Su corazón simplemente se detuvo sin motivo, sin razón. Sólo dejó de latir y ya. No hubo grandes explicaciones, él no padecía nada, no sufría de ninguna anomalía, únicamente su corazón se detuvo de forma tan simple como lo escribo. Como si no supiera que su dueño aun debía seguir adelante por su hijo, para conocerlo, enseñarle que en la vida aunque no todo sea bueno, vivir es hermoso. Aun había muchos sueños por cumplir cuando él se fue.

Y fue algo realmente triste, porque Seok Jin y JungKook apenas comenzaban a vivir la dicha de estar con su ser amado. Apenas conocían la felicidad de traer un integrante más a la familia, de vivir su vida de casados, de viajar por el mundo.

Era realmente triste saber que su historia de amor no duró más de cinco años.

Un mes después de la muerte de Seok Jin, JungKook fue a buscarlo, una soga gruesa alrededor de su cuello colgando del techo. Y junto con él se llevó a su bebé.

No se pudo hacer nada por ninguno, cuando los encontré ya había sido demasiado tarde. JungKook había muerto y su pequeño también, ambos alejándose de este mundo para buscar a Seok Jin y formar la familia que no pudieron en vida.

Yo...no sé si esto será real, si el cielo existe o si la reencarnación es un mito, no lo sé con exactitud. Lo único que puedo saber es que ambos se encontraron, logrando conocer a su pequeño, el fruto de su amor, ese ángel esperado que no pudo nacer.

Porque el amor de Seok Jin y JungKook es un sentimiento que va mucho más allá de la eternidad."

♡Siénteme♡

JungKook abrió los ojos, cegado por la fuerte y brillante luz que ingresaba desde la ventana que tenía frente a él.

Se removió en la cama de suave colchón y pulcras sábanas blancas, sintiendo los párpados pesados, como si hubiera despertado de un sueño profundo y largo.

Cuando pudo acostumbrarse a la intensa luz, observó el techo beige de la habitación, recordando el cuarto que compartía con Seok Jin. Y ese recuerdo fue el que hizo que se sentara de repente en la cama, mirando a todos lados, notando los muebles limpios y relucientes de la habitación. Palpó su vientre, esperando sentir a su hijo, pero sólo volvió a sentir su plano abdomen contra la palma de su mano.

El miedo comenzó a invadirlo al no comprender qué pasaba con él, con su bebé. ¿Dónde estaba? ¿Qué habían hecho con su hijo? ¿Por qué ese lugar se parecía tanto al que compartía con Jin? ¿Qué pasaba?

Tambaleante salió de la cama, viéndose de repente en el espejo de cuerpo entero que estaba en una esquina de la habitación. Se analizó de pies a cabeza, notando que ya no se veía como el omega demacrado que la muerte de su esposo había dejado. Se parecía más al JungKook que fue, a ese chico de veintitrés años que apenas comenzaba a sentir lo que era el amor.

Caminando inseguro, salió de la habitación para encontrarse con un pasillo igual que el que conocía, por lo que llegar a la sala no fue una odisea. Tan pronto como pensaba, llegó, bajando las escaleras con cuidado, mirando los escalones como si temiera que fueran a hundirse en cualquier momento.

-Conejito.

Ese característico llamado detuvo su mundo. Se negó a voltear, pensando que había sido su imaginación, después de todo Seok Jin había muerto. Pero... ¿Acaso él no había muerto también? Las imágenes vagas de su suicidio le hicieron comprender muchas cosas en ese momento.

-Conejito.-no podía estar alucinando.

No solamente podía imaginar la voz y el tacto de las manos de Jin en su rostro. Era imposible...mucho menos teniendo en cuenta lo que había pasado. ¿Acaso era ese el cielo?

Alzó su mirada, viendo los ojos de su amado mirarlo con suma dulzura...Seok Jin lo estaba mirando.

-H-Hyung.-sus manos temblorosas acariciaron sus mejillas, sorprendido por el hecho de que el alfa lo estaba viendo.

Jin ya no era ciego.

-JungKookie.

-¿Hyung?

-¿Puedes sonreír para mí?-preguntó suavemente y Kook obedeció dedicándole una sonrisa pequeña pero no menos adorable-así que era verdad...tienes la sonrisa de un conejito...mi pequeño conejito Kookie.

El omega borró su sonrisa para morder su labio inferior mientras sus ojos se aguaban con rapidez y las lágrimas caían en tiempo record. Sus brazos se aferraron al cuello de su amado y pronto juntó su cuerpo con el de él, volviendo a sentir su calidez.

-Eres tú...eres tú.-repetía entre sollozos, escondiendo su rostro en el hombro-Jinnie h-hyung.

-Conejito...no te esperaba tan pronto.-con delicadeza tomó su rostro para mirarlo a los ojos, secando sus lágrimas con sus pulgares-¿Por qué viniste cuando tenías tanto por lo cual quedarte?

-¿Cómo puedo quedarme en un mundo donde tú no estás? ¿Cómo vivir sin ti, hyung?-dijo con su labio temblando.

-Nuestro bebé te necesitaba, JungKookie.

-¿Cómo podría cuidar a un bebé un omega roto como yo? ¿Cómo lo criaría si lloraba constantemente tu partida? Ese ángel...se merecía una madre mejor.-su frente terminó en el pecho, sintiendo los latidos de su corazón.

-Yo creo...que ella te eligió a ti como madre.-ante esas palabras Kook alzó la mirada-Na Yeon es una hermosa alfa.

Cuando el mayor volteó, le permitió ver a JungKook un coche enfrente del sillón. Caminó hacia él, con Jin detrás, para descubrir a una bella beba de cabello oscuro y piel clara como él, dormida y arropada con una mantita rosada con conejitos.

Se arrodilló a un costado del coche, viendo a su pequeña, a su hija. Las lágrimas cayendo más abundante que antes, una sonrisa en su rostro. Sin poder evitarlo la quitó con cuidado, viendo cómo se removía al sentir que la quitaban de su lugar, pero al apoyarse contra su pecho su tranquilidad pareció volver y volvió al mundo de Morfeo.

-Te reconoce, sabe que eres su mamá-Jin acarició el suave cabello de su primogénita.-es tan hermosa como tú.

JungKook volvió a mirar a Jin, pensando que jamás se había sentido tan feliz como en ese instante al presenciar a su alfa mirando con tanta dulzura a su pequeña niña. A su Na Yeon.

-Jinnie hyung, te amo...te amo tanto.-dijo mientras su frente se apoyaba contra el hombro del mayor quien lo recibió gustoso a él y a su hija en un abrazo delicado.

-Y yo te amo a ti, conejito.

Porque aunque la vida se lo arrebatara de su lado, JungKook siempre buscaría la forma de volver a estar con Seok Jin. Porque él era lo único que necesitaba para ser feliz.

Él y solamente él, su pareja destinada.

Y con esto doy por finalizado Siénteme

Sinceramente jamás pensé que esta historia fuera a agradarle a muchas personas, incluso tengo entendido personas que no shippeaban o shippean jinkook. Y es que esta historia surgió porque quería experimentar con esto de la ceguera tras leer Green eyes un yoonmin muy bonito, así que me llamó la atención experimentar con algo así-...al principio solo tenía la historia del jinkook pero no sabía como poner a los demás personas hasta que poco a poco fue surgiendo todo, aunque las historias del Vhope y el YoonMin fueron surgiendo más sobre la marcha XD 

Incluso recuerdo que tenía problemas con el titulo porque no tenía ni idea de como ponerle al fic...hasta que se me ocurrió Siénteme ya que practicamente eso era lo que iba a hacer Jin porque no ve :v y bueno cuando lo pensé, mucho más adelante, me di cuenta que el titulo quedaba bien también como nombre de la obra...así que esa es la gran historia de como surgió Siénteme y, a decir verdad, jamás pensé que fuera tan... ¿leida? si creo que así sería...

La verdad fue una grata sorpresa ver tantas estrellitas en cada capitulo, los comentarios alentadores y el gran apoyo de cada lector/a, fue algo sumamente hermoso y motivador, sobre todo para una escritora novata como lo soy yo. De verdad, jamás me alcanzan las palabras para agradecerles por tanto cariño y tanto apoyo a cada historia que traigo, es algo muy bonito que me hace sentir muy feliz incluso en días en donde estoy triste o, en ocasiones, aburrida. Es un placer para mí traerles más fics JinKook/KookJin, YoonMin y Vhope, ya que son mis parejas favoritas de BTS, me alegra hacerlas felices con ellos y saber que esperan la actualizacion que espero hacer seguido siempre XD 

Bien, creo que es momento de despedirme, hasta aqui llega Siénteme, espero que el final les haya gustado y no les haya parecido muy fantasioso, pero desde hacía rato me lo había imaginado así, además no podía darle un epilogo tan triste, siempre en mis finales hay un momento feliz para la pareja principal, aunque haya sido después de muertos, los tres en el cielo volviendo a ser una familia...

Gracias a todxs por haberme acompañado en este tiempo en este fic! LOS AMO MUCHO 

Nos vemos en mis otras historias n.n besos 💋💋💋

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